Asesinato en el Expreso de Oriente
2017 

5.8
26,661
15 de noviembre de 2017
15 de noviembre de 2017
38 de 53 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terminando de ver “Murder On The Orient Express” (2017) de Kenneth Branagh con Penélope Cruz, Willem Dafoe, Judi Dench, Johnny Depp, Josh Gad, Derek Jacobi, Leslie Odom Jr., Michelle Pfeiffer, Daisy Ridley, entre otros. Drama de suspense, basado en la novela homónima escrita por Agatha Christie en 1934, y “remake” de LA OBRA MAESTRA de 1974, dirigida por Sidney Lumet, protagonizada por Albert Finney y un reparto de primera categoría en el cine y el teatro, en el único filme sobre una obra de la autora, que obtuvo 6 nominaciones al Premio OSCAR, de las que ganó solo Mejor Actriz de Reparto para Ingrid Bergman. La historia es sobre un asesinato en un tren, donde todos los pasajeros son sospechosos. Allí, el famoso detective belga, Hercule Poirot, será el encargado de resolver el caso. Esta versión se antoja bastante perezosa en cuanto a la estructura de la historia, porque al ser un “remake”, se hace imposible no hacer comparaciones; y es que Christie publicó 66 novelas policiales, 6 novelas rosas y 14 historias cortas: ¿Por qué hacer un “remake”? La película tiene lugar en 1934, aproximadamente, no tiene el prólogo de los sucesos que veremos, y se muestra un caso anterior en su lugar, donde todo alrededor es demasiado moderno, desde los trajes de los policías, hasta la misma ciudad de Estambul, que no es la Jerusalén del principio, que puede llegar a confundir pues la película no cuenta dónde se encuentra el personaje principal, tanto que el escenario panorámico pareció un efecto de CGI más digno de STAR WARS o la saga de THOR. En cuanto a los personajes, en apariencia, esta versión es más fiel a la descripción de todos los sospechosos, en cuanto a edades y contextura física. Empezando por Poirot, que lo odié con su bigote exagerado para alguien de su gusto y elegancia; de hecho, en la adaptación de 1974, Christie que estaba viva, se quejó del bigote, y aquí los hubiera demandado. JAMÁS tendría un bigote de esa manera, así como JAMÁS usaría un bastón como arma que lo eleva a la categoría de súper héroe más que un intelectual, y hablando de “materia gris”, aquí queda de lado, pues toda su perspicacia cae en un diálogo aprendido, y aquello de “el orden y el método” se va la basura y cae en la acción ¿? Y es que JAMÁS, alguien como Poirot, descuidaría su bigote, pues en algunas escenas se nota que al dormir no le lleva protección, o bien, su excentricidad a la hora de las comidas o el simple hecho de manipular los objetos, aquí roza el ridículo y lo patético, tanto que el personaje se hace antipático; y es que Poirot es de buen comer y beber, por lo que su apariencia es robusta, JAMÁS atlética. Otro dato es que el personaje no sería capaz de violentar la propiedad privada, es decir, JAMÁS hubiera abierto el camarote de Ratchett de la manera que hizo, y MENOS sacar a los pasajeros del tren para interrogarlos en el descampado nevado; curioso que ninguno, afuera bajo temperaturas heladas, muestre el aire que exhalan… MENOS a gente de la nobleza como La Condesa y La Princesa, eso es inconcebible para un conocedor como Poirot. Un dato PATÉTICO fueron las posiciones de los personajes en el plano final, la escena con todos los sospechosos sentados en una mesa larga en la boca del túnel, que imitan las posiciones exactas de las figuras en la pintura de Da Vinci, “La Última Cena” Y es que Kenneth Branagh es el 13° actor que encarna al detective de Agatha Christie, Hercule Poirot en la pantalla, sin incluir varias parodias y docudramas. Y como dato del resto del reparto, atendiendo la HORRIPILANTE corrección política, tenemos a un actor negro, en el personaje de Leslie Odom Jr., Arbuthnot, un coronel en el ejército en la novela original; aquí su personaje es médico y reemplaza al Dr. Constantine de la novela; que no aparece, a pesar que un crimen se ha cometido… además, en esa época, una persona de color solo era aceptada si era parte