Grupo 7
2012 

6.5
36,086
Thriller. Acción. Drama
Año 1987. La ciudad de Sevilla se prepara para acoger la Expo del 92. Ángel (Mario Casas), un joven inteligente y ambicioso, aspira a ser inspector de policía, y entró en el cuerpo intentando respetar la ley. Rafael (Antonio de la Torre), en cambio, es un policía expeditivo, contundente y arrogante. Junto con Miguel (José Manuel Poga) y Mateo (Joaquín Núñez) forman el Grupo 7, un conjunto de policías sin escrúpulos, dispuestos a todo ... [+]
19 de octubre de 2012
19 de octubre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La premisa fundamental de la película no es otra que mostrar un estrato social de la capital de Andalucía a finales de los 80 y principios de los novena. Este retrato costumbrista de las fuerzas del orden y de la delincuencia esta magistralmente tratado. La cosa no solo se queda aquí, los personajes no tienen nada de planos, muestran una complejidad intrínseca que hace que nos acerquemos a ellos de forma inconsciente.
No hay, en ningún momento por parte de Alberto Rodríguez, la intención de ser previsible, da un ritmo a la película que logra que el espectador no decaiga en ningún momento. La falta de presuntuosidad es encomiable, no pretende ser lo que no es, y esto hay que agradecerlo.
Por lo que se refiere a los actores, mostrar mi admiración por el papel de Mario Casas, un galante que, en esta ocasión, se ve superado por los acontecimientos, y la situación lo transforma. Y por otro lado Antonio de la torre. Me parece que borda un papel magnifico, hombre hundido por la pérdida de un ser querido y con una pátina de auto-destrucción que no decaen en toda la película. Por otra parte, el resto del Reparto está muy logrado.
No hay, en ningún momento por parte de Alberto Rodríguez, la intención de ser previsible, da un ritmo a la película que logra que el espectador no decaiga en ningún momento. La falta de presuntuosidad es encomiable, no pretende ser lo que no es, y esto hay que agradecerlo.
Por lo que se refiere a los actores, mostrar mi admiración por el papel de Mario Casas, un galante que, en esta ocasión, se ve superado por los acontecimientos, y la situación lo transforma. Y por otro lado Antonio de la torre. Me parece que borda un papel magnifico, hombre hundido por la pérdida de un ser querido y con una pátina de auto-destrucción que no decaen en toda la película. Por otra parte, el resto del Reparto está muy logrado.
5 de noviembre de 2012
5 de noviembre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No entiendo tanto entusiasmo por esta película. No está mal hecha, está bien interpretada, pero no está cuajada.
Primer defecto:falta un hilo dramático que dé unidad. Es una suma de escenas sueltas, que no hacen nunca un nudo dramático.
Segundo, exceso de violencia gratuita y de persecuciones insustanciales.
La he visto en la tele. No sé cómo queda en el cine, pero el sonido es pésimo, y no es cuestión del televisor. No se entiende casi nada de lo que hablan y muchas su tramas resultan ininteligibles.
Lo peor esque a la hora de película ya me cansaba, porque suponía que iba a seguir así, sin nada nuevo o sorprendente.
¿Por qué tanta buena crítica? Porque en el país de los ciegos, el tuerto etcétera.
Comparada con la media del cine español es un hit. Pero es que el cine español sigue bajo mínimos.
Primer defecto:falta un hilo dramático que dé unidad. Es una suma de escenas sueltas, que no hacen nunca un nudo dramático.
Segundo, exceso de violencia gratuita y de persecuciones insustanciales.
La he visto en la tele. No sé cómo queda en el cine, pero el sonido es pésimo, y no es cuestión del televisor. No se entiende casi nada de lo que hablan y muchas su tramas resultan ininteligibles.
Lo peor esque a la hora de película ya me cansaba, porque suponía que iba a seguir así, sin nada nuevo o sorprendente.
¿Por qué tanta buena crítica? Porque en el país de los ciegos, el tuerto etcétera.
Comparada con la media del cine español es un hit. Pero es que el cine español sigue bajo mínimos.
13 de noviembre de 2012
13 de noviembre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de su reciente estreno no quise saber nada de esta película. Hui de todos y cada uno de sus trailers, promos, cómo-se-hizo y demás zarandajas con las que ahora, a poco cine que hayas visto, te destripan el argumento y te quitan las casi ningunas ganas que te queden de ir a ver una película -española, para más inri- a un cine. Y lo logré. Sin embargo, cada vez que escuchaba hablar de Grupo 7 a mis recuerdos regresaba aquella cinta titulada Nadie conoce a nadie, ópera prima en largo de Mateo Gil. La aparente sinrazón de mis enlaces mentales era, claro, Sevilla. La verdadera protagonista de ambas películas. Empero hay una diferencia abismal entre ambas. Si bien aquella películilla de finales de los 90 supuso el titubeante debut del escudero de Alejandro Amenábar, este serio policíaco supone la consagración de Alberto Rodríguez como un solvente cronista social.
