Mátalos suavemente
2012 

5.8
29,411
Cine negro. Thriller
Dos ex-convictos no demasiado brillantes son contratados para asaltar una lucrativa partida ilegal de poker. Las culpas recaerán sobre el organizador del juego y los ladrones podrán empezar una nueva vida. Por desgracia, el dinero robado pertenece a la mafia, que se pone en contacto con el investigador y asesino Jackie Cogan para encontrar a los culpables. (FILMAFFINITY)
7 de octubre de 2012
7 de octubre de 2012
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Coincido con muchas de las críticas que leo en que esta peli buscaba tener un regustillo a otros clásicos, pero os aseguro que no cumple.
Desarrollo lentísimo, trama 100% previsible, diálogos totalmente burdos carentes de relevancia para el desarrollo de la película y en los que se habla únicamente de sexo, sangre (se regodean tanto en el tema, que ponen las escenitas en slow-motion, para hacerlo más poético) y, si acaso, drogas. Dominik quiere que sus personajes resulten asquerosillos, pero solo lo consigue porque van sucios y sudorosos, con los diálogos como mucho los ridiculiza.
Por otro lado tenemos a Brad Pitt en un papel que tiene bastante asumido ya, y con unas gafas que me daban déjà-vu. Lo meten en cualquier peli de este tipo porque el tío cumple muy bien en el papel y porque llama al público. Pero chicos, ha llegado el día en que no se puede pensar que una película vaya a gustarte solo porque sale él. Duro pero cierto.
Ingenua de mí, que pensaba que con muchas palabrotas y chulería se podría conseguir copiar a Tarantino y ahora me doy cuenta de que hace falta mucho más.
Le pongo el dos por la banda sonora chachi-vintage y por Brad Pitt, una estrella por cada cosa y a correr.
Desarrollo lentísimo, trama 100% previsible, diálogos totalmente burdos carentes de relevancia para el desarrollo de la película y en los que se habla únicamente de sexo, sangre (se regodean tanto en el tema, que ponen las escenitas en slow-motion, para hacerlo más poético) y, si acaso, drogas. Dominik quiere que sus personajes resulten asquerosillos, pero solo lo consigue porque van sucios y sudorosos, con los diálogos como mucho los ridiculiza.
Por otro lado tenemos a Brad Pitt en un papel que tiene bastante asumido ya, y con unas gafas que me daban déjà-vu. Lo meten en cualquier peli de este tipo porque el tío cumple muy bien en el papel y porque llama al público. Pero chicos, ha llegado el día en que no se puede pensar que una película vaya a gustarte solo porque sale él. Duro pero cierto.
Ingenua de mí, que pensaba que con muchas palabrotas y chulería se podría conseguir copiar a Tarantino y ahora me doy cuenta de que hace falta mucho más.
Le pongo el dos por la banda sonora chachi-vintage y por Brad Pitt, una estrella por cada cosa y a correr.
4 de noviembre de 2012
4 de noviembre de 2012
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me esperaba, mucha sangre, acción, y bestialidad, en Mátalos suavemente, si de verdad, buscabas lo mismo que yo, o al menos, un poco de acción, lo tienes muy crudo.
Mátalos suavemente, es muy aburrida, tiene poca acción, se puede contar con una mano, las veces que se ponen a disparar, o a pegarse.
Es original, pero no saben como llevarla, es muy lenta, poca acción, pero la poca que tiene, es interesante, pero si no saben hacerla, que no se metan a bombero, por que les a salido muy mal.
Ni Brad Pitt, salva esta película, es pura decepción, me esperaba algo decente, pero que va, es todo lo contrario, no la recomiendo, si te aburres, y quieres decepcionarte tu solo, pruébalo, pero no le eches un vistazo mucho tiempo, que te dormirás.
Mátalos suavemente, es muy aburrida, tiene poca acción, se puede contar con una mano, las veces que se ponen a disparar, o a pegarse.
Es original, pero no saben como llevarla, es muy lenta, poca acción, pero la poca que tiene, es interesante, pero si no saben hacerla, que no se metan a bombero, por que les a salido muy mal.
Ni Brad Pitt, salva esta película, es pura decepción, me esperaba algo decente, pero que va, es todo lo contrario, no la recomiendo, si te aburres, y quieres decepcionarte tu solo, pruébalo, pero no le eches un vistazo mucho tiempo, que te dormirás.
