El romance de Gump y Jenny, pese a ser el verdadero hilo conductor de la trama, nunca destaca por encima de las azarosas vidas de los personajes, que sufren duros golpes a lo largo de la película.

Es una película romántica, sí, pero con toques bélicos (con ese bombardeo en Vietnam), históricos (el montaje de escenas reales de la historia de EEUU con Forrest como partícipe no tienen desperdicio), humorísticos (los golpes de lógica aplastante y sinceridad de Gump nos obligan cuando menos a sonreir), y trágicos (la muerte de Buba, la amputación de las piernas del teniente Dam, la mala vida de Jenny...)

Gump es un auténtico modelo de virtud, por su superación, bondad, valor y sinceridad. Cuando uno termina de ver la película, se siente con ganas de superarse como persona. Aunque después uno se da cuenta de que nadie tiene tanta suerte como Gump

Y es que, a fin de cuentas, la película (con mucho disimulo) ensalza algunos valores de EEUU, pintándola como la tierra de oportunidades que nos hacen creer que es. Pero obviando eso, y sentándote a disfrutar tranquilamente de la película, uno puede soñar despierto durante unos minutos que valen oro, hasta volver a su rutina diaria.