Noviembre
7.1
20,486
Drama
Empujado por su espíritu todavía idealista, Alfredo decide crear "un arte más libre, hecho con el corazón, capaz de hacer que la gente se sienta viva". Su concepto del teatro va más allá del escenario, se traslada a la calle, cara a cara con el público esperando que éste se implique, provocándolo si es necesario. Sus actuaciones cargadas de denuncia social, sin límites ni censuras, llevan a poner en alerta a las fuerzas del orden público... (FILMAFFINITY) [+]
8 de mayo de 2006
8 de mayo de 2006
39 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
Achero Mañas me parece el autor más interesante y con mayor proyección del cine ibérico actual. La temática que aborda el film no me interesa demasiado, pero aún así no decae el interes que siento por la resolución de la obra, final, dicho sea de paso, que me parece exquisito. ¿Exagerado? Es posible. ¿Romántico? A más no poder. ¿Y éso lo justifica? No. Pero es perfecto y resume de manera sobresaliente los problemas a los que se enfrentaron nuestros aguerridos amigos, añadiendo además, una monumental metáfora sobre la libertad y el poder.
Noviembre peca de remolona en cuanto a las relaciones del grupo teatral. Se puede perder el hilo con los secundarios. Por otro lado, me parece notable la manera de jugar con el tiempo. Lo engaña, lo reduce a un mero divertimento para ciscarse en él (en su colega espacio me cisco yo que llevo un mes sin coche). Y éso me gusta. Las actuaciones en la calle comercial poseen garra. La cámara se mueve por dónde debe, acompañada de una notable fotografía. Óscar Jaenada se nos rebela como un buen actor y esperaremos con impaciencia el tercer trabajo del amigo Mañas, que aquí y haciendo honor a su apellido, nos demuestra que más vale maña que fuerza, excepto en el final, claro.
Noviembre peca de remolona en cuanto a las relaciones del grupo teatral. Se puede perder el hilo con los secundarios. Por otro lado, me parece notable la manera de jugar con el tiempo. Lo engaña, lo reduce a un mero divertimento para ciscarse en él (en su colega espacio me cisco yo que llevo un mes sin coche). Y éso me gusta. Las actuaciones en la calle comercial poseen garra. La cámara se mueve por dónde debe, acompañada de una notable fotografía. Óscar Jaenada se nos rebela como un buen actor y esperaremos con impaciencia el tercer trabajo del amigo Mañas, que aquí y haciendo honor a su apellido, nos demuestra que más vale maña que fuerza, excepto en el final, claro.
9 de septiembre de 2008
9 de septiembre de 2008
55 de 99 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película que trata el tema del teatro callejero desde un punto superfluo e idealista. Identifica a los artistas que viven del propio arte como ladrones y "vendidos", mientras que lo auténtico es hacer teatro improvisado en la calle (a veces incluso con consecuencias peligrosas para el público que no ha elegido serlo).
Pretende ser moralista y hacerte reflexionar acerca del mundo del arte con una pedantería extrema y con unos personajes muy poco creíbles. Además, tiene algunos errores de cohesión porque las obras que realizan son más elaboradas (a nivel de material, vestuario, maquillaje) de lo que su presupuesto '0' les debería permitir.
Todo eso sumado a un constante insulto hacia las artes tradicionales hacen que esta película cause cierta repulsión. Es excesivamente pretenciosa.
Sin embargo, si te gusta el tema y quieres una visión que coloque a los artistas de calle por encima de cualquier otro tipo de persona, encontrarás una película ideal, pues a nivel técnico no falla.
Eso sí, si tienes un conocimiento más amplio del arte, esta película te resultará un insulto y una falta de respeto y tras verla lo más probable es que, como yo, pienses por unos momentos: "El arte ha muerto".
Pretende ser moralista y hacerte reflexionar acerca del mundo del arte con una pedantería extrema y con unos personajes muy poco creíbles. Además, tiene algunos errores de cohesión porque las obras que realizan son más elaboradas (a nivel de material, vestuario, maquillaje) de lo que su presupuesto '0' les debería permitir.
Todo eso sumado a un constante insulto hacia las artes tradicionales hacen que esta película cause cierta repulsión. Es excesivamente pretenciosa.
