Drama social con tema de actualidad que busca de forma sutil generar consciencia e informar, por medio de la fórmula ya algo gastado de varias historias que en un punto se entrecruzan. El guión es creíble y tiene solidez, las actuaciones especialmente las más jóvenes están bien logradas aunque hay varias situaciones algo forzadas pero efectivas. No hay demasiada profundidad y algunos conceptos que se manejan son algo superficiales y convencionalistas aunque sin llegar a ser tendenciosa. El final busca cierto momento cumbre de mucha intensidad donde los personajes logran un cambio de consciencia, saliendo bien librada al no caer en la exageración o el golpe bajo, lo cual es lo más sobresaliente de la cinta. Se recomienda.

Da la sensación de que al cine le costara avanzar al mismo ritmo que nuestra nueva sociedad tecnológica y virtual. Por eso se agradecen films como Disconnect, capaces de mirar esta realidad directamente a los ojos. La película se centra en los peligros de internet y de la vida 2.0, huyendo de la erótica de las manzanas mordidas y del caché de los smartphones. De hecho, se narran varias historias paralelas en las que las infinitas vías de la comunicación virtual van a ir a parar al más oscuro callejón sin salida.

El engaño, la traición, la prostitución, el robo o el acoso son tan antiguos como el Hombre, pero vistos con la inmediatez y la impunidad que otorga la red de redes, el resultado se amplifica y resulta aún más aterrador.

Si el film no echara mano de unos cuantos efectismos y de otros tantos moralismos, podría haber sido una experiencia cercana a la primera temporada de Black Mirror.

Cada tanto uno se encuentra con uan historia que vale la pena como esta.
La historia lo mejor que tiene es que se va contando casi por si sola, sin dramatrizar más de lo necesario, mostrando como somos cautivos de internet, como sobredimensionamos el vinculo con otras personas que en el fondo no conocemos y de las que solo nos podemos hacer una visión en nuetsra cabeza por lo que nos escriben o deciden mostrarnos.
Visión pesimista o si se quiere realista de los peligros que esconde, tal vez en lo que falla en la última parte es cuando todos los enfrentamientos se dan cara a cara, parece que sus guionistas se hubieran tomado el trabajo de estructurar los conflictos virtuales, pero en algunas circunstancias reales flaquean, aunque no demasiado, la película sigue siendo redonde.
Muy buenas interpretaciones, tanto de los actores más conocidos y populares que aparecen, como de los que no lo son tanto, todos interpretan sus personajes con la convicción necesaria para conmovernos con sus historias.

A la frase nada sutil pero concisa con la que titulo mi crítica es a la que parece estar haciendo referencia constantemente pero de modo subliminal, sin la necesidad de decírnoslo explícitamente este tal Henry Alex Rubin que más allá de sus reputados documentales en mí acaba de ganar un nuevo adepto.
¿Qué carajo se supone que nos pasa, que en cuanto afloran nuestras debilidades necesitamos echar mano del autoconsuelo online porque no somos capaces de hacer que a nadie "offline" le importe? ¿Por qué coño tenemos la necesidad de tratar de sentirnos superiores a base de humillar a otras personas mucho más débiles que nosotros, y además usamos la red para hacerlo puesto que a la cara jamás seríamos capaces de hacerlo? ¿Qué límites ético-morales-cívicos estamos dispuestos a sobrepasar para acabar saliéndonos con nuestros objetivos ayudados además por los ordenadores o los móviles? ¿De cuántas personas estamos dispuestos a aprovecharnos y a dañar con tal de salir nosotros beneficiados de cualquier manera? ¿Es éste el uso que debemos darle a la tecnología? Se suponía que estaba para ayudarnos, ¿no? O quizás Internet acabe siendo el gran testamento de la raza humana y las telecomunicaciones y en definitiva, el nuevo modo de vida que viene acompañado de ellas el principal motivo por los cuáles los años y la época que estamos viviendo actualmente se acerquen cada vez más a la conocida como "era del aborregamiento" y el agilipollamiento colectivo sea cada vez mayor. Tanto que acabe por repercutir en nuestras propias relaciones sociales. ¿O quién ya parece que no pasa ya más tiempo hablando por su teléfono vía redes sociales que en persona, ya sea por motivos de trabajo o de "afición"?

