15 años y un día
5.3
4,373
Drama
Cuando a Jon, un adolescente conflictivo, lo expulsan del colegio, su madre lo manda a vivir con su abuelo Max, un militar retirado que estuvo en la guerra de Bosnia y que ahora vive en un pueblo de la Costa de la Luz. Pero a Jon le gusta vivir peligrosamente, y su abuelo se ha convertido en un hombre de costumbres tranquilas. Los dos tendrán que enfrentarse a sus limitaciones y a sus miedos. (FILMAFFINITY)
8 de febrero de 2014
8 de febrero de 2014
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buenos actores, suficientte producción, pero... como tantas otras películas españolas y no españolas los directores y guionistas piensan que basta poner una cosa encima de otra, escena tras escena y ya hay película. Pero si se tarda una hora en presentar el nudo, si no hay un elemento de intriga, si no se atrae al espectador, te aburres. No se puede estar viendo escenas de niñatos una tras otra.
Tito Valverde soporta gran parte de lo creíble. El nieto es un mal actor. Que sea joven no lo excusa.
Hay que ir al grano. Ese es el secreto del buen cine americano y de otros países. Aquí es corriente la lentitud.
Ah, y los diálogos, sin ingenio. Piensan los guionistas que basta con reproducir el lenguaje de la calle. Ese falso realismo no es arte. Y cuando quieren dar un paso más caen en lo literario, como en el monólogo de la Verdú.
Y ese final, con las pantorras corriendo por la playa.
Y el insufrible rap del final, pretencioso, falso, vomitivo.
Y le daràn goyas en esa especie de mafia que es ese mundo cerrado del... cine español.
Tito Valverde soporta gran parte de lo creíble. El nieto es un mal actor. Que sea joven no lo excusa.
Hay que ir al grano. Ese es el secreto del buen cine americano y de otros países. Aquí es corriente la lentitud.
Ah, y los diálogos, sin ingenio. Piensan los guionistas que basta con reproducir el lenguaje de la calle. Ese falso realismo no es arte. Y cuando quieren dar un paso más caen en lo literario, como en el monólogo de la Verdú.
Y ese final, con las pantorras corriendo por la playa.
Y el insufrible rap del final, pretencioso, falso, vomitivo.
Y le daràn goyas en esa especie de mafia que es ese mundo cerrado del... cine español.
9 de junio de 2013
9 de junio de 2013
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras el "A mi padre" del final con el que Gracia le dedica la película a su padre Elías justo en el día que falleció me deja un buen sabor de boca está película, al margen de algunos defectos, al fina lde camino la peli me gustó. Gracia es una cineasta solvente y con una mirada propia.
Sin duda lo mejor de la película es la interpretación de Maribel Verdú, sobre todo tiene 2 momentos estelares, la conversación con Aledo y el posterior monólogo, maravilloso, los pelos de punta en ese momento señora. Que alguién diga, como he leído aquí en un mensaje, que es deficiente, tiene narices. Maribel Verdú siempre ha hecho buenos papeles, la diferencia entre la Maribel Verdú de antes y la de ahora es que era muy irregular, en algunas como 'Amantes' o 'La buena estrella' lo daba todo la tía, y demostraba que estaba incluso muy por encima de otras actrices de su generación mucho más valoradas, pero también hizo muchos truños donde ella tampoco salía bien parada, ahora eso no pasa con la actriz madrileña, incluso en películas fallidas como 'Fin' ella se salva. Con Margo hace un personaje con una personalidad apagada y con menos caracter pero sabe llenarlo de matices, sabe mirar y hablar.
Tito Valverde también hace un buen papel en la película, también me gusta la actuación del joven Aron Piper y del resto del elenco. El único personaje que me chirría es el que interpreta Belén López.
La película para mi falla en el tramo de cuando Jon viaja a Alicante para vivir con su abuelo hasta que pasa la pelea, en realidad todo lo relacionado con los adolescentes es un poco simple y obvio, tal vez Querejeta y Mercero deberían profundizado más y dejar de lado lo obvio para meterse en otros asusntos más profundos.