23 de octubre de 2012
23 de octubre de 2012
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tras la por momentos magistral 'El asesinato de Jesse James...' se esperaba con muchas ganas la nueva cinta de Andrew Dominik, un director con ecos de Malick en lo visual, pero al que en su debut le faltó dotar de energía al film. Lamentablemente, Dominik no ha corregido los errores en éste 'Mátalos Suavemente', un quiero y no puedo ser Tarantino que por momentos recuerda al peor Guy Ritchie.
La cinta tiene algunos momentos de brillantez gracias a los intérpretes, en especial James Gandolfini, inmenso en las dos escenas que tiene. Brad Pitt también lo borda como ese matón a sueldo cínico y sin escrúpulos (la escena final es brutal). Pero más allá de eso nos queda una cinta pretenciosa con algunas escenas que funcionan y otras muchas que no. Además, Dominik intercala discursos aleccionadores sobre la sociedad capitalista con imágenes y audios de la campaña electoral que protagonizaron Bush y Obama en 2008.
Dominik ha querido ser Tarantino y no lo ha conseguido, y sin bien es un cineasta con futuro por delante, tiene que empezar a pulir ciertos aspectos de sus films como el ritmo y la manía que tiene de aleccionarnos para que pensemos como él.
Lo mejor: James Gandolfini y Brad Pitt.
Lo peor: La historia cojea y tanto diálogo sin sentido le acaba pasando factura al film.
Sígueme en Twitter: @Chackson5
La cinta tiene algunos momentos de brillantez gracias a los intérpretes, en especial James Gandolfini, inmenso en las dos escenas que tiene. Brad Pitt también lo borda como ese matón a sueldo cínico y sin escrúpulos (la escena final es brutal). Pero más allá de eso nos queda una cinta pretenciosa con algunas escenas que funcionan y otras muchas que no. Además, Dominik intercala discursos aleccionadores sobre la sociedad capitalista con imágenes y audios de la campaña electoral que protagonizaron Bush y Obama en 2008.
Dominik ha querido ser Tarantino y no lo ha conseguido, y sin bien es un cineasta con futuro por delante, tiene que empezar a pulir ciertos aspectos de sus films como el ritmo y la manía que tiene de aleccionarnos para que pensemos como él.
Lo mejor: James Gandolfini y Brad Pitt.
Lo peor: La historia cojea y tanto diálogo sin sentido le acaba pasando factura al film.
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17 de enero de 2013
17 de enero de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tres hombres pretenden asaltar la banca (apuestas ilegales de juego de cartas), responsabilizar al manager del lugar, sortear así los castigos y salir inmunes para disfrutar del botín.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
De la simpleza a las malas ideas hay un abismo; en el peor de los casos, sólo un paso. Podría hacerse el esfuerzo de no conectar directamente los dos planos que corren en paralelo a lo largo de toda la película: la crisis económica estadounidense, la idea de pueblo, el consiguiente esfuerzo común para contrarrestar la especulación financiera, por un lado; la crisis doméstico-ilegal que mueve la economía de un grupo (las apuestas), la búsqueda de responsables, el proceso y la condena, por el otro. Se tracen las relaciones que se tracen, en esta película en particular, eso se vuelve imposible.
Si bien hacia el comienzo hay lugar para la esperanza (una cosa es lo que se dice -el show de la opinión pública y de los medios- pero otra muy distinta los hechos que mueven y hacen la realidad) a medida que avanza la trama, la imaginación pierde irreversiblemente su capacidad. A veces, lo que hace una mala película es menos la originalidad del argumento que no saber cuándo callar.
Entonces, ¿qué podemos hacer de ese modo? Un ejercicio escolar. El director llena las imágenes de consignas; los demás, sencillamente, hacemos el trabajo, por decirlo de algún modo, de relacionar lo que viene relacionado de antemano. Un puro trabajo de conciencia. Todas las preguntas o imágenes son retóricas. Nada que inquiete, o mejor, ninguna asimetría que vincular: no hay pueblo, hay individuos; no hay necesidad de cambio, hay reformas como maquillaje (la bancarrota de las grandes corporaciones, la bancarrota del poker; la compra de acciones-deudas, las muertes de los que se extra-extra-limitaron por parte de los que se extra-limitan -que, en realidad, entendieron el juego-)
Es sabido que nada es legal, que todas las épocas toman los ilegalismos, los naturalizan y los distribuyen jerárquicamente, según los tiempos que corran, en diferentes estratos. Obviamente, no es una decisión de un golpe, de un grupo ni tampoco de un solo hombre. Son infinitas las variables que conforman el modo de ser de un siglo. Procesos, ni más ni menos.
