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2046

Romance. Drama. Ciencia ficción Un escritor que creía escribir sobre el futuro, en realidad estaba escribiendo sobre el pasado. En su novela, un misterioso tren salía de cuando en cuando con dirección al año 2046. Todos los que subían a él lo hacían con el mismo propósito: recobrar los recuerdos perdidos. Se decía que en 2046 nada cambiaba. Nadie sabía a ciencia cierta si eso era verdad, porque ninguno de los que viajaron regresó jamás. Con una excepción. Él estuvo ... [+]
Críticas 155
Críticas ordenadas por utilidad
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9
11 de diciembre de 2007
67 de 76 usuarios han encontrado esta crítica útil
...mucho.
Si pudiésemos borrar de nuestra memoria determinados recuerdos y experiencias de nuestro pasado, como sucedía por ejemplo en "¡"Olvídate de mí!, quizás no sufriríamos tanto y podríamos avanzar y recomponer nuestra vida con mayor facilidad, pero claro, entonces dejaríamos de ser nosotros, porque lo que somos ahora, nuestra experiencia, nuestras posibles conductas presentes o futuras, estarán marcadas ya para siempre por todos esos amores y desamores del pasado, por todas esas alegrías maravillosas, y probablemente, con mucha más frecuencia, por todas esas frustraciones que forman parte de la vida, y a las que debemos sobreponernos de un modo o de otro. Al mismo tiempo el dolor que sentimos por las perdidas del pasado -en especial esa persona tan especial que pensábamos que estaba destinada a nosotros; suponiendo que creamos en esto, claro-, nos impide creer en la posibilidad de recrear ese tipo de amor en el futuro, pues nos parece imposible alcanzar de nuevo ese estado de gracia. Y quizás en parte sea así, pero no porque no pueda existir otra persona tan maravillosa o más que nuestro amor pasado, sino más bien porque nosotros nunca volveremos a ser los mismos después de aquella dolorosa perdida y decepción. Nunca podremos enfrentarnos a una nueva relación amorosa con esa inocencia, con esa confianza espontanea que teníamos en la otra persona cuando el fracaso y la decepción brutal no nos habían golpeado con tal intensidad que podemos llegar a creer que la vida en este mundo es dura y cruel, y la confianza en los demás es algo que sólo se puede mantener a duras penas, y más porque necesitamos confiar en alguien que porque no temamos la posibilidad de la traición o la deslealtad. Y es que la vida es así de insatisfactoria en ocasiones, y aunque Wong Kar-Wai revista la historia con su belleza estética y sus hermosas mujeres y elegantes protagonistas masculinos, no podemos soslayar la enorme tristeza que se encierra tras esa aparente capa de glamour, zapatos de tacón, pelos engominados y sugerente vida nocturna. Y es que este director parece estar obsesionado en casi toda su obra por el paso del tiempo, por lo efímero de las relaciones amorosas, por el drama de no conocer a nuestro amor en el momento oportuno -"...hay que conocer a nuestro amor en el momento oportuno; ni demasiado pronto, ni demasiado tarde..." llega a decir Tony Leung, reflexionando sobre la hija del casero de la pensión, de la que en cierto modo podría enamorarse-. Y es que igual que nosotros tenemos nuestro pasado, los demás tienen el suyo, y quizás cuando conozcamos a una determinada mujer ella ya habrá conocido al amor de su vida en "su pasado", y tampoco ella podrá darnos lo que queremos o necesitamos, pues ella ya lo perdió -perdió también la inocencia o la confianza-, y cierta especie de vacío se ha instalado ya en ella, igual que en nosotros.

En fin, menudo galimatías, ¿no?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Pero la culpa la tiene Wong Kar-Wai, que con su cine doloroso y sugerente que reflexiona sobre la existencia humana a través del espacio-tiempo, me ha dejado un poco deprimido, aunque para ser sincero ya lo estaba antes.

Sé que hay gente a la que no le gusta el esteticismo de este director -trabajó, ¡y trabaja!, en publicidad- , y puedo comprenderlo, pero tampoco se puede negar que su obra está llena de contenido y reflexiones profundas, y no sólo de bellas imágenes; si no fuese así, ¿por qué sus películas me hacen comerme la cabeza de este modo?

La he visto cuatro o cinco veces, y a mí me sigue gustando. Además, Zhang Ziyi o Gon Li, por ejemplo, están para comérselas a besos.

Impresionante el beso de Tony Leung y Gong Li, antes de despedirse por última vez. El rostro de Gon Li es desgarrador; y el carmín de labios no puede resistir una pasión tan profunda, ni siquiera el que anuncian en la TV y usan las estrellas de Hollywood...

La cámara lenta, el vestido apretado a las caderas de una hermosa mujer andando con elegancia, y esa mano misteriosa y femenina cubierta por un guante negro...

Dedico esta crítica a todos los que escriben sus opiniones por aquí; a veces me quedo sorprendido de la gran cantidad de personas anónimas que tienen cosas mucho más interesantes que decir, que las tonterías con que nos bombardean desde otros medios más poderosos y reconocidos...

Hay personas que escriben cosas demasiado buenas...
7
28 de noviembre de 2007
47 de 49 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alguna gente no la entiende porque quizá ha cometido el error de no ver Deseando Amar antes, el protagonista es el mismo personaje que la anterior y 2046 es la evolución de ese personaje después de Deseando amar.

Mientras veía la película sentía que el personaje era muy diferente a como lo ví en Deseando amar pero en su final encontré la respuesta a esa diferencia.

Sigo en el spoiler para hablar sobre la trama y lo que significa para mí 2046:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
2046 es querer olvidar lo que no has podido olvidar todavía.

