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Sucedió una noche

Romance. Comedia Ellie Andrews, una joven y caprichosa heredera, consigue escapar del yate de su padre, que la había encerrado para evitar su boda con un hombre poco recomendable. En el autobús que coge, con destino a Nueva York, conoce a Peter Warne, un simpático y atractivo reportero, que busca una buena historia. El azar y las circunstancias unirán a Ellie y a Peter en un accidentado y divertido viaje. (FILMAFFINITY)
Críticas 85
Críticas ordenadas por utilidad
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26 de diciembre de 2017
21 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Capra, director estadounidense de origen italiano y máximo representante de la comedia americana de los años 30, filmó la que sería la primera ''screwball comedy'' de la historia del cine. Un subgénero de comedia que acabó siendo muy popular en Estados Unidos durante la Gran Depresión.

La ya mencionada Gran Depresión, tuvo bastante culpa de su nacimiento, ya que se utilizó como vía de escape a los problemas que hostigaban a la gente tras el Crac del 29. Sus características son muy visibles: un personaje femenino cuya relación con el protagonista centra la historia, diálogos rápidos y tramas enfocadas en las relaciones de pareja.

'Sucedió una noche' fue un éxito rotundo. La química existente entre la excéntrica y mimada aristócrata y el humilde periodista es encantadora. El alto contenido de crítica a las clases sociales responde a la demanda que había entre los espectadores durante aquellos años.

Esperanzadora ''road movie'' donde Capra, con una bonita y divertida historia de amor, nos anima a vivir la vida con pasión y alegría. Fue la primera película en ganar el Oscar en las cinco categorías principales (película, director, actor, actriz, y guión). Y es que Capra, en estado de gracia, era un director inigualable.
8
16 de febrero de 2013
22 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuatro Oscar se llevó allá por 1934 «Sucedió una noche», buena muestra de su valía cinematográfica. Sin embargo, el hecho de que Clark Gable y sus zanahorias sirvieran como inspiración para el mítico Bugs Bunny me parece un motivo aún mayor para condecorar esta película con todos los honores. Antológico.

Entre esas estatuillas, Clark Gable consiguió la del mejor actor. Y qué puedo decir de Gable, de mi adorado Gable. Se le apodó «El Rey» con todo mérito, ya que tenía enamorada a media población femenina y encandilada a la otra mitad masculina. Igual seguimos. Su porte y su actitud son magníficas, pero lo que remata y arrebata es esa mirada de cejas arqueadas y esa sonrisa, o no sonrisa según su deseo, que le hace muy capaz de derribar las mismísimas murallas de Jericó sin trompeta y sin atributos angélicos. Es la sonrisa de Hollywood, no tengo duda. Su Peter Warne, encima, es un galán de los que no se olvidan, y así la Elle de Claudette Colbert sólo puede y debe enamorarse perdidamente de este periodista que no para de reñir con aire de autosuficiencia mientras se desvive por y se esclaviza a una dulce señorita recién caída del nido.

El guión plantea una trama en apariencia sencilla, pero contada con verdadera inspiración, dinamismo y coherencia. En esta simpática comedia romántica el amor sí triunfa y el humor también, o si no a ver quién no se ríe de lo lindo con el teatrito que se montan para salir del paso en el motel. Aunque para escenita, la del desnudo de Peter ante la inocente Elle y ante los ojos de los espectadores, a esas alturas totalmente erotizados por lo que supone una manta dividiendo el espacio y culminando en la susurrante voz de Gable cantándole a su compañera de cuarto. Se respira el sexo en el ambiente y ellos ni se tocan. Eso es estilo.

Memorable por cada diálogo y por cada situación en la que se ve envuelta esta pareja de chica rica y chico pobre nunca tan carismática ni cómplice. Clásica y vigente a pesar de los ochenta años transcurridos.

I’m afraid of the big bad wolf...
6
1 de marzo de 2009
27 de 36 usuarios han encontrado esta crítica útil
Comedia romántica del año 1934 cuyo gran atractivo es su pareja protagonista: Clark Gable y Claudette Colbert. Capra los dirige con sabiduría y el guión incluye momentos destacados que forman parte de la memoria colectiva de la comunidad del cine (el auto-stop, las murallas de Jericó, etc).
Obvia decir que la película fue un gran éxito y cosechó los cinco Oscar principales, un mérito al alcance de sólo otras dos películas: "Alguien voló sobre el nido del cuco" y "El silencio de los corderos".

Entre sus características también en se puede citar el descaro o atrevimiento en algunas situaciones, como el strip-tease de Gable, o cuando deja caer la mano en el asiento antes de que Claudette Colbert se siente.

Es indiscutible su condición de pionera y espejo de innumerables films posteriores, con la misma fórmula que tan bien sigue funcionando.
Los diálogos contienen finas dosis de ironía y la pareja, a pesar de sus divergencias, consigue sacar adelante la película con bastante soltura.
Buena película, bien realizada a la que el paso del tiempo le ha afectado más que a otros grandes clásicos (sin ir más lejos otras de su realizador, como "Juan Nadie" o la intemporal "Que bello es vivir").