Sin duda lo mejor de la película es la interpretación de Maribel Verdú, sobre todo tiene 2 momentos estelares, la conversación con Aledo y el posterior monólogo, maravilloso, los pelos de punta en ese momento señora. Que alguién diga, como he leído aquí en un mensaje, que es deficiente, tiene narices. Maribel Verdú siempre ha hecho buenos papeles, la diferencia entre la Maribel Verdú de antes y la de ahora es que era muy irregular, en algunas como 'Amantes' o 'La buena estrella' lo daba todo la tía, y demostraba que estaba incluso muy por encima de otras actrices de su generación mucho más valoradas, pero también hizo muchos truños donde ella tampoco salía bien parada, ahora eso no pasa con la actriz madrileña, incluso en películas fallidas como 'Fin' ella se salva. Con Margo hace un personaje con una personalidad apagada y con menos caracter pero sabe llenarlo de matices, sabe mirar y hablar.
Tito Valverde también hace un buen papel en la película, también me gusta la actuación del joven Aron Piper y del resto del elenco. El único personaje que me chirría es el que interpreta Belén López.
La película para mi falla en el tramo de cuando Jon viaja a Alicante para vivir con su abuelo hasta que pasa la pelea, en realidad todo lo relacionado con los adolescentes es un poco simple y obvio, tal vez Querejeta y Mercero deberían profundizado más y dejar de lado lo obvio para meterse en otros asusntos más profundos.
4 de junio de 2013
4 de junio de 2013
9 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se estrena en Cines el próximo viernes 7 de junio “15 Años y un Día”, la última película de la directora Gracia Querejeta, responsable de la cinta “Siete mesas de billar francés” (2007), también con Maribel Verdú (“Blancanieves”, 2012) como protagonista. Repite de nuevo con su jovencísimo protagonista Aarón Piper, que debutó en el corto de 2012 de la directora, “Fracaso escolar”.
Jon (A. Piper) es un adolescente conflictivo que le encanta meterse en líos y hacer gamberradas a sus profesores, por lo que le expulsan del colegio. Su madre (M. Verdú), viendo que no puede controlarle ella sola, decide mandarle con su estricto abuelo Max (Tito Valverde), un militar retirado; para ver si él consigue enderezarle. De esta forma, ambos empezarán una relación complicada, debiendo aprender a coexistir los dos solos.
Así arranca esta película, apoyada por Universal y presentada en el 16º Festival de Málaga, obteniendo allí 4 premios, incluidos el de mejor película y mejor guión; y que fue aplaudida en el teatro Cervantes de Málaga tras su proyección.
La película cuenta con dos protagonistas veteranos muy reconocidos por el público, tanto con Maribel Verdú, ganadora del Goya como mejor actriz por su papel de madrastra en “Blancanieves” de Pablo Berger; como con la participación de T. Valverde, que durante 12 temporadas fue el comisario más famoso de la pequeña pantalla en España. Pero, la mayor y mejor sorpresa de la cinta reside en su joven protagonista (Piper), que con su interpretación no sólo eclipsa a sus experimentados compañeros, sino que lleva a su espalda todo el peso dramático de la trama, convenciendo con su interpretación y sentando los pilares para un futuro prometedor en nuestro cine.
Así es, es la aparición de este joven actor lo que promueve el visionado de la cinta, la cual si bien resulta entretenida y con algunos enfrentamientos y momentos de gran interés, peca de adolecer deficiencias en un guión demasiado cogido con pinzas, con un giro de guión poco sorprendente y algunos diálogos pobres y absurdos. También desaprovecha la complicidad establecida por el chico y su abuelo, y sus roces por sus diferentes puntos de vista en la forma de ser y actuar, ahondando en exceso en dramatizar una historia que no termina de ofrecer nada nuevo ni refrescante.
El mayor problema de la trama reside en la investigación realizada por el abuelo, con el fin de averiguar qué ocurrió en la playa, siendo prescindible todo este tramo pues ya nos habían mostrado todo lo necesario para descubrirlo por nosotros mismos anteriormente. También resultan tediosos algunos diálogos, sólo revitalizados por el desparpajo del protagonista, endulzando con sus diálogos y reacciones todos los momentos en los que aparece en pantalla.