Sin embargo, si te gusta el tema y quieres una visión que coloque a los artistas de calle por encima de cualquier otro tipo de persona, encontrarás una película ideal, pues a nivel técnico no falla.
Eso sí, si tienes un conocimiento más amplio del arte, esta película te resultará un insulto y una falta de respeto y tras verla lo más probable es que, como yo, pienses por unos momentos: "El arte ha muerto".
21 de diciembre de 2005
21 de diciembre de 2005
46 de 81 usuarios han encontrado esta crítica útil
Veamos. Sin desvelar gran cosa del argumento, se trata de un grupo teatral que (a estas alturas, sí) pretende cambiar el mundo. Y deciden hacer teatro en la calle sin cobrar y además negándose a aceptar el dinero. Sin embargo, durante esas actuaciones, llevan maquillaje, ropa, recurren a objetos varios... Y eso vale dinero. Vale, luego se explica, sucintamente, que lo aportan aquellos del grupo que pueden.
Al principio, tal vez por inocencia o porque, mira, ya que estás viendo la película... estás algo dispuesto a creértelo. Cuando llevas un rato y los personajes siguen siendo estereotipos y además mal construidos, te aburres. Si fuese sólo una historia más o menos simpática, aún, pero pretende ser mucho más, y ahí es donde se queda en un ejercicio de vacuidad y pedantería; si la intención era emocionar, como parece insinuarse al final, no lo ha conseguido; si era provocar reflexión, tampoco lo ha conseguido, porque harían falta unos personajes creíbles que diesen fuerza a esas reflexiones, y no los hay. Si sólo pretendía entretener... pues conmigo no lo consiguió.
Podría perdonarse, sin embargo. Pero hay un momento en que el protagonista se atreve a llorar por la muerte del arte. En una extraña paradoja, es el único punto interesante de la película, porque la propia evidencia de que el arte ha muerto es productos como "Noviembre". Pero creo que esa paradoja no era la intención de la película, así que...
Al principio, tal vez por inocencia o porque, mira, ya que estás viendo la película... estás algo dispuesto a creértelo. Cuando llevas un rato y los personajes siguen siendo estereotipos y además mal construidos, te aburres. Si fuese sólo una historia más o menos simpática, aún, pero pretende ser mucho más, y ahí es donde se queda en un ejercicio de vacuidad y pedantería; si la intención era emocionar, como parece insinuarse al final, no lo ha conseguido; si era provocar reflexión, tampoco lo ha conseguido, porque harían falta unos personajes creíbles que diesen fuerza a esas reflexiones, y no los hay. Si sólo pretendía entretener... pues conmigo no lo consiguió.
Podría perdonarse, sin embargo. Pero hay un momento en que el protagonista se atreve a llorar por la muerte del arte. En una extraña paradoja, es el único punto interesante de la película, porque la propia evidencia de que el arte ha muerto es productos como "Noviembre". Pero creo que esa paradoja no era la intención de la película, así que...
30 de noviembre de 2009
30 de noviembre de 2009
17 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si lo que pretendía era provocar, lo consigue y de sobra: provoca arcadas y muchas. La peli se reduce a una sola idea puesta sobre la mesa: la capacidad del arte de agitar conciencias. Supongo que el director se levantó una mañana harto de ver cine convencional y con ganas de cambiar el mundo, cosa que, dicho sea de paso , nos pasa a todos los domingos por la tarde antes de ir al trabajo y después de ver la película de la semana. La idea , ya digo , no es mala. Muy al contrario, se trata de un tema recurrente , de una obsesión poderosa: cambiar este puto mundo. ¿ Quien no se apunta a eso?. Todos, ¿no?. Pues no , ya empezamos mal: todo el mundo no vale para cambiar el mundo. Por lo pronto, yo no me apuntaría a ningún grupo de teatro que tuviera al sosias de Camarón de lider carismático. Lo primero que hace falta para movilizar a la masa es poder de seducción y Jaenada fascina tanto como un cebollino nuclear o un anuncio de teletienda. Pero bueno, no importa, te dices, para cambiar el mundo basta con una idea bien argumentada , el carisma es un exigencia burguesa, pasemos por tanto al mensaje, a los personajes, a sus motivaciones, a la intrahistoria en definitiva. Pues no. Tampoco. No se muestran razones y no tienes ni pajolera de por qué los personajes hacen lo que hacen excepto porque alguien se ha salido de clase de primero de arte dramático porque sentía que allí dentro se ahogaba y no podía cambiar el mundo. En cambio, aquí fuera en la calle ya es otra cosa. Con este fresquito y el pibón de la Ingrid Rubio , se te sube la sangre a la cabeza, dan ganas de cambiar el mundo a la orden de ya.