Durante toda la película vemos como Chow tiene encuentros con diversas mujeres de las que nunca se llega a enamorar como sí le ocurrió con Su Li en Deseando amar, le vemos cambiado, aprovechando toda oportunidad para disfrutar con una mujer, muy diferente a su etapa anterior, en la que deseó haber aprovechado ese momento vivido y ésta es su evolución, en la que nunca alcanza a encontrar el amor porque el amor no se busca, no responde a nada en concreto, simplemente surge, se percibe como llega a sentir algo especial por la hija del dueño del Oriental Hotel, ella le despierta curiosidad, pero se dá cuenta de que no le correspondería y la ayuda a comunicarse con su novio japonés del que ella está enamorada.
Chow quiere "escapar" de 2046, el número de habitación donde él y Su Li se encontraban en Deseando amar y donde su amor dejó de ser tan platónico, algo que no vemos en Deseando Amar aunque sí en los extras.

Si que quizá la película se pueda hacer muy lenta a ratos, y más para quien no entiende que ocurre con el personaje y desconoce Deseando Amar.
4
10 de enero de 2008
102 de 182 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bravo por esa fotografía preciosista, que parece que está uno recorriendo los pasillos del Museo del Prado. Qué linda.
Bravo por esa cadencia, por esa pausa meticulosa, por ese tempo primoroso y apaciguado. Qué delicia.
Bravo por el director. Qué pulso, qué maestría.

.......

Qué coñazo. Qué diálogos, nene, qué puñetera basura de conversaciones, qué aburrimiento. Oh, esas cancioncillas de la España profunda, que parecía una broma de algún programa de televisión, que parecía un zapping. ¿Quién era la que cantaba? ¿Marujita Díaz? Esas secuencias, una tras otra, en las que no pasa nada, en las que no pasa nada, en las que no pasa nada, nada, nada, coño, nada, nada, nadaaaaaaaaaaa... Que estamos otra vez con las gafapastas, otra vez, otra vez, joder, las gafapastas, otra vez. Que el cine ha cambiado, que la dinámica ha cambiado, que ya no puedes tirarte dos horas gaseando al personal con tanta fotico bonica y tanta camarica lenta, que no, señor Kar-Wai, que ahora es distintoooooooo... Que el cine tiene foticos, sí, y pausas, sí, y musiquica, sí (no necesariamente coplas, pero también valen), y actores que se lo piensan antes de hablar (qué colleja, tío, que guantazo le habría dado al chino en cada escena... "Habla, coño, di el texto ya, pesao"), que sí, Kar-Wai, pero hay un elemento que no te puedes saltar a las bravas: el ritmo. Hoy, señor Kar-Wai, el ritmo es el alma de una película. Aquí y en Canadá. Ritmo. Si no, se cae. Se cae, Wong. Y los diálogos hay que revisarlos, machote. ¿Te gusta la poesía? A mí también. Pero no me vendas la moto con tanta penumbra y tanto rollo. ¿Quieres poesía? Escríbela. Y déjate de disfraces y de tanta soplapollez. Espabila.
9
4 de agosto de 2005
34 de 46 usuarios han encontrado esta crítica útil
2046, pseudo-secuela de "Deseando amar" es seguramente una de las películas más bellas que existen. Cada plano está tratado con un cuidado impresionante, la banda sonora es de una delicadeza y una elegancia asombrosa, y el montaje es ciertamente provocativo, con esas fragmentaciones típicas del cine postmoderno (el cine es uno de los pocos aspectos salvables del postmodernismo). A pesar de que puede ser criticada por muchos de quedarse en lo meramente estético, cual spot de publicidad largo o videoclip de dos horas, lo cierto es que trascienden en 2046 conceptos e ideas mucho más profundas que la sofisticación aparentemente vacua de la cual dicen algunos que abusa, pero sin embargo, cabe reconocer que esta pausada película- adecuadamente pausada, cabe decir- apela a un tipo de estética que, mientras pueda emocionar fuertemente a muchos de los que la visualizan, puede dejar fríos a otros tantos, lo cual naturalmente lleva a esta discusión acerca de Wong Kar-Wai. Sin embargo, este aparente virtuosismo es solamente eso, apariencia, pues como podemos emocionarnos con un poema por la estética de la metáfora o el sabor nostálgico del movimiento de los renglones, también si miramos en él, muy probablemente encontraremos ideas más profundas que se nos pasaron en la primera lectura, o que acaso solamente pudimos intuir ligeramente. 2046 es como esos poemas, no hay que mirarlo como quien mira a la flor sin tocarla, ni arrancar las raíces para ver como funciona, sino hallar el punto entre lo sentimental y lo intelectual, saber apreciarla en su totalidad: no es un virtuosismo vacío, sino evocador hermetismo.
4
16 de febrero de 2009
50 de 80 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una peli rara, aburrida, lenta y narrada de forma confusa que habla de chinos que se aman mientras tú te duermes. Por lo que pude deducir, en la trama se mezclaban elementos de varias historias, algunas reales y otras de ficción, pero no me hagáis mucho caso que para la mitad de la película ya estaba yo en estado semicomatoso.

Pero le pongo un cuatro por dos razones: primera, que me gusta mucho Tony Leung, como hombre y como actor; segunda, que hacer un anuncio de Nespresso conlleva su trabajo, pero ya hacer un anuncio de Nespresso de 120 minutos debe ser la repanocha de chungo.

Un afectuoso saludo al señor Kar-Wai. Gracias a él ya he conseguido acostarme a la misma hora que los holandeses.
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