Grupo 7 es una buddy movie a la española ambientada a finales de los años 80. Un país que comenzaba a despertar del sueño del Mundial 82 y se preparaba para organizar, una década después, una Exposición Universal que colocaría a Sevilla como referente de modernidad y progreso. O no. Eso es lo que esta película nos cuenta y para ello utiliza como pretexto el ascenso y declive de un grupo especial de la Policía famoso por sus poco ortodoxos métodos de trabajo.
Prácticamente todo funciona a la perfección en este thriller policíaco en el que la dirección de actores y la ambientación son sus puntos fuertes. No tanto la historia que se nos cuenta, la cual tras una aparente sorpresa inicial se torna muy convencional y más preocupada del cómo que del qué. En este punto cabe destacar el soplo de aire fresco que supone la presencia en el casting de dos excelentes actores secundarios: Joaquín Núñez (Mateo) y Estefanía de los Santos (‘Caoba’). Por su sola presencia se justifica el precio de la entrada. Pero hay más. Antonio de la Torre vuelve a erigirse en el auténtico protagonista de esta cinta que cuenta con el gancho para el gran público de Mario Casas, un actor aún por hacer, mientras que Inma Cuesta defiende con profesionalidad su episódica participación en el filme.
El director Alberto Rodríguez (7 vírgenes, After) demuestra conocer a la perfección cómo moverse por las intrincadas callejuelas y los punzantes descampados sevillanos. Las localizaciones son espléndidas y transportan al espectador a esa España que estaba por hacer y que quizá nunca terminó de construirse. Aquellas ruinas de la presunta modernidad, del espejismo de una Europa que veíamos a años luz, se nos muestran con intención naturalista y, lo más curioso, sin efectos especiales. Resulta quizá más impactante comprobar cómo 20 años después aquellas barriadas siguen estando ahí. Quizá eso es lo que más nos hace pensar, por encima de la traición, la ética, la vanidad, la avaricia o la ambición sin límites. A esto ya nos hemos acostumbrado a fuerza de verlo a diario.
Grupo 7 es una buddy movie a la española ambientada a finales de los años 80. Un país que comenzaba a despertar del sueño del Mundial 82 y se preparaba para organizar, una década después, una Exposición Universal que colocaría a Sevilla como referente de modernidad y progreso. O no. Eso es lo que esta película nos cuenta y para ello utiliza como pretexto el ascenso y declive de un grupo especial de la Policía famoso por sus poco ortodoxos métodos de trabajo.
Prácticamente todo funciona a la perfección en este thriller policíaco en el que la dirección de actores y la ambientación son sus puntos fuertes. No tanto la historia que se nos cuenta, la cual tras una aparente sorpresa inicial se torna muy convencional y más preocupada del cómo que del qué. En este punto cabe destacar el soplo de aire fresco que supone la presencia en el casting de dos excelentes actores secundarios: Joaquín Núñez (Mateo) y Estefanía de los Santos (‘Caoba’). Por su sola presencia se justifica el precio de la entrada. Pero hay más. Antonio de la Torre vuelve a erigirse en el auténtico protagonista de esta cinta que cuenta con el gancho para el gran público de Mario Casas, un actor aún por hacer, mientras que Inma Cuesta defiende con profesionalidad su episódica participación en el filme.
El director Alberto Rodríguez (7 vírgenes, After) demuestra conocer a la perfección cómo moverse por las intrincadas callejuelas y los punzantes descampados sevillanos. Las localizaciones son espléndidas y transportan al espectador a esa España que estaba por hacer y que quizá nunca terminó de construirse. Aquellas ruinas de la presunta modernidad, del espejismo de una Europa que veíamos a años luz, se nos muestran con intención naturalista y, lo más curioso, sin efectos especiales. Resulta quizá más impactante comprobar cómo 20 años después aquellas barriadas siguen estando ahí. Quizá eso es lo que más nos hace pensar, por encima de la traición, la ética, la vanidad, la avaricia o la ambición sin límites. A esto ya nos hemos acostumbrado a fuerza de verlo a diario.
18 de noviembre de 2012
18 de noviembre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para realizar esta receta necesitaremos sólo dos ingredientes:
1) Una película, de la tierra, troceadita de esta manera:
- Una buena trama, que enganche al espectador.
- Una buena ambientación, que diga que están en 1988 y el espectador se lo crea.
- Unos buenos extras, que no sean muy conocidos pero que parezcan realistas.
- Y, en definitiva, una película que se salga de todo lo que hemos visto hasta ahora en el cine español para mejorarlo en todos los aspectos. Es decir, una película que llegue al 8 o al 9 de nota media.
2) Mario Casas para joderla.
