El padrino 2
1974 

8.9
141,628
Drama
Continuación de la historia de los Corleone por medio de dos historias paralelas: la elección de Michael como jefe de los negocios familiares y los orígenes del patriarca, Don Vito Corleone, primero en su Sicilia natal y posteriormente en Estados Unidos, donde, empezando desde abajo, llegó a ser un poderosísimo jefe de la mafia de Nueva York. (FILMAFFINITY)
23 de julio de 2013
23 de julio de 2013
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta segunda parte (como ya he apuntado en mi anterior crítica sobre El Padrino), no es sólo una secuela, sino una profundización de la historia de la Familia Corleone, por un lado continua la historia donde quedó, pues Michael es ahora el jefe, una vez muerto el patriarca; pero a la vez, Coppola nos relata una parte fundamental para entender la saga de El Padrino, y es la infancia y juventud de Vito Corleone, como escapa con vida, milagrosamente de su Sicilia natal, su llegada a la isla de Ellis, donde pasará la cuarentena y comenzara su periplo americano (un extraordinario, Robert De Niro, hace el mejor papel de su carrera). Su vuelta a Sicilia para cumplir su “vendetta”, en voz baja, casi susurrando: “Don Ciccio, mi ricordo, io sono Vito Andolini…”
Coppola mantiene el mismo pulso narrativo, profundizado en los personajes de la familia, los crímenes y venganzas se suceden, pero en esta ocasión, los asesinatos son más insinuados que explícitos, utilizando hábilmente la elipsis. Se nos muestra las primeras refriegas de Vito en Little Italy, donde vive humildemente con su mujer y los pequeños, una fascinante recreación de aquellos años veinte, el enfrentamiento con el botarate Fanuzzi, que presume en el barrio de ser el jefe de La mano negra, un organización que extorsiona al barrio. Los años cincuenta donde Michael (en viaje de “negocios”) vivirá los últimos momentos de la Cuba de Batista, la Nochevieja en los casinos de La Havana y la llegada de la revolución castrista.
Esta segunda parte, supera en mi opinión a la primera, pues Coppola maneja la historia con una depurada maestría, a pesar de su extensión, la película mantiene el pulso narrativo. Michael se muestra cada vez más rencoroso y cruel con su misma familia, su hermano Fredo, su hermana Connie y su mujer sufren la ira del nuevo padrino. El asunto del Senador en el burdel, donde se produce una simbiosis entre sexo, espectáculo y moral capitalista.
Pequeñas representaciones en el interior de la gran representación que es la película, la ambivalencia de los escenarios descritos acaba reflejando ese balanceo constante que, a imagen y semejanza de la estructura narrativa, conduce al espectador de Italia a América, de los años diez a los cincuenta, de la inocencia a la corrupción, de las más ingenuas formas de espectáculo a las más sofisticadas, como si el demiurgo que está detrás de todo ello fuera incapaz de controlar su propia creación, ni en el espacio ni en el tiempo, ni siquiera en los criterios morales, al igual que los personajes son incapaces de controlar su propio destino. Sólo una cosa queda clara. Esa confusión, esa indefinición, que culminan en la drástica división de la película en dos bloques casi independientes, si no fuera por breves interludios a modo de enlaces, no son en absoluto producto de la casualidad. Es por todo ello, por lo que está entre mis diez favoritas.
Coppola mantiene el mismo pulso narrativo, profundizado en los personajes de la familia, los crímenes y venganzas se suceden, pero en esta ocasión, los asesinatos son más insinuados que explícitos, utilizando hábilmente la elipsis. Se nos muestra las primeras refriegas de Vito en Little Italy, donde vive humildemente con su mujer y los pequeños, una fascinante recreación de aquellos años veinte, el enfrentamiento con el botarate Fanuzzi, que presume en el barrio de ser el jefe de La mano negra, un organización que extorsiona al barrio. Los años cincuenta donde Michael (en viaje de “negocios”) vivirá los últimos momentos de la Cuba de Batista, la Nochevieja en los casinos de La Havana y la llegada de la revolución castrista.
Esta segunda parte, supera en mi opinión a la primera, pues Coppola maneja la historia con una depurada maestría, a pesar de su extensión, la película mantiene el pulso narrativo. Michael se muestra cada vez más rencoroso y cruel con su misma familia, su hermano Fredo, su hermana Connie y su mujer sufren la ira del nuevo padrino. El asunto del Senador en el burdel, donde se produce una simbiosis entre sexo, espectáculo y moral capitalista.
