Monsieur Chocolat
6.3
2,119
Drama. Comedia
Belle Époque. El payaso Chocolat (Omar Sy), el primer negro que trabajó en un circo francés, tuvo un enorme éxito a finales del siglo XIX. Fue también el primero en hacer publicidad, el que inspiró a otros artistas de la época como Toulouse Lautrec o a los hermanos Lumière participando en varias de sus primeras películas. Él y el payaso Foottit (James Thierrée) fueron pioneros en la creación de un dúo entre un payaso “Carablanca” y un ... [+]
11 de junio de 2017
11 de junio de 2017
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No suelo conectar con el cine francés por la mala calidad de las traducciones, bueno no mala calidad pero pierden gracia en las ultimas películas que he intentado ver. Pero Monsieur Chocolate es una buena película sobre la vida de un payaso negro, pero sobre todo sobre el pasado de los payasos y el pasado de los negros.
Chocolate es sobre todo una película sobre el racismo, imprescindible para conocer nuestro presente es conocer nuestro pasado, de donde venimos. Las bajezas del ser humano y su carácter auto destructivo.
Omar Sy y james Thierrée son dos pedazo de actores que me han sorprendido mucho. La película es buena, esta muy bien hecha, muy bien ambientada y muy bien interpretada. Una agradable sorpresa para un domingo por la noche.
Chocolate es sobre todo una película sobre el racismo, imprescindible para conocer nuestro presente es conocer nuestro pasado, de donde venimos. Las bajezas del ser humano y su carácter auto destructivo.
Omar Sy y james Thierrée son dos pedazo de actores que me han sorprendido mucho. La película es buena, esta muy bien hecha, muy bien ambientada y muy bien interpretada. Una agradable sorpresa para un domingo por la noche.
23 de octubre de 2016
23 de octubre de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Zem ha contado con un amplio presupuesto de producción para este biopic sobre el primer artista circense negro francés y el equipo de dirección artística lo aprovecha.
Con un estilo de narración clásica en este tipo de géneros y las licencias pertinentes con algunos aspectos de la realidad sobre todo con el personaje del payaso Foottit magníficamente interpretado por James Thierrée cuyo parecido físico y contrastado dominio corporal nos remite a su abuelo Chaplin, asistimos a una Francia de principios de siglo, donde los avances artísticos iban mucho más deprisa que los derechos sociales con un racismo manifiesto.
Rafael Padilla "Chocolat" (1867-1917) nacido en Cuba, trasladado a España acaba escapando y después de diferentes oficios recala en un circo de provincias donde Foottit le encuentra y acaba por montar una puesta en escena donde los tipos de los payasos Augusto y Carablanca interactúan por primera vez. El éxito de la propuesta les llevará a París donde alcanzaran fama y popularidad.
Los entresijos del teatro de variedades se acumulan en una primera parte más brillante. En la segunda vemos la realidad social del momento y como afecta al aspecto humano de los personajes, sus miedos, aspiraciones y debilidades que acaban por hacerles transitar por camino diferentes hacia finales diferente.
El popular Omar Sy defiende con dignidad su papel. La importancia del dúo en la evolución del circo y Chocolat en concreto fue olvidado y bien está que el cine les rescate para ubicarles en el papel que se merecen.
Con un estilo de narración clásica en este tipo de géneros y las licencias pertinentes con algunos aspectos de la realidad sobre todo con el personaje del payaso Foottit magníficamente interpretado por James Thierrée cuyo parecido físico y contrastado dominio corporal nos remite a su abuelo Chaplin, asistimos a una Francia de principios de siglo, donde los avances artísticos iban mucho más deprisa que los derechos sociales con un racismo manifiesto.
Rafael Padilla "Chocolat" (1867-1917) nacido en Cuba, trasladado a España acaba escapando y después de diferentes oficios recala en un circo de provincias donde Foottit le encuentra y acaba por montar una puesta en escena donde los tipos de los payasos Augusto y Carablanca interactúan por primera vez. El éxito de la propuesta les llevará a París donde alcanzaran fama y popularidad.
