Sólo un hombre
6.8
13,957
Drama
Los Ángeles, 1962, Crisis de los misiles cubanos. George Falconer (Colin Firth), un maduro profesor universitario británico y homosexual, lucha por encontrarle sentido a la vida tras la muerte de Jim (Matthew Goode), su compañero sentimental. Encuentra consuelo junto a su íntima amiga Charley (J. Moore), que también está llena de dudas sobre el futuro. Kenny (Nicholas Hoult), un estudiante que se esfuerza por aceptar su auténtica ... [+]
12 de abril de 2017
12 de abril de 2017
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Pasable. Pasable por la actuación excelente de Colin Firth y por la muy buena aparición de Julianne Moore (esporádica aparición pero que, sin embargo, resalta). Así de simple.
A los que les gusta la dramatización excesiva de escenas y bandas sonoras clásicas clichés, les vendrá de maravilla esta película.
El recurso de cambio de saturación de acuerdo al cambio de humor del protagonista es simplemente rídiculo, en mi opinión.
Los flashbacks ralentizan la película y, en mi opinión no le agregan nada, salvo uno que otro. La película es lentísima y monótona.
Sigo sin entender la alta calificación que tiene en la página.
SIGUE CON SPOILERS
A los que les gusta la dramatización excesiva de escenas y bandas sonoras clásicas clichés, les vendrá de maravilla esta película.
El recurso de cambio de saturación de acuerdo al cambio de humor del protagonista es simplemente rídiculo, en mi opinión.
Los flashbacks ralentizan la película y, en mi opinión no le agregan nada, salvo uno que otro. La película es lentísima y monótona.
Sigo sin entender la alta calificación que tiene en la página.
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spoiler:
El final es inentendible, George simplemente se toma el pecho, cae y se muere. Fueron casi 90 minutos en los cuales no sabíamos si se iba a pegar un tiro o no, y la película de forma mágica termina así. Yo no sé si el libro termina así o no (y no me interesa saberlo), pero el final pudo ser mucho mejor.
Como se menciona arriba, el único momento realmente disfrutable de la película, es la cena "romántica" interpretada a puro talento por los dos actores. Julianne Moore tendría que tener más espacio en el film.
Hay pasajes que simplemente no agregan absolutamente nada al argumento y que encima son aburridas: la escena de la conversación con la niña de vestido y la seducción del "James Dean español" por ejemplo.
Como se menciona arriba, el único momento realmente disfrutable de la película, es la cena "romántica" interpretada a puro talento por los dos actores. Julianne Moore tendría que tener más espacio en el film.
Hay pasajes que simplemente no agregan absolutamente nada al argumento y que encima son aburridas: la escena de la conversación con la niña de vestido y la seducción del "James Dean español" por ejemplo.
10 de marzo de 2018
10 de marzo de 2018
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Después de haber varias películas de homosexualidad que me parecían muy malas, veo esta y pienso, bueno al menos alguien sigue haciendo buenas películas de este tipo. Al principio me estaba saturando. Todo era basarse en lo de siempre, sexo, sexo y sexo, pero luego se endereza y nos cuenta una película interesante en la que ya no solo es sexo si no que los personajes van profundizando se va avanzando en la trama y se cuenta una historia.
Los actores están estupendos, te llevan todos por donde quieren llevarte. Se huele la sensualidad a flor de piel, sobre todo después de la primera media hora y sin necesidad de hacer esos planos a cámara lenta que tan malos son.
La fotografía me ha parecido, estupenda, preciosa, te mete en la historia completamente. Cada momento tiene su fotografía. La parte fría tiene luz fría, la parte cálida tiene luz cálida, cuando la historia crece la fotografía mejora y se hace más cálida.
No me gusta, al principio, cuando se empeña en hacer esos planos a cámara lenta de torsos desnudos, de solo ojos, como si ese personaje solo pensase en cuerpos, cuando tenemos un personaje tan culto, tan cuidadoso, tan elegante. El está presentado muy bien.
El director que empieza muy mal, luego corrige la película y la lleva por un camino estupendo. La lleva sin prisa pero sin pausa, te lleva a ti con ella. No sabe poner la cámara, se conforma con observar la historia, pero al menos no hace planos feos.
Es una película con estilo a la que remontaría la primera media hora para mejorarla.