Está bien, está bien, voy a aclararlo: es Mario Casas. Lo odiamos tanto como al Alzheimer (ambos causan daños graves: uno te vuelve tonto y el Alzheimer hace que olvides las cosas). Cuando te dicen que es el protagonista antes de ver la película, hace que haya que pensarse MUY seriamente si pulsar el play o no.
Y este es el principal problema: que luego la ves te das cuenta de que ES UNA GRAN PELÍCULA, la "Ciudad de Dios" española, toda la mierda que tienen las calles de Sevilla plasmadas de una manera excepcional en la pantalla. Grandes actores, grandes papeles, gran ambientación. Lo tiene casi todo.
Entonces, muy señores míos: ¡¿POR QUÉ MIERDA PONEN A MARIO CASAS EN ELLA?! Ya no es el hecho de que lo odie, eso puedo olvidarlo durante la película (y lo intenté, juro por Dios que lo intenté), ¡pero es que actúa mal! El papel no le pega ni con cola. No pega con el resto de personajes del equipo, y encima vuelve a hacer el puto papel de chulo retrasado, no de chulo, de chulo retrasado ¡¿ES QUE NO SABES HACER OTRA COSA?!
Aun así le voy a poner buena nota, porque (creo) se lo merece y no quiero que influya el hecho de que, por poner a un actor con el que el director sólo busca que vayan a verla niñatas fanáticas de las series de Antena 3. El problema es que sí, influye. Y mucho.
1) Una película, de la tierra, troceadita de esta manera:
- Una buena trama, que enganche al espectador.
- Una buena ambientación, que diga que están en 1988 y el espectador se lo crea.
- Unos buenos extras, que no sean muy conocidos pero que parezcan realistas.
- Y, en definitiva, una película que se salga de todo lo que hemos visto hasta ahora en el cine español para mejorarlo en todos los aspectos. Es decir, una película que llegue al 8 o al 9 de nota media.
2) Mario Casas para joderla.
Está bien, está bien, voy a aclararlo: es Mario Casas. Lo odiamos tanto como al Alzheimer (ambos causan daños graves: uno te vuelve tonto y el Alzheimer hace que olvides las cosas). Cuando te dicen que es el protagonista antes de ver la película, hace que haya que pensarse MUY seriamente si pulsar el play o no.
Y este es el principal problema: que luego la ves te das cuenta de que ES UNA GRAN PELÍCULA, la "Ciudad de Dios" española, toda la mierda que tienen las calles de Sevilla plasmadas de una manera excepcional en la pantalla. Grandes actores, grandes papeles, gran ambientación. Lo tiene casi todo.
Entonces, muy señores míos: ¡¿POR QUÉ MIERDA PONEN A MARIO CASAS EN ELLA?! Ya no es el hecho de que lo odie, eso puedo olvidarlo durante la película (y lo intenté, juro por Dios que lo intenté), ¡pero es que actúa mal! El papel no le pega ni con cola. No pega con el resto de personajes del equipo, y encima vuelve a hacer el puto papel de chulo retrasado, no de chulo, de chulo retrasado ¡¿ES QUE NO SABES HACER OTRA COSA?!
Aun así le voy a poner buena nota, porque (creo) se lo merece y no quiero que influya el hecho de que, por poner a un actor con el que el director sólo busca que vayan a verla niñatas fanáticas de las series de Antena 3. El problema es que sí, influye. Y mucho.
19 de noviembre de 2012
19 de noviembre de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
'Grupo 7' se deja de pamplinas sociales, buenismo y tonterías ideológicas para acercarse a la realidad tal cual. Con lo malo y lo peor, mostrando la absurda y necesaria lucha entre dos bandos alejados del día a día de los comunes mortales. Ellos allí, en su micromundo, matándose, y nosotros aquí, celebrando la Expo con un polo de coca-cola. Buen cine negro autóctono que alcanza la única conclusión posible a la que puede llegar el cine negro contemporáneo, esta es, la vida es una mierda, no hay otra. Una buena película, al rebufo argumental de 'The Wire' pero con una fuerte voz propia. Más, necesitamos muchas más así.
Este film es el antídoto para el hartazgo que provoca esa marea de espectadores que buscan en las desgracias inapelables (de los otros, claro está) la redención, el viaje interior, el feliz reeencuentro con uno mismo. Hartazgo y casi ya odio, la verdad. Que sepan algo: el lumpen no ve belleza en su realidad. La miseria es una maldición. El poder se toma por la fuerza. La venganza es el pan nuestro de cada día. El débil muere. Los demás también. Lo perderemos todo. Everybody knows.
Este film es el antídoto para el hartazgo que provoca esa marea de espectadores que buscan en las desgracias inapelables (de los otros, claro está) la redención, el viaje interior, el feliz reeencuentro con uno mismo. Hartazgo y casi ya odio, la verdad. Que sepan algo: el lumpen no ve belleza en su realidad. La miseria es una maldición. El poder se toma por la fuerza. La venganza es el pan nuestro de cada día. El débil muere. Los demás también. Lo perderemos todo. Everybody knows.
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