La malvada
8.4
36,794
Drama
La joven Eva (Anne Baxter), que aspira a convertirse en actriz y triunfar en los escenarios, se las ingenia para introducirse en un grupo de actores de teatro y hacerse amiga y confidente de la famosa y veterana actriz Margo Channing (Bette Davis), gran dama de la escena neoyorquina. El deseo de actuar y los celos la consumen hasta el punto de comenzar a traicionar a sus compañeros en su escalada hacia el éxito. Ella halaga, atrae, ... [+]
23 de noviembre de 2012
23 de noviembre de 2012
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si tuviera que elegir un clásico, entre tantas películas que me han hecho disfrutar de una de mis pasiones en la vida, sería difícil elegir, pero " Eva al desnudo ",o " All about Eve ", estaría entre mis principales " elegibles ".
Todo lo que haga Bette Davis me gusta porque sí, porque " sale ella ", y con eso me basta.
Si le añadimos a Anne Baxter, George Sanders y Gary Merill, y además puro teatro, mas aún.
Imperecedera, el paso del tiempo no hace mella en ella, aparte de tener un argumento y una figura protagonista , la de la mosquita muerta-trepa, que se ve que ha existido siempre y siempre existirá, y que está perfectamente plasmada.
Todo lo que haga Bette Davis me gusta porque sí, porque " sale ella ", y con eso me basta.
Si le añadimos a Anne Baxter, George Sanders y Gary Merill, y además puro teatro, mas aún.
Imperecedera, el paso del tiempo no hace mella en ella, aparte de tener un argumento y una figura protagonista , la de la mosquita muerta-trepa, que se ve que ha existido siempre y siempre existirá, y que está perfectamente plasmada.
12 de diciembre de 2013
12 de diciembre de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
«Eva, Eva, Eva», repetía con una cadencia evanescente Adán mientras ella solo atendía la irrefrenable llamada de la tentación. Ya con la aflicción reflejada en la mirada y la incomprensión en los labios pronunció el «por qué» que tanto resonó en ese deportista impostor que hace unos meses entrenó al Madrid. Eva fue expulsada del paraíso por no saber decir que no, al igual que Eva Harrington (Anne Baxter) por hacer suya la frase de Oscar Wilde: «Puedo resistir a todo menos a la tentación».
Eva al desnudo es una película que requiere varios visionados. Es como los buenos vinos, en cada nueva cata se aprecia un matiz antes escondido en algún sentido que no era el adecuado. La primera vez que la vi la situé entre la lista de «mis» notables de Hollywood. Hoy, después de varias veces en las que me he acercado a ella olvidándome del conjunto y parándome en el detalle, me parece esencia de cine. Ya ha llegado a sobresaliente.
Si alguien quiere saber con exactitud a qué se llama cine clásico que se acerque a esta delicia literaria creada por esa mezcla de Nabokov y Wilde llamado Joseph L. Mankievicz (La huella, El día de los tramposos, Julio Cesar, Operación Cicerón, Carta a tres esposas).
Este fino espadachín de las letras es el mejor jugador de Hollywood en el delicado arte de juntar palabras. Los adverbios, adjetivos, verbos, artículos y demás componentes del dédalo del lenguaje son utilizados por Mankievicz con la misma soltura con la que Dani García maneja el nitrógeno en esas tierras en las que antes brillaba el oro y abundaba el estilo y ahora solo lo hace la bisutería y el mal gusto.
Como soy un empirista radical y quizá muchos de ustedes también lo sean, transcribo un par de frases que sirven de refrendo al párrafo anterior: «Como siempre que una mujer intenta averiguar algo, me dijo más que yo a ella». «La atmósfera es macbethiana». Es cine hablado, de ese que ahora omite su presencia con la misma bizarría con la que Nadal gana torneos. Asistimos, como fieles y apenados testigos del funeral, a la época en la que la imagen ha sepultado a la dulce y, casi siempre, mentirosa palabra.
También es verbo teatralizado. La imagen tiene un encuadre particular. Planos largos y jugosos con un toque esnob que firmaría el mismísimo Dalí. Un esnobismo que subyuga, como lo hace la mirada de Bette Davis, sin casa en el barrio de la belleza, pero con alojamiento eterno en el mundo de la atracción.
Tuvo 14 nominaciones (junto con Titanic ha sido la más nominada de la historia), y recibió 6 estatuillas. Aunque quizá lo más destacado de esos seis premios es que ninguno fuera para Bette Davis, la inolvidable Baby Jane Hudson.