Otra buena noticia del film es la vuelta de Valverde a escena, con un papel jugoso de un hombre estricto y lleno de principios, regalándonos algunas secuencias muy entretenidas en su lucha por educar a su irreverente nieto.
En definitiva, nos encontramos ante una buena propuesta mal encauzada, que encalla en un desarrollo poco efectivo y previsible, que sólo coge aire cuando eclipsa la pantalla el jovencísimo protagonista, ofreciéndonos los mejores momentos de la película; y, de paso, catapultándose hacia un futuro prometedor (si los recortes en los proyectos cinematográficos en nuestro país se lo permiten).
Lo mejor: Un protagonista que devora la pantalla, y a sus compañeros de paso con ella.
Lo peor: La trama comienza fuerte, pero acaba diluyéndose de forma precipitada, perdiendo las cualidades que la hacían interesante; concluyendo de una forma que a muy pocos convencerá.
Síguenos en Twitter: @cineralia y @EduQuintana16
Jon (A. Piper) es un adolescente conflictivo que le encanta meterse en líos y hacer gamberradas a sus profesores, por lo que le expulsan del colegio. Su madre (M. Verdú), viendo que no puede controlarle ella sola, decide mandarle con su estricto abuelo Max (Tito Valverde), un militar retirado; para ver si él consigue enderezarle. De esta forma, ambos empezarán una relación complicada, debiendo aprender a coexistir los dos solos.
Así arranca esta película, apoyada por Universal y presentada en el 16º Festival de Málaga, obteniendo allí 4 premios, incluidos el de mejor película y mejor guión; y que fue aplaudida en el teatro Cervantes de Málaga tras su proyección.
La película cuenta con dos protagonistas veteranos muy reconocidos por el público, tanto con Maribel Verdú, ganadora del Goya como mejor actriz por su papel de madrastra en “Blancanieves” de Pablo Berger; como con la participación de T. Valverde, que durante 12 temporadas fue el comisario más famoso de la pequeña pantalla en España. Pero, la mayor y mejor sorpresa de la cinta reside en su joven protagonista (Piper), que con su interpretación no sólo eclipsa a sus experimentados compañeros, sino que lleva a su espalda todo el peso dramático de la trama, convenciendo con su interpretación y sentando los pilares para un futuro prometedor en nuestro cine.
Así es, es la aparición de este joven actor lo que promueve el visionado de la cinta, la cual si bien resulta entretenida y con algunos enfrentamientos y momentos de gran interés, peca de adolecer deficiencias en un guión demasiado cogido con pinzas, con un giro de guión poco sorprendente y algunos diálogos pobres y absurdos. También desaprovecha la complicidad establecida por el chico y su abuelo, y sus roces por sus diferentes puntos de vista en la forma de ser y actuar, ahondando en exceso en dramatizar una historia que no termina de ofrecer nada nuevo ni refrescante.
El mayor problema de la trama reside en la investigación realizada por el abuelo, con el fin de averiguar qué ocurrió en la playa, siendo prescindible todo este tramo pues ya nos habían mostrado todo lo necesario para descubrirlo por nosotros mismos anteriormente. También resultan tediosos algunos diálogos, sólo revitalizados por el desparpajo del protagonista, endulzando con sus diálogos y reacciones todos los momentos en los que aparece en pantalla.
Otra buena noticia del film es la vuelta de Valverde a escena, con un papel jugoso de un hombre estricto y lleno de principios, regalándonos algunas secuencias muy entretenidas en su lucha por educar a su irreverente nieto.
En definitiva, nos encontramos ante una buena propuesta mal encauzada, que encalla en un desarrollo poco efectivo y previsible, que sólo coge aire cuando eclipsa la pantalla el jovencísimo protagonista, ofreciéndonos los mejores momentos de la película; y, de paso, catapultándose hacia un futuro prometedor (si los recortes en los proyectos cinematográficos en nuestro país se lo permiten).
Lo mejor: Un protagonista que devora la pantalla, y a sus compañeros de paso con ella.