'Disconnect', fabulosa ópera prima de Alex Rubin nos sumerge en este increíble entramado de relaciones humanas vía online y en las consecuencias finales que de ellas devienen nuestros actos. A través de una atmósfera fría y con una estética cercana, casi de documental filmado, nos adentramos en las vidas de unos personajes casi podridos por la rutina y por la dependencia de la red para colmar sus deficiencias emocionales, y repletos de falta de empatía y cobardía. El film no solo ofrece un fiel retrato de la sociedad del S.XXI, es también un triste espejo de en los seres fríos y casi carentes de vida en los que parecemos condenados a convertirnos.
Las 3 historias funcionan muy bien como perfecto caleidoscopio de la sociedad online que pretende retratar. La del niño que se intenta suicidar está repleta de momentos incómodos, con un fantástico Jason Bateman comedido en todo momento y con otro estupendo secundario cada vez menos secundario Frank Grillo que enlaza esta y la de la joven pareja que sufre un robo online de su tarjeta de crédito, con el clímax final de la venganza como colofón. La otra, algo más deslavazada del resto, la de la reportera y el chico que se prostituye online, va perdiendo algo de fuerza a medida del metraje y acaba en cierta suspensión de incredulidad, pero no por ello acaba por ser menos estimable ni mucho menos que el resto.

Una película cocinada a fuego lento, repleta de ambientes rutinarios y que parece querer fundirse directamente con la realidad, desgraciadamente "nuestra realidad", hasta que finalmente todas las pistas y tejemanejes que se tratan de ocultar quedan evidencialmente expuestos a la luz y se desata una tragedia urbana de la que todos acabamos por ser partícipes de manera directa o indirecta, y que provoca que no podamos acabar el visionado de este fantástico retrato del nuevo siglo que vivimos con la cabeza a punto de estallar y aún sobrecogidos por esta tremenda y futuriblemente dolorosa carga que estamos condenados a arrastrar. Cine de denuncia que no necesita ser calificado como tal para hacer que nos sintamos alarmados ante la descomposición social que muestra. Silenciosa, sublime, sólida y potente película.
Y ahora, procede a encender tu Facebook.

·LO MEJOR: Su radiografía casi documental. Las estupendas interpretaciones del reparto.

·LO PEOR: Que algunos la acaben tildando de efectista solo por realzar las proporciones trágicas que contiene el relato. La escasa distribución que parece haber tenido el film en España y en el resto del mundo en general.

Un soplo de aire fresco en unos años dificiles en referencia al cinel americano actual, una película bastante buena que plantea varias preguntas e incognitas y que todo ser viviente de mayor de 15 años amante del cine y de esta asquerosa vida de redes sociales (opinión personal) está obligado a ver.

Un drama maravillosamente ejecucato, sin prisas y con un desenlace que los mas adultos preveemos, pero que los mas jovencitos nó, de echo como padre, se me han saltado las lagrimas en algunas escenas de la impotencia. Es casi imposible controlar todo el tiempo a tus hijos y a la gente sin alma que navega y se frota las manos con este negocio dia sí y dia también.

Prefiero los tiempos de las canicas y las peonzas, el cara a cara y el telefono por supuesto.

La juventud de ahora no sabe la clase de trampa que se le avecina.
Será cuestión de educarlos y esta película lo hace a la perfección.

Yo sí que la recomendaría a los padres que no tienen tiempo para nada, esos viejos que están siempre en busca del futuro de su familia como excusa, esos currelas de despacho que se están perdiendo el dia a dia con sus cachorros y que pelotean y hacen cosas que no deben con extraños con la jodida excusa de que mi mujer/marido no me habla o no me entiende por una desgracia que pasó o por que se acabó lo nuestro, en vez de prestar atención a lo que tienen y pueden perder.

Excelente dirección e interpretación y nefasto doblaje. Si el futuro de los enchufados de doblar las películas pasa por estos individuos yo ya me estoy presinando. Es lamentable el trabajo de estos parguelas, a sí como el que se dedica a traducir el título de las pocas pelis que nos llegan.
Esta película en versión original gana muchos puntos joder. Si no vales para doblar, haz como yo, buscate la vida y vete a recojer melocotones o trabaja en la construcción como hace el resto de desafortunados y dejad de jodernos con vuestras dulces vocecitas.

En fin, esta vida está montada a sí, si hay enchufe cojonudo, si nó, menos cojonudo.

¡Un pico y una pala os mereceis!