Oblivion: El tiempo del olvido
5.8
47,717
Ciencia ficción. Intriga
Año 2073. Hace más de 60 años la Tierra fue atacada; se ganó la guerra, pero la mitad del planeta quedó destruido, y todos los seres humanos fueron evacuados. Jack Harper (Tom Cruise), un antiguo marine, es uno de los últimos hombres que la habitan. Es un ingeniero de Drones que participa en una operación para extraer los recursos vitales del planeta. Su misión consiste en patrullar diariamente los cielos. Un día, rescata a una ... [+]
12 de abril de 2013
12 de abril de 2013
78 de 118 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cine de género, Oblivion dejará bastante satisfecho al público amante de la ciencia ficción con reverencia literaria (llamémoslo guión). La memoria imborrable del amor sobre este escenario apocalíptico es un todo canto a la esperanza, la promesa de permanencia casi religiosa de nuestra conciencia, en lo individual, en lo colectivo... la conciencia de la humanidad con su inercia de lucha. Un buen despliegue de medios visuales y una excelente banda sonora, suficientes sorpresas y reflexiones...
14 de abril de 2013
14 de abril de 2013
38 de 45 usuarios han encontrado esta crítica útil
Atención: No deben tomarse muy en serio lo que van a leer a continuación.
¿Por qué? Pues porque es probable que en futuros visionados de Oblivion, esta opinión cambie, e incluso esta crítica desaparezca. Las razones, luego.
Vaya por delante que no hay por donde coger las críticas tan negativas que está recibiendo Oblivion. Que si es un pastiche de muchas cosas, que si no es innovadora... Cierto. Las guerras alienígenas vs. humanos, el planeta destrozado y demás ya lo hemos visto muchas veces. Pero ¿es que acaso la ciencia-ficción es el género más innovador que existe? Curiosamente, es una rama de la ficción que se adentra en terrenos ilimitados para la imaginación, pero al final siempre acaba siendo todo lo mismo. ¿O acaso Looper, lo mejor del fantástico en mucho, muchísimo tiempo, no jugaba de nuevo con el muy manido tema de los viajes en el tiempo, los otros "yos" y demás asuntos espacio-temporales? Lo importante no es lo que se cuenta, sino cómo se cuenta. Y sí, es probable que Oblivion no vaya a pasar a los anales de la ciencia-ficción como un clásico (o quizás sí... quien sabe. Dentro de veinte años, hablamos), pero lo que no se puede negar es que es una buena película. Una película que ofrece entretenimiento sin freno, que dosifica las escenas de acción sin apabullar ni acumularlas porque sí, que ahonda en las raíces más profundas del género huyendo de propuestas descerebradas a los Men In Black, y sobre todo, que no toma por tontos a los espectadores. Su primera hora es un modelo de narración bien llevada, en la que todo fluye con mucha perfección, y en la que aventura, misterio, comedia, drama y romance se dan la mano de forma admirable.
Además, y aquí sí que no tendría que haber discusión, Oblivion es un festival para los sentidos. Una de las películas estéticamente más bellas que se han visto en mucho tiempo. Gracias a la acertada fotografía de Claudio Miranda (atención al uso de colores que hace, muy grises al principio, más luminosos en las escenas de los supervivientes o el desierto) y muy apoyado en la sensacional música de M83, Joseph Kosinski, ese hombre que tiene fans y detractores por igual gracias a Tron: Legacy, se consolida aquí como un virtuoso de la imagen. Los planos aéreos son los mejores desde los de Peter Jackson para El Señor de los Anillos, y Kosinski saca el máximo partido al formato panorámico para aumentar la belleza de los paisajes. De igual modo, no descuida las escenas de diálogo más intimista, y los tiroteos lucen espectaculares. Es, en resumen, una película ciertamente entretenida, que puede contentar a los fans de la ciencia-ficción y también a los que quieren ver espectaculares efectos visuales.
Pero... ¡ay! Oblivion no puede ser un clásico del género, al menos de primeras, porque después de esa ejemplar primera hora... no hay quien entienda nada. O mejor dicho, Kosinski, William Monahan, Michael Arndt y Karl Gajdusek se lían tantísimo con las explicaciones que tienen que dar (y son muchas, créanme), y las dan tan mal, que es absolutamente imposible disfrutar con los mil y un giros de la historia (venga, sí, vamos a decirlo, una mezcla entre Matrix, WALL-E... y quien se haya leído La Emperatriz de los Etéreos, de Laura Gallego, verá un final sospechosamente parecido al de la novela de la valenciana). Más o menos se puede seguir el hilo general de lo que va pasando, pero hay tanto interés por parte de Kosinski and company en dejar que el espectador tire del hilo por sí solo que no hay manera de disfrutar plenamente la trama. No sé, o a lo mejor es que quien esto firma no es suficientemente lista, pero es necesaria toda una reflexión posterior, viviendo la película de nuevo casi escena a escena, y éso tampoco puede ser. No es que la trama sea mala o esté mal construida, sino que se explica mal.
