El ángel exterminador
1962 

8.0
26,539
Drama
Después de una cena en la mansión de los Nóbile, los invitados descubren que, por razones inexplicables, no pueden salir del lugar. Al prolongarse la situación durante varios días, la cortesía en el trato deja paso al más primitivo y brutal instinto de supervivencia. Una parábola sobre la descomposición de una clase social encerrada en sí misma. (FILMAFFINITY)
22 de agosto de 2008
22 de agosto de 2008
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Maravillosa crítica social. Burla dirigida a los que por tener riquezas y poder se creen superiores y con derecho a mirar por encima del hombro a los que, por una circunstancia u otra, no tienen sus mismos privilegios. Buñuel nos muestra como una buena educación y un protocolo aparentes se pueden ver truncados en situaciones adversas brotando de nosotros nuestro verdadero yo, tema que interesó siempre al cineasta. Mediante un superfluo argumento surrealista se esconde una de las películas más realistas que he visto. Se podría comparar a los protagonistas con náufragos de una isla desierta que deben aprender a convivir en armonía si quieren salir de allí. Por otra parte, el final es lo mejor sin duda. Si Kubrick pone un niño en bicicleta; Buñuel, a cabras. Lo típico español, claro.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Tras una cena de múltiples amigos en una lujosa mansión en la que no falta la parafernalia, niguno de ellos tienen la idea de irse a sus respectivos hogares; así que deciden dormir allí. Al día siguiente hay algo que les impide salir de la habitación en la que pasaron la noche sin haber ninguna muralla física. Pasan los días y la desesperación de los señoritos se intensifica, momento en el que "el ángel" hace su aparición exterminando cualquier sentimiento de caridad y auxilio. Instinto de supervivencia. Somos egoístas por naturaleza. Ahí es cuando surge nuestro verdadero yo. ¿Pero qué hacer si para salir de la isla en la que nos encontramos necesitamos del otro? Es aquí el problema...
31 de diciembre de 2010
31 de diciembre de 2010
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película me pareció "interesante" por lo original del planteamiento, y no me llegó a resultar tediosa porque sólo dura 80 minutos.
El tratamiento de los personajes es tópico y plano, ninguno de ellos evoluciona durante la película y además, para colmo, todos representan el clásico estereotipo (¿marxista?) del burgués educado que en el fondo sólo una bestia sin entrañas.
Tal vez en su momento la película tuviera más relevancia, resultara innovadora, o criticase algún aspecto social de entocnes; pero no ha resistido el paso del tiempo. No tiene cualidades narrativas o humanas para hacerlo.
A su favor diré que dado que tiene momento muy lúcidos en los diálogos, y ciertas escenas -como el final- son de partirse, uno puede llegar a considerar esta película como una colección dispersa de momentos divertidos u originales desarrollados en un entorno muy sugerente.
Pero nada más. "Viridiana" le abre el culo a "El Ángel Exterminador" (risas).
El tratamiento de los personajes es tópico y plano, ninguno de ellos evoluciona durante la película y además, para colmo, todos representan el clásico estereotipo (¿marxista?) del burgués educado que en el fondo sólo una bestia sin entrañas.
Tal vez en su momento la película tuviera más relevancia, resultara innovadora, o criticase algún aspecto social de entocnes; pero no ha resistido el paso del tiempo. No tiene cualidades narrativas o humanas para hacerlo.
A su favor diré que dado que tiene momento muy lúcidos en los diálogos, y ciertas escenas -como el final- son de partirse, uno puede llegar a considerar esta película como una colección dispersa de momentos divertidos u originales desarrollados en un entorno muy sugerente.
Pero nada más. "Viridiana" le abre el culo a "El Ángel Exterminador" (risas).
27 de octubre de 2010
27 de octubre de 2010
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Casi tanto como una película me parece un gran estudio social del comportamiento humano por parte del señor Buñuel. Es una obra mordaz, sátira de la burguesía, de su pretendida correción, su adoctrinamiento, gran etiqueta y saber estar. Una burda crítica de cómo la degradación de su comportamiento puede manifestarse tarde o temprano como cualquier "no burgués" en momentos de hambre, cansancio, incomprensión y desánimo.