de la nobleza. Los demás actores están ahí por contrato, ninguno tiene un desarrollo interesante, salvo Johnny Depp que aparece en más de una ocasión a modo de “flashback” para hacer rendir la inversión; y el resto está poco desarrollado, donde ninguno tiene un peso que lo haga sospechoso de un crimen muy bien planeado; ni hablar de la escena en cuestión, tan ridícula como “gore”, salvaje y hasta mal rodada. Ni siquiera Judi Dench, como La Princesa queda bien parada, pues todo su aspecto está demasiado cuidado, donde no vimos nada de su herencia rusa y sus maneras “vampirescas” Al final de la película, un mensajero le informa a Poirot, que lo necesitan en Egipto para resolver una “muerte en El Nilo” que es el título de otra novela de misterio protagonizada por Hercule Poirot. Entre los múltiples errores, aparte del excesivo CGI, vemos muchas montañas, cuando no hay en el tramo donde suceden los hechos, ya que es una llanura. Aquí no hay tensión, no hay juego mental, el espectador no participa y lo mantiene aborregado, pendiente del desarrollo de una historia donde él mismo no se involucra. Un filme para nada elegante, donde nadie es realmente “sospechoso”, desde la presentación de los personajes, en el abordaje, ya se ve la premura y la falta de querer hacer algo destacable. Se dijo, sin embargo, que James Pritchard, Presidente de Agatha Christie Ltd., y bisnieto de la escritora, que expresó su interés por que se realicen futuras secuelas, citando la colaboración con Branagh y el resto del equipo de producción; por su parte, el actor y director, también mostró interés en realizar futuras entregas, si la película tenía éxito; y es que Kenneth Branagh anteriormente quiso emular a Olivier sin éxito, pasando por dramas y comedias teatrales de Shakespeare, sin éxito; y ahora asesina a Poirot, insultando la memoria histórica de Albert Finney.
NO RECOMENDADA, de hecho: ¡PROHIBIDA!
JAMÁS tendría una nota en el blog de Lecturas Cinematográficas, para eso está la de 1974 que adjunto
http://lecturascinematograficas.blogspot.com/2012/11/murder-on-orient-express.html
NO RECOMENDADA, de hecho: ¡PROHIBIDA!
JAMÁS tendría una nota en el blog de Lecturas Cinematográficas, para eso está la de 1974 que adjunto
http://lecturascinematograficas.blogspot.com/2012/11/murder-on-orient-express.html
29 de noviembre de 2017
29 de noviembre de 2017
35 de 51 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como seguidor de la gran Agatha Christie aparte de leer gran cantidad de sus novelas he seguido todas (o casi) las adaptaciones que se han realizado en cine, por tanto puedo decir que he visto suficiente recreaciones de Hercule Poirot como para tener una idea clara del personaje.
Y desde luego que este no es el protagonista que yo esperaba en esta versión. Partiendo de la primera adaptación en la gran pantalla (Sidney Lumet, 1974) es bastante mala, yo creo que era difícil que la cosa fuera a peor, pero por desgracia lo ha sido. Por el camino tenemos una excelente adaptación de David Suchet en la serie oficial de Poirot (ITV) que deja en pañales a las dos películas de la gran pantalla.
Pero centrándonos en esta versión casi todo es un desastre, sí tenemos que salvar algo dejamos la ambientación de la película. Por lo demás todo no cuadra, un Poirot que parece Holmes en las adaptaciones de Guy Richie, un montaje abominable, unos personajes totalmente desdibujados y una conclusión que pretende la espectacularidad y roza el ridículo.
No quiero extenderme demasiado, parece que esto vende porque ya están preparando el siguiente engendro con Poirot-Branagh, en fin vean la serie de Suchet y ahórrense el trago
Y desde luego que este no es el protagonista que yo esperaba en esta versión. Partiendo de la primera adaptación en la gran pantalla (Sidney Lumet, 1974) es bastante mala, yo creo que era difícil que la cosa fuera a peor, pero por desgracia lo ha sido. Por el camino tenemos una excelente adaptación de David Suchet en la serie oficial de Poirot (ITV) que deja en pañales a las dos películas de la gran pantalla.
