Así habla el amor
1971 

7.1
1,250
Romance. Drama. Comedia
Minnie Moore trabaja en un museo y vive con un hombre que la maltrata. Seymour Moskowitz es un viejo beatnick aparcacoches que no encuentra su lugar en el mundo. No tienen nada en común, excepto su soledad. Se conocen en un parking, cuando Moskowitz defiende a Minnie de la agresión de su acompañante. A pesar de sus diferencias y su amargura, descubren la gran necesidad que tienen el uno del otro. (FILMAFFINITY)
14 de diciembre de 2010
14 de diciembre de 2010
9 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los opuestos se atraen, querida Minnie Moore, pero a veces se solapan en vez de completarse. Tu historia (te interpreta como siempre inconmensurable Gena Rowlands) es un filme de diferencias: sociales, culturales (eres tan sofisticada, culta pero tan idiota en temas románticos que te la dan doblada o en toda la cara). Él, en cambio, (hablo de Seymour Moskowitz) es simple y básico, directo, al fin y al cabo. Nada que ver con tu ideal de hombre, ese que ves junta a tu amiga en todas esas películas.
¡Oh! esa locura del amor, de la vergüenza que nos puede hacer sentir a veces, cuando, por ejemplo, te tapas, reina mora, con esas enormes gafas emulando a King África (algo que sucede a cada momento, por cierto, del metraje de tu película). Y esos trompos y giros de la ‘fragoneta’ de tu ¿novio? Bueno, no desvelo a tus espectadores, nada de lo que sucede en tu historia, que podría resumir como lo práctico y físico frente a lo emocional.
La película a nivel cinematográfico es todo un señor churro pero como es de Cassavetes le subiré la nota… y ese final (del que no desvelo nada y que no merece ser contado ni en un spoiler) que queda tan sinceramente mal en todo el conjunto y filmografía del marido de la mujer que te interpreta.
Te cuento todo esto Minnie porque al igual que tu vivías en un mundo idealizado por Hollywood y esos hombres perfectos yo también vivo en ese mundo de hombres idelizados. Al final mi destino ha sido encontrar a un hombre simples y básico como tu Seymour.
Fdo. Carla Bruni
¡Oh! esa locura del amor, de la vergüenza que nos puede hacer sentir a veces, cuando, por ejemplo, te tapas, reina mora, con esas enormes gafas emulando a King África (algo que sucede a cada momento, por cierto, del metraje de tu película). Y esos trompos y giros de la ‘fragoneta’ de tu ¿novio? Bueno, no desvelo a tus espectadores, nada de lo que sucede en tu historia, que podría resumir como lo práctico y físico frente a lo emocional.
La película a nivel cinematográfico es todo un señor churro pero como es de Cassavetes le subiré la nota… y ese final (del que no desvelo nada y que no merece ser contado ni en un spoiler) que queda tan sinceramente mal en todo el conjunto y filmografía del marido de la mujer que te interpreta.
Te cuento todo esto Minnie porque al igual que tu vivías en un mundo idealizado por Hollywood y esos hombres perfectos yo también vivo en ese mundo de hombres idelizados. Al final mi destino ha sido encontrar a un hombre simples y básico como tu Seymour.
Fdo. Carla Bruni
4 de octubre de 2008
4 de octubre de 2008
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este drama puede ser visto en clave de sátira. Cruel sátira con ciertos tintes que evocan una especie de falso documental.
La actuación de una Gena Rowlands muy joven resulta impecable.
Sordidez, soledad, pobreza, alienación y desesperanza son los tópicos que este genial director utiliza para poner en relieve la imposibilidad de comunicarse; y en donde para llegar al amor los personajes deberán sortear obstáculos de toda clase.
La imagen del amor como posible refugio ante la violencia del mundo funciona como probable.
Cuando terminé de ver esta película, quedé entre alienada por la violencia que me hizo sentir y fascinada por la poética que se crea utilizando esa misma alienación como material.