No es en absoluto descartable, debido a esa reconstrucción mental que el espectador ha de hacer a posteriori, que Oblivion pueda ser vista con el tiempo como una gran obra del fantástico moderno. Aquí y ahora, es una muy considerable cinta de ciencia-ficción que no merece los palos que se está llevando. Como tampoco se los merece un Tom Cruise en su salsa que aporta gran energía y carisma al personaje (¿o serán persnajes?) de Jack Harper.
Lo mejor: El plano visual y estético de la cinta, la música, la fotografía, las breves aunque siempre estimulantes presencias de Nikolaj Coster-Waldau y Morgan Freeman, Andrea Riseborough (muy "espacial", si se permite el término) y Tom Cruise (el actor se ha resignado a aparecer en películas de otra clase, pero es justo reconocerle que, en este tipo de roles de héroe de acción y aventura, no hay nadie como él).
Lo peor: Que no den un croquis al final para entender realmente qué demonios ha pasado en la segunda hora de película. Por otro lado, Olga Kurylenko, muy sosa en un papel con el que tampoco puede hacer gran cosa, y el gran desaprovechamiento de los personajes de la resistencia. Y el epílogo, poco acorde con lo visto en el excelente clímax.
¿Por qué? Pues porque es probable que en futuros visionados de Oblivion, esta opinión cambie, e incluso esta crítica desaparezca. Las razones, luego.
Vaya por delante que no hay por donde coger las críticas tan negativas que está recibiendo Oblivion. Que si es un pastiche de muchas cosas, que si no es innovadora... Cierto. Las guerras alienígenas vs. humanos, el planeta destrozado y demás ya lo hemos visto muchas veces. Pero ¿es que acaso la ciencia-ficción es el género más innovador que existe? Curiosamente, es una rama de la ficción que se adentra en terrenos ilimitados para la imaginación, pero al final siempre acaba siendo todo lo mismo. ¿O acaso Looper, lo mejor del fantástico en mucho, muchísimo tiempo, no jugaba de nuevo con el muy manido tema de los viajes en el tiempo, los otros "yos" y demás asuntos espacio-temporales? Lo importante no es lo que se cuenta, sino cómo se cuenta. Y sí, es probable que Oblivion no vaya a pasar a los anales de la ciencia-ficción como un clásico (o quizás sí... quien sabe. Dentro de veinte años, hablamos), pero lo que no se puede negar es que es una buena película. Una película que ofrece entretenimiento sin freno, que dosifica las escenas de acción sin apabullar ni acumularlas porque sí, que ahonda en las raíces más profundas del género huyendo de propuestas descerebradas a los Men In Black, y sobre todo, que no toma por tontos a los espectadores. Su primera hora es un modelo de narración bien llevada, en la que todo fluye con mucha perfección, y en la que aventura, misterio, comedia, drama y romance se dan la mano de forma admirable.
Además, y aquí sí que no tendría que haber discusión, Oblivion es un festival para los sentidos. Una de las películas estéticamente más bellas que se han visto en mucho tiempo. Gracias a la acertada fotografía de Claudio Miranda (atención al uso de colores que hace, muy grises al principio, más luminosos en las escenas de los supervivientes o el desierto) y muy apoyado en la sensacional música de M83, Joseph Kosinski, ese hombre que tiene fans y detractores por igual gracias a Tron: Legacy, se consolida aquí como un virtuoso de la imagen. Los planos aéreos son los mejores desde los de Peter Jackson para El Señor de los Anillos, y Kosinski saca el máximo partido al formato panorámico para aumentar la belleza de los paisajes. De igual modo, no descuida las escenas de diálogo más intimista, y los tiroteos lucen espectaculares. Es, en resumen, una película ciertamente entretenida, que puede contentar a los fans de la ciencia-ficción y también a los que quieren ver espectaculares efectos visuales.