Pero centrándonos en esta versión casi todo es un desastre, sí tenemos que salvar algo dejamos la ambientación de la película. Por lo demás todo no cuadra, un Poirot que parece Holmes en las adaptaciones de Guy Richie, un montaje abominable, unos personajes totalmente desdibujados y una conclusión que pretende la espectacularidad y roza el ridículo.
No quiero extenderme demasiado, parece que esto vende porque ya están preparando el siguiente engendro con Poirot-Branagh, en fin vean la serie de Suchet y ahórrense el trago
12 de julio de 2018
12 de julio de 2018
22 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después de leer varias criticas sobre la película quisiera comentar:
1) La película es aburrida
2) El reparto, un conjunto de famosos que solo aportan su imagen para atraer al publico pero que en su mayoria
no aportan nada a la historia.
3) El personaje de Poirot no se parece en nada al que imagino su autora y se parece mas a Indiana Jones.
4) El uso de las cámaras, un horror, tomas cenitales que no aportan nada, absurdos travellings, planos tomados desde sitios insospechados???, no aprendió nada Kenneth de maestros del cine como Alfred Hitchcock.
¿ Soy el único al que le parece la película mala en todos los sentidos?
1) La película es aburrida
2) El reparto, un conjunto de famosos que solo aportan su imagen para atraer al publico pero que en su mayoria
no aportan nada a la historia.
3) El personaje de Poirot no se parece en nada al que imagino su autora y se parece mas a Indiana Jones.
4) El uso de las cámaras, un horror, tomas cenitales que no aportan nada, absurdos travellings, planos tomados desde sitios insospechados???, no aprendió nada Kenneth de maestros del cine como Alfred Hitchcock.
¿ Soy el único al que le parece la película mala en todos los sentidos?
18 de noviembre de 2017
18 de noviembre de 2017
28 de 42 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mira que tiene a un Kenneth Branagh en estado de gracia como actor y director (tenemos una película muy elegante a nivel visual, así como una interpretación que supone tranquilamente el 90% de la película -desmereciendo al resto del reparto, he de decir-). Mira que la banda sonora a cargo de Patrick Doyle es bellísima cuando se hace notar (en la revelación final le da un toque emocionante inesperado). Mira que los primeros treinta/cuarenta minutos enganchan...
Resulta una lástima que la película se estanque en el diálogo y exposiciones densas en su nudo, lastrando el conjunto y privando a la película de ser más movidita. De entregar algo nuevo o de presentar la trama con innovaciones. Llegamos a una conclusión que intenta arropar al espectador con un manto emotivo de forma teatral, efectiva y sorprendente. Pero es demasiado tarde para equilibrar la balanza.
Lo peor de este viaje en el Orient Express no es que sea absurdo o predecible -lo cual no lo es, salvo para quien conozca la obra madre de Agatha Christie-, es que juega sus cartas demasiado sobre seguro como para interesarnos como le gustaría, no utiliza todos sus ases interpretativos como debería (Branagh es genial, pero te quedas con ganas de muchísimo más por el resto) y nos detiene demasiado en su alargado tramo de investigación en lugar de mantenernos alerta. No es un viaje del que arrepentirse en exceso, pero por si acaso asegurad el billete de vuelta.
Resulta una lástima que la película se estanque en el diálogo y exposiciones densas en su nudo, lastrando el conjunto y privando a la película de ser más movidita. De entregar algo nuevo o de presentar la trama con innovaciones. Llegamos a una conclusión que intenta arropar al espectador con un manto emotivo de forma teatral, efectiva y sorprendente. Pero es demasiado tarde para equilibrar la balanza.
Lo peor de este viaje en el Orient Express no es que sea absurdo o predecible -lo cual no lo es, salvo para quien conozca la obra madre de Agatha Christie-, es que juega sus cartas demasiado sobre seguro como para interesarnos como le gustaría, no utiliza todos sus ases interpretativos como debería (Branagh es genial, pero te quedas con ganas de muchísimo más por el resto) y nos detiene demasiado en su alargado tramo de investigación en lugar de mantenernos alerta. No es un viaje del que arrepentirse en exceso, pero por si acaso asegurad el billete de vuelta.
