The Box
4.8
15,886
Ciencia ficción. Intriga. Thriller. Fantástico
1976. Norma Lewis (Cameron Diaz), profesora de un colegio privado, está casada con Arthur (James Marsden), un ingeniero de la NASA, y tiene un hijo de nueve años. Un día, se presenta en su casa un hombre misterioso, con el rostro horriblemente desfigurado, que le propone a Norma una vida alternativa: la caja. La pareja, que sólo dispone de 24 horas para decidirse, se enfrenta a un espinoso dilema moral. La cuestión es que decidan lo que ... [+]
17 de noviembre de 2009
17 de noviembre de 2009
80 de 135 usuarios han encontrado esta crítica útil
THE BOX es un bodrio precioso.
Una película delirante y maravillosa. Una historia de RICHARD MATHESON, muy TWILIGHT ZONE y muy serie B de los 50, pero como con diálogos escritos por un niño de 11 años todo el rato.
Una película única, inefable. Mala, pero genial. Como LA JOVEN DEL AGUA, KIKA o CAÓTICA ANA… Y una vez más se vuelve a plantear la situación ante la cual… ¿quién quiere películas perfectas como ÁGORA habiendo películas fuera de serie como THE BOX?
Yo no, desde luego.
Momentos de quitarse el sombrero, momentos de vergüenza ajena… Arte.
CAMERON DÍAZ está vieja y actuando fatal, como si estuviese en ALGO PASA CON MARY. Estupenda.
JAMES MARSDEN es como una chica guapa con mandíbula de hombre y FRANK LANGELLA está soberbio y magnífico como el misterioso hombre de la caja… Pero lo mejor, la impagable galería de secundarios extraños a lo LYNCH; el alumno perverso de la protagonista, la vieja de la cena, la mujer del hombre de la caja…
Seguimos sin saber por donde coger a RICHARD KELLY…
Sólo apta para paladares de vuelta de todo.
Una película delirante y maravillosa. Una historia de RICHARD MATHESON, muy TWILIGHT ZONE y muy serie B de los 50, pero como con diálogos escritos por un niño de 11 años todo el rato.
Una película única, inefable. Mala, pero genial. Como LA JOVEN DEL AGUA, KIKA o CAÓTICA ANA… Y una vez más se vuelve a plantear la situación ante la cual… ¿quién quiere películas perfectas como ÁGORA habiendo películas fuera de serie como THE BOX?
Yo no, desde luego.
Momentos de quitarse el sombrero, momentos de vergüenza ajena… Arte.
CAMERON DÍAZ está vieja y actuando fatal, como si estuviese en ALGO PASA CON MARY. Estupenda.
JAMES MARSDEN es como una chica guapa con mandíbula de hombre y FRANK LANGELLA está soberbio y magnífico como el misterioso hombre de la caja… Pero lo mejor, la impagable galería de secundarios extraños a lo LYNCH; el alumno perverso de la protagonista, la vieja de la cena, la mujer del hombre de la caja…
Seguimos sin saber por donde coger a RICHARD KELLY…
Sólo apta para paladares de vuelta de todo.
6 de noviembre de 2009
6 de noviembre de 2009
43 de 61 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vuelve ese confabulador de hipnóticas imágenes y creador de turbadoras atmósferas que nos sorprendió a todos con esa obra maestra llamada "Donnie Darko", y con él las ganas de encontrarnos de nuevo con su cine más comedido, lejos de aquella lisérgica y delirante "Southland Tales".
Richard Kelly nos trae con "The Box" lo que en un principio parecía (por sinopsis, reparto y los cuatro detalles vistos) otro arquetípico thriller de esos que tanto abundan últimamente al otro lado del Atlántico y que olvidas tan pronto ves, pero como a estas alturas resulta ciertamente discordante ligar a uno de los talentos más jóvenes surgidos de tierras americanas al mainstream (y más tras su último arrebato fílmico), lo que parecía se transforma en una película con retazos puramente Kelly, con detalles de esos que sólo sabría dejar alguien que mantiene una extraña relación con el celuloide, y confiere a secuencias que en manos de cualquier otro cineasta hubieran resultado nimias o vulgares una entidad propia, un envite sólo apto para los que tienen la virtud de saber como hay que colocar la cámara y donde se debe realizar el corte exacto en el momento preciso.