Lo peor: La trama comienza fuerte, pero acaba diluyéndose de forma precipitada, perdiendo las cualidades que la hacían interesante; concluyendo de una forma que a muy pocos convencerá.
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23 de enero de 2014
23 de enero de 2014
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Rancio y anodino encefalograma plano aplaudido por la crítica especializada en un ejercicio de cinismo subvencionado, amparado en galardones y nominaciones que no hacen más que herir al cine patrio, a su público, y auspiciado por una industria ególatra que clama al arte dándole la espalda. Pasado el mal trago es necesario respirar y citar a la esperanza: ‘La gran familia española’ (Daniel Sánchez Arévalo, 2013), ‘Las brujas de Zugarramurdi’ (Álex de la Iglesia, 2013), ‘Canibal’ (Manuel Martín Cuenca, 2013) o ‘Mindscape’ (Jorge Dorado, 2013).
‘15 años y un día’ pretende transmitirse como un relato natural pero se percibe impostado, trata de ser un fiel reflejo de la adolescencia y su entorno cuando resulta forzado, falso y desalado, y se quiere ayudar de una trama sincera junto a unos personajes creíbles configurando por contra estereotipos, tópicos y diálogos encorsetados. Es un todo fallido no por ser sencilla, aunque no quiera serlo pero si aparentarlo, si no por no saber ser sencilla.
Dirección, guión e interpretación son lo más representativo en una escala que va de lo anodino al despropósito. Le falta ritmo y pulso a la narración obra de la respetada Gracia Querejeta quien filma un relato monótono, plano y sin tensión, quedando en evidencia ante simplezas tan palpables como los fundidos a rojo o aspectos de guión. Este, por su parte, viene firmado por Santos Mercero y dirección, es previsible con aire a trascendental y realidad harto artificial, llano y planificado, carente de audacia e interés.
Los personajes que habitan esta (ir)real historia están poco dibujados y casi condenados desde guión y dirección, es por ello ligeramente abusivo encarnizarse con un grupo de actores que, por otra parte, no lo hacen bien. Maribel Verdú no convence ni al monologar escenas, Tito Valverde ni impone ni emociona, Belén López no tiene peso, y el linchado Arón Piper, protagonista, presenta momentos dignos de inicio escolar pero que también es capaz, a veces, de ofrecer algo.
Al final de esta historia de rebeldía adolescente se llega ya sin interés alguno, poco importan las consecuencias de lo acaecido o su desenlace. Gracia Querejeta conforma así una película horizontal, donde el reloj de muñeca será una constante y que debería ser fácilmente olvidable si no fuera por la insistencia de un sistema que sean los motivos cuales sean pretende convertirla en historia.
Firmado: http://detenteencine.blogspot.com.es
‘15 años y un día’ pretende transmitirse como un relato natural pero se percibe impostado, trata de ser un fiel reflejo de la adolescencia y su entorno cuando resulta forzado, falso y desalado, y se quiere ayudar de una trama sincera junto a unos personajes creíbles configurando por contra estereotipos, tópicos y diálogos encorsetados. Es un todo fallido no por ser sencilla, aunque no quiera serlo pero si aparentarlo, si no por no saber ser sencilla.
Dirección, guión e interpretación son lo más representativo en una escala que va de lo anodino al despropósito. Le falta ritmo y pulso a la narración obra de la respetada Gracia Querejeta quien filma un relato monótono, plano y sin tensión, quedando en evidencia ante simplezas tan palpables como los fundidos a rojo o aspectos de guión. Este, por su parte, viene firmado por Santos Mercero y dirección, es previsible con aire a trascendental y realidad harto artificial, llano y planificado, carente de audacia e interés.
Los personajes que habitan esta (ir)real historia están poco dibujados y casi condenados desde guión y dirección, es por ello ligeramente abusivo encarnizarse con un grupo de actores que, por otra parte, no lo hacen bien. Maribel Verdú no convence ni al monologar escenas, Tito Valverde ni impone ni emociona, Belén López no tiene peso, y el linchado Arón Piper, protagonista, presenta momentos dignos de inicio escolar pero que también es capaz, a veces, de ofrecer algo.
