Primero una ligera pincelada. No os podéis imaginar como me revienta las entrañas sentarme en una sala de cine y que nadie respete el silencio. Pensaba que eran los niños, pero al final resulta que los más mayorcitos también se las traen. Ya no queda educación.
Esa parrafada es importante porque puede que se me hayan escapado algunos detalles que los compañeros han destacado antes que yo.
Podemos hacer comedia en España. Si, se puede. Este es un genial ejemplo, teniendo en cuenta la magnífica interpretación femenina de Inma Cuesta. No me esperaba lo bien que se come esta mujer la cámara.
Es cierto que te resultan conocidas las situaciones. A bote pronto algo de "Cuatro bodas..", pero no deja de ser desternillante ciertos puntos cómicos. Diálogos que funcionan, sin pelos en la lengua.
Para reírse como yo me he reído con esta película no es necesario meter desnudos absurdos o escenas de sexo, como ya hicieron otras antes.

Cuando una película española se hace bien, sale esta maravilla de cinta. Te hartas de reir en todo momento y la banda sonora es espectacular. Vamos, con esta peli haces precisamente lo que se suele hacer, o al menos, lo que se intenta hacer cuando se compra una entrada, DISFRUTAR. La interpretación para mi, es muy buena, el ritmo perfecto, no paras de reirte y además es ESPAÑOLA, no una típica y absurda americanada. La recomiendo a todo el mundo.

Con una irregular filmografía a sus espaldas ("Spanish movie", "Promoción fantasma"), Ruiz Caldera firma una película coral con algunos altibajos, pero que mantiene con soltura el pulso gracias a un puñado de situaciones, gags y frases sueltas que son un tesoro en un mar de comedias románticas cargado de películas que no destacan por nada en particular.

El error de estas películas es un desarrollo lineal, sin sorpresas ni sobresaltos, que se sienten a gusto en esas situaciones controladas y guionizadas en exceso. "3 bodas de más" se sale del guión y, aunque sigue los cánones de las comedias en las que uno de los protagonistas no es correspondido como quisiera, lo hace de una manera fresca e imaginativa, en la que los personajes están bien definidos desde el principio y sus perfiles convencen por su naturalidad y falta del sentido del ridículo.

Y todo esto a pesar de que para romper el hielo la película opta por tomar el camino más bestia con una sucesión de gags escatológicos y conversaciones irreverentes que hacen pensar que va a caer en los mismos errores de aquellas que carecen de ideas suficientes para construir una historia que se mantenga por sí sola. Pero poco a poco, tras pasar este bache, la historia remonta y se agarra al buen hacer de los protagonistas y del director para soltarse el pelo y hacernos disfrutar.

Estupenda la interpretación de Cuesta, a la que habíamos disfrutado hasta ahora en papeles dramáticos, y que demuestra ser también muy solvente en este terreno, con lo que su registro se multiplica. Se defiende muy bien en las situaciones más comprometidas y no solo sale airosa, sino que triunfa en el envite. Todo el reparto está convincente, incluido Gutiérrez, que vuelve a encarnar su papel favorito: el de apesadumbrado. En esta ocasión está justificado por su relación con su novia, pero parece estar abonado a estas circunstancias. Los demás son una colección de personajes, alguno más acertado que otro, que sirven para desarrollar la historia convenientemente.

La que fuera gran favorita en la última edición de los premios Goya (aunque luego no fuese la triunfadora) es una comedia alocada con una premisa interesante y un montón de chistes muy bien entrelazados que son material más que suficiente como para disfrutar de su historia, y que se sustenta en una protagonista graciosa y divertida con la que reír un buen rato.

"3 bodas de más" es una película sencilla, con un argumento previsible pero cuyo desarrollo está muy bien trabajado, logrando que el humor, ácido y ágil, sea constante de principio a fin. Gran parte de su éxito se lo debe a una Inma Cuesta espléndida y a un conjunto de secundarios más que decentes, entre los que brillan Rossy de Palma, Silvia Abril y Bárbara Santa Cruz con el mejor personaje de todos. Los chicos no lo hacen mal, pero quedan ensombrecidos por Cuesta y las demás.

No me la esperaba tan divertida.

El nombre de Javier Ruiz Caldera va a ser ya marca de estilo de una nueva comedia del cine español, uno de los jóvenes talentos que ya demostró con cintas algo menos notables como Spanish Movie y Promoción Fantasma, pero que sin duda nos brindó una mirada desde nuestro cine mucho más influenciada por la comedia americana y por el cine hollywoodiense de los ochenta.

Estamos ante la mejor comedia española del año; más salvaje que el resto y mejor construida que los otros títulos nacionales de este año en este género, mostrando esas ganas de imprimir una marca por parte de Caldera en nuestro cine.

Un humor hilarante, negro (mucho más que otras comedias, claramente influenciada por la comedia americana; y una interpretación excepcional de Inma Cuesta como dama de la comedia además de la aparición de excelencias del género patrio, como Paco León y Berto Romero hacen que la cinta alce aún más el vuelo y que ese tramo final puramente de comedia romántica no nos parezca tan malo como podría haber sido si esta obra no nos hubiera demostrado su carácter.

Hemos descubierto al gran nombre de la comedia de nuestro país y a una nueva diva inesperada. Vayan a verla.