Aprovechando el estreno en cartelera de la segunda parte (que ya he visionado y criticaré a continuacion) valoraré la primera entrega del hombre de hierro como es menester.
Jon Favreau da una soberbia muestra de cómo rodar buen cine de superhéroes en la franquicia de Marvel en esta ocasión. Y es que la película no puede ser más entretenida, mejor filmada ni interpretada. Robert Downey está en estado de gracia. De hecho no puedo imaginarme un Tony Stark que no sea él. La puesta en escena es potente como pocas y la banda sonora al ritmo de AC\DC todo un acierto. Gwyneth Paltrow como Pepper Pots, inseparable compañera y consejera de Stark es todo un acierto al igual que el villano de esta primera parte, un Jeff Bridges a la altura de los mejores.
Los efectos especiales cumplen a la perfección, y la historia se sigue con interés. Se agradece además que toda la cinta esté impregnada de un sano humor casi siempre de la mano de Tony Stark que encaja perfectamente en el engranaje de la cinta.

Los momentos de la creación de la armadura, de las pruebas que realiza Tony en su laboratorio, y cómo va domando poco a poco su poder (con accidentes incluidos) son tremendamente entretenidos. Resulta anecdótico que Downey se presentara al casting por probar suerte como aquel que dice, y saliera con el papel en sus manos. Y es que el talento del actor parece haber sido merecidamente reconocido por el director en este caso. Acertadísima elección de casting.

Se trata, definitivamente, de una gran lección de cómo hacer buen cine de superhéroes sin caer en el más absoluto fracaso como en producciones como Daredevil , o algunos fiascos con Batman (dejando aparte las entregas de Batman Begins y el Caballero Oscuro)
De hecho, con seguridad que habrá 3 partes que contarán las andanzas de Tony y que un fiel seguidor acudirá a ver en la gran pantalla.
Excelente cine de entretenimiento. Una muestra de que calidad y cantidad no tienen por qué ir separadas. Y desde luego, un gran soplo de aire fresco y un dignísimo lavado de cara al género de superhéroes. No es de extrañar que la crítica especializada haya alabado sus virtudes.
Tony Stark se convierte en Iron Man. Su vida va a cambiar a partir de ahora. Seamos espectadores de sus disfrutables cambios.

Recuerdo que entré al cine con tres colegas con muy pocas esperanzas, debido al chasco que tuve con Spiderman 3. Un amigo me dijo:'Tranquilo que es una producción 100 º/. Marvel'
Mi respuesta:'¿Eh?'
'Sí, Marvel controla totalmente la película, incluido el guión'
Y una sonrisa se me dibujo en los labios.
No tenía la fuerza narrativa de Batman Begins, ni la magnífica dirección de Nolan en El Caballero oscuro, pero sin duda la disfrute mucho más que estás dos, a pesar de la peor calidad del cabeza de lata.
Unos efectos especiales de primera. El mejor sonido del año sin dudarlo.
Y por supuesto, el hombre menos esperado para ser el vengador dorado,Robert Downey Jr., se convirtió en el mejor héroe de Marvel y del cine de superhéroes en general, gracias al carisma que desprendía que hizo que todos los presentes de la sala quisieran gritar lo que grité yo cuando llegué a mi casa como fan que era de Tony Stark desde niño:'Yo TAMBIÉN soy Iron Man'

Es una película entretenida que se hace fácil de ver. Te da exactamente lo que uno se puede esperar de una película de superhéroe de cómic, ni más ni menos.
Robert Downey Jr. esta bien en su papel de héroe chulito y Gwyneth Paltrow también tiene un buen papel. De todas maneras los estadounidenses se vienen demasiado arriba con historias como esta, pienso yo.
En definitiva, para pasar el rato se puede ver, aunque viendo esta la segunda parte ya esta de más... el dinero manda.

Impresionante la versión cinematográfica que Jon Favreau ha hecho de uno de los superhéroes más famosos y carismáticos de la Marvel. No sólo ha elegido bien a Robert Downey Jr. para encarnar al archimillonario Tony Stark, sino que ha impregnado al personaje y a la misma historia de un estilismo comiquero impagable.

Es realmente fiel a toda la obra sobre este hombre de acero cibernético desde sus comienzos con su creador, Stan Lee (que vuelve a hacer un cameo, como viene siendo habitual en las producciones Marvel) hasta los episodios de tiempos más recientes, donde el traje ha evolucionado así como su propietario y creador. En la película, el talento de Robert Downey Jr. para representar la picardía, el humor y las obsesiones de Tony Stark es indiscutible, con su humor socarrón e irónico y su increíble facilidad para la high-tech.

Lo que choca un poco es el hecho de que no hay un supervillano reconocible, sino que más bien los "malos" son los propios directivos de Industrias Stark, ávidos de poder en detrimento de la nueva moralidad que el propio Stark quiere alentar en su compañía. Jeff Bridges, casi irreconocible, se convierte así en lo que Stark era en un principio, haciendo así inevitable el enfrentamiento entre la gran corporación y la gran moralidad.

Como viene siendo habitual, los efectos especiales son formidables y muy conseguidos, destacando las pruebas con la armadura y las batallas espectaculares que hacen del conjunto una película muy entretenida y con una calidad superior respecto a otras producciones Marvel.

Quitando algunas localizaciones algo oportunistas, la película no tiene alegatos ni mensajes extraños que no sean los de hacer disfrutar al respetable de una buena historia y de un personaje de lo más interesante. Un brindis por Favreau.

MUCHO humor
MUCHA acción

Resumiendo: entretenimiento asegurado, gran película.

Si os gustan los superheroes no lo penseis más y aventuraos a conocer a Tony Stark, el más extravagante de todos.