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La misión

Aventuras. Drama Hispanoamérica, siglo XVIII. En plena jungla tropical junto a las cataratas de Iguazú un misionero jesuita, el padre Gabriel (Jeremy Irons), sigue el ejemplo de un jesuita crucificado, sin más armas que su fe y un oboe. Al ser aceptado por los indios guaraníes, Gabriel crea la misión de San Carlos. Entre sus seguidores está Rodrigo Mendoza (Robert De Niro), ex-traficante de esclavos, mercenario y asesino, que buscando el perdón se hace ... [+]
Críticas 170
Críticas ordenadas por utilidad
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9
20 de mayo de 2020 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La banda sonora del maestro Morricone y el elenco ya convierten a "The Mission" en una película única.

Jeremy Irons y Robert De Niro ofrecen interpretaciones impecables. La película se aventura a abordar temas complejos como el perdón y el arrepentimiento, haciéndolo con un respeto y acierto tremendos. En la actualidad, resulta prácticamente imposible encontrar obras de este calibre, y aquellas que se producen generalmente no cuentan con el respaldo y el elenco que tuvo esta película. Lo más parecido que he visto recientemente sería "El Silencio", que ni de lejos alcanza este nivel.

No se trata simplemente de una cinta religiosa, sino que explora la temática religiosa, específicamente una parte fundamental de la historia crucial para comprender la sociedad actual, especialmente la española.

Se dice que cuando no se posee un conocimiento profundo sobre un tema pero se reconoce su calidad, es porque es excepcional. Esto mismo me sucede con la fotografía de esta película, lo que me lleva a intuir que debe ser extraordinaria.

En resumen, es una película que merece ser vista, sin importar la religión que se practique o las creencias que se tengan. Independientemente de esto, es un fragmento de nuestra historia que no podemos cambiar, y está narrado y filmado de manera magistral.
8
24 de septiembre de 2021 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Famosa película que aúna equilibradamente los hechos históricos con el gran espectáculo. Auténtico regalo para los sentidos, « La misión » es recordada, sobre todo, tanto por la calidad de su fotografía, ganadora del Oscar, que capta maravillosamente los impresionantes paisajes en torno a las cataratas de Iguazú, que cruzan varios países hispanoamericanos, como por la inolvidable música de Ennio Morricone, que creó un clásico con la banda sonora de esta película, en la que se sirve de recursos actuales e instrumentaciones indígenas ; el logro fue tan espectacular que hoy puede decirse que la música es el alma de todo el film.

Aparte de estos indiscutibles logros, la película es un modelo de cine histórico, donde el gran espectáculo no llega a ahogar nunca las motivaciones más íntimas de sus principales personajes, excelentemente interpretados por dos actores de la talla de Robert De Niro y Jeremy Irons (Rodrigo Mendoza y el Padre Gabriel, respectivamente) que se entregan con toda pasión a su trabajo. Dos personajes opuestos pero complementarios : con un modo de entender la defensa de los débiles de forma distinta, pero con cercanía y comprensión mutuas.

Lo mejor.- La carga emotiva que tiene toda la película, tanto por lo que se cuenta como por la forma tan bella como se cuenta.

Lo peor.- La presencia frecuente del cardenal Altamirano (que, aunque existió en la realidad histórica, ni era obispo ni menos cardenal) rompe el ritmo narrativo de la película por la excesiva importancia que se le da a este personaje.

El momento.- El plano inicial del crucificado mártir en su caída por la espectacular catarata.

.La frase : « Si en este mundo no hay sitio para el amor, yo no quiero estar en él. » (Padre Gabriel)

Premios.- Oscar a la fotografía y Palma de Oro en el Festival de Cannes 1986
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spoiler:
La secuencia.- Todo el proceso de conversión del personaje de Robert de Niro : desde que mata a su propio hermano por celos hasta su arrepentimiento, penitencia, perdón e integración en la comunidad que forman jesuitas y nativos. Todo un ejemplo de saber contar una historia llegando al corazón.
8
1 de diciembre de 2022 2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No puedo más que inclinarme ante tal obra, película que justifica íntimamente cómo el cine sí es arte; un arte que muchas veces parece buscar auto-sabotearse y erguirse como entretenimiento vulgar y vacuo.