Pero... ¡ay! Oblivion no puede ser un clásico del género, al menos de primeras, porque después de esa ejemplar primera hora... no hay quien entienda nada. O mejor dicho, Kosinski, William Monahan, Michael Arndt y Karl Gajdusek se lían tantísimo con las explicaciones que tienen que dar (y son muchas, créanme), y las dan tan mal, que es absolutamente imposible disfrutar con los mil y un giros de la historia (venga, sí, vamos a decirlo, una mezcla entre Matrix, WALL-E... y quien se haya leído La Emperatriz de los Etéreos, de Laura Gallego, verá un final sospechosamente parecido al de la novela de la valenciana). Más o menos se puede seguir el hilo general de lo que va pasando, pero hay tanto interés por parte de Kosinski and company en dejar que el espectador tire del hilo por sí solo que no hay manera de disfrutar plenamente la trama. No sé, o a lo mejor es que quien esto firma no es suficientemente lista, pero es necesaria toda una reflexión posterior, viviendo la película de nuevo casi escena a escena, y éso tampoco puede ser. No es que la trama sea mala o esté mal construida, sino que se explica mal.
No es en absoluto descartable, debido a esa reconstrucción mental que el espectador ha de hacer a posteriori, que Oblivion pueda ser vista con el tiempo como una gran obra del fantástico moderno. Aquí y ahora, es una muy considerable cinta de ciencia-ficción que no merece los palos que se está llevando. Como tampoco se los merece un Tom Cruise en su salsa que aporta gran energía y carisma al personaje (¿o serán persnajes?) de Jack Harper.
Lo mejor: El plano visual y estético de la cinta, la música, la fotografía, las breves aunque siempre estimulantes presencias de Nikolaj Coster-Waldau y Morgan Freeman, Andrea Riseborough (muy "espacial", si se permite el término) y Tom Cruise (el actor se ha resignado a aparecer en películas de otra clase, pero es justo reconocerle que, en este tipo de roles de héroe de acción y aventura, no hay nadie como él).
Lo peor: Que no den un croquis al final para entender realmente qué demonios ha pasado en la segunda hora de película. Por otro lado, Olga Kurylenko, muy sosa en un papel con el que tampoco puede hacer gran cosa, y el gran desaprovechamiento de los personajes de la resistencia. Y el epílogo, poco acorde con lo visto en el excelente clímax.
8 de enero de 2014
8 de enero de 2014
44 de 58 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lev Kuleshov, maestro de lumbreras cinematográficas como Eisenstein o Pudovkin, dio su nombre a una de las herramientas más potentes de la sintaxis cinematográfica: el efecto Kuleshov.
El efecto Kuleshov consiste en la comprobación de cómo afecta la alternancia de imágenes a la percepción que tiene de ellas el espectador. Si se muestra un plato de sopa y luego un primer plano de la cara neutra de un actor, tendremos la impresión de que el rostro del actor refleja hambre o ganas de comer; si anteponemos a ese mismo rostro la imagen de una niña que juega, el rostro parecerá esbozar una sonrisa; si la imagen precedente es una mujer en el interior de un ataúd, percibiremos en ese mismo rostro el dolor o la tristeza.
Una misma imagen (el rostro neutro de un actor) es percibida de manera distinta según la imagen con que se la asocie. El espectador proyecta en lo que ve sus propias emociones.
El efecto Kuleshov ilustra la enorme potencia del montaje. Una lección bien aprendida por los grandes cineastas de la URSS.
Desde los inicios de la Guerra Fría, los EEUU han tratado de contrarrestar la fuerza del efecto Kuleshov. Y, finalmente, la mecánica de Hollywood lo ha conseguido: el antídoto no es otro que Tom Cruise.
En ‘Oblivion’ dan lo mismo las imágenes que se asocien, antes o después, a los primeros planos de Jack Harper: su rostro –siempre el mismo– NO EXPRESA NUNCA NADA.
Tom Cruise, prodigio de anti-interpretación, es impermeable al sentimiento. En su rostro no hay ira, ni dolor, ni pena ni alegría. Sólo una máscara de cera que anula por completo cualquier atisbo del efecto Kuleshov.
Enhorabuena Tom, tú eres el arma.
El efecto Kuleshov consiste en la comprobación de cómo afecta la alternancia de imágenes a la percepción que tiene de ellas el espectador. Si se muestra un plato de sopa y luego un primer plano de la cara neutra de un actor, tendremos la impresión de que el rostro del actor refleja hambre o ganas de comer; si anteponemos a ese mismo rostro la imagen de una niña que juega, el rostro parecerá esbozar una sonrisa; si la imagen precedente es una mujer en el interior de un ataúd, percibiremos en ese mismo rostro el dolor o la tristeza.
Una misma imagen (el rostro neutro de un actor) es percibida de manera distinta según la imagen con que se la asocie. El espectador proyecta en lo que ve sus propias emociones.