El último film del cineasta nortamericano, pues, arranca como una espiral de intriga donde la tensión realiza sus primeras acometidas tan pronto el espectador se ha visto inmerso en situación y sus personajes están tan asombrados como uno mismo. Hasta ese momento, se podría decir que que "The Box" funciona como una propuesta suficientemente hábil para cargar sus tintas cuando es menester e incluso intérpretes a los que nunca se les había tenido demasiado en cuenta llegan a dar la talla dado el material que tienen ante sí.
Es, sin embargo, el momento en que esos mismos personajes que minutos antes se mostraban sorprendidos deciden investigar, cuando todo da un vuelco y asistimos a un trabajo que se mueve de un modo distinto: la incertidumbre sigue ahí, pero en cambio el corte finiquita otras secuencias que probablemente hubiesen requerido un desarrollo más denso y una intensidad más palpable dado el tramo en que la película decide entrar en esos minutos.
Se podía intuir, de todos modos, que el espectador no se iba a topar con un trabajo tan portentoso como el de su debut, y aun así, Kelly vuelve al ruedo confabulando un thriller inquietante, extraño y que mantiene un halo que logra asolar con cualquier indicio de cálculo, otorgando un clímax en el que se funden tanto el desconcierto como el pesar para culminar un trabajo del que cualquiera se daría cuenta que necesita más de una lectura para sacarle todo el jugo posible, pero que hurga en sentimientos primarios y escarba en otros tan puros como el pavor o la confusión con una pericia que muy pocos sabrían alcanzar, y además deja lecturas interesantísimas sobre temas ya conocidos, que Kelly redescubre en su "The Box" logrando un ejercicio nada complaciente y del todo descorazonador que a buen seguro sorprenderá a más de uno.
Richard Kelly nos trae con "The Box" lo que en un principio parecía (por sinopsis, reparto y los cuatro detalles vistos) otro arquetípico thriller de esos que tanto abundan últimamente al otro lado del Atlántico y que olvidas tan pronto ves, pero como a estas alturas resulta ciertamente discordante ligar a uno de los talentos más jóvenes surgidos de tierras americanas al mainstream (y más tras su último arrebato fílmico), lo que parecía se transforma en una película con retazos puramente Kelly, con detalles de esos que sólo sabría dejar alguien que mantiene una extraña relación con el celuloide, y confiere a secuencias que en manos de cualquier otro cineasta hubieran resultado nimias o vulgares una entidad propia, un envite sólo apto para los que tienen la virtud de saber como hay que colocar la cámara y donde se debe realizar el corte exacto en el momento preciso.
El último film del cineasta nortamericano, pues, arranca como una espiral de intriga donde la tensión realiza sus primeras acometidas tan pronto el espectador se ha visto inmerso en situación y sus personajes están tan asombrados como uno mismo. Hasta ese momento, se podría decir que que "The Box" funciona como una propuesta suficientemente hábil para cargar sus tintas cuando es menester e incluso intérpretes a los que nunca se les había tenido demasiado en cuenta llegan a dar la talla dado el material que tienen ante sí.
Es, sin embargo, el momento en que esos mismos personajes que minutos antes se mostraban sorprendidos deciden investigar, cuando todo da un vuelco y asistimos a un trabajo que se mueve de un modo distinto: la incertidumbre sigue ahí, pero en cambio el corte finiquita otras secuencias que probablemente hubiesen requerido un desarrollo más denso y una intensidad más palpable dado el tramo en que la película decide entrar en esos minutos.
