RocknRolla
2008 

7.1
56,158
Thriller. Acción
La noticia de que Uri Omovich (Karel Roden), un rico mafioso ruso, está montando un negocio multimillonario de compraventa ilegal de terrenos en Londres, hará que todos los delincuentes de la ciudad quieran participar en la operación. Uri le pide a Lenny Cole (Tom Wilkinson), un pez gordo de la mafia londinense, que se ocupe de todos los trámites burocráticos y compré a un concejal (Jimi Mistry). Lenny confía la operación a su ... [+]
16 de septiembre de 2014
16 de septiembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya por delante que si yo hiciera cine quisiera tener el estilo Guy Ritchie y Tarantino.
Son odiosas las comparaciones, lo sé, pero resulta inevitable recordar Snacht, y uno no lo hace con el deseo de que existan dos películas iguales, por supuesto, pues me gusta lo original, los nuevos sabores. Se trata de esperar que Ritchie siga al máximo nivel. Por ello lo que hubiese querido al salir de sala tras ver esta película, hubiera sido sentir esa misma sensación que con Snacht, sensación que no sabría ni definir, pero que es la sensación que te queda cuando has visto un film magistral. No me andaré más por las ramas (perdón). Rockanrolla es muy buena, tiene un ritmo fenomenal en su primer cuarto y un sello inigualable, el sello Ritchie. Pero Rockanrolla carece de algo. En su transcurso esperas una explosión, una que sea contundente, que sé yo, una escena memorable por ejemplo, que hubiera podido darse en cualquier momento, pero no llega (la escena de los rusos es buena, pero faltan diálogos para recordar). Sólo contemplas una larga mecha que no conduce a ese momento. Una mecha que incluso llega a apagarse, porque decae el ritmo. Y cuando ves que la película ha acabado te das cuenta que de ese explosivo, nada de nada. Por ello cuando sales de sala te olvidas de la película, igual que te olvidarías de una relación sexual en la que no hubiera habido orgasmo, te vas para casa o tomar una cerveza y continúas con tu vida.
Además la cinta carece de un personaje insignia a cargo de un actor medianamente cojonudo. Gerard Butler no lo es.
Son odiosas las comparaciones, lo sé, pero resulta inevitable recordar Snacht, y uno no lo hace con el deseo de que existan dos películas iguales, por supuesto, pues me gusta lo original, los nuevos sabores. Se trata de esperar que Ritchie siga al máximo nivel. Por ello lo que hubiese querido al salir de sala tras ver esta película, hubiera sido sentir esa misma sensación que con Snacht, sensación que no sabría ni definir, pero que es la sensación que te queda cuando has visto un film magistral. No me andaré más por las ramas (perdón). Rockanrolla es muy buena, tiene un ritmo fenomenal en su primer cuarto y un sello inigualable, el sello Ritchie. Pero Rockanrolla carece de algo. En su transcurso esperas una explosión, una que sea contundente, que sé yo, una escena memorable por ejemplo, que hubiera podido darse en cualquier momento, pero no llega (la escena de los rusos es buena, pero faltan diálogos para recordar). Sólo contemplas una larga mecha que no conduce a ese momento. Una mecha que incluso llega a apagarse, porque decae el ritmo. Y cuando ves que la película ha acabado te das cuenta que de ese explosivo, nada de nada. Por ello cuando sales de sala te olvidas de la película, igual que te olvidarías de una relación sexual en la que no hubiera habido orgasmo, te vas para casa o tomar una cerveza y continúas con tu vida.
Además la cinta carece de un personaje insignia a cargo de un actor medianamente cojonudo. Gerard Butler no lo es.
13 de octubre de 2014
13 de octubre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Guy Ritchie destaca por tener una fotografía muy artística. Escenarios bien elaborados, más una ambientalización colmada de buenos efectos de sonido. Hay tomas clichés muy bien elaboradas. Las caracterizaciones no parecen dignas de un Óscar, me parece porque es una mezcla mal balanceada de humor negro con película de ganster al estilo del cine negro. La escena de persecución intenta ser algo cínica, pero a la final se vuelve burda y poco mordaz. Ciertas escenas claves son obviadas, hecho que se aprecia porque mejorarían la coherencia del Film.
13 de mayo de 2015
13 de mayo de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es bueno encontrar directores que afinan todos sus instrumentos para brindar una pieza en la que cada sonido tiene su importancia. En RocknRolla, Guy Ritchie se desata y mueve la batuta como un maestro haciendo que cada bala tenga su valor y cada sonrisa macabra tenga su muerte. Es una estética de la muerte, de la mafia, de los matones, de las jergas, de las pintas, en la que se notan los atisbos de un hombre que ha pensado muy bien el devenir de una generación.