Los entresijos del teatro de variedades se acumulan en una primera parte más brillante. En la segunda vemos la realidad social del momento y como afecta al aspecto humano de los personajes, sus miedos, aspiraciones y debilidades que acaban por hacerles transitar por camino diferentes hacia finales diferente.
El popular Omar Sy defiende con dignidad su papel. La importancia del dúo en la evolución del circo y Chocolat en concreto fue olvidado y bien está que el cine les rescate para ubicarles en el papel que se merecen.
12 de marzo de 2017
12 de marzo de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es la Belle Époque. Época en que se imponen nuevos valores, de transformaciones económicas y culturales. Momento de fe en la ciencia y el progreso, pero también de nostalgia del pasado predecesor de la primera guerra mundial. Allí se encuentran el antaño esclavo y ahora salvaje atracción del circo y el entrado en decadencia payaso Foottit. Y pronto se convierten en socios obligados.
El destino mezcla las cartas, y nosotros jugamos. Foottit (esplendido James Thierrée) convierte al salvaje en el payaso Chocolat (pasional trabajo de Omar Sy) y juntos se convierten en el dúo más aclamado del circo francés, inspirador de grandes artistas como Toulouse Lautrec o los hermanos Lumiére (y participando de sus primeras películas).
Es así que Chocolat pasa de ser esclavo a convertirse en un hombre libre, del circo al teatro y del anonimato a la fama. Pero el payaso quería tener nombre propio y convertirse en Otelo. Cuál será el destino, lo dejo para aquellos que vean la película.
Basada en una historia real, el director Roschdy Zem indaga sobre la fama y el dinero, sobre los orígenes y el destino, sobre el pasado y el porvenir, sobre la amistad, el amor y el racismo. Pero principalmente, y es su punto más logrado, explora la transformación exterior e interior de una persona en búsqueda de su identidad y de una libertad sin condicionamientos.
Juzgar esa transformación no es nuestra tarea, el propio destino lo hará. Y conviene recordar que los espíritus vulgares no tienen destino.
El destino mezcla las cartas, y nosotros jugamos. Foottit (esplendido James Thierrée) convierte al salvaje en el payaso Chocolat (pasional trabajo de Omar Sy) y juntos se convierten en el dúo más aclamado del circo francés, inspirador de grandes artistas como Toulouse Lautrec o los hermanos Lumiére (y participando de sus primeras películas).
Es así que Chocolat pasa de ser esclavo a convertirse en un hombre libre, del circo al teatro y del anonimato a la fama. Pero el payaso quería tener nombre propio y convertirse en Otelo. Cuál será el destino, lo dejo para aquellos que vean la película.
Basada en una historia real, el director Roschdy Zem indaga sobre la fama y el dinero, sobre los orígenes y el destino, sobre el pasado y el porvenir, sobre la amistad, el amor y el racismo. Pero principalmente, y es su punto más logrado, explora la transformación exterior e interior de una persona en búsqueda de su identidad y de una libertad sin condicionamientos.
Juzgar esa transformación no es nuestra tarea, el propio destino lo hará. Y conviene recordar que los espíritus vulgares no tienen destino.
5 de mayo de 2016
5 de mayo de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine, en gran medida, no es un disciplina unidireccional. No implica una única vertiente sino que lleva consigo una labor que incluye lo artístico, lo emocional, lo evasivo o lo educativo por citar algunos ejemplos. Una de las virtudes que más me complacen no radica en ocasiones en el visionado puro y duro sino en la efectiva enseñanza de moralejas o labores de descubrimiento sobre, bien circunstancias y momentos históricos o bien sobre personajes absolutamente desconocidos para quien les escribe y que de una u otra manera, han ayudado a forjar el mundo tal y como hoy lo conocemos. Dentro de esta última circunscripción podríamos incluir el film sobre el que hoy voy a hablar. Un film sencillo, convencional, tan irregular como bien interpretado. Tan cómico como dramático. Tan desconocido como real: 'Monsieur Chocolat'.