Se podía intuir, de todos modos, que el espectador no se iba a topar con un trabajo tan portentoso como el de su debut, y aun así, Kelly vuelve al ruedo confabulando un thriller inquietante, extraño y que mantiene un halo que logra asolar con cualquier indicio de cálculo, otorgando un clímax en el que se funden tanto el desconcierto como el pesar para culminar un trabajo del que cualquiera se daría cuenta que necesita más de una lectura para sacarle todo el jugo posible, pero que hurga en sentimientos primarios y escarba en otros tan puros como el pavor o la confusión con una pericia que muy pocos sabrían alcanzar, y además deja lecturas interesantísimas sobre temas ya conocidos, que Kelly redescubre en su "The Box" logrando un ejercicio nada complaciente y del todo descorazonador que a buen seguro sorprenderá a más de uno.
11 de diciembre de 2009
11 de diciembre de 2009
22 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tercera realización de Richard Kelly tras la fantástica "Donnie Darko" y su ambiciosa "Southland Tales", "The Box" adapta un relato corto que bien podría dar para una obra maestra de media hora, pero que en 120 minutos se nota demasiado, digamos... alargado. El film empieza con muchísima fuerza, generando interés desde el minuto uno al presentarnos un punto de partida intrigante y bien llevado: un hombre con la cara deformada se presenta en casa de un matrimonio perfecto -en plenos 70- para ofrecerles un trato. Les dejará durante 24 horas una caja que contiene un botón rojo. Si lo pulsan, morirá una persona aleatoria y a cambio obtendrán una considerable cantidad de pasta. Kelly desde el principio nos hace partícipes de su juego, haciéndonos dudar sobre qué haríamos en una situación similar. Lo mismo que hace Kelly ya lo planteó el Joker en "El caballero oscuro", si bien en aquella ocasión el intento fue tachado de ridículo.
Y a juzgar por la incomprensible nota media que tiene The Box en esta página (4.8 a día de hoy, con poco más de 1.200 votos), seguramente la situación se esté repitiendo. Puede ser comprensible que cierto sector de espectadores la consideren vacía, estúpida o ridícula. Lo es cuando a Kelly se le va demasiado la cabeza (básicamente cuando se agota el relato y comienza a hacer uso de sus fumadas tradicionales, más o menos hacia la mitad del film), pero The Box se beneficia de estas imperfecciones y se sobrepone a ellas sin ningún tipo de problema. También hay quejas sobre su reparto, algo que no acabo de comprender -por parte de las críticas- y que sí entiendo perfectamente desde el punto de vista de Kelly, cogiendo a tres estrellas -bordeando sus ocasos- y ofreciéndoles una segunda oportunidad, una redención. Langella y Diaz aprovechan la situación entregando unas interpretaciones más que correctas, y Marsden, siendo el peor de los tres, tampoco está nada mal.
¿Cuál es, entonces, el problema de "The Box"? Me temo que eso debe decidirlo cada espectador. Es una película imperfecta pero valiente, estimulante y al mismo tiempo algo ridícula, tan hija de su tiempo como anclada en una época en el que las preguntas no siempre necesitaban respuesta. Richard Kelly ha vuelto a hacer una de las suyas, en lo bueno, y en lo malo. Ahora sólo queda que tú, el espectador, sepas cómo encajarlo. Él ya ha dejado clara su posición.
Y a juzgar por la incomprensible nota media que tiene The Box en esta página (4.8 a día de hoy, con poco más de 1.200 votos), seguramente la situación se esté repitiendo. Puede ser comprensible que cierto sector de espectadores la consideren vacía, estúpida o ridícula. Lo es cuando a Kelly se le va demasiado la cabeza (básicamente cuando se agota el relato y comienza a hacer uso de sus fumadas tradicionales, más o menos hacia la mitad del film), pero The Box se beneficia de estas imperfecciones y se sobrepone a ellas sin ningún tipo de problema. También hay quejas sobre su reparto, algo que no acabo de comprender -por parte de las críticas- y que sí entiendo perfectamente desde el punto de vista de Kelly, cogiendo a tres estrellas -bordeando sus ocasos- y ofreciéndoles una segunda oportunidad, una redención. Langella y Diaz aprovechan la situación entregando unas interpretaciones más que correctas, y Marsden, siendo el peor de los tres, tampoco está nada mal.