La historia, de todas maneras, no tiene mucho de particular. Se parece a muchas cosas que ya hemos visto, pero tiene su originalidad, como un libro que a uno le gusta aunque sabe que se parece a otro. Es más, creo que la singularidad se queda lejos de ser un territorio por el cual una obra sea buena. La singularidad de este filme puede ser el hecho mismo de que uno vea en muchos planos la influencia de tantos otros genios.
La historia, de todas maneras, no tiene mucho de particular. Se parece a muchas cosas que ya hemos visto, pero tiene su originalidad, como un libro que a uno le gusta aunque sabe que se parece a otro. Es más, creo que la singularidad se queda lejos de ser un territorio por el cual una obra sea buena. La singularidad de este filme puede ser el hecho mismo de que uno vea en muchos planos la influencia de tantos otros genios.
15 de diciembre de 2015
15 de diciembre de 2015
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
RocknRolla de Guy Ritchie es un thriller de acción basado en una serie de historias paralelas criminales entrelazadas entre sí que apasionan al público por su atrayente trama. Dirigida con un ritmo trepidante y con el estilo reconocible y activo del director, es una obra atractiva que una vez más muestra varias historias que están unidas las unas con las otras por el denominador común de lo criminal, cautivando a los seguidores del director ya que crea una atmósfera arrolladora y unos personajes chulescos y con pocos escrúpulos que ofrecen detalles jocosos pero siempre dentro de lo afilada y sarcástica que es la trama, concluyendo uno de los films más destacables del director.
La fotografía es espléndida en sus múltiples detalles visuales que añaden interés a la película, logrando una labor portentosa que desconcierta al público como bien le gusta al director en un magnífico trabajo que habla a voces de Guy Ritchie. La música es rítmica y estimulante en gran parte del film gracias a unos sonidos excitantes y muy apropiados para la trama, cautivando al espectador en un sensacional acompañamiento musical. Los planos y movimientos de cámara consuman una tarea técnica espectacular a través del uso de los travellings, rotación, circulares, nadir, cenitales, seguimiento, steadycam, primeros y primerísimos planos, plano-contraplanos, detalles, avanti, cámara en mano, tercera persona, subjetivos y generales que exprimen lo mejor de las interpretaciones y sobre todo de la acción.
Las actuaciones son auténticas y muy certeras con su dosis de humor mordaz. Como protagonista Gerard Butler está carismático pero sobrio en su labor, Tom Hardy está destacable en un curioso papel y Tom Wilkinson está brillante y contundente en una gran tarea, siendo notables también los acompañamientos de Thandie Newton, Mark Strong, Idris Elba y Karel Roden entre muchos otros. Para estos emplea la dirección artística unos vestuarios y caracterizaciones elegantes e impolutos por un lado e informales y más comunes por otro en un trabajo estéticamente apropiado que junto con los variados decorados cumplen ampliamente con su cometido. Cabe señalar también, los efectos visuales y de sonidos sorprendentes en determinadas escenas que añaden interés y aumentan la violencia y desconcierto en el film.
El guion, escrito por el director, es incitador y muy al estilo de Guy Ritchie con sus enrevesados y rebuscados personajes que llegan a extremos hilarantes, sorprendiendo al público con un entramado original que tiene historias entrelazadas que no solo entretienen al espectador, sino que lo mantiene absorto y pegado al asiento con una trama irresistible aunque no sencilla de seguir, manteniendo intacto el particular estilo del director. Esto se lleva con una narrativa con voz en off explicativa y afilada en sus sugerentes comentarios que acompañan todo el film, destacando también sus diálogos espontáneos y perspicaces para hacen reír al público.
En conclusión, la considero una obra esencial y fantástica en la filmografía del director que vuelve a cautivar al público con una historia jocosa y afilada por sus insólitas situaciones y comentarios burlones y satíricos que mantienen al público atento todo el film y con una sonrisa pegada a la cara. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, montaje, efectos, planos, movimientos de cámara, vestuarios, narrativa y diálogos que vuelven a RocknRolla, una película imprescindible para los seguidores del director y de los films irreverentes y poco comunes.
La fotografía es espléndida en sus múltiples detalles visuales que añaden interés a la película, logrando una labor portentosa que desconcierta al público como bien le gusta al director en un magnífico trabajo que habla a voces de Guy Ritchie. La música es rítmica y estimulante en gran parte del film gracias a unos sonidos excitantes y muy apropiados para la trama, cautivando al espectador en un sensacional acompañamiento musical. Los planos y movimientos de cámara consuman una tarea técnica espectacular a través del uso de los travellings, rotación, circulares, nadir, cenitales, seguimiento, steadycam, primeros y primerísimos planos, plano-contraplanos, detalles, avanti, cámara en mano, tercera persona, subjetivos y generales que exprimen lo mejor de las interpretaciones y sobre todo de la acción.