Todo es misterio puro. A medida que transcurre la película comprendes menos el por qué de lo que está pasando. Pero da igual, no necesita explicación. La explicación reside en la casa y en el comportamiento de los diversos protagonistas. Ese es el ingrediente principal del menú.
Hay algunas interpretaciones de ciertos actores que me parecen un poco exageradas. También algún que otro plano no muy certero. Pero aún así la idea es tan buena,la trama está tan bien llevada a cabo, sin aburrir, a un ritmo acompasado y el guión es fántastico asi que se obvia cualquier otro detalle que pueda parecer no muy acertado. Además estamos hablando del año 62. Esto es cine de culto.
Todo es misterio puro. A medida que transcurre la película comprendes menos el por qué de lo que está pasando. Pero da igual, no necesita explicación. La explicación reside en la casa y en el comportamiento de los diversos protagonistas. Ese es el ingrediente principal del menú.
Hay algunas interpretaciones de ciertos actores que me parecen un poco exageradas. También algún que otro plano no muy certero. Pero aún así la idea es tan buena,la trama está tan bien llevada a cabo, sin aburrir, a un ritmo acompasado y el guión es fántastico asi que se obvia cualquier otro detalle que pueda parecer no muy acertado. Además estamos hablando del año 62. Esto es cine de culto.
19 de diciembre de 2012
19 de diciembre de 2012
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si cualquier día me preguntan por mis diez películas favoritas o por las diez mejores de la historia, no sé si pondría ésta, pero SIEMPRE estaría en mis pensamientos. Casi nada.
Estamos ante una obra maestra demencial y brutal, conseguida y lúcida hasta lo óptimo que maximiza hasta lo inalcanzable su planteamiento argumental: la reunión de un grupo de ricos burgueses invitados por uno de ellos a su mansión. Después de cenar, inexplicada e inexplicablemente, quedarán totalmente aislados del mundo exterior, sin ser capaces de salir del salón de la casa. Según pasan las horas, la etiqueta, elegancia y moralidad van degenerando en malos modos, ensañamiento hacia el prójimo e inaguantable desazón.
La riqueza de esta película la hacen una de las obras maestras más polimórficas y ambivalentes argumentalmente hablando. Se trata de muchas cosas a la vez y en esencia de nada al mismo tiempo. Un caso único. En esencia, podría ser una parábola satírica sobre la falsa moralidad burguesa pero aquí se va más allá y se presenta con una vileza y una crueldad asombrosamente cómicas; la fábula de estos seres atrapados eternamente por no sé sabe qué o quién (ni falta que hace saberlo) de etiquetada elegancia que siempre los acompaña a una claustrofóbica insensatez más coherente dado su incomprensible (auto)cautiverio/secuestro es sencillamente genial.
La mejor explicación es que no la hay (Buñuel dixit). El maestro aragonés crea un paisaje y paisanaje absolutamente logrado que combina con igual fortuna un erotismo furtivo y reprimido espléndidamente rodado con un surrealismo irrepetible simbolizado en un oso, o toda la iconografía cristiana en que se divide el departamento del encierro que a modo de sarcófago acabará viendo la muerte de amour fou de dos jóvenes que no aguantan su situación de no poder explicitar su amor, o esa mano socarrona, sin duda alguna uno de los más memorables elementos aportados al cine fantástico y, sobre todo, el rebaño de ovejas como cumbre de la locura total y sintética del film: un rebaño acude a la iglesia en la que han vuelto a quedar los mismos personajes tras haber "escapado" de su encierro, repitiéndose así la secuencia en la que estos animales (no lo olvidemos, un capital icono cristiano) servían de alimento a los desesperados seres atrapados al desfilar por la casa e introducirse en el salón.
"El ángel exterminador" es insuperablemente socarrona y despreciativa hacia sus personajes, es aún más salvaje si se mira desde el punto de vista de los "que están afuera": gente agolpada ante la casa que o bien rechaza o bien no puede ayudar a estos seres, resultando aún más surrealista la situación y pudiendo concebirse como una cruel muestra del triunfo de los perdedores (los criados y sirvientes que inteligentemente abandonan la casa como si supieran lo que iba a ocurrir) sobre los acostumbrados y pulidos triunfadores burgueses.