Así las cosas, ¿qué se nos dice en esta película? Somos individuos metidos en una competencia cruel y rentada: el hombre lobo del hombre. Capitalismo, de acuerdo, por definirlo de un modo general y abstracto. Eso lo sabemos todos, pero, entonces, ¿qué más? Nada, dice el director, sólo quería mostrarles eso. ¿Ustedes? Conciencias que deben ser despertadas.
En suma, Andrew Dominik, la figura del sabio, el obrero del cine: ser reconocido por un supuesto saber que se tiene y que, a su vez, iluminará al espectador, esa cosa pasiva que se sienta y espera la salvación. Complejo mesiánico, si los hay.
Si bien hacia el comienzo hay lugar para la esperanza (una cosa es lo que se dice -el show de la opinión pública y de los medios- pero otra muy distinta los hechos que mueven y hacen la realidad) a medida que avanza la trama, la imaginación pierde irreversiblemente su capacidad. A veces, lo que hace una mala película es menos la originalidad del argumento que no saber cuándo callar.
Entonces, ¿qué podemos hacer de ese modo? Un ejercicio escolar. El director llena las imágenes de consignas; los demás, sencillamente, hacemos el trabajo, por decirlo de algún modo, de relacionar lo que viene relacionado de antemano. Un puro trabajo de conciencia. Todas las preguntas o imágenes son retóricas. Nada que inquiete, o mejor, ninguna asimetría que vincular: no hay pueblo, hay individuos; no hay necesidad de cambio, hay reformas como maquillaje (la bancarrota de las grandes corporaciones, la bancarrota del poker; la compra de acciones-deudas, las muertes de los que se extra-extra-limitaron por parte de los que se extra-limitan -que, en realidad, entendieron el juego-)
Es sabido que nada es legal, que todas las épocas toman los ilegalismos, los naturalizan y los distribuyen jerárquicamente, según los tiempos que corran, en diferentes estratos. Obviamente, no es una decisión de un golpe, de un grupo ni tampoco de un solo hombre. Son infinitas las variables que conforman el modo de ser de un siglo. Procesos, ni más ni menos.
Así las cosas, ¿qué se nos dice en esta película? Somos individuos metidos en una competencia cruel y rentada: el hombre lobo del hombre. Capitalismo, de acuerdo, por definirlo de un modo general y abstracto. Eso lo sabemos todos, pero, entonces, ¿qué más? Nada, dice el director, sólo quería mostrarles eso. ¿Ustedes? Conciencias que deben ser despertadas.
En suma, Andrew Dominik, la figura del sabio, el obrero del cine: ser reconocido por un supuesto saber que se tiene y que, a su vez, iluminará al espectador, esa cosa pasiva que se sienta y espera la salvación. Complejo mesiánico, si los hay.
8 de febrero de 2013
8 de febrero de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La pretenciosidad hecha película.
Película aburrida en la que te costara permanecer atento (o despierto) durante los 104 minutos de su metraje.
Uno tiene la esperanza de que tras un esperpentico inicio, la película empiece a remontar, pero esa situación no se da y te quedas con cara de tonto, pensando que es lo que quería hacer el director cuando de estos 104 minutos, los personajes se pasan 90 con diálogos interminables y cargantes sobre encargos, putas y robos. Ademas las pocas escenas de acción se ven estropeadas por un innecesario abuso de efectos como el tiempo bala, únicamente salvando la espectacular escena de la paliza sobre un Ray Liotta, al que el exceso de operaciones de cirugía estética han dejado sin expresividad en su rostro.
El resto de actores no se desenvuelve mal, con un Brad Pitt correcto y aportando su carisma habitual, bien Scott Mcnairy y un algo sobre actuado James Gandolfini.
Película aburrida en la que te costara permanecer atento (o despierto) durante los 104 minutos de su metraje.
Uno tiene la esperanza de que tras un esperpentico inicio, la película empiece a remontar, pero esa situación no se da y te quedas con cara de tonto, pensando que es lo que quería hacer el director cuando de estos 104 minutos, los personajes se pasan 90 con diálogos interminables y cargantes sobre encargos, putas y robos. Ademas las pocas escenas de acción se ven estropeadas por un innecesario abuso de efectos como el tiempo bala, únicamente salvando la espectacular escena de la paliza sobre un Ray Liotta, al que el exceso de operaciones de cirugía estética han dejado sin expresividad en su rostro.
El resto de actores no se desenvuelve mal, con un Brad Pitt correcto y aportando su carisma habitual, bien Scott Mcnairy y un algo sobre actuado James Gandolfini.
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