Los actores están estupendos, te llevan todos por donde quieren llevarte. Se huele la sensualidad a flor de piel, sobre todo después de la primera media hora y sin necesidad de hacer esos planos a cámara lenta que tan malos son.
La fotografía me ha parecido, estupenda, preciosa, te mete en la historia completamente. Cada momento tiene su fotografía. La parte fría tiene luz fría, la parte cálida tiene luz cálida, cuando la historia crece la fotografía mejora y se hace más cálida.
No me gusta, al principio, cuando se empeña en hacer esos planos a cámara lenta de torsos desnudos, de solo ojos, como si ese personaje solo pensase en cuerpos, cuando tenemos un personaje tan culto, tan cuidadoso, tan elegante. El está presentado muy bien.
El director que empieza muy mal, luego corrige la película y la lleva por un camino estupendo. La lleva sin prisa pero sin pausa, te lleva a ti con ella. No sabe poner la cámara, se conforma con observar la historia, pero al menos no hace planos feos.
Es una película con estilo a la que remontaría la primera media hora para mejorarla.
18 de julio de 2018
18 de julio de 2018
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Una película para disfrutarla o sufrirla, dependiendo del nivel de empatía al que se llegue con el personaje. Toda ella gira en torno a la vida del profesor, las demás tramas (por llamarlas de alguna forma, ya que brillan por su ausencia), son totalmente secundarias, y siempre como un complemento minúsculo a la principal.
Colin Firth bien se merecía el Oscar después de una interpretación impresionante de un profesor homosexual en la década de 1960 en un momento en el que no tiene nada por lo que vivir. El resto de los personajes está por debajo de la categoría "secundario", es totalmente prescindible a la hora de entender la película.
Por otro lado, película no apta para todos los públicos, lenta aunque elegante, con una fotografía que supera en ocasiones los diálogos, y estos últimos cargados de metáforas filosóficas que conducen la historia principal.
En resumen: te encanta o te quedas dormido. Mucho mejor si es lo primero.
Colin Firth bien se merecía el Oscar después de una interpretación impresionante de un profesor homosexual en la década de 1960 en un momento en el que no tiene nada por lo que vivir. El resto de los personajes está por debajo de la categoría "secundario", es totalmente prescindible a la hora de entender la película.
Por otro lado, película no apta para todos los públicos, lenta aunque elegante, con una fotografía que supera en ocasiones los diálogos, y estos últimos cargados de metáforas filosóficas que conducen la historia principal.
En resumen: te encanta o te quedas dormido. Mucho mejor si es lo primero.
10 de mayo de 2020
10 de mayo de 2020
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El paralelismo con la película de Visconti (1971, según la novela de Thomas Mann) es muy patente y evocador. La historia es análoga, basada en un sentimiento amoroso obsesivo buscando la perfección y la belleza en personas del mismo sexo (masculino), llegando incluso, en su desespero, al deseo de entregarse a la muerte. En esta ocasión, el intelectual protagonista no es músico sino literato, la música de fondo no es de Mahler pero está completamente integrada en la imagen y la acción se ha trasladado a Los Angeles de los sesenta. El guion está lleno de reflexiones existencialistas profundas sobre la vida y la muerte con profusión de frases lapidarias ("Todo el mundo tiene miedos de diversa índole; se es tanto más feliz cuanto menos miedos se tienen", "La experiencia no es aquello que nos pasa, sino lo que nosotros hacemos con lo que nos pasa"). El elemento diferenciador y rompedor lo da la intervención de la soberbia Julianne Moore, como contrapeso del extraordinario Colin Firth.
6 de febrero de 2022
6 de febrero de 2022
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Una película de una sensibilidad extraordinaria, tan exacerbada que quizás hubiese sido mejor un poco más de evidencia y no tanto de espiritualidad. La película va a tiro hecho en ese aspecto porque está a otra cosa. A parte de eso y de una escena protagonizada por Jon Kortajarena absolutamente prescindible, por inconexa e inverosímil, "Un hombre soltero" es una maravilla visual y poética. Un mar de emociones, a la vez bravo y sereno. Una búsqueda desesperada para dejar de sufrir, peligrosa y también plácida, porque cuando no te queda nada, marchar es una opción. Aunque la vida siempre tiene otros planes.