'Monsieur Chocolat' será recordada seguramente por la inmensa mayoría como la película en la que Omar Sy (mundialmente conocido por su personaje de cuidador en 'Intocable' de Olivier Nakache y Eric Toledano) realiza su mejor interpretación. Quién así lo piense no le faltará razón, aunque lo cierto es que sería injusto para la memoria de alguien que forjo una leyenda olvidada y ahora redescubierta, en primer término por el autor de la novela en la que se basa, el escritor francés Gérard Noiriel y su Chocolat clown nègre; y en segundo término por el realizador francés de origen marroquí Rochsdy Zem al llevarlo a la gran pantalla: el primer payaso negro en Europa, Rafael Padilla, más conocido como Chocolat.
Roschdy Zem, más conocido por sus labores interpretativas (sobre todo en la notable 'Días de gloria' y por la que el coral reparto protagonista se llevó la palma de oro a interpretación masculina en 2006), presenta su cuarto trabajo detrás de las cámaras (la destacada 'Omar m'a tuer' entre ellas) donde muestra un drama con esencia de comedia -la profesión del protagonista no deja ninguna duda- que sirve de homenaje a la memoria de alguien sin conocimientos, atrapado por la ignorancia de quien huye de su Cuba natal para ser vendido como trabajador en España, pero que supo encontrar su hueco en una sociedad y una época contraria para sus intereses.
El film comienza presentándonos un circo a las afueras de París. En él aparecen los clásicos personajes de burlesque, circenses de tomo y lomo en plena Belle Époque francesa, donde Rafael Padilla interpretaba a un negro salvaje traído de la selva que se dedicaba exclusivamente a asustar al público con su presencia y alaridos. El destino quiso que el famoso payaso francés Foottit se cruzara en su camino y, gracias a la visión y habilidad de éste, formaran una divertida pareja de payasos donde, el blanco golpeaba y sometía entre sonrisas al payaso negro. Dicho show comenzó a ganar popularidad hasta el punto de que el director del Nouveau Cirque parisino, Raoul Donval, los contrató para su espectáculo. El recientemente bautizado payaso Chocolat junto a Foottit alcanzaron una gran fama, llevándoles incluso a protagonizar anuncios, aparecer en alguna de las primeras películas filmadas con el cinematógrafo de los hermanos Lumière de los orígenes del cine y a consolidarse como una figuras de referencia en la sociedad francesa. Todo ello a pesar de los dos grandes estigmas que hacían de ellos unos señalados. El fundamental, el color de piel de Padilla, algo que, con el gran racismo de la época, hizo extremadamente complicada la conciliación de éxito, dinero y vida social.
Técnicamente la película es algo arcaica. Una narración capitular que toca muy de soslayo varios aspectos de la vida de Padilla, dejando incluso de lado otros tanto de su gran compañero de escena, magistralmente interpretado por el actor francés James Thiérrée (dicho sea de paso, nieto del gran Charles Chaplin e hijo de Victoria Chaplin, artista circense británica). Thiérrée demuestra haber nacido para el arte del mimo y la gestualización y ofrece un artístico repertorio que en ocasiones deja en segundo plano a un notorio Omar Sy que deja atrás su etiqueta de cómico graciosete pero sin alma.
A pesar de lo rudimentario de la película, hay que reconocer una trabajada ambientación. Sobre todo en las escenas de dentro del circo, en la platea, donde Roschdy Zem sabe mostrar adecuadamente a sus dos estrellas sobre la pista y donde apreciamos la simbiosis con el espectador. 'Monsieur Chocolat' plantea la transformación parcial de un personaje que no sabe digerir el éxito y que empieza a comprender el racismo que está sufriendo en su día a día. La banda sonora de Gabriel Yared, sin ser especialmente espectacular sí que cumple con su cometido, acompañando al film sin hacerse muy notoria ni subrayante y destacando en la parte más circense gracias a sus apropiados acordes que incluyen la acordeón.
A pesar de que la película resulta en ocasiones irregular, las estupendas escenas del circo, lo magnéticas de las interpretaciones y, sobre todo, lo interesante de la historia y el personaje, hacen de la película un acto de descubrimiento cultural de alguien que tuvo todo en contra y luchó con alegría a pesar de su ignorancia por conseguir todo lo que se propusiera.
Lo mejor: Descubrir a Rafael Padilla. Las interpretaciones de James Thiérrée y Omar Sy.
Lo peor: Alguna secuencia de limitada calidad. El guion es algo escurridizo por momentos y deja dudas.