Posdata: Se rodó el mismo año en el que se produjo el Maracanazo, se creó la Stasi, se estrenó en Barcelona El amor brujo, la ONU adoptó un plan para dividir Jerusalén… Aunque lo más importante y llamativo es que el Atlético de Madrid ganó la liga. Y eso es un hecho tan inusual e histórico como lo fue para el planeta que hace unos años coincidieran en tiempo y mandato Zapatero y Obama (Pajin dixit).
Eva al desnudo es una película que requiere varios visionados. Es como los buenos vinos, en cada nueva cata se aprecia un matiz antes escondido en algún sentido que no era el adecuado. La primera vez que la vi la situé entre la lista de «mis» notables de Hollywood. Hoy, después de varias veces en las que me he acercado a ella olvidándome del conjunto y parándome en el detalle, me parece esencia de cine. Ya ha llegado a sobresaliente.
Si alguien quiere saber con exactitud a qué se llama cine clásico que se acerque a esta delicia literaria creada por esa mezcla de Nabokov y Wilde llamado Joseph L. Mankievicz (La huella, El día de los tramposos, Julio Cesar, Operación Cicerón, Carta a tres esposas).
Este fino espadachín de las letras es el mejor jugador de Hollywood en el delicado arte de juntar palabras. Los adverbios, adjetivos, verbos, artículos y demás componentes del dédalo del lenguaje son utilizados por Mankievicz con la misma soltura con la que Dani García maneja el nitrógeno en esas tierras en las que antes brillaba el oro y abundaba el estilo y ahora solo lo hace la bisutería y el mal gusto.
Como soy un empirista radical y quizá muchos de ustedes también lo sean, transcribo un par de frases que sirven de refrendo al párrafo anterior: «Como siempre que una mujer intenta averiguar algo, me dijo más que yo a ella». «La atmósfera es macbethiana». Es cine hablado, de ese que ahora omite su presencia con la misma bizarría con la que Nadal gana torneos. Asistimos, como fieles y apenados testigos del funeral, a la época en la que la imagen ha sepultado a la dulce y, casi siempre, mentirosa palabra.
También es verbo teatralizado. La imagen tiene un encuadre particular. Planos largos y jugosos con un toque esnob que firmaría el mismísimo Dalí. Un esnobismo que subyuga, como lo hace la mirada de Bette Davis, sin casa en el barrio de la belleza, pero con alojamiento eterno en el mundo de la atracción.
Tuvo 14 nominaciones (junto con Titanic ha sido la más nominada de la historia), y recibió 6 estatuillas. Aunque quizá lo más destacado de esos seis premios es que ninguno fuera para Bette Davis, la inolvidable Baby Jane Hudson.
Posdata: Se rodó el mismo año en el que se produjo el Maracanazo, se creó la Stasi, se estrenó en Barcelona El amor brujo, la ONU adoptó un plan para dividir Jerusalén… Aunque lo más importante y llamativo es que el Atlético de Madrid ganó la liga. Y eso es un hecho tan inusual e histórico como lo fue para el planeta que hace unos años coincidieran en tiempo y mandato Zapatero y Obama (Pajin dixit).
5 de enero de 2014
5 de enero de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Eva al desnudo de Joseph L. Mankiewicz, es un drama basado en el mundillo que rodea el teatro. Dirigida con un ritmo vigoroso, es sorprendente y portentosa, realizada de modo impecable, inteligente y lúcido, y definida de forma perfecta y provocadora por el guion en sí, la puesta en escena, y un guion original y único que hará las delicias de cualquier cinéfilo.
La fotografía en blanco y negro, es sensacional y espléndida, llena de matices y detalles, y con imágenes maravillosas e idóneas con gran uso de los claroscuros, y desde luego hermosa de principio a fin. Y la música, es bella y sutil, acompañando hábilmente la trama en los momentos oportunos con sonidos suaves y melódicos que resultan muy acertados.
Las actuaciones son inverosímiles, arrolladoras y cautivadoras. Con Bette Davis auténtica, carismática y con carácter propio, y Anne Baxter encantadora, sensible y persuasiva. Siendo también notables las actuaciones de Celeste Holm, Thelma Ritter, Gary Merrill y sobre todo, un oscarizado George Sanders auténtico y deslumbrante, con la curiosidad del pequeño papel realizado por Marilyn Monroe. Y todos con vestuarios y caracterizaciones elegantes, distinguidos y estilosos, en una soberbia dirección artística.
El guion, escrito por el mismo director, es original, absorbente y agradable, tanto por ser atractivo y sustancioso, como provocador y acertado, argumentado de modo espléndido y grandioso cala en el espectador de principio a fin. Empleando para ello una narrativa con voz en off de varios de los protagonistas según la escena, explicando sus pensamientos, y el resto del film usando tono irónico y mordaz. Destacando también unos planos y movimientos de cámara sobrios e inteligente, y unos diálogos ocurrentes y sarcásticos.