El hombre soltero es Colin Firth, un actor que no me gusta y del que dicen que está fantástico, y debe estarlo. Entorno a él rotan tres seres extraños: uno porque sólo es un recuerdo y los otros porque no están bien de la azotea. La escena en la que ambos leen, me refiero al matrimonio, flanqueados por sus perros y sin más preocupaciones que discutir quién cambia el tocadiscos, es la representación de la felicidad. Esa escena es lo que queremos todos.
Por el contrario, su alumno y su amiga son la infelicidad. Él, un lozano admirador un tanto entrometido, cuyo rostro y osadía cautivaría a cualquiera y, al mismo tiempo, su proceder atemorizaría hasta al más insensato de los hombres. Fantástico Nicholas Hoult. Y ella, la mujer más triste que he visto en mucho tiempo. Abandonada por su marido y su hijo, sempiterna enamorada de nuestro protagonista, hastiada de sí misma y confinada en su cárcel de oro, sólo la ginebra, los Lucky Strikes y las fantasías alivian su desierto anímico. La Moore, eterna y descomunal.
Todo ello envuelto en un marco incomparable: la soleada Los Ángeles de los años 60. Cuando los hombres vestían de traje y conducían Hudson, cuando en el cine se veía "Psicosis" y cuando se podía fumar en todas partes. Sin duda, un tiempo mejor. Si a eso le sumas una banda sonora compuesta por Abel Korzeniowski absolutamente magnífica y una fotografía de mi paisano Eduard Grau, que mezcla la realidad más pulcra con la fantasía más mística con una delicadeza absoluta, te queda un cuadro inolvidable.
"Animales nocturnos" me mostró a un director prometedor. "Un hombre soltero" me lo corrobora. Ambas están por encima del resto en el ámbito artístico, porque aunque no contasen nada, seguirían siendo obras de arte visuales. Lo de Tom Ford es otro rollo. Adoro las películas cortas, aunque con esta no me hubiese importado permanecer veinte minutos más en el sofá para descubrir más de ellos, de nuestro soltero y de sus satélites. Con esa salvedad que le impide el notable alto, este film, ya mío, es precioso, abrumador y devastador.
El hombre soltero es Colin Firth, un actor que no me gusta y del que dicen que está fantástico, y debe estarlo. Entorno a él rotan tres seres extraños: uno porque sólo es un recuerdo y los otros porque no están bien de la azotea. La escena en la que ambos leen, me refiero al matrimonio, flanqueados por sus perros y sin más preocupaciones que discutir quién cambia el tocadiscos, es la representación de la felicidad. Esa escena es lo que queremos todos.
Por el contrario, su alumno y su amiga son la infelicidad. Él, un lozano admirador un tanto entrometido, cuyo rostro y osadía cautivaría a cualquiera y, al mismo tiempo, su proceder atemorizaría hasta al más insensato de los hombres. Fantástico Nicholas Hoult. Y ella, la mujer más triste que he visto en mucho tiempo. Abandonada por su marido y su hijo, sempiterna enamorada de nuestro protagonista, hastiada de sí misma y confinada en su cárcel de oro, sólo la ginebra, los Lucky Strikes y las fantasías alivian su desierto anímico. La Moore, eterna y descomunal.
Todo ello envuelto en un marco incomparable: la soleada Los Ángeles de los años 60. Cuando los hombres vestían de traje y conducían Hudson, cuando en el cine se veía "Psicosis" y cuando se podía fumar en todas partes. Sin duda, un tiempo mejor. Si a eso le sumas una banda sonora compuesta por Abel Korzeniowski absolutamente magnífica y una fotografía de mi paisano Eduard Grau, que mezcla la realidad más pulcra con la fantasía más mística con una delicadeza absoluta, te queda un cuadro inolvidable.
"Animales nocturnos" me mostró a un director prometedor. "Un hombre soltero" me lo corrobora. Ambas están por encima del resto en el ámbito artístico, porque aunque no contasen nada, seguirían siendo obras de arte visuales. Lo de Tom Ford es otro rollo. Adoro las películas cortas, aunque con esta no me hubiese importado permanecer veinte minutos más en el sofá para descubrir más de ellos, de nuestro soltero y de sus satélites. Con esa salvedad que le impide el notable alto, este film, ya mío, es precioso, abrumador y devastador.
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