VALORACIÓN:
Fotografía: 6
Banda sonora: 6
Interpretación: 8
Dirección: 5
Guión: 5
Satisfacción: 6
NOTA FINAL: 6
@hilodeseda - www.habladecine.com
'Monsieur Chocolat' será recordada seguramente por la inmensa mayoría como la película en la que Omar Sy (mundialmente conocido por su personaje de cuidador en 'Intocable' de Olivier Nakache y Eric Toledano) realiza su mejor interpretación. Quién así lo piense no le faltará razón, aunque lo cierto es que sería injusto para la memoria de alguien que forjo una leyenda olvidada y ahora redescubierta, en primer término por el autor de la novela en la que se basa, el escritor francés Gérard Noiriel y su Chocolat clown nègre; y en segundo término por el realizador francés de origen marroquí Rochsdy Zem al llevarlo a la gran pantalla: el primer payaso negro en Europa, Rafael Padilla, más conocido como Chocolat.
Roschdy Zem, más conocido por sus labores interpretativas (sobre todo en la notable 'Días de gloria' y por la que el coral reparto protagonista se llevó la palma de oro a interpretación masculina en 2006), presenta su cuarto trabajo detrás de las cámaras (la destacada 'Omar m'a tuer' entre ellas) donde muestra un drama con esencia de comedia -la profesión del protagonista no deja ninguna duda- que sirve de homenaje a la memoria de alguien sin conocimientos, atrapado por la ignorancia de quien huye de su Cuba natal para ser vendido como trabajador en España, pero que supo encontrar su hueco en una sociedad y una época contraria para sus intereses.
El film comienza presentándonos un circo a las afueras de París. En él aparecen los clásicos personajes de burlesque, circenses de tomo y lomo en plena Belle Époque francesa, donde Rafael Padilla interpretaba a un negro salvaje traído de la selva que se dedicaba exclusivamente a asustar al público con su presencia y alaridos. El destino quiso que el famoso payaso francés Foottit se cruzara en su camino y, gracias a la visión y habilidad de éste, formaran una divertida pareja de payasos donde, el blanco golpeaba y sometía entre sonrisas al payaso negro. Dicho show comenzó a ganar popularidad hasta el punto de que el director del Nouveau Cirque parisino, Raoul Donval, los contrató para su espectáculo. El recientemente bautizado payaso Chocolat junto a Foottit alcanzaron una gran fama, llevándoles incluso a protagonizar anuncios, aparecer en alguna de las primeras películas filmadas con el cinematógrafo de los hermanos Lumière de los orígenes del cine y a consolidarse como una figuras de referencia en la sociedad francesa. Todo ello a pesar de los dos grandes estigmas que hacían de ellos unos señalados. El fundamental, el color de piel de Padilla, algo que, con el gran racismo de la época, hizo extremadamente complicada la conciliación de éxito, dinero y vida social.
Técnicamente la película es algo arcaica. Una narración capitular que toca muy de soslayo varios aspectos de la vida de Padilla, dejando incluso de lado otros tanto de su gran compañero de escena, magistralmente interpretado por el actor francés James Thiérrée (dicho sea de paso, nieto del gran Charles Chaplin e hijo de Victoria Chaplin, artista circense británica). Thiérrée demuestra haber nacido para el arte del mimo y la gestualización y ofrece un artístico repertorio que en ocasiones deja en segundo plano a un notorio Omar Sy que deja atrás su etiqueta de cómico graciosete pero sin alma.
A pesar de lo rudimentario de la película, hay que reconocer una trabajada ambientación. Sobre todo en las escenas de dentro del circo, en la platea, donde Roschdy Zem sabe mostrar adecuadamente a sus dos estrellas sobre la pista y donde apreciamos la simbiosis con el espectador. 'Monsieur Chocolat' plantea la transformación parcial de un personaje que no sabe digerir el éxito y que empieza a comprender el racismo que está sufriendo en su día a día. La banda sonora de Gabriel Yared, sin ser especialmente espectacular sí que cumple con su cometido, acompañando al film sin hacerse muy notoria ni subrayante y destacando en la parte más circense gracias a sus apropiados acordes que incluyen la acordeón.