¿Cuál es, entonces, el problema de "The Box"? Me temo que eso debe decidirlo cada espectador. Es una película imperfecta pero valiente, estimulante y al mismo tiempo algo ridícula, tan hija de su tiempo como anclada en una época en el que las preguntas no siempre necesitaban respuesta. Richard Kelly ha vuelto a hacer una de las suyas, en lo bueno, y en lo malo. Ahora sólo queda que tú, el espectador, sepas cómo encajarlo. Él ya ha dejado clara su posición.
24 de agosto de 2010
24 de agosto de 2010
20 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basándose en un relato de Richard Matheson y su adaptación en The Twilight Zone (“Botón botón”… ¡¡Ya disponible en internet!!), Richard Kelly nos explica los porqués materiales y argumentales de esta píldora de artesanal sci-fi televisiva, convirtiendo la premisa original en una salida de madre cuyos principales defectos son la escasa capacidad para cohesionar ideas sueltas y, fundamentalmente, una sencilla conclusión final ajena a cualquier esbozo de dilema moral seriamente planteado.
Vamos, que para este viaje no hacían falta las alforjas supuestamente ambiguas del planteamiento: ese cuadro del paraíso, esa sencilla explicación sobre las capacidades pandoriles del personaje de Langella, el suma y sigue de infraestructura cosmológica que tanto gustará a los fanes de estas cosas pero que tan poquito aporta a la esencia de la historia…
El batiburrillo último es un muestrario sucinto y frugal de lo de siempre en su cine (otras dimensiones, carácter no absoluto del tiempo…), con una trama que acumula soluciones careciendo de nervio narrativo para desarrollarlas y ofrecer conclusiones. Más preocupado parece Kelly en una planificación que indague en la vertiente atmosférica del plano, con lentas transiciones y una cadencia de la secuencia que se toma su tiempo en configurar la estructura de la escena.
Y eso está bien, claro, aunque no evita la sensación de un guión cuyo “modus vivendi” es una indigesta ingestión de piezas desmembradas mediante, paradójicamente, un montaje en exceso lineal y explicativo, acabando por rebozarse en el tópico y la gratuidad de hallazgos visuales (portales acuáticos, zombies ultracorporales a lo Cronemberg…) y referencias alegóricas o culturales (Sartre, el paraíso terrenal…) que aportan elementos en exceso gratuitos y trillados al metraje y sus opciones para el debate posterior, puesto que son utilizados sin profundizar en su contenido.
Vamos, que para este viaje no hacían falta las alforjas supuestamente ambiguas del planteamiento: ese cuadro del paraíso, esa sencilla explicación sobre las capacidades pandoriles del personaje de Langella, el suma y sigue de infraestructura cosmológica que tanto gustará a los fanes de estas cosas pero que tan poquito aporta a la esencia de la historia…
El batiburrillo último es un muestrario sucinto y frugal de lo de siempre en su cine (otras dimensiones, carácter no absoluto del tiempo…), con una trama que acumula soluciones careciendo de nervio narrativo para desarrollarlas y ofrecer conclusiones. Más preocupado parece Kelly en una planificación que indague en la vertiente atmosférica del plano, con lentas transiciones y una cadencia de la secuencia que se toma su tiempo en configurar la estructura de la escena.
Y eso está bien, claro, aunque no evita la sensación de un guión cuyo “modus vivendi” es una indigesta ingestión de piezas desmembradas mediante, paradójicamente, un montaje en exceso lineal y explicativo, acabando por rebozarse en el tópico y la gratuidad de hallazgos visuales (portales acuáticos, zombies ultracorporales a lo Cronemberg…) y referencias alegóricas o culturales (Sartre, el paraíso terrenal…) que aportan elementos en exceso gratuitos y trillados al metraje y sus opciones para el debate posterior, puesto que son utilizados sin profundizar en su contenido.
