Ida
2013 

6.9
17,264
Drama
Polonia, 1960. Anna (Agata Trzebuchowska), una novicia huérfana que está a punto de hacerse monja, descubre que tiene un pariente vivo: una hermana de su madre que no quiso hacerse cargo de ella de niña. La madre superiora obliga a Anna a visitarla antes de tomar los hábitos. La tía, una juez desencantada y alcohólica, cuenta a su sobrina que su verdadero nombre es Ida Lebenstein, que es judía y que el trágico destino de su familia se ... [+]
2 de agosto de 2014
2 de agosto de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los años 60 en Polonia debieron ser duros, la historia que se nos narra parece anteceder a esa década por la cantidad de tabúes que se nos muestran. La historia es sencilla, una joven que lleva toda su vida preparándose para convertirse en monja, cuando llega el esperado momento se entera de un secreto que atormentaba a toda su familia, ante tal secreto decide emprender un viaje antes de tomar los votos para conocer la verdad, esa travesía le proporcionará experiencias, algunas de esas experiencias le plantearán profundas dudas acerca de su camino. El film es tan sencillo como delicado, una historia de cine en mayúsculas, cine en estado puro, sin demasiadas parafernalias pero filmado con un estilo muy elegante y refinado, nos seduce con una lucha interior que tiene la protagonista al descubrir una vida más allá de la religión, una batalla entre la fe y otra vida al margen de ella con elementos conmovedores relatados de forma magistral en un periodo de tiempo corto para lo que es el cine actual.
Las interpretaciones de las dos “Agatas”, Kulesza y Trzebuchowska no tienen ningún pero, altamente creíbles y destacables, hablan sin hablar y llevan en el rostro implícita cada sensación acontecida, sin ser excesivamente expresionistas logran transmitirnos cada estímulo ya sea de pena o de ilusión. El director ha sabido equilibrar perfectamente una balanza que se mantiene estable entre el peso de los personajes y la plasticidad de una historia que se sostiene firme sin profundizar en lacrimologías ni caer en elementos morbosos.
El film se nutre de forma destacada de una fotografía absolutamente fabulosa, unos planos tan metódicamente estudiados que tienen un resultado exquisito, el blanco y negro le otorga una belleza y nos sitúa más de pleno en la historia, transmite ese estado de penuria y melancolía que llevan dentro de la mochila de sus vidas las dos “Agatas”, que pese e tratarse de los años 60 hay que recordar que tiene como telón de fondo el holocausto nazi, pero el film es un trabajo de sutileza, una historia tan sencilla como profunda que no cae en elementos retorcidos y nos habla sin tener que levantar la voz.
http://www.filmadictos.com/ida/
Las interpretaciones de las dos “Agatas”, Kulesza y Trzebuchowska no tienen ningún pero, altamente creíbles y destacables, hablan sin hablar y llevan en el rostro implícita cada sensación acontecida, sin ser excesivamente expresionistas logran transmitirnos cada estímulo ya sea de pena o de ilusión. El director ha sabido equilibrar perfectamente una balanza que se mantiene estable entre el peso de los personajes y la plasticidad de una historia que se sostiene firme sin profundizar en lacrimologías ni caer en elementos morbosos.
El film se nutre de forma destacada de una fotografía absolutamente fabulosa, unos planos tan metódicamente estudiados que tienen un resultado exquisito, el blanco y negro le otorga una belleza y nos sitúa más de pleno en la historia, transmite ese estado de penuria y melancolía que llevan dentro de la mochila de sus vidas las dos “Agatas”, que pese e tratarse de los años 60 hay que recordar que tiene como telón de fondo el holocausto nazi, pero el film es un trabajo de sutileza, una historia tan sencilla como profunda que no cae en elementos retorcidos y nos habla sin tener que levantar la voz.
http://www.filmadictos.com/ida/
16 de septiembre de 2014
16 de septiembre de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Última película del reconocido director polaco. Fue una de las gemas de la pasada edición del FICCI y el director estuvo como presidiendo el jurado de la Competencia Oficial Ficción, al que también se le realizó una retrospectiva.