La peli no es mala. Simplemente no llega a ser lo que pretende. Imaginen a un vampiro mellado que se te intenta tirar a la yugular. Uno respeta el esfuerzo pero al mismo tiempo no puede evitar descojonarse de la risa. Si de verdad Achero sintiera ese respeto reverencial por el arte del que presumen algunos de los personajes de la película, hubiera tenido mucho más cuidado con este material tan sensible. Porque el arte remueve conciencias sólo cuando es verdadero. Y no lo digo yo: se trata del credo que defiende la pandilla plumilla que protagoniza la película. Pues eso, Achero: aplícate el cuento o búscate un tema más humilde. Entre el drama social y la salvación del hombre a través del arte, tiene que haber algo intermedio, no sé:un thriller sobre el hundimiento del Prestige o un biopic sobre Mercedes Milá ( los méritos de la peli en Spoiler).
La peli no es mala. Simplemente no llega a ser lo que pretende. Imaginen a un vampiro mellado que se te intenta tirar a la yugular. Uno respeta el esfuerzo pero al mismo tiempo no puede evitar descojonarse de la risa. Si de verdad Achero sintiera ese respeto reverencial por el arte del que presumen algunos de los personajes de la película, hubiera tenido mucho más cuidado con este material tan sensible. Porque el arte remueve conciencias sólo cuando es verdadero. Y no lo digo yo: se trata del credo que defiende la pandilla plumilla que protagoniza la película. Pues eso, Achero: aplícate el cuento o búscate un tema más humilde. Entre el drama social y la salvación del hombre a través del arte, tiene que haber algo intermedio, no sé:un thriller sobre el hundimiento del Prestige o un biopic sobre Mercedes Milá ( los méritos de la peli en Spoiler).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y si no le doy un rosco, es porque, aunque como propuesta cinematógrafica es para cortarse las venas, como cuña para el debate es inagotable. Ni me imagino la cantidad de discusiones o el número de parejas que ha tenido que romper esta película al salir del cine. Y he aquí la paradoja: a fuerza de banal y simple , su mensaje acaba imponiéndose y la película acaba generando lo que sus personajes buscan como zombies durante todo el metraje: una suerte del malrrollismo. Porque que alguien defienda esta peli genera en efecto un inmediato mal rollo y más si es tu pareja. Y entonces no queda otra que recurrir de nuevo a la salvación por medio del arte: el arte de la mentira, queremos decir. Joder Achero: cómo te lo curras.
27 de julio de 2008
27 de julio de 2008
19 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde luego se trata de una película interesante y esto se ve en que la gente o la odia o la ama. Yo, personalmente, la amo y voy a intentar explicar por qué.
En primer lugar, está muy bien interpretada, especialmente por Oscar Jaenada, Ingrid Rubio y Juan Díaz que, en mi opinión, soportan gran parte del peso de la historia con una maestría digna de mención.
En segundo lugar, me parece que la historia es realmente interesante. Un grupo de jóvenes, idealistas como la mayoría de los jóvenes, deciden crear un grupo de teatro alternativo (Noviembre) con el que actuar en la calle sin cobrar dinero. Quieren hacer un arte libre, sin ataduras, que implique al público y que le provoque (yo creo que eso lo quiere cualquier persona que intente hacer arte, lo consiga al final o no). Conforme va pasando la historia, los personajes van cambiando de opinión sobre lo que están haciendo, algunos siguiendo fieles, otros calmándose un poco y, al final, es el amor al teatro (es decir, a poder hacer feliz a la gente, a ilusionarlos, a provocarlos, a cambiarlos un poco, a hacer arte) lo que llevará a estos personajes hacia el final.