En mi opinión, es entretenida y aún se sigue viendo con agrado pero queda lejos de ser una obra maestra.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Gracias a su éxito, la Columbia pasó de ser una productora de tercera a converitse en una de las grades de Hollywood. Todo ello, en parte por el castigo que Mayer decidión darle a Clark Gable por sus altas exigencias en su sueldo y elección de guiones. Pensaba Mayer que cediéndolo a una producción de segunda fila escarmentaría. Con la producción de segunda fila conseguiría nada más y nada menos qu el Oscar de la Academia.
8
27 de abril de 2009
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 1934 Frank Capra, tras haber asimilado perder el Oscar al mejor director del año anterior, aceptó convertir en film un guión aparentemente mediocre sobre el amor que brota de modo inesperado entre dos personas opuestas en estatus y carácter. Un libreto que otros actores se habían negado a interpretar por considerarlo lo más imbécil que habían leído en la vida. En la ceremonia de los Oscar de 1935, "Sucedió una noche" se convirtió en la primera película de la historia en acaparar los cinco premios principales: película, director, actor, actriz y, por supuesto, guión. Pero lo más importante es que había nacido un nuevo género cinematográfico: la comedia romántica.

Desde el comienzo todo en esta historia transcurre flotando en una nube de deliciosidad y ternura cuyo mayor logro incide en no sobrepasar la línea que la separe de algo hortera y empalagoso. Se devora con placer y sin ansiedad y fue el primer producto de un Hollywood que apostaba por la simpatía. Lo más importante es que toda esa agradable atmósfera en que está envuelta la película no oculta en ningún momento la impresionante calidad de su fotografía, dirección e interpretaciones. Es el ejemplo perfecto del ejercicio cinematográfico íntimo: deslumbrar con humildad.

Claudette Colbert encaja perfectamente en el papel de niña bien rebelde y con carácter pero siempre risueña (no imaginaba ni por asomo ganar el Oscar y tuvieron que salir a entregárselo porque no asistió a la ceremonia). Pero la gran sorpresa del film es Clark Gable: es impresionante su recreación del truhán de buen corazón, a la altura del mejor Cary Grant o Jack Lemmon. Actúa con una naturalidad apabullante, enorme profesionalidad e intenso atractivo (genial la escena donde la provoca a ella quitándose prenda a prenda la ropa). Seguros todos estos logros debidos a uno de los mejores directores de todos los tiempos: el gran Capra, quien supo sin duda adelantarse a su época con productos redondos y taquilleros como este. Uno de sus clásicos más memorables, junto con "Arsénico por compasión".
7
2 de abril de 2009
16 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Han notado ustedes que, en las películas a los periodistas (y fotógrafos) casi siempre se las traen en bandeja? Piensen en “Roman Holiday”, “Meet John Doe”, “Blow Out”… o en la reciente, “Femme Fatale”, de Brian De Palma, y verán que las grandes noticias les llegan como caídas del cielo. "¡Son unos suertudos!”, exclamarán algunos, pero no lo son. Es simple Ley de Resonancia. Aquello que más deseas, resuena en todo el universo y llega a ti porque lo has atraído. Dicho de manera metafórica: Tus deseos más intensos son imanes, y cada que imanas las cosas que quieres expresándolo abiertamente, tus palabras o tus pensamientos se expanden como una gigantesca onda que, pronto regresa, trayendo consigo aquello que tanto estabas deseando. Cuando la onda tarda mucho en regresar, es porque tú la detienes con tus dudas, tus miedos o tu escepticismo.

Peter Warne, también ansía las noticias, y cuando toma un autobús que lo llevará a New York, se encuentra con la gran fortuna: La chica que ha estado sentada a su lado, y a quien incluso le ha prestado su hombro para que duerma plácidamente, se llama, Ellen Andrews, la hija de un poderoso banquero que ha optado por fugarse para contraer matrimonio en la ciudad de los rascacielos, con un hombre al que su padre no acepta.

Y en aquel afán de la gran noticia… y el largo viaje juntos colmado de graciosas anécdotas… y el asedio de los sabuesos que quieren devolver a su padre a la joven desaparecida… y los periódicos que comienzan a hablar de recompensas... ocurren muchas cosas en sus vidas y en sus corazones.

Como espectadores de aquella grata aventura, nosotros la pasamos placenteramente como resultado de un filme bien delineado por su director, Frank Capra, en el que abunda el ingenio, el choque ajustado de caracteres y la especial recreación de dos seres imperfectos que se vuelven necesarios, el uno al otro, para enderezar sus caminos.

Clark Gable y Claudette Colbert, nunca han sido actores de mis mayores afectos, pero, he de admitir que, en esta ocasión, me resultan agradables y siento que hacen una pareja perfecta. Capra logra de ellos matices cálidos y muy humanos, y la película se sostiene de cabo a rabo con indudable eficacia.

Robert Riskin, frecuente colaborador del director italo-americano, en títulos llenos de gloria como “Dama por un Día”, “El Secreto de Vivir”, “Vive como Quieras”, “Horizontes Perdidos” y otros tantos, borda la historia con diálogos corrosivos y con un pulso bastante ingenioso que da cuenta del temperamento rebelde y autodefensivo de la hija del banquero, y también de la astucia y el carácter dominante del avizado periodista.

<<SUCEDIÓ UNA NOCHE>>, es una película que divierte y que nos lleva con gracia por los estrechos, ásperos, y a ratos dulces, caminillos del romance.

Título para Latinoamérica: LO QUE SUCEDIÓ AQUELLA NOCHE
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