“Ida”, dirigida y escrita por Pawlikowski, cuenta la historia de Anna, una joven novicia tierna, timida e inocente, que en la Polonia de los años 60 se encuentra apunto de ordenarse como monja. Pero de repente le avisan de la existencia de un familiar, con quien tendrá que convivir por un tiempo antes de decidirse a semejante vocación. Es así como Anna conoce a su tía Wanda, una juez, ex procuradora del estado, una mujer fascinante, liberada e independiente, que remueve la vida de su sobrina de distintas formas, desde la revelación de un oscuro secreto de familia, hasta de la forma de vivir y afrontar la vida.
La película es una obra de arte, minimalismo y maestría en la ejecución en estado puro, cada escena y cada plano se encuentran cargados de simbolismo, poesía, emoción, sentimiento y arte, donde se pueden entrever algunas influencias del cine clásico, pero que Pawlikowski se apropia y nos recuerda lo grande que puede ser el cine y lo grande que pueden mostrarse historias sencillas.
“Ida” es una película… me atrevería a decir que casi perfecta o prácticamente perfecta desde el punto de vista académico; obviamente lejos del academicismo americano, y mucho más cercana al europeo. Es un filme para contemplar, descifrar y reflexionar sobre el perdón, el sacrificio, las creencias, nuestras raíces y la vida en general.
Para resaltar, las excelentes interpretaciones de las dos mujeres protagonistas: Agata Kulesza (Wanda) y Agata Trzebuchowska (Anna/Ida), además de la prodigiosa dirección del director polaco, que se encuentra acompañado de una excelente fotografía y puesta en escena. Una de las mejores películas del año pasado, y de las que personalmente he visto este año. Muy recomendada.
http://asbvirtualinfo.blogspot.com/2014/09/comentario-pelicula-ida.html
http://www.frasesdepeliculas.com.co/2014/06/frases-pelicula-ida.html
“Ida”, dirigida y escrita por Pawlikowski, cuenta la historia de Anna, una joven novicia tierna, timida e inocente, que en la Polonia de los años 60 se encuentra apunto de ordenarse como monja. Pero de repente le avisan de la existencia de un familiar, con quien tendrá que convivir por un tiempo antes de decidirse a semejante vocación. Es así como Anna conoce a su tía Wanda, una juez, ex procuradora del estado, una mujer fascinante, liberada e independiente, que remueve la vida de su sobrina de distintas formas, desde la revelación de un oscuro secreto de familia, hasta de la forma de vivir y afrontar la vida.
La película es una obra de arte, minimalismo y maestría en la ejecución en estado puro, cada escena y cada plano se encuentran cargados de simbolismo, poesía, emoción, sentimiento y arte, donde se pueden entrever algunas influencias del cine clásico, pero que Pawlikowski se apropia y nos recuerda lo grande que puede ser el cine y lo grande que pueden mostrarse historias sencillas.
“Ida” es una película… me atrevería a decir que casi perfecta o prácticamente perfecta desde el punto de vista académico; obviamente lejos del academicismo americano, y mucho más cercana al europeo. Es un filme para contemplar, descifrar y reflexionar sobre el perdón, el sacrificio, las creencias, nuestras raíces y la vida en general.