Una película única, recomendada para amantes del género y en mi opinión, especialmente para actores o actrices con ganas de ver teatro en pantalla grande.
La actuación de una Gena Rowlands muy joven resulta impecable.
Sordidez, soledad, pobreza, alienación y desesperanza son los tópicos que este genial director utiliza para poner en relieve la imposibilidad de comunicarse; y en donde para llegar al amor los personajes deberán sortear obstáculos de toda clase.
La imagen del amor como posible refugio ante la violencia del mundo funciona como probable.
Cuando terminé de ver esta película, quedé entre alienada por la violencia que me hizo sentir y fascinada por la poética que se crea utilizando esa misma alienación como material.
Una película única, recomendada para amantes del género y en mi opinión, especialmente para actores o actrices con ganas de ver teatro en pantalla grande.
20 de diciembre de 2024
20 de diciembre de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cassavetes suele ser elogiado como el maestro del cine independiente, el autor de emociones crudas y relaciones humanas desnudas. entrega aquí una obra que, lejos de conmover, exaspera. Aunque no entraré en su filmografía general (que para mí tiende a repetir los mismos vicios), esta película en particular se siente más como un ensayo fallido que como una obra maestra. Aquí, lo que podría haber sido un retrato incisivo del amor como resistencia al vacío se convierte en un desfile de diálogos inconexos, personajes forzados y una narrativa que deambula sin rumbo.
El guion parece escrito a base de parches. Más que conversaciones, la película se desarrolla a través de monólogos desconectados que los actores se lanzan como pelotas mal dirigidas, y el resultado es agotador. No hay intercambio real entre Minnie y Moskowitz, ni siquiera cuando están frente a frente. Es como si cada personaje existiera en su propia órbita, aislado, mientras el público intenta, en vano, encontrar una conexión que los haga humanos o cercanos.
El mayor problema, sin embargo, radica en las dinámicas de poder y el maltrato que impregnan la relación central. Moskowitz no es el adorable desaliñado que algunos podrían interpretar, sino una figura abrasiva y, en ocasiones, agresiva, cuya voluntad parece imponerse por pura terquedad. Minnie, en cambio, queda atrapada en un patrón de servidumbre hacia todos los que la rodean, convirtiéndose en una figura pasiva y casi masoquista que resulta difícil de comprender, mucho menos de empatizar con ella.
Por momentos, da la impresión de que Cassavetes abandonó cualquier intento de coherencia narrativa en favor de una improvisación desenfrenada que, lejos de enriquecer la película, la convierte en un caos tedioso. Los personajes no tienen claro lo que quieren porque, en realidad, no parece que la película lo sepa tampoco.
En lugar de ser un viaje emocionalmente desafiante, es un trayecto incómodo hacia ninguna parte. Lo que debería ser un romance complicado e intenso acaba siendo una experiencia agotadora y, en última instancia, desconectada. No sientes nada por Minnie, por Moskowitz ni por su supuesta historia de amor. Solo quedas con la sensación de que has asistido a una larga discusión de la que querías salir mucho antes de que terminara.
El guion parece escrito a base de parches. Más que conversaciones, la película se desarrolla a través de monólogos desconectados que los actores se lanzan como pelotas mal dirigidas, y el resultado es agotador. No hay intercambio real entre Minnie y Moskowitz, ni siquiera cuando están frente a frente. Es como si cada personaje existiera en su propia órbita, aislado, mientras el público intenta, en vano, encontrar una conexión que los haga humanos o cercanos.
El mayor problema, sin embargo, radica en las dinámicas de poder y el maltrato que impregnan la relación central. Moskowitz no es el adorable desaliñado que algunos podrían interpretar, sino una figura abrasiva y, en ocasiones, agresiva, cuya voluntad parece imponerse por pura terquedad. Minnie, en cambio, queda atrapada en un patrón de servidumbre hacia todos los que la rodean, convirtiéndose en una figura pasiva y casi masoquista que resulta difícil de comprender, mucho menos de empatizar con ella.
