Qué dificil es encontrar una película española buena. Puede haber alguna divertida, pero poco más. Peliculones, ni uno.
El 70% son de enredos de faldas (post Eteso-Pajares)
Un 20% son de temas políticos (todas de izquierdas, por supuesto). Y de éstas, el 80% tratan de forma patética la guerra civil.
Un 5% son dramas, suspenses, y otras variedades, con muy poco presupuesto y de resultados paupérrimos.
Y queda otro 5% para películas inclasificables que a veces resultan interesantes, como "amanece que no es poco" y a veces resultan bochornosas, como esta. Qué vergüenza.

Ejemplo palmario de película que de tan extremadamente mala es difícilmente superable como comedia. Los gravísimos errores de rácord, los agujeros negros del guión, sus horripilantes interpretaciones lideradas por pseudoactores como Sergio Pazos y secudandas por "actores" teóricamente profesionales como Silke o Fele Martínez, lo descabellado de su argumento y la inverosimilitud de todo lo que sucede la convierten en una de las mejores películas de la historia del cine español. Cine patrio en estado puro (no falta una buena ración de mamellas). De visionado obligatorio.

Tengo por costumbre rehuír el cine español, por conocer su flaqueza argumental, su despilfarro a costa del contribuyente, y su amiguismo a la hora de conceder papeles.
Pero esta vez he picado, y me he tragado una de terror adolescente al estilo yanquee, pero adaptado con muy poco realismo a la celtiberia. Desde actuaciones infumables a giros en la trama vomitivos, este pseudofilm aburre a la vez que indigna. Lo de que los universitarios tengan patas de gallo con espolones, al principio me hizo gracia; la vergonzante escena del muerto rodeado de fuego hasta me hizo reír; pero aguantar tanto rato un disparate tras otro y el inexpresivo careto del Sanz, acabaron por enervar mi sistema nervioso. Y el cartón piedra de la tumba de los cojones, digno colofón a tanta falsedad y majadería.
Recomendable para todo aquel que guste de coleccionar úlceras, y para curiosos de saber en qué se gasta el ministerio de cultura nuestros dineros.

Tenía esta peli valorada con un 2, pero anoche me la volví a ver y he decidido subirle la nota. Pero que nadie se lleve a engaños, ES MALA. No quisiera dar a entender lo contrario.

Es un error considerar ésto como terror (tal vez sea un error también considerarlo como película) Es una comedia, de las tontas, sin más, pero resulta que es bastante entretenida. Está hecha con cuatro duros y por gente que nunca más ha vuelto a hacer nada y nunca antes había hecho nada (cinematográficamente hablando, se entiende). Se me ocurre que tal vez fuese ésto un proyecto de fin de carrera… y seguramente les suspendieron, y ya está, por eso ahora venden tachuelas y arandelas en una ferretería de barrio en vez de (¡gracias a Dios!) dedicarse al cine.

Tampoco sé qué habrá sido de Silke. Tal vez, por pura dignidad, se metió a un curso de dicción y todavía no ha conseguido aprobar, por eso ya no la vemos por el cine patrio.

Sea como fuere, la tontería esta está hecha a postas. Los muchachos que dirigieron ésto estaban de coña y no tenían pretensión alguna, así que, la peli cumple su objetivo: que el público esté entretenido y se mofe del bodrio que le ofrecen. Cosas peores vieres.

Además, la peli tiene de todo. Efectos especiales bochornosos, gore, misterio (je, je), asesinatos… y hasta sexo al más puro estilo instinto básico. Sí… toda la peli es bastante básica.

Los universitarios tunantes son bastante talluditos, mientras que el inspector de policía es un pipiolo. Pues eso, que los muchachos que dirigieron ésto estaban de coña.

Pero todavía se me ocurren más argumentos para defender esta castaña. Me viene a la cabeza aquella infamia titulada “El arte de morir” que el muy inútil director Álvarez Armero quiso colar como película seria de género. Ésta es igual de mala, pero sin ínfulas. Por no hablar del super-éxito reciente de los USA “Paranormal Activity” que es más cutre que ésta todavía y está peor realizada e interpretada (si cabe) y que además, dicho sea de paso, es un coñazo.

Pues hala. Después de defender este bodrio, ya puedo descansar. Tuno bueno, tuno muerto.

En Hollywood y en cualquier cinematografía seria que se precie, hay lugar para todo tipo de géneros y subgéneros. Y no se desprecian. El cine español, que fue pionero en Europa y estableció varias factorías, con personalidad propia, de cine fantástico, con Paul Naschy, Juan PIquer Simón o más recientemente la Fantastic Factory, parece renegar de este género y sus profesionales y lo desprecian profundamente, reflejo de las frustraciones y sentimiento de inferioridad que sufren alguna gente del gremio, muchos críticos y gafapastas.

"Tuno negro", vilipendiada al máximo, es una película que bebe de las fuentes del cine slasher y el de asesinos psicópatas con disfraces, como Leatherface, Jason, Scream y Freddy Krueger. Obviamente tiene su punto ridículo si se lo buscas, pero en un filme donde lo irreal y lo fantástico es predominante, "Tuno Negro" cumple con creces sus expectativas. No es un film demasiado brillante, pero su desparpajo lo disculpa. No aspira a nada salvo a que te diviertas con las hipérboles y exageraciones propias de este tipo de películas: el disfraz, los asesinatos imaginativos y cruentos, los secundarios pecaminosos, los sospechosos y el punto sobrenatural.

Y francamente, resulta muy divertida.