Al final de esta historia de rebeldía adolescente se llega ya sin interés alguno, poco importan las consecuencias de lo acaecido o su desenlace. Gracia Querejeta conforma así una película horizontal, donde el reloj de muñeca será una constante y que debería ser fácilmente olvidable si no fuera por la insistencia de un sistema que sean los motivos cuales sean pretende convertirla en historia.
Firmado: http://detenteencine.blogspot.com.es
11 de junio de 2013
11 de junio de 2013
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es la primera vez que la directora Gracia Querejeta elige a un chico adolescente como protagonista de una de sus películas, pero estuvo más atinada tanto en la labor de escritura como en la de dirección en la ocasión anterior, "Héctor", que junto a la también estupenda "Cuando vuelvas a mi lado" supone el escalón más alto al que ha llegado la directora madrileña.
El conflictivo adolescente Jon es expulsado temporalmente de su instituto, y su madre, desbordada por la situación y la actitud del chico en casa, decide mandarlo una temporada con su abuelo, un militar retirado que combatió en la Guerra de Bosnia y que vive solo en un pueblo de la costa. El punto de partida de la trama es sencillo y lo hemos visto numerosas veces, cayendo casi inevitablemente en situaciones previsibles y lugares comunes (al principio los personajes no se entienden..., entre otras muchas cosas). Quizá por ello, la directora y su coguionista deciden incluir en la trama, conforme esta avanza, una serie de tramas secundarias que en ocasiones enriquecen el conjunto (la relación del abuelo y la inspectora de policía) pero que en otras lo desvían con situaciones algo forzadas y giros que caen un tanto en el tremendismo (la historia de los ecuatorianos y la pelea). Tampoco ayuda el manido recurso al flashback, tan innecesario como torpe en su resolución.
En el aspecto actoral, buen papel de Fernando Valverde en su reaparición en el cine, y eficaces Maribel Verdú, Belén López y Susi Sánchez en sus papeles secundarios. Y lo mejor que se puede decir del chaval protagonista es que cae bien y tiene un rostro agradable; se siente simpatía por él, pero sus cualidades como intérprete son algo limitadas y en algunos momentos clave, cuando se abandona la naturalidad y hay que reflejar sentimientos más extremos, no acaba de convencer.
Pese a sus defectos e imperfecciones, "15 años y un día" es una película digna y agradable de ver, y demuestra una mirada sensible y observadora sobre las relaciones familiares, mirada que ha sido la nota dominadora de toda la filmografía de su directora.
El conflictivo adolescente Jon es expulsado temporalmente de su instituto, y su madre, desbordada por la situación y la actitud del chico en casa, decide mandarlo una temporada con su abuelo, un militar retirado que combatió en la Guerra de Bosnia y que vive solo en un pueblo de la costa. El punto de partida de la trama es sencillo y lo hemos visto numerosas veces, cayendo casi inevitablemente en situaciones previsibles y lugares comunes (al principio los personajes no se entienden..., entre otras muchas cosas). Quizá por ello, la directora y su coguionista deciden incluir en la trama, conforme esta avanza, una serie de tramas secundarias que en ocasiones enriquecen el conjunto (la relación del abuelo y la inspectora de policía) pero que en otras lo desvían con situaciones algo forzadas y giros que caen un tanto en el tremendismo (la historia de los ecuatorianos y la pelea). Tampoco ayuda el manido recurso al flashback, tan innecesario como torpe en su resolución.
En el aspecto actoral, buen papel de Fernando Valverde en su reaparición en el cine, y eficaces Maribel Verdú, Belén López y Susi Sánchez en sus papeles secundarios. Y lo mejor que se puede decir del chaval protagonista es que cae bien y tiene un rostro agradable; se siente simpatía por él, pero sus cualidades como intérprete son algo limitadas y en algunos momentos clave, cuando se abandona la naturalidad y hay que reflejar sentimientos más extremos, no acaba de convencer.
Pese a sus defectos e imperfecciones, "15 años y un día" es una película digna y agradable de ver, y demuestra una mirada sensible y observadora sobre las relaciones familiares, mirada que ha sido la nota dominadora de toda la filmografía de su directora.
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