Por momentos, da la impresión de que Cassavetes abandonó cualquier intento de coherencia narrativa en favor de una improvisación desenfrenada que, lejos de enriquecer la película, la convierte en un caos tedioso. Los personajes no tienen claro lo que quieren porque, en realidad, no parece que la película lo sepa tampoco.
En lugar de ser un viaje emocionalmente desafiante, es un trayecto incómodo hacia ninguna parte. Lo que debería ser un romance complicado e intenso acaba siendo una experiencia agotadora y, en última instancia, desconectada. No sientes nada por Minnie, por Moskowitz ni por su supuesta historia de amor. Solo quedas con la sensación de que has asistido a una larga discusión de la que querías salir mucho antes de que terminara.
6 de agosto de 2010
6 de agosto de 2010
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tremendamente beat y con gusto por la hipérbole, en su día fue, a buen seguro, un jarro de agua fresca. Hoy la veo con envidia al recordar ese cegador horizonte de ilusión que tambien recorrió mis venas entonces, mucho antes de alcanzar primero el concepto de decepción que me llevaría finalmente a refugiarme en el escepticismo. Y ahora veo dos interpretaciones con fuertes dosis de improvisación que ya no se estilan, mas que aquí consiguieron obtener dos registros, en mi opinión memorables. Diferente aunque por momentos excesiva, de poca transcendencia pero siempre digna, constituyente alternativa a rigideces formales y mentales de la época, fue vanguardia que no es poco y con más razón se entiende ahora, que llevamos tantos años de estático inmovilismo.
No es una gran película, es demasiado larga y sus situaciones son poco creíbles, pero aun así merece muy mucho la pena por su carga de energía, por su libre fluír y porque, simplemente, es distinta.
No es una gran película, es demasiado larga y sus situaciones son poco creíbles, pero aun así merece muy mucho la pena por su carga de energía, por su libre fluír y porque, simplemente, es distinta.
15 de abril de 2022
15 de abril de 2022
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
En este caso, John Cassavetes, uno de los representantes del cine independiente y del llamado Nuevo Cine Estadounidense, no llega a superar al cine clásico. El maltrato que recibe Minnie (Gena Rowlands) por parte de los hombres, hoy, es inaceptable. La violencia constante que exhibe Moskowitz (Seymour Cassel) también. Es como si John Cassavetes intentara moler a palos las convenciones de la comedia de Hollywood (casi siempre clara, convencional, divertida y redonda). Una paliza, que lejos de mostrarnos la herencia inventiva del mayo del 1968, se alinea con esa violencia esencial del cine norteamericano que lamentablemente parece asociada a la idea de espectáculo (siglos después de la desaparición del circo romano). Cómo si fuera necesario, a toda costa, llamar la atención del espectador.
'Así habla el amor' (1972) es pues, radicalmente distinta a la comedia clásica: en lugar de ser redonda resulta un objeto de vertices punzantes, muy, muy agudos y lacerantes. No me atrevería a clasificarla como una comedia porque me produce preocupación y ninguna sonrisa. La película resulta muy exagerada, cínica y ácida. No todo tiene que ser tan intenso y ácido después del mayo del 68. És más, la violencia no encaja bien con el espíritu de la revuelta. En resumen, aún en las antípodas cine 'clásico', usa las mismas estrategias para llegar al éxito. Lamentable.
La vida es más normal, y no por ello, carente de interés.
'Así habla el amor' (1972) es pues, radicalmente distinta a la comedia clásica: en lugar de ser redonda resulta un objeto de vertices punzantes, muy, muy agudos y lacerantes. No me atrevería a clasificarla como una comedia porque me produce preocupación y ninguna sonrisa. La película resulta muy exagerada, cínica y ácida. No todo tiene que ser tan intenso y ácido después del mayo del 68. És más, la violencia no encaja bien con el espíritu de la revuelta. En resumen, aún en las antípodas cine 'clásico', usa las mismas estrategias para llegar al éxito. Lamentable.
La vida es más normal, y no por ello, carente de interés.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here