En definitiva, la considero una obra inmortal e indispensable, con 6 oscars que la avalan, entre ellos el de mejor película en un año tan competido. Y desde luego, es incitadora y fascinante, sublime y grandiosa. Recomendable por su dirección magistral, guion original e incitador, actuaciones inverosímiles, fotografía espléndida, vestuarios y caracterizaciones impecables, narrativa perfecta y diálogos irónicos y mordaces, que la convierten en una obra clásica necesaria, para cualquier cinéfilo amante del cine inmortal y de primera.
La fotografía en blanco y negro, es sensacional y espléndida, llena de matices y detalles, y con imágenes maravillosas e idóneas con gran uso de los claroscuros, y desde luego hermosa de principio a fin. Y la música, es bella y sutil, acompañando hábilmente la trama en los momentos oportunos con sonidos suaves y melódicos que resultan muy acertados.
Las actuaciones son inverosímiles, arrolladoras y cautivadoras. Con Bette Davis auténtica, carismática y con carácter propio, y Anne Baxter encantadora, sensible y persuasiva. Siendo también notables las actuaciones de Celeste Holm, Thelma Ritter, Gary Merrill y sobre todo, un oscarizado George Sanders auténtico y deslumbrante, con la curiosidad del pequeño papel realizado por Marilyn Monroe. Y todos con vestuarios y caracterizaciones elegantes, distinguidos y estilosos, en una soberbia dirección artística.
El guion, escrito por el mismo director, es original, absorbente y agradable, tanto por ser atractivo y sustancioso, como provocador y acertado, argumentado de modo espléndido y grandioso cala en el espectador de principio a fin. Empleando para ello una narrativa con voz en off de varios de los protagonistas según la escena, explicando sus pensamientos, y el resto del film usando tono irónico y mordaz. Destacando también unos planos y movimientos de cámara sobrios e inteligente, y unos diálogos ocurrentes y sarcásticos.
En definitiva, la considero una obra inmortal e indispensable, con 6 oscars que la avalan, entre ellos el de mejor película en un año tan competido. Y desde luego, es incitadora y fascinante, sublime y grandiosa. Recomendable por su dirección magistral, guion original e incitador, actuaciones inverosímiles, fotografía espléndida, vestuarios y caracterizaciones impecables, narrativa perfecta y diálogos irónicos y mordaces, que la convierten en una obra clásica necesaria, para cualquier cinéfilo amante del cine inmortal y de primera.
7 de agosto de 2014
7 de agosto de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una joya, una muestra de que por el buen cine no pasan los años.
"Eva al desnudo" tiene uno de los mejores guiones que yo pueda recordar ahora (que quizá no sean tantos). Los diálogos son deslumbrantes e ingeniosos, con una riqueza de las que ya no se ven, aunque sonando siempre veraces y sin caer nunca en la pedantería. Toda la historia está narrada de una manera verosímil, a pesar de su aparente complicación. En las casi dos horas de metraje vemos la evolución de los personajes de una manera creíble, con ascensos y caídas a los infiernos tanto en lo personal como en lo profesional. Mankiewicz describe caracteres y estados de ánimo, concibe encuentros y desencuentros entre los personajes y relata la historia desde distintos puntos de vista. Todo ello a un ritmo endiablado, pero sin parecerlo, utilizando las elipsis y las voces en off cuando toca, mostrando siempre la información precisa...
El mundo del teatro es casi la anécdota de la que se sirve la película para enmarcar una historia que trasciende de su ámbito geográfico y termporal. Los personajes se nos muestran con todos sus matices y debilidades. Más allá de la arribista Eva y del ácido personaje interpretado por George Sanders (caracteres muy definidos, mostrados de un modo siembre brillante), destaca la profundidad con la que llegamos a conocer a todos los personajes, con comportamientos siempre discutibles: el director enamorado de la gran diva que cede a la llamada de Hollywood, el escritor de éxito que busca estrellas que hagan su obra inmortal, la fiel esposa-confidente-amiga que se acerca y se aleja del mundo de la farándula según conviene. Hasta los personajes más secundarios como los de Thelma Ritter y Marilyn Monroe se caracterizan por un comportamiento mezquino... Y por encima de todos está Margo, poderosa y frágil a un tiempo, un gran personaje al que Bette Davis le da la dimensión perfecta.