19 de agosto de 2010
19 de agosto de 2010
23 de 29 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un tipo con un culo en vez de cara se presento en la puerta de mi casa y hablando por su ano me dijo: si pulsas este botón alguien a quien no conoces será invitado al cine y a cambio yo te daré estos 5 euros que me he pasado por los cojones. El dilema estaba servido, premiar a alguien con una entrada de cine gratis a cambio de darle el gustazo al caraculo y tocar el billete sobado o no hacer y tirarme en el sofá.
El error vino cuando pensé que un billete pasado por los huevos sigue siendo un billete valido en las tiendas, así que lo acepté. Al aceptarlo el tipo se quedó sonriendo y al hacerlo se le escapo un pedo sobre mi cara mientras me decía que alguien a quien no conocía se le ofreceria también el poder pulsar el botón. Unos dias más tarde recibí en mi casa un sobre de correo ordinario con una entrada de cine dentro, la entrada rezaba el título de ''The Box''.
Cuando me disponia a ir al cine todo el mundo me miraba por la calle con cara de empanado, algunos me advirtieron de que no fuera a verla al tiempo que les resbalaba un moquillo verde de la nariz. Después de haber hablado con alguna de estas personas despertaba en mi casa tirado en la cama sin recordar nada o empado en alguna sustancia liquido.
Por fin pude llegar al cine para entrar gratis me dijeron que la entrada ya no era valida que había caducado en dia anterior (justo cuando me impidieron verla, que casualidad) asi que tuve que pagar los 5,50€ que valia la entrada (0,5€ más de lo que me habia dado el caraculo).
En la sala de cine después de haber sufrido dos infartos cerebrales solo podia acordarme del billete sobado por la entrepierna de un tipo y de como se estaria cagando de risa por estafar a la gente. Al salir de la sala vi como otra victima había picado y se disponia a ver la ''película''.
Por lo que pude entender después de largas investigaciones desde el sofá de mi casa, al tipo que me ofrecio la entrada por lo visto se le cagó un mapache radioactvo sobre la cara y le quedo tan destrozada que se la tuvieron que cambiar por el culo, desde entonces el tio esta resentendio y va por la vida puteando a la gente ''regalandoles'' entradas para el cine, así al pulsar el botón entras en su pervertido juego que va rodadando de unos a otros y nunca acaba.
El error vino cuando pensé que un billete pasado por los huevos sigue siendo un billete valido en las tiendas, así que lo acepté. Al aceptarlo el tipo se quedó sonriendo y al hacerlo se le escapo un pedo sobre mi cara mientras me decía que alguien a quien no conocía se le ofreceria también el poder pulsar el botón. Unos dias más tarde recibí en mi casa un sobre de correo ordinario con una entrada de cine dentro, la entrada rezaba el título de ''The Box''.
Cuando me disponia a ir al cine todo el mundo me miraba por la calle con cara de empanado, algunos me advirtieron de que no fuera a verla al tiempo que les resbalaba un moquillo verde de la nariz. Después de haber hablado con alguna de estas personas despertaba en mi casa tirado en la cama sin recordar nada o empado en alguna sustancia liquido.
Por fin pude llegar al cine para entrar gratis me dijeron que la entrada ya no era valida que había caducado en dia anterior (justo cuando me impidieron verla, que casualidad) asi que tuve que pagar los 5,50€ que valia la entrada (0,5€ más de lo que me habia dado el caraculo).
En la sala de cine después de haber sufrido dos infartos cerebrales solo podia acordarme del billete sobado por la entrepierna de un tipo y de como se estaria cagando de risa por estafar a la gente. Al salir de la sala vi como otra victima había picado y se disponia a ver la ''película''.
Por lo que pude entender después de largas investigaciones desde el sofá de mi casa, al tipo que me ofrecio la entrada por lo visto se le cagó un mapache radioactvo sobre la cara y le quedo tan destrozada que se la tuvieron que cambiar por el culo, desde entonces el tio esta resentendio y va por la vida puteando a la gente ''regalandoles'' entradas para el cine, así al pulsar el botón entras en su pervertido juego que va rodadando de unos a otros y nunca acaba.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Para más información sobre el estado mental del ''director'' de esto véase ''Southland Tales''
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