Para resaltar, las excelentes interpretaciones de las dos mujeres protagonistas: Agata Kulesza (Wanda) y Agata Trzebuchowska (Anna/Ida), además de la prodigiosa dirección del director polaco, que se encuentra acompañado de una excelente fotografía y puesta en escena. Una de las mejores películas del año pasado, y de las que personalmente he visto este año. Muy recomendada.
http://asbvirtualinfo.blogspot.com/2014/09/comentario-pelicula-ida.html
http://www.frasesdepeliculas.com.co/2014/06/frases-pelicula-ida.html
17 de septiembre de 2014
17 de septiembre de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante film de Pawlikowski en el que nos plantea, como en muchas road-movies, un viaje de búsqueda de un pasado, de un origen, de unas razones....plasmado en un viaje físico a través de solitarias y decrépitas carreteras y poblaciones del interior de Polonia en los años 60. Varios son los argumentos para este viaje: la búsqueda de un pasado familiar que une a ambas protagonistas; la confirmación en la fe y los votos a punto de tomar de una joven novicia; la redención a unas decisiones del pasado que queman en el alma cuando se recuerdan; la desilusión, quizás entre flirteos, vodka y cigarrillos, en una lucha que se suponía revolucionaria y socialista pero que las viejas y sempiternas actitudes humanas la están dejado en las miserias de siempre....
Magníficas las interpretaciones de ambas protagonistas principales. La joven Agata Trzebuchowska de virginal e inocente novicia, con sus inseguridades pero con la determinación de llegar al final de su búsqueda. Y la no tan joven pero espléndida Agata Kulesza, la implacable juez Wanda la roja, descreída del sistema que ayudó a montar y que de forma incansable hace suya la búsqueda que ambas inician y que ha removido sus viejos infiernos. Ambas creen y descreen de forma circular en aquello que han conocido y vivido, y que les hace aferrarse a esta búsqueda en principio rutinaria y que finalmente resulta vital.
Formalmente la película es académica, bellamente académica. Incluso clásica podría decirse. Desde el blanco y negro en que está rodada, a los planos de diferente tipo que utiliza el director conforme la situación lo requiere, el ritmo de los acontecimientos... Hasta su duración. Cada plano, en su perfección académica, da sentido a lo que cuenta la historia global de la cinta. Todo plano se puede (y se debe) disfrutar en sí mismo por su exquisito cuidado en la realización, dejando al final el sabor de boca de una película perfectamente filmada y bien resuelta.
Una de las grandes sorpresas del año cinematográfico.
Magníficas las interpretaciones de ambas protagonistas principales. La joven Agata Trzebuchowska de virginal e inocente novicia, con sus inseguridades pero con la determinación de llegar al final de su búsqueda. Y la no tan joven pero espléndida Agata Kulesza, la implacable juez Wanda la roja, descreída del sistema que ayudó a montar y que de forma incansable hace suya la búsqueda que ambas inician y que ha removido sus viejos infiernos. Ambas creen y descreen de forma circular en aquello que han conocido y vivido, y que les hace aferrarse a esta búsqueda en principio rutinaria y que finalmente resulta vital.
Formalmente la película es académica, bellamente académica. Incluso clásica podría decirse. Desde el blanco y negro en que está rodada, a los planos de diferente tipo que utiliza el director conforme la situación lo requiere, el ritmo de los acontecimientos... Hasta su duración. Cada plano, en su perfección académica, da sentido a lo que cuenta la historia global de la cinta. Todo plano se puede (y se debe) disfrutar en sí mismo por su exquisito cuidado en la realización, dejando al final el sabor de boca de una película perfectamente filmada y bien resuelta.
Una de las grandes sorpresas del año cinematográfico.
12 de noviembre de 2014
12 de noviembre de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cinta polaca de corte clásico, característico cine de autor que está triunfando entre la crítica profesional, siendo nominada ampliamente a los premios de cine europeo y una de las candidatas más firmes para alzarse con el Oscar a la mejor película de habla no inglesa.
El director Pawel Pawlikowski nos traslada a principios de la década de los 60, donde conocemos a Anna, una joven novicia que vive aislada en un convento y en el que conoce por primera vez al único pariente que le queda vivo, su tía Wanda que tiene una vida alegre. Ambas se embarcan en un viaje en busca de la fortuna que corrieron los padres de la menor durante el holocausto nazi. Descubrirá que algunos lazos cuando se atan es muy difícil desatarlos y volver la vista atrás como si nada hubiera sucedido.