Pero esta película demuestra cómo el cine puede profundizar y elevar el espíritu. El guión en cuanto a la religión es ampliamente docto, el diálogo culto, los misioneros jesuitas se ven y hablan como católicos (algo que no ocurre siempre en películas de la misma temática) e incluso la cinta se atreve a reflexionar sobre problemas religiosos tales como la autoridad, la obediencia, la penitencia, el arrepentimiento y el perdón, la construcción de un orden temporal justo. Bajo un fundamento que excusa y justifica el devenir y la finalidad de la obra: la caridad.

Y todo aquello cubierto por una fotografía, quizá de las más bonitas de la historia del cine; una fotografía de una belleza, magnificencia, naturaleza y estética excelsa con grandes planos de las cataratas del Iguazú como remate ornamental. Considero además el vestuario y la caracterización de los jesuitas y los guaraníes de una excelente finura.

La música, que construye con la fotografía la atmósfera histórica y misionera, es de una ascética y una belleza sensitiva tal que sólo del genio Ennio Morricone podría provenir; uno de los mejores trabajos (si no el mejor) del romano.

Y por supuesto, las refinadas interpretaciones de Robert De Niro y Jeremy Irons elevan todavía más la calidad de la cinta.

Sin embargo, si no la considero perfecta es por varios fallos, esperables teniendo en cuenta el origen franco-inglés del director y que desarrolla una cinta sobre el obrar ibérico en las Américas.
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spoiler:
La caracterización de los españoles no es nada fiel; si bien evidentemente criminales ha habido siempre, el retrato generalista de que los españoles de aquellos territorios fueran traficantes de esclavos es falaz. Si bien hubo una cierta permisividad y tolerancia por las autoridades «coloniales» españolas en la utilización de mano de obra indígena, nada tiene que ver con la esclavitud, la Corona Española tenía, de hecho, leyes muy duras contra la esclavitud y de protección a los indios.

Del mismo modo el papel de los portugueses es también de un tratamiento dudoso, si bien en sus territorios sí hubo esclavitud y tráfico de indígenas, las acciones que estos desarrollan, disparando a bocajarro inocentes -incluso mujeres y niños- en una procesión litúrgica no pudieron darse bajo ninguna justificación (¿quizá sí en territorios bastante más al norte con colonizadores británicos?).

El papel de la Santa Sede (o al menos de la jerarquía eclesiástica), también culpables del terrible fin en el argumento es cuanto menos dudoso históricamente. Es especialmente llamativo el esfuerzo en desligar a los jesuitas tanto de la Iglesia Católica como de los reinos de España y Portugal, ya que durante el filme no son ni españoles, ni portugueses, ni miembros de la Iglesia; simplemente jesuitas.

Sin embargo a pesar de estos errores, el mensaje de la cinta se mantiene íntegro y sus virtudes no pueden sino superar sus defectos. Al final, no deja de ser una visión formalmente inglesa con una profunidad inusualmente católica.
10
23 de octubre de 2012
14 de 27 usuarios han encontrado esta crítica útil
No podría afirmar que "La Misión" fuera la mejor película de la historia del cine, pero seguramente diría que es la más bella. Sea como fuere, su inclusión dentro del selecto y reducido grupo de las mejores películas de la historia es obligada no sólo por su esteticismo sino por lo absolutamente maravillosa que resulta. Es tan diferente, tan fuera de lo normal, tan inimitable que afirmaría que Dios mismo le echó una mano a Roland Joffé para que le saliera un trabajo que raya lo divino. Por eso creo que nunca se volverá a filmar un trabajo del mismo tipo. Por ejemplo, ¿cuantos paisajes naturales hemos visto en la gran pantalla? Sin embargo, aquí esas cataratas te sobrecogen el alma. Y lo mismo puede decirse de todos sus elementos. Aunque por encima de la preciosa fotografía o de la exuberante naturaleza salvaje, sobresale aquí por derecho propio la celestial banda sonora de Morricone, seguramente la más hermosa de la historia del séptimo arte. Si es que oyendo tan sólo alguna de sus piezas me hecho a llorar.