Pequeñas representaciones en el interior de la gran representación que es la película, la ambivalencia de los escenarios descritos acaba reflejando ese balanceo constante que, a imagen y semejanza de la estructura narrativa, conduce al espectador de Italia a América, de los años diez a los cincuenta, de la inocencia a la corrupción, de las más ingenuas formas de espectáculo a las más sofisticadas, como si el demiurgo que está detrás de todo ello fuera incapaz de controlar su propia creación, ni en el espacio ni en el tiempo, ni siquiera en los criterios morales, al igual que los personajes son incapaces de controlar su propio destino. Sólo una cosa queda clara. Esa confusión, esa indefinición, que culminan en la drástica división de la película en dos bloques casi independientes, si no fuera por breves interludios a modo de enlaces, no son en absoluto producto de la casualidad. Es por todo ello, por lo que está entre mis diez favoritas.
6 de octubre de 2006
6 de octubre de 2006
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La joya de la trilogía de Coppola aborda la historía de los Corleone por medio de una serie de "flash-backs" centrados en su patriarca (interpretado esta vez por De Niro en un papel con el que consiguió su consolidación como un actor referente en la meca del cine y por el que logró el Oscar a mejor actor secundario), abarcando desde sus lejanos comienzos en su Sicilia natal, pasando por su llegada a suelo americano hasta su posterior ascenso desde los bajos fondos. Todo ello visto a través de las vivencias de su hijo Michael (Pacino), que a su vez afronta la otra historia paralela de la película (su papel de sucesor de la familia).
Gran película que dota a la trilogía (vista en su conjunto) de una mayor cohexión y que nos acerca a la personalidad de Vito Corleone.
Premiada con seis Oscars de la academia (entre los que se encontraba el de mejor película) esta historia entró directamente en la mitología del séptimo arte.
Gran película que dota a la trilogía (vista en su conjunto) de una mayor cohexión y que nos acerca a la personalidad de Vito Corleone.
Premiada con seis Oscars de la academia (entre los que se encontraba el de mejor película) esta historia entró directamente en la mitología del séptimo arte.
15 de enero de 2007
15 de enero de 2007
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Padrino es un peliculón, pero esta segunda parte es una obra maestra. Mucho más dura y oscura, con una trama más compleja, Al Pacino da vida a un Michael Corleone totalmente despiadado, amoral, y capaz de todo con tal de defender la Familia
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Pone los pelos de punta la escena con su hermano Fredo. El cinismo con que lo trata da auténtico terror
27 de septiembre de 2009
27 de septiembre de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La primera película de "El Padrino" había dejado el listón tan alto, que parecía imposible que una segunda entrega tuviera éxito. Pero el resultado fue excepcional, otra obra de arte cinematográfico con momentos inolvidables. Esta impresionante secuela es una de las mejores películas de la historia del cine. El complicado mundo del hampa es ahora visto bajo el prisma de Michael Corleone, captando de manera magistral la interconexiones entre los negocios de la familia y los sentimientos personales de los miembros que la forman. El guión maneja de forma admirable el tiempo en la narración, alternando de forma magistral la historia presente y pasada de la familia Corleone. Ya no está Marlon Brando, pero Robert de Niro realizó una interpretación perfecta de las raíces y ascensión del joven Don Vito. Así como Al Pacino, que lo borda como el nuevo "Don". Los diferentes ambientes que componen la acción, están conseguidos de forma sobresaliente por una excelente fotografía y una óptima dirección, que envuelven las imágenes con tintes oscuros y melancólicos para contarnos la historia de dos poderosas generaciones dentro de la familia Corleone. Para concluir, una música de categoría acompaña también a esta película, que es indispensable de ver para cualquier buen cinéfilo que se precie.
24 de julio de 2010
24 de julio de 2010
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Padrino 2 es sin duda tan buena como la primera entrega de la trilogía, no obstante yo diría que la realización de esta película tiene más mérito que el de su antecesora y el de su predecesora, ya que el ejercicio narrativo formulado por Coppola en esta entraga es mucho más complejo que el del resto de entregas, a parte del argumento y de la sublime historia nos encontramos también con unas actuaciones impresionantes (Al Pacino, Robert de Niro, Robert Duvall, Talia shire...) y por supuesto, con una dirección que es como para tirar cohetes.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here