Por último, me fascina la idea de usar el falso documental para narrar la historia. El público sabe que va a ver ficción y de hecho ve imágenes que reconoce como ficción (es decir, puede identificarse plenamente con la historia y creerla como "cierta") pero, de repente, le plantan a unos señores mayores que dicen ser los jóvenes unos años después, explicando a la cámara lo que sucedió. También aparecen letreros con las obras que realizan y su fecha. Esto lo que hace es "romper la cuarta pared" (es decir, nos recuerda que lo que vemos es ficción para evitar la completa identificación con la historia y, curiosamente, nos recuerda que es ficción disfrazándolo de realidad. Esto nos da la distancia justa para que nos emocionemos a la vez que reflexionamos sobre lo que estamos viendo.
Para terminar, no creo que la película pretenda transmitir ningún mensaje concreto, cuenta una historia para que cada uno saque las conclusiones que crea oportunas. Yo creo que la película no se implica ni a favor, ni en contra del grupo Noviembre (ni siquiera con el final). Es el espectador el que debe decidir si lo que ve le parece bien o mal. Por lo tanto, para mí esta obra es una auténtica obra de arte que posiciona a los espectadores a favor o en contra, sin término medio, con unos recursos muy interesantes y muy bien utilizados. Luego ya, cada uno es libre de amarla u odiarla y ambas opciones son respetables. Hay detalles que no me gustan (sobre todo atentado que me parece que no es provocación sino mal gusto barato aunque la secuencia está muy bien rodada), pero yo la amo porque me permite soñar durante su visionado con un mundo mejor (utopía que me encanta permitirme de vez en cuando), y porque me ayuda a creer en el poder del arte para cambiar este mundo (quizá soy muy idealista pero es que, como los protagonistas de esta película, soy joven).
En primer lugar, está muy bien interpretada, especialmente por Oscar Jaenada, Ingrid Rubio y Juan Díaz que, en mi opinión, soportan gran parte del peso de la historia con una maestría digna de mención.
En segundo lugar, me parece que la historia es realmente interesante. Un grupo de jóvenes, idealistas como la mayoría de los jóvenes, deciden crear un grupo de teatro alternativo (Noviembre) con el que actuar en la calle sin cobrar dinero. Quieren hacer un arte libre, sin ataduras, que implique al público y que le provoque (yo creo que eso lo quiere cualquier persona que intente hacer arte, lo consiga al final o no). Conforme va pasando la historia, los personajes van cambiando de opinión sobre lo que están haciendo, algunos siguiendo fieles, otros calmándose un poco y, al final, es el amor al teatro (es decir, a poder hacer feliz a la gente, a ilusionarlos, a provocarlos, a cambiarlos un poco, a hacer arte) lo que llevará a estos personajes hacia el final.
Por último, me fascina la idea de usar el falso documental para narrar la historia. El público sabe que va a ver ficción y de hecho ve imágenes que reconoce como ficción (es decir, puede identificarse plenamente con la historia y creerla como "cierta") pero, de repente, le plantan a unos señores mayores que dicen ser los jóvenes unos años después, explicando a la cámara lo que sucedió. También aparecen letreros con las obras que realizan y su fecha. Esto lo que hace es "romper la cuarta pared" (es decir, nos recuerda que lo que vemos es ficción para evitar la completa identificación con la historia y, curiosamente, nos recuerda que es ficción disfrazándolo de realidad. Esto nos da la distancia justa para que nos emocionemos a la vez que reflexionamos sobre lo que estamos viendo.
Para terminar, no creo que la película pretenda transmitir ningún mensaje concreto, cuenta una historia para que cada uno saque las conclusiones que crea oportunas. Yo creo que la película no se implica ni a favor, ni en contra del grupo Noviembre (ni siquiera con el final). Es el espectador el que debe decidir si lo que ve le parece bien o mal. Por lo tanto, para mí esta obra es una auténtica obra de arte que posiciona a los espectadores a favor o en contra, sin término medio, con unos recursos muy interesantes y muy bien utilizados. Luego ya, cada uno es libre de amarla u odiarla y ambas opciones son respetables. Hay detalles que no me gustan (sobre todo atentado que me parece que no es provocación sino mal gusto barato aunque la secuencia está muy bien rodada), pero yo la amo porque me permite soñar durante su visionado con un mundo mejor (utopía que me encanta permitirme de vez en cuando), y porque me ayuda a creer en el poder del arte para cambiar este mundo (quizá soy muy idealista pero es que, como los protagonistas de esta película, soy joven).
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