9 de marzo de 2018
9 de marzo de 2018
24 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kenneth Branagh me parece un presuntuoso con aires de grandeza, un mediocre venido arriba. Opino esto desde su "Frankenstein". Como en aquella, no deja de ser pretencioso y desmesurado, tanto en su propia interpretación del personaje (en este caso de Poirot) como en la puesta en escena del resto del plantel.
Un neurocirujano jamás se operaría a sí mismo. Y un narcisista tampoco debería dirigirse a sí mismo. Porque cuando actúa no hay un director que le diga lo histriónico y sobreactuado que resulta (idem para Woody Allen, Mel Gibson...).
Y como él manda, pues a chupar cámara, desaprovechando el reparto de lujo que le rodea.
Más detalles en spoilers.
Un neurocirujano jamás se operaría a sí mismo. Y un narcisista tampoco debería dirigirse a sí mismo. Porque cuando actúa no hay un director que le diga lo histriónico y sobreactuado que resulta (idem para Woody Allen, Mel Gibson...).
Y como él manda, pues a chupar cámara, desaprovechando el reparto de lujo que le rodea.
Más detalles en spoilers.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El comienzo es pésimo. ¡Qué mal presenta a Poirot en Jerusalén! Le coges asco al personaje por los sinsentidos con los que lo construye:
- La escena del niño y los huevos es ridícula. Poirot desayuna dos huevos pasados por agua y tienen que ser iguales. En el hotel deben estar sin huevos y mandan a un niño a recorrer la ciudad para traerlos. Trae varios huevos y ninguno de ellos tiene un tamaño semejante. ¡Ninguno! Le sirven uno tamaño XL y otro tamaño M para que el espectador note la diferencia, pero Poirot no lo nota si no es porque saca una regla-nivel. Y qué estúpido, como no se cumple el equilibrio entre los dos huevos, se va sin desayunar.
- De camino al Muro de las Lamentaciones Poirot pisa una gran boñiga y deja clavado su pie en ella. Se queda un momento pensando y para que la cosa esté en equilibrio, pisa bien la boñiga con el otro pie. ¡Eres idiota, Kenneth! Con esta escena tan escatológica y absurda el espectador no interioriza que Poirot sea un perfeccionista, lo que asume el espectador es que Poirot es tonto. No se puede presentar a un detective de mente privilegiada haciendo este tipo de absurdeces.
- La escena en el Muro de las Lamentaciones es patética. Jamás se trataría de esa forma a las tres máximas autoridades religiosas de la ciudad, arrastrándoles al Muro como si los fuesen a fusilar. No es que la puesta en escena sea demasiado teatral, es que es grotesca y penosa.
- La resolución del robo de la joya del Santo Sepulcro también da vergüenza ajena. Resulta que los zapatos de suela gruesa o las botas pueden producir una grieta en una pared. Y los zapatos de suela fina no. Es decir, que cuando quiera escalar paredes con ponerme unos zapatos de suela gruesa ya puedo ir haciendo grietas en la pared y escalando. Y con esta "irrefutable" prueba ya se sabe que ha sido el jefe de la policía porque lleva zapatos de suela gruesa. Manda que traigan su mochila y "voilá" allí tiene la joya escondida. De sonrojarme y apartar la mirada de la pantalla, vergüenza ajena me das Kenneth.
- Y qué decir del momento "bastón mágico". Poirot clava su bastón en el Muro. El jefe de policía cuando huye lo hace entre la gente, hasta llegar al guardia que custodia la puerta. Entonces retrocede y en vez de volver otra vez entre la gente, esta vez corre pegado al muro y se da de bruces con el bastón. Otro sonrojo. A ver Kenneth, quieres hacernos creer que Poirot es inteligente o que es un pitoniso.
En la estación de Estambul hay otro par de detalles feos:
- A Bouc le cuesta encontrarle acomodo a Poirot porque todos los camarotes ya están asignados. Sin embargo, cuando sube al vagón, a la princesa Dragomiroff le dan a alegir camarote; rechaza dos y se queda con el tercero que le abren. Fallo garrafal.
