Más negro que la noche

Esto del terror es complicado, porque la evidente crisis del género ha obligado a que cada vez más se escudriñen las maneras más rebuscadas para sorprender a un público que ya lo ha visto todo.

Ahora, si hablamos de un producto de factura mexicana, pues la cosa se pone más interesante y uno hasta se sacrifica para ver qué nos van a mostrar.

"Más negro que la noche" ya había estado en las carteleras por allá en los setentas cuando Carlos Enrique Taboada hacía lo que se le daba la gana con el terror, creando así un estilo propio en la cultura azteca y que hoy por hoy como que se le sigue aplaudiendo.

Pues esta revisión del clásico aquel respira toda la esencia de las historias góticas de la vieja usanza, y eso se agradece, pero ya el problema radica en la forma en la que Bedwell lo narra. La reiterativa manera en la que cae en el cliché y abusa de los trucos para suscitar el pánico incitan de inmediato a fruncir labio y perderle la pista al metraje.

Para contribuir a la causa se ubican las interpretaciones, y es que no hay nada que hacer por sus cuatro actrices. A las cuatro las dejaría morir en esa mansión a partir del minuto trece sin dudarlo un instante. Zuria Vega y Adriana Louvier, pues no se pueden quitar la pose de protagonista de telenovela así tan fácil, y las dos restantes se hacen acreedoras a un pase doble para una academia de actuación con urgencia.

No está mal la música. Aplaudible su diseño de producción (¡qué casa! y muy bello gato), y una fotografía espectacular, pero todas estas virtudes son inmediatamente opacadas por un guion que deja serios vacíos argumentales y que, a su término, provoca esa mala sensación que te dejaron esperando la sal para una carne que se veía buena.

A no ser por ser la primera película mexicana en implementar la tecnología 3D y uno que otro buen momento de esos que uno niega haberse asustado, seguramente pocas personas la recordarán. No obstante, en una industria latina que está renaciendo tan fuerte, se deberían seguir haciendo proyectos similares, pero mucho mejor, eso sí.

Hay películas que por su contenido histórico en el cine es mejor dejarlas en su versión original. Los directores actuales se les atribuye el aporte de reincorporar estos clásicos con nuevas versiones, pero en mi concepto el tema original de la película deja de ser en esta nueva versión algo sencillo y utiliza muchos aspectos del terror moderno, incluyendo el gore