Bajo una historia candente, apaciguada y de sosegado desarrollo se esconde la más absoluta crudeza de la soledad y los demonios que atormentan al ser humano. A raíz de un suceso terrible en el transcurso de la historia, Anna hará replantearse sus valores y creencias, su futuro, como afrontar la vida que le ha tocado vivir y lo más importante, probar a disfrutar algo prohibido en la corta vida que nos espera. La verdad personal.
Una fotografía en blanco y negro exquisita, dos interpretaciones francamente buenas y un trato especial con el espectador que quedará engatusado con la triste vida de esta chica. Guión poderoso con un ritmo pausado, quizás más de lo que deseamos en algunos momentos, toma un aire de cierto documental en su narración y la puesta en escena, con una dirección meticulosa. El desenlace no sorprende, simplemente es el final que tenía que ser, sin ningún fuego de artificio extraño. Todo es real y personal.
Habrá que esperar como transcurre el curso hacía el camino a los Oscars, pero 'Ida' ya ha firmado su candidatura sin vacilación. Poderosas interpretaciones, magnífica fotografía y una historia atrayente que mantendrá al público atento a los acontecimientos pese a su narración lenta. El camino hacía la ansiada estatuilla es lejano e imprevisible pero este drama venido de Polonia va por la ruta adecuada.
El director Pawel Pawlikowski nos traslada a principios de la década de los 60, donde conocemos a Anna, una joven novicia que vive aislada en un convento y en el que conoce por primera vez al único pariente que le queda vivo, su tía Wanda que tiene una vida alegre. Ambas se embarcan en un viaje en busca de la fortuna que corrieron los padres de la menor durante el holocausto nazi. Descubrirá que algunos lazos cuando se atan es muy difícil desatarlos y volver la vista atrás como si nada hubiera sucedido.
Bajo una historia candente, apaciguada y de sosegado desarrollo se esconde la más absoluta crudeza de la soledad y los demonios que atormentan al ser humano. A raíz de un suceso terrible en el transcurso de la historia, Anna hará replantearse sus valores y creencias, su futuro, como afrontar la vida que le ha tocado vivir y lo más importante, probar a disfrutar algo prohibido en la corta vida que nos espera. La verdad personal.
Una fotografía en blanco y negro exquisita, dos interpretaciones francamente buenas y un trato especial con el espectador que quedará engatusado con la triste vida de esta chica. Guión poderoso con un ritmo pausado, quizás más de lo que deseamos en algunos momentos, toma un aire de cierto documental en su narración y la puesta en escena, con una dirección meticulosa. El desenlace no sorprende, simplemente es el final que tenía que ser, sin ningún fuego de artificio extraño. Todo es real y personal.
Habrá que esperar como transcurre el curso hacía el camino a los Oscars, pero 'Ida' ya ha firmado su candidatura sin vacilación. Poderosas interpretaciones, magnífica fotografía y una historia atrayente que mantendrá al público atento a los acontecimientos pese a su narración lenta. El camino hacía la ansiada estatuilla es lejano e imprevisible pero este drama venido de Polonia va por la ruta adecuada.
6 de diciembre de 2014
6 de diciembre de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una pequeña joyita que nos viene desde Polonia. “Ida” relata la historia de una joven novicia que ha vivido recluida toda su vida en un convento de monjas, sin apenas comunicación con el mundo. Pocos días antes de tomar definitivamente los hábitos y hacer los votos, visita a su única familia, una tía medio amargada y arrojada a la mala vida, y juntas deciden buscar sus raíces. A partir de ahí la película es una sucesión de contrastes, que Pawlikowski nos va presentando sin prisa pero sin pausa. Pronto vemos que la tía de Ida es en realidad una juez retirada, de glorioso pasado en los primeros años de la Polonia comunista más autárquica y fundamentalista. La vida lóbrega y aislada del convento contrasta con el clima de progresiva apertura que se respira en la sociedad polaca de los años 60. El cristianismo exacerbado y vehemente que Ida ha vivido contrasta con el judaísmo de sus ancestros...