Seguramente, Mankiewicz era mejor guionista que director, pero en cualquier caso supo utilizar los recursos cinematográficos a su alcance para realzar aún más una historia imperecedera. El campo se abre y se cierra siempre según conviene, los movimientos de cámara son elegantes y delicados, y el encuadre siempre es propicio para que el espectador disfrute del alambicado juego de palabras, gestos y miradas que el director nos propone. Una telaraña de odios y complicidades, muy bien tejida.
En fin, son casi dos horas de metraje, pero casi cada segundo daría para un tratado sobre la condición humana. El desenlace, aun no siendo lo mejor de la película, es coherente y está bien traído, y en cualquier caso la película se cierra con un plano espectacular de los que perduran siempre en la memoria.
Para verla una y otra vez, sin cansarse.
"Eva al desnudo" tiene uno de los mejores guiones que yo pueda recordar ahora (que quizá no sean tantos). Los diálogos son deslumbrantes e ingeniosos, con una riqueza de las que ya no se ven, aunque sonando siempre veraces y sin caer nunca en la pedantería. Toda la historia está narrada de una manera verosímil, a pesar de su aparente complicación. En las casi dos horas de metraje vemos la evolución de los personajes de una manera creíble, con ascensos y caídas a los infiernos tanto en lo personal como en lo profesional. Mankiewicz describe caracteres y estados de ánimo, concibe encuentros y desencuentros entre los personajes y relata la historia desde distintos puntos de vista. Todo ello a un ritmo endiablado, pero sin parecerlo, utilizando las elipsis y las voces en off cuando toca, mostrando siempre la información precisa...
El mundo del teatro es casi la anécdota de la que se sirve la película para enmarcar una historia que trasciende de su ámbito geográfico y termporal. Los personajes se nos muestran con todos sus matices y debilidades. Más allá de la arribista Eva y del ácido personaje interpretado por George Sanders (caracteres muy definidos, mostrados de un modo siembre brillante), destaca la profundidad con la que llegamos a conocer a todos los personajes, con comportamientos siempre discutibles: el director enamorado de la gran diva que cede a la llamada de Hollywood, el escritor de éxito que busca estrellas que hagan su obra inmortal, la fiel esposa-confidente-amiga que se acerca y se aleja del mundo de la farándula según conviene. Hasta los personajes más secundarios como los de Thelma Ritter y Marilyn Monroe se caracterizan por un comportamiento mezquino... Y por encima de todos está Margo, poderosa y frágil a un tiempo, un gran personaje al que Bette Davis le da la dimensión perfecta.
Seguramente, Mankiewicz era mejor guionista que director, pero en cualquier caso supo utilizar los recursos cinematográficos a su alcance para realzar aún más una historia imperecedera. El campo se abre y se cierra siempre según conviene, los movimientos de cámara son elegantes y delicados, y el encuadre siempre es propicio para que el espectador disfrute del alambicado juego de palabras, gestos y miradas que el director nos propone. Una telaraña de odios y complicidades, muy bien tejida.
En fin, son casi dos horas de metraje, pero casi cada segundo daría para un tratado sobre la condición humana. El desenlace, aun no siendo lo mejor de la película, es coherente y está bien traído, y en cualquier caso la película se cierra con un plano espectacular de los que perduran siempre en la memoria.
Para verla una y otra vez, sin cansarse.
30 de octubre de 2014
30 de octubre de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
A estas alturas de la película (valga la redundancia) poco hay que añadir. Argumento soberbio, dirección de Mankiewicz magistral, trabajo de los actores notable, trabajo ("perfomance" como dicen por allá) de las actrices, repito, de las ACTRICES, sin comentarios, sencillamente I DON´T HAVE WORDS, me descubro ante estas mujeres, ante Bette Davis que no necesita presentación, y ante Anne Baxter, que me ha robado (ya lo había hecho en otras películas) el corazón. Lo admito, si, estoy escribiendo esto con los pedazos que me quedan. Allí está ella con su carita de niña buena, de no haber roto nunca un plato (y las vajillas ya no se cuentan con los dedos de las dos manos), su mirada inocente, su expresión angelical... El mundo del teatro, lo que sucede tras las bambalinas, los egos, las ambiciones, las rivalidades, los éxitos y los fracasos, la competencia leal y la desleal, las puñaladas, los falso amigos y los verdaderos enemigos, ¡arriba el telón¡ ¡ESTO ES PURO TEATRO!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Uno de los mejores finales de la historia del cine. No,no pienso contárselo, ni siquiera aquí, vea la película, ¡disfrutela!, ¡déjese seducir por Anne Baxte si es varón (no es difícil, se lo aseguro) y no baje la guardia si es mujer!
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