- Cuando Poirot sube al vagón acompañado de la Sra. Hubbard (Michelle Pfeiffer), Kenneth se acelera tanto que Michelle no puede casi seguirle. La va dejando detrás. Se queda hablando sólo. Resultado: un travelling absurdo en el que se demuestra su mal hacer. Y en el plano siguiente Michelle ya aparece a su altura, como si se hubiese teletransportado.
Y así podría seguir con el resto del metraje (estos comentarios sólo han sido de los primeros minutos).
En resumen: peli mala, manida, con miles de absurdos... pero que se va a esperar de un director que desde Frankenstein no ha hecho otra cosa que crear engendros (¿lo habéis cogido?).
- La escena del niño y los huevos es ridícula. Poirot desayuna dos huevos pasados por agua y tienen que ser iguales. En el hotel deben estar sin huevos y mandan a un niño a recorrer la ciudad para traerlos. Trae varios huevos y ninguno de ellos tiene un tamaño semejante. ¡Ninguno! Le sirven uno tamaño XL y otro tamaño M para que el espectador note la diferencia, pero Poirot no lo nota si no es porque saca una regla-nivel. Y qué estúpido, como no se cumple el equilibrio entre los dos huevos, se va sin desayunar.
- De camino al Muro de las Lamentaciones Poirot pisa una gran boñiga y deja clavado su pie en ella. Se queda un momento pensando y para que la cosa esté en equilibrio, pisa bien la boñiga con el otro pie. ¡Eres idiota, Kenneth! Con esta escena tan escatológica y absurda el espectador no interioriza que Poirot sea un perfeccionista, lo que asume el espectador es que Poirot es tonto. No se puede presentar a un detective de mente privilegiada haciendo este tipo de absurdeces.
- La escena en el Muro de las Lamentaciones es patética. Jamás se trataría de esa forma a las tres máximas autoridades religiosas de la ciudad, arrastrándoles al Muro como si los fuesen a fusilar. No es que la puesta en escena sea demasiado teatral, es que es grotesca y penosa.
- La resolución del robo de la joya del Santo Sepulcro también da vergüenza ajena. Resulta que los zapatos de suela gruesa o las botas pueden producir una grieta en una pared. Y los zapatos de suela fina no. Es decir, que cuando quiera escalar paredes con ponerme unos zapatos de suela gruesa ya puedo ir haciendo grietas en la pared y escalando. Y con esta "irrefutable" prueba ya se sabe que ha sido el jefe de la policía porque lleva zapatos de suela gruesa. Manda que traigan su mochila y "voilá" allí tiene la joya escondida. De sonrojarme y apartar la mirada de la pantalla, vergüenza ajena me das Kenneth.
- Y qué decir del momento "bastón mágico". Poirot clava su bastón en el Muro. El jefe de policía cuando huye lo hace entre la gente, hasta llegar al guardia que custodia la puerta. Entonces retrocede y en vez de volver otra vez entre la gente, esta vez corre pegado al muro y se da de bruces con el bastón. Otro sonrojo. A ver Kenneth, quieres hacernos creer que Poirot es inteligente o que es un pitoniso.
En la estación de Estambul hay otro par de detalles feos:
- A Bouc le cuesta encontrarle acomodo a Poirot porque todos los camarotes ya están asignados. Sin embargo, cuando sube al vagón, a la princesa Dragomiroff le dan a alegir camarote; rechaza dos y se queda con el tercero que le abren. Fallo garrafal.
- Cuando Poirot sube al vagón acompañado de la Sra. Hubbard (Michelle Pfeiffer), Kenneth se acelera tanto que Michelle no puede casi seguirle. La va dejando detrás. Se queda hablando sólo. Resultado: un travelling absurdo en el que se demuestra su mal hacer. Y en el plano siguiente Michelle ya aparece a su altura, como si se hubiese teletransportado.
Y así podría seguir con el resto del metraje (estos comentarios sólo han sido de los primeros minutos).
En resumen: peli mala, manida, con miles de absurdos... pero que se va a esperar de un director que desde Frankenstein no ha hecho otra cosa que crear engendros (¿lo habéis cogido?).
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