Magnífica película que refleja una realidad cercana muy dura de asimilar por quienes creen que el supremacismo es algo natural en su entorno. Pero se demuestra que un cambio completo de ese entorno basado en el amor y no en el odio puede ser el comienzo de una nueva vida liberada de todos los prejuicios que con ligereza algunas personas profesan. Pedagógica, positiva y muy cercana a nuestras experiencias diarias.

Creo que películas como esta o “American history X” son realmente necesarias. No se trata de llegar a entender o empatizar con el racismo, sino de conocerlo para valorar mucho más la igualdad y los valores humanos.
Se trata de un fuerte y realista drama, hecho con buenos actores y la intensidad justa para transmitir su mensaje y emocionar, pero sin caer en el regodeo de la violencia extrema.
Jamie Bell nos muestra una caracterización e interpretación brutales. Es un tipo que da miedo hasta para el que no sea su enemigo ideológico. Su historia procede de hechos reales, lo cual es bastante triste por ver la realidad de la gente que piensa de esta forma tan equivocada.
Al igual que en la citada película con Edward Norton, no todo el mal rollo es visual o físico, también tiene diálogos y situaciones que muestran totalmente el sinsentido del odio del racismo. “Skin” es menos buena que aquella, pero también es un título muy recomendable.
Según se va desarrollando el argumento y entra en escena la madre de las tres hijas, nos damos cuenta que, de lo que va de verdad esto es de redención, y termina siendo un drama absolutamente moralizante, educativo y esperanzador en lo que se refiere a la condición humana y el respeto a los demás. Y eso sin dejar de ser bastante dura, como se demuestra en la última media hora o así. A veces es muy difícil escapar del pasado y querer cambiar.
A pesar de su parón de ritmo en el tramo central, la película me ha gustado mucho, y se disfruta viendo la actuación de Jamie Bell. Sin embargo, me queda la sensación de que podría haber estado mucho mejor, quizás sea porque pierde mucho en la comparación (inevitable, pienso yo) con la de los dos Edward (Norton y Furlong).

Me ha defraudado un poco, me esperaba otra cosa. Está bien, es entretenida, se deja ver, pero no me ha llegado a emocionar, le falta tensión, ritmo, vigor, a veces es lenta, algo floja, no te llega a llenar del todo. Buenas actuaciones de sus dos protagonistas principales. Es una buena historia basada en hechos reales, pero adolece de un guión algo flojo que no llega a profundizar en el tema de la supremacia. De todos modos, recomendable.

No me refiero al tema de la película sino a la forma de abordar un argumento que de principio parece haberse contado muchas otras veces. Cuando leí la sinopsis creía que iba a ver la versión barata de American History X. ¿Por qué me gusta más Skin que American HX?. Es una opinión que no compartirá nadie, pero absolutamente nadie, ya que la mayor parte del público que se acerca a Skin es fan de AHX y esto le parecerá absurdo, pero es que no soy fan de AHX. Intentaré explicarlo.

Sin considerarla tampoco una mala película, sobre todo por Norton, o casi todo por él, AHX es un telefilm, como ésta, pero con una dosis de adoctrinamiento y sermón de la que Skin carece. Además el lado enfático, exagerado, con poca o escasa credibilidad de AHX, subrayado por la realización (cámara lenta y el b/n) en Skin no se produce, es la típica historia de superación personal bien narrada y muy bien interpretada. Un producto que me chirrió mucho menos que AHX. Se centra en la evolución de su protagonista y el intento por salir de una secta, en este caso política, pero podría ser de otra naturaleza. Digamos que el pasar de puntillas o superficialmente, como dice la crítica, por el tema de la extrema derecha para mí mejora la historia porque, en cierta forma, la desnuda de contenido político y sobre todo, de discurso con moralina, para centrarse en el aspecto humano. Por ello, la película me sorprendió gratamente porque además es amena y todo resulta creíble como debe ser en una película "basada en hechos reales".

En resumen, la historia no se centra en la desintoxicación ideológica ya que su protagonista no tiene ningún conflicto respecto a eso, su conflicto es humano, ya que los jefes de la secta racista fuero también los padres que le "acogieron" cuando estaba desprotegido y solo en la calle. Abandonar la secta tiene un sentido moral más que político para él. Es una traición sentimental más que política.

Los actores, Bell y Farmiga a la cabeza, están sobresalientes y ese es el ingrediente fundamental que convierte un producto de serie B en un buen producto. Es pues lo que se llama "una película de actores". Una realización que no se hace notar para una historia muy indie americano y que fluye acertadamente hacia su esperanzado final. Si calificamos la película en función de sus pretensiones, es una buena película. Es lo que es, un telefilm bien realizado y eso es mucho.

Gran película, de bajo presupuesto y con unas grandes actuaciones, de un tema que me atrae bastante, saben ponerle tensión y contarnos una historia que está basada en hechos reales. Muy psicológica y que te hará recapacitar, empatizar con una de las mayores escorias de este mundo.

Un gran ejemplo de que con poco se pueden hacer grandes cosas, la verdad que me gustó mucho y me tuvo atrapado toda la película.

A veces una decisión marca el resto de tu vida y es casi imposible volver atrás, eso y la gente que se aprovecha de los invulnerables es lo que más claro me ha quedado de esta película.