Es la prolongación de un estado de gracia, casi místico, una suerte de obra maestra kafkiana tamizada de sublime humor y socarronería buñuelianas. Una película infinita, inabarcable, macabramente divertida, genialmente concebida, inexplicable a la vez que explicación de todo. La cumbre de Buñuel; la cima de un artista único.
P.D.: Se me ocurren unos cuántos desalmados a los que mandaría yo un "ángel exterminador" parecido a lo que aquí ocurre. En el mismo Wall Street o en la Moncloa, tanto monta, monta tanto.
Estamos ante una obra maestra demencial y brutal, conseguida y lúcida hasta lo óptimo que maximiza hasta lo inalcanzable su planteamiento argumental: la reunión de un grupo de ricos burgueses invitados por uno de ellos a su mansión. Después de cenar, inexplicada e inexplicablemente, quedarán totalmente aislados del mundo exterior, sin ser capaces de salir del salón de la casa. Según pasan las horas, la etiqueta, elegancia y moralidad van degenerando en malos modos, ensañamiento hacia el prójimo e inaguantable desazón.
La riqueza de esta película la hacen una de las obras maestras más polimórficas y ambivalentes argumentalmente hablando. Se trata de muchas cosas a la vez y en esencia de nada al mismo tiempo. Un caso único. En esencia, podría ser una parábola satírica sobre la falsa moralidad burguesa pero aquí se va más allá y se presenta con una vileza y una crueldad asombrosamente cómicas; la fábula de estos seres atrapados eternamente por no sé sabe qué o quién (ni falta que hace saberlo) de etiquetada elegancia que siempre los acompaña a una claustrofóbica insensatez más coherente dado su incomprensible (auto)cautiverio/secuestro es sencillamente genial.
La mejor explicación es que no la hay (Buñuel dixit). El maestro aragonés crea un paisaje y paisanaje absolutamente logrado que combina con igual fortuna un erotismo furtivo y reprimido espléndidamente rodado con un surrealismo irrepetible simbolizado en un oso, o toda la iconografía cristiana en que se divide el departamento del encierro que a modo de sarcófago acabará viendo la muerte de amour fou de dos jóvenes que no aguantan su situación de no poder explicitar su amor, o esa mano socarrona, sin duda alguna uno de los más memorables elementos aportados al cine fantástico y, sobre todo, el rebaño de ovejas como cumbre de la locura total y sintética del film: un rebaño acude a la iglesia en la que han vuelto a quedar los mismos personajes tras haber "escapado" de su encierro, repitiéndose así la secuencia en la que estos animales (no lo olvidemos, un capital icono cristiano) servían de alimento a los desesperados seres atrapados al desfilar por la casa e introducirse en el salón.
"El ángel exterminador" es insuperablemente socarrona y despreciativa hacia sus personajes, es aún más salvaje si se mira desde el punto de vista de los "que están afuera": gente agolpada ante la casa que o bien rechaza o bien no puede ayudar a estos seres, resultando aún más surrealista la situación y pudiendo concebirse como una cruel muestra del triunfo de los perdedores (los criados y sirvientes que inteligentemente abandonan la casa como si supieran lo que iba a ocurrir) sobre los acostumbrados y pulidos triunfadores burgueses.
Es la prolongación de un estado de gracia, casi místico, una suerte de obra maestra kafkiana tamizada de sublime humor y socarronería buñuelianas. Una película infinita, inabarcable, macabramente divertida, genialmente concebida, inexplicable a la vez que explicación de todo. La cumbre de Buñuel; la cima de un artista único.
P.D.: Se me ocurren unos cuántos desalmados a los que mandaría yo un "ángel exterminador" parecido a lo que aquí ocurre. En el mismo Wall Street o en la Moncloa, tanto monta, monta tanto.
16 de marzo de 2014
16 de marzo de 2014
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La forma de dar trabajo a un montón de actores. Idea descabellada de Luis Buñuel que lleva hasta su más alto grado. Una cena de gala en un palacio presidencial que sin razón aparente se prolonga por varios días. Suponemos que es una representación de una sociedad atrofiada, encerrada en sí misma y sin otras posibilidades de avance ni superación. Una gran masa de excelentes actores interpretando el aburrimiento y la angustia vital sin otra alternativa que prolongar la película.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here