¿Tan mal resultado les habrá dado la 2 que tuvieron que recurrir a la protagonista de la 1 para ver si la 3 entrega tenia éxito? probablemente.
Lo peor de esta 3 parte, es que los "motivos" de la protagonista, se antojan gratuitos, si injusticias y perversiones sexuales sufren un montón de personas, pero eso no hace que nadie ande de justiciero anónimo.
La historia está muy mal planteada, empezando por la importancia que le dan al principio a la insoportable amiga de la protagonista, que es tan psicópata como los perversos a los que quiere combatir.
Siguiendo por ese grupo de auto-ayuda tan patético, y ni hablar de los castigos a los pervertidos, es tanto el regodeo que hace la película sobre las crueldades que comete la protagonista, que uno solo quiere que alguien se la cargue a ella.

Unos que se van, otras que vuelven. Una justiciera que regresa por el director que sale y al que reemplaza otro mercenario de los telefilms popularizados en España gracias a las sobremesas de los fines de semana en Cuatro y La Sexta: el tal R. D. Braunstein también había dirigido 'Paris: Infierno Helado'.
Ni que decir tengo que Sarah Butler las va a pasar menos canutas que en la primera de sus dos participaciones en la franquicia, y que las similitudes entre su Jennifer Hills -a la que protege una nueva identidad- y el Paul Kersey de Charles Bronson en la saga 'Death Wish' no se limitan a cambiar de nombre, abriéndose camino igualmente en el oficio de vengadora rompepelotas -o culos, si se tercia-.
Los convencionalismos del rape & revenge ceden espacio a los del cine de acción con justiciero urbano que, no obstante, casi siempre lleva implícito lo primero en su argumento.
No obstante aquí la única violencia que impera es la de la ejecución de cada vendetta y no la explícitamente sexual que pierde en ensañamiento.
El rostro curtido en tropecientas series de Michelle Hurd ('Law & Order', 'Picard', 'Daredevil') se cuela además con un papelito como policía que investiga a Sarah Butler -clonada de Eva Santolaria-.
Ninguna de las puntualísimas escenas sexuales o gráficas resulta más desagradable que la de imaginarte al guionista Daniel Gilboy introduciéndose su propio libreto, a falta de unas 15 o 20 páginas para terminarlo, por zonas innombrables de su cuerpo.
En lo que concierne al resto del argumento estaría dispuesto a creerme que Emeral Fennell tenía conocimiento de la existencia de este subproducto antes de pulirlo en 'Una joven prometedora'.
Menos y peor de lo mismo.

La verdad que poco o nada más se puede contar de esta ultima película, la misma intención de cualquier tercera parte, sacar dinero de sus fieles seguidores.

El tema resulta ser un tanto más psicológico, se analiza el aspecto mental de la violación y su venganza, pero todo esto son disculpas para sacar una tercera parte con escenas muy asquerosas que duele verlas.

Las escenas son como en la primera parte, llevan el cine gore a un extremo que ya no se puede clasificar dentro de este género.

Sin más, es una película que he tenido que ver por partes, porque lo que se cuenta ya es morbo y vacío, aunque se pretenda hacer algo más "profundo" de tema.

Sin duda, la mejor de las 3 pelis. Muchísimo más horripilante, asquerosa, repugnante y un largo etc. Sarah se nos convierte en toda una asesina profesional de violadores.

NO APTA PARA ESTÓMAGOS SENSIBLES.

Jennifer Hills (Sarah Butler) sigue atormentada por el brutal ataque sexual que tuvo que soportar años atrás. Ha cambiado de identidad y se va a otra ciudad, donde se une a un grupo de apoyo para reconstruir su nueva vida. Pero cuando el asesino de una amiga queda libre, Jennifer decide perseguir a los responsables de las atroces violaciones, y hará lo que el sistema judicial no hace. Ahora es ella quien lleva a cabo las torturas más horribles que nadie pudiera imaginar.