El efecto Kuleshov ilustra la enorme potencia del montaje. Una lección bien aprendida por los grandes cineastas de la URSS.
Desde los inicios de la Guerra Fría, los EEUU han tratado de contrarrestar la fuerza del efecto Kuleshov. Y, finalmente, la mecánica de Hollywood lo ha conseguido: el antídoto no es otro que Tom Cruise.
En ‘Oblivion’ dan lo mismo las imágenes que se asocien, antes o después, a los primeros planos de Jack Harper: su rostro –siempre el mismo– NO EXPRESA NUNCA NADA.
Tom Cruise, prodigio de anti-interpretación, es impermeable al sentimiento. En su rostro no hay ira, ni dolor, ni pena ni alegría. Sólo una máscara de cera que anula por completo cualquier atisbo del efecto Kuleshov.
Enhorabuena Tom, tú eres el arma.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El tetraedro extraterrestre está más vivo que Jack Harper.
13 de abril de 2013
13 de abril de 2013
36 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde luego no es una obra maestra, pero es que hoy en día es muy, pero que muy difícil encontrar una película que tan siquiera resulte entretenida, y ésta para mí lo ha sido, me ha gustado, me ha entretenido y la volvería a ver mañana mismo.
Yo le pongo un Notable por el mero de hecho de haber conseguido lo que voy a hacer la cine, entretenerme y divertirme, que el argumente es mejorable, sí, que tiene huecos en la construcción, sí, que podría ser mucho mejor, también, pero yo he salido contento y por lo menos no nos han estafado con un 3D falso, se han limitado a hacer entretenimiento de buen nivel.
Recomiendo a todos que si pueden la vayan a ver
Yo le pongo un Notable por el mero de hecho de haber conseguido lo que voy a hacer la cine, entretenerme y divertirme, que el argumente es mejorable, sí, que tiene huecos en la construcción, sí, que podría ser mucho mejor, también, pero yo he salido contento y por lo menos no nos han estafado con un 3D falso, se han limitado a hacer entretenimiento de buen nivel.
Recomiendo a todos que si pueden la vayan a ver
14 de abril de 2013
14 de abril de 2013
32 de 43 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tom Cruise parece que tiene miedo de protagonizar una pelicula que se tome en serio la gravedad de su trama y no le resulta posible enfrentarse a la tristeza o la complejidad de la vida. Lo que no le va bien en la vida real parece que quiere remadiarlo mediante la ficción.
Visualmente Oblivion es muy hermosa, con poderosas imágenes apocalípticas o catastrofistas que pueblan la cotidianidad del protagonista, pero también hace uso de unos paisajes hermosos y casi paradisiacos (parece ser que de la remota Islandia) que ofrecen un contrapunto escapista a la negritud de la trama principal.
Pero el poderío visual sucumbe a un guión pobre, plano y tramposo que nos trata de vender como entretenimiento lo que es pura cobardía o miedo al riesgo, es decir, como si se dijera que más vale el tópico malo que un riesgo emocional sincero no sea que se eche del cine al espectador. Resultado: no pasa de hojalata oxidada lo que quiere proponerse como oro de mercadillo. Y el espectador no vuelve a caer en la trampa.
La cinta irrita porque el final feliz es más falso que Judas, porque el talento malversado hace una y otra vez estéril acto de presencia y porque hay un exceso empalagoso de Tom Cruise que acaba por hundir lo que apunta hacia una película interesante y visualmente intensa y se queda en mero aborto carero y pretencioso. Muy prescindible y decepcionante.
Visualmente Oblivion es muy hermosa, con poderosas imágenes apocalípticas o catastrofistas que pueblan la cotidianidad del protagonista, pero también hace uso de unos paisajes hermosos y casi paradisiacos (parece ser que de la remota Islandia) que ofrecen un contrapunto escapista a la negritud de la trama principal.
Pero el poderío visual sucumbe a un guión pobre, plano y tramposo que nos trata de vender como entretenimiento lo que es pura cobardía o miedo al riesgo, es decir, como si se dijera que más vale el tópico malo que un riesgo emocional sincero no sea que se eche del cine al espectador. Resultado: no pasa de hojalata oxidada lo que quiere proponerse como oro de mercadillo. Y el espectador no vuelve a caer en la trampa.
La cinta irrita porque el final feliz es más falso que Judas, porque el talento malversado hace una y otra vez estéril acto de presencia y porque hay un exceso empalagoso de Tom Cruise que acaba por hundir lo que apunta hacia una película interesante y visualmente intensa y se queda en mero aborto carero y pretencioso. Muy prescindible y decepcionante.
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