Las actuaciones son auténticas y muy certeras con su dosis de humor mordaz. Como protagonista Gerard Butler está carismático pero sobrio en su labor, Tom Hardy está destacable en un curioso papel y Tom Wilkinson está brillante y contundente en una gran tarea, siendo notables también los acompañamientos de Thandie Newton, Mark Strong, Idris Elba y Karel Roden entre muchos otros. Para estos emplea la dirección artística unos vestuarios y caracterizaciones elegantes e impolutos por un lado e informales y más comunes por otro en un trabajo estéticamente apropiado que junto con los variados decorados cumplen ampliamente con su cometido. Cabe señalar también, los efectos visuales y de sonidos sorprendentes en determinadas escenas que añaden interés y aumentan la violencia y desconcierto en el film.
El guion, escrito por el director, es incitador y muy al estilo de Guy Ritchie con sus enrevesados y rebuscados personajes que llegan a extremos hilarantes, sorprendiendo al público con un entramado original que tiene historias entrelazadas que no solo entretienen al espectador, sino que lo mantiene absorto y pegado al asiento con una trama irresistible aunque no sencilla de seguir, manteniendo intacto el particular estilo del director. Esto se lleva con una narrativa con voz en off explicativa y afilada en sus sugerentes comentarios que acompañan todo el film, destacando también sus diálogos espontáneos y perspicaces para hacen reír al público.
En conclusión, la considero una obra esencial y fantástica en la filmografía del director que vuelve a cautivar al público con una historia jocosa y afilada por sus insólitas situaciones y comentarios burlones y satíricos que mantienen al público atento todo el film y con una sonrisa pegada a la cara. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, música, montaje, efectos, planos, movimientos de cámara, vestuarios, narrativa y diálogos que vuelven a RocknRolla, una película imprescindible para los seguidores del director y de los films irreverentes y poco comunes.
14 de diciembre de 2016
14 de diciembre de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una auténtica obra de culto para la posteridad.
Cuando los ingleses se ponen a hacer cine de calidad, lo bordan. Y esta es una de esas ocasiones.
La trama es simple, unos tipos de la mafia rusa están invirtiendo dinero en el sector inmobiliario en Londres.
Contactan con el conseguidor local, hasta ahí más o menos como en cualquier país.
La historia se va complicando con personajes paralelos que al final, como las piezas de un puzzle, van encajando perfectamente.
El ritmo no decae, aderezado con toques de humor muy británico que no tiene desperdicio.
Escenas memorables, rodadas en ese Londres pre-olimpiadas, que aún no se ha transformado, perdiendo su belleza, su personalidad.
Es, de alguna manera, la historia mil veces repetida de una sociedad invadida por la globalización, por el capital que no respeta nada, ni costumbres, ni paisaje urbano.
Al final, te hechas unas risas por lo bien que se resuelven las escenas de acción, con mucho sarcasmo. Rueda Guy Ritchie muy bien, tirando de recursos como ir hacia atrás, montar las escenas con una soberbia banda sonora y gestos y giños de los personajes, todos muy pícaros, unos siverguenzillas de medio pelo a los que les coges cariño.
Excelente.
Cuando los ingleses se ponen a hacer cine de calidad, lo bordan. Y esta es una de esas ocasiones.
La trama es simple, unos tipos de la mafia rusa están invirtiendo dinero en el sector inmobiliario en Londres.
Contactan con el conseguidor local, hasta ahí más o menos como en cualquier país.
La historia se va complicando con personajes paralelos que al final, como las piezas de un puzzle, van encajando perfectamente.
El ritmo no decae, aderezado con toques de humor muy británico que no tiene desperdicio.
Escenas memorables, rodadas en ese Londres pre-olimpiadas, que aún no se ha transformado, perdiendo su belleza, su personalidad.
Es, de alguna manera, la historia mil veces repetida de una sociedad invadida por la globalización, por el capital que no respeta nada, ni costumbres, ni paisaje urbano.
Al final, te hechas unas risas por lo bien que se resuelven las escenas de acción, con mucho sarcasmo. Rueda Guy Ritchie muy bien, tirando de recursos como ir hacia atrás, montar las escenas con una soberbia banda sonora y gestos y giños de los personajes, todos muy pícaros, unos siverguenzillas de medio pelo a los que les coges cariño.
Excelente.
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