La sobriedad estilística de “Ida” ayuda a atrapar y ahogar al espectador. La fotografía en blanco y negro es pesada, los planos son contundentes, con la cámara casi siempre fija y mostrando estructuras simétricas. Pawlikoski coloca la cámara, en casi todas las escenas, en una posición ligeramente más alta de lo habitual, de modo que los personajes aparecen casi siempre en la mitad inferior del plano, lo que acentúa la sensación de pequeñez y fatalidad. La protagonista se ve sobrepasada por la historia de su familia y ha de enfrentarse al dilema entre la reivindicación y la denuncia, por un lado, y el olvido para continuar un camino propio, por otro. Es el eterno debate que se despierta en todos los lados respecto de la memoria histórica. Remover el pasado puede ser un freno para una vida plena y en libertad, pero también puede ser una condición necesaria e indispensable para ello. El reencuentro de Ida con la casa en donde vivió su familia y la búsqueda del lugar en donde fueron enterrados sus padres, están narrados con sencillez pero, a la vez, con una desolación sobrecogedora. Al mismo tiempo, la aparentemente atolondrada tía aparece como una persona que, en realidad, vive abrumada por el peso de la culpa. A pesar de su aparente frialdad, “Ida” es una película densa y profundamente triste.
A mi entender, el desenlace es lo menos brillante del film, por su previsibilidad y por el modo en que se resuelve el conflicto de la protagonista. De todos modos, “Ida” es una gran película, de ésas que encarnan un modo de hacer cine que debe reivindicarse.
La sobriedad estilística de “Ida” ayuda a atrapar y ahogar al espectador. La fotografía en blanco y negro es pesada, los planos son contundentes, con la cámara casi siempre fija y mostrando estructuras simétricas. Pawlikoski coloca la cámara, en casi todas las escenas, en una posición ligeramente más alta de lo habitual, de modo que los personajes aparecen casi siempre en la mitad inferior del plano, lo que acentúa la sensación de pequeñez y fatalidad. La protagonista se ve sobrepasada por la historia de su familia y ha de enfrentarse al dilema entre la reivindicación y la denuncia, por un lado, y el olvido para continuar un camino propio, por otro. Es el eterno debate que se despierta en todos los lados respecto de la memoria histórica. Remover el pasado puede ser un freno para una vida plena y en libertad, pero también puede ser una condición necesaria e indispensable para ello. El reencuentro de Ida con la casa en donde vivió su familia y la búsqueda del lugar en donde fueron enterrados sus padres, están narrados con sencillez pero, a la vez, con una desolación sobrecogedora. Al mismo tiempo, la aparentemente atolondrada tía aparece como una persona que, en realidad, vive abrumada por el peso de la culpa. A pesar de su aparente frialdad, “Ida” es una película densa y profundamente triste.
A mi entender, el desenlace es lo menos brillante del film, por su previsibilidad y por el modo en que se resuelve el conflicto de la protagonista. De todos modos, “Ida” es una gran película, de ésas que encarnan un modo de hacer cine que debe reivindicarse.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Al final, hay una sensación de incoherencia en el comportamiento de Ida, da la impresión que sólo deseaba correrse una juerga antes de tomar los hábitos. Supongo que Pawlikowski quería mostrar una renuncia o claudicación en su conducta, pero si era así dudo que ésta fuese la manera más acertada de hacerlo. De todos modos, “Ida” ofrece un final que puede parecer catártico, silencioso y sin estridencias, pero que en realidad me resulta despiadado y cruel, y de una amargura incontenible.
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