A pesar de que la película resulta en ocasiones irregular, las estupendas escenas del circo, lo magnéticas de las interpretaciones y, sobre todo, lo interesante de la historia y el personaje, hacen de la película un acto de descubrimiento cultural de alguien que tuvo todo en contra y luchó con alegría a pesar de su ignorancia por conseguir todo lo que se propusiera.
Lo mejor: Descubrir a Rafael Padilla. Las interpretaciones de James Thiérrée y Omar Sy.
Lo peor: Alguna secuencia de limitada calidad. El guion es algo escurridizo por momentos y deja dudas.
VALORACIÓN:
Fotografía: 6
Banda sonora: 6
Interpretación: 8
Dirección: 5
Guión: 5
Satisfacción: 6
NOTA FINAL: 6
@hilodeseda - www.habladecine.com
3 de octubre de 2016
3 de octubre de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A finales del siglo XIX y principios del XX, el payaso Chocolat, primero de raza negra que trabajó en un circo francés, pasó de ser un explotado trabajador de circo de provincia que hacía un acto de un salvaje caníbal africano, a un afamado payaso que hacía de patiño de un payado blanco viviendo su segundo aire, esta historia es llevada a la pantalla grande por el director y también actor Roschdy Zem.
Rafael Padilla es el verdadero nombre de Chocolat, interpretado por el afamado actor Omar Sy, un cubano que de niño viajó a Francia y pasó de todo hasta llegar a un circo, donde se convirtió en la tablita de salvación del decadente payaso Footit (un notable James Thierrée) al convertirse en un dúo de payasos único para la época.
Su fama los llevó a un burgués circo de París, donde Chocolat se convertiría en una celebridad a cambió de dejarse aporrear por su compañero para beneplácito del público, lo que llega a cansarlo y lo mueve a buscar alcanzar su nuevo sueño de convertirse en un actor serio de teatro.
La película se torna más disfrutable en su primera mitad, donde se narra el ascenso de la pareja en los escenarios circenses con secuencias bien logradas que incluyen sus diferentes rutinas y su paso de pequeñas carpas a grandes escenarios con una precisa recreación de la época.
Pero por la segunda mitad, la decadencia del personaje es mostrada en escenas que lo subrayan, lo mismo cuando aparecen ciertos flashbacks a la niñez del protagonista siendo esclavo, el mismo que es repetido una y otra vez, en un regodeo miserabilista que echa por la borda la primera parte, más lúdica y simpática.
Una película que no se sostiene en la totalidad de su metraje, que intenta abarcar muchos temas los cuales no llegan a ser desarrollados y que abandona el tono ligero de su inicio por uno mucho más dramático y convencional que no emociona.
http://tantocine.com/senor-chocolate-de-roschdy-zem/
Rafael Padilla es el verdadero nombre de Chocolat, interpretado por el afamado actor Omar Sy, un cubano que de niño viajó a Francia y pasó de todo hasta llegar a un circo, donde se convirtió en la tablita de salvación del decadente payaso Footit (un notable James Thierrée) al convertirse en un dúo de payasos único para la época.
Su fama los llevó a un burgués circo de París, donde Chocolat se convertiría en una celebridad a cambió de dejarse aporrear por su compañero para beneplácito del público, lo que llega a cansarlo y lo mueve a buscar alcanzar su nuevo sueño de convertirse en un actor serio de teatro.
La película se torna más disfrutable en su primera mitad, donde se narra el ascenso de la pareja en los escenarios circenses con secuencias bien logradas que incluyen sus diferentes rutinas y su paso de pequeñas carpas a grandes escenarios con una precisa recreación de la época.
Pero por la segunda mitad, la decadencia del personaje es mostrada en escenas que lo subrayan, lo mismo cuando aparecen ciertos flashbacks a la niñez del protagonista siendo esclavo, el mismo que es repetido una y otra vez, en un regodeo miserabilista que echa por la borda la primera parte, más lúdica y simpática.
Una película que no se sostiene en la totalidad de su metraje, que intenta abarcar muchos temas los cuales no llegan a ser desarrollados y que abandona el tono ligero de su inicio por uno mucho más dramático y convencional que no emociona.
http://tantocine.com/senor-chocolate-de-roschdy-zem/
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