Claro que todo este envoltorio se vendría abajo si no estuviera respaldado por una dirección magistral de Roland Joffé, por un estilo de una sobriedad lírica a la que se llega en muy contadas ocasiones, por un tono de un clasicismo exquisito con el que se elabora el mejor cine. "La Misión" transmite una sensación de virtuosismo permanente, de hondísima emoción y de profunda espiritualidad religiosa sin artificios, pretenciosidad, ni pomposidades vanas. Lo cual no resta para que la cinta contenga una cantidad de secuencias estremecedoras y otras tantas en las que llorar a lágrima viva, como puede ser el inolvidable y apoteósico final de una belleza, patetismo y grandiosidad como muy pocos se han rodado nunca.

Buena culpa del éxito de Joffé está en unos personajes de un dramatismo y una grandeza fuera de lo común. Dentro del gran reparto, en que aparecen nombres como Liam Neeson o Aidan Quinn, destacan Robert De Niro (interpretando a Rodrigo) y especialmente Jeremy Irons (dando vida al padre Gabriel). Es a través de la relación de estos últimos y sus cuidados diálogos como se estructura buena parte de la película. Respecto al padre Gabriel, reconozco que su personaje resulta maravilloso. Viéndolo me pregunto que por qué no serán todos los religiosos así.

Se comenta que estamos ante una obra que habla de redención, culpa o sacrificio. En efecto, aunque "La Misión" sea una obra histórica, sobre todo prima la religiosidad en toda su extensión, lo cual no quiere decir que sea clerical. Estoy convencido de que si se escamoteara lo que es la fe la película perdería muchos puntos, aparte de que tendría poco sentido. Porque la fe es amor, es entrega, es esperanza y es bondad, todo lo cual queda reflejado a la perfección en esta cinta. Y el Cristianismo, siendo la religión del amor, aporta la fuerza, la autenticidad y la belleza a esta película. Por eso precisamente resulta tan emotiva “La Misión”. Y es que cómo no vas a llorar con pasajes tan hermosos como ese de la Biblia, en Corintios, que dice "Si no tengo amar, nada soy” o en boca de un atormentado Rodrigo, también de Corintios, “El Amor es paciente, servicial y sin envidia. No quiere aparentar ni se hace el importante. No actúa con bajeza, ni busca su propio interés. El Amor no se deja llevar por la ira, sino que olvida las ofensas y perdona. Nunca se alegra de algo injusto y siempre le agrada la verdad. El Amor disculpa todo; todo lo cree, todo lo espera y todo lo soporta”.
5
17 de noviembre de 2012
7 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ésta es la típica película que viste con 20 años y te pareció la hossstia y que un día la pasan por la tele y dices: "Soportará esto mi pasión por la demolición crítica?"

Y lo dices con el escepticismo propio del que sabe que muy pocas pelis de tu vida han logrado mantenerse en su nivel al confrontarlas con el paso del tiempo, del tuyo y del de ellas. Pero en fin, hagamos la prueba del algodón. Veamos si "La misión" aguanta como una campeona y si Roland Joffé se libra de la quema.

Pues bien, la veo y entiendo lo que me fascinó de ella. No se puede discutir que el paisaje es majestuoso, que la fuerza de la naturaleza está retratada de forma impactante, que la fotografía es una maravilla, que la banda sonora es el contrapunto sonoro perfecto a tanta solemnidad visual... Comprendo que tuve que quedarme con la boca abierta por fuerza.

También sé que tanto De Niro como Irons interpretan dos de los personajes más emblemáticos, carismáticos y recordados de sus carreras. Entonces qué? Pues que sí, que impacta, que abruma, que como documental quedaría precioso, peeeeero... que no me interesa nada de lo que me están contando. No hay alma, no hay vida; sólo brillantez estética pura y dura.

Veredicto:

Misión cumplida: la perfección formal.

Misión imposible: que con esa belleza magnífica, inmensa y brutal la historia importe un pimiento.
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