The Disaster Artist: Obra maestra
6.8
22,112
Comedia
Narra la historia real de la producción de la película 'The Room', que ha sido considerada como “una de las peores películas de la historia". Dirigida en 2003 por Tommy Wiseau, 'The Room' se ha estado proyectando en salas -completamente llenas- por toda Norteamérica desde hace más de una década. 'The Disaster Artist' es una comedia sobre dos inadaptados en busca de un sueño. Cuando el mundo los rechaza, deciden hacer su propia película, ... [+]
12 de diciembre de 2021
12 de diciembre de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por fin James Franco, alejándose de sus intentos sesudos de realizar cine de autor o mezclas de géneros extraños (si Zeroville, te miro a ti) tiene ante sí un proyecto decente, aceptable y que se ve con facilidad.
Porque en vez de intentos intelectuales, hay cariño en el proyecto. Se nota. A Franco le apasiona la historia. Eso y que está escrita por dos tipos (los guionistas de 500 Days of Summer) que saben del lenguaje del cine.
Escribe esto alguien que conoce el filme, lo ha visto varias veces, ha reído y ha sido capaz de seguir la aureola del bueno de Tommy y como ha hecho de un filme infame, un producto solvente y una campaña de marketing excelente (esos eventos donde reponen el filme y tiran cucharas a la pantalla).
¿La película? Pues bien, gracias. Es entretenida y no aburre en ningún momento. Pero desde luego que es para fans (desconozco la novela en la que se basa aunque tengo entendido que Sestero estuvo más que atinado) y sólo para fans (me atrevería a decir que aquellos que no sepan sobre el tema de The Room, no disfrutarán mucho con ella).
Principalmente el filme se centra en diversas anécdotas y la extravagante personalidad de Tommy tanto con Greg Sestero, como durante el rodaje de la película The Room. Se intenta ahondar un poco en la amistad de ambos y en ciertos ámbitos personales (la novia de Sestero, sus carreras después del rodaje) pero la verdad es que estas partes no llegan a ser tremendamente satisfactorias.
Cosa que si ocurre cuando el filme se centra en el rodaje y en las diferentes particularidades de este (las indicaciones de Tommy, la escena de sexo infame, la relación de Tommy con los tipos que producen, etc). Ahí el filme gana muchos enteros, las partes cómicas funcionan y las escenas que imitan al original están cuidadas con un detalle que les gustará a muchos.
Personalmente, me sobran cameos (si bien es cierto que el de Cranston, que en la vida real no ocurrió, es todo un acierto) y reitero que las partes de Sestero en su vida personal como un actor que intenta hacerse un hueco en Hollywood no están a la altura.
Porque el filme es de Franco y de Tommy. O es lo que nos da a entender The Disaster Artist.
Por otro lado, es una pena (aunque comprensible dada la duración del film) que no se haya ahondado en la vida de Tommy tras The Room (sobre todo con la gran escena en el cine durante la premiere). Hubiese sido genial ver lo que les llevó a reprogramar el filme en los cines, las asistencias en los eventos de The Room y demás. Eso hubiese mostrado el lado más freak y cutrón de la industria.
Y eso a un servidor, le hubiera encantado. El fenómeno freak.
Pero aún así es un film notable, especialmente teniendo en cuenta lo fácil que hubiese sido caer en el ridículo o que Franco se hubiese puesto a recitar a Faulkner en el filme para darle un toque intelectual.
AH, y Franco está harto notable como Tommy. Se nota que el tipo ama al personaje (desconozco si a la persona).
PS: Aquellos que vean el reparto y se froten los ojos ante todos los nombres, decir que sólo los Franco están presentes durante la mayoría del metraje. El resto de actores se pasean como si un filme de Torrente se tratase. Eso sí, todos ellos (en especial los que interpretan a actores que estaban en la película) tienen una caracterización notable (destaco a Zac Efron y Jacki Weaver).
Entretenida y respetable.
Porque en vez de intentos intelectuales, hay cariño en el proyecto. Se nota. A Franco le apasiona la historia. Eso y que está escrita por dos tipos (los guionistas de 500 Days of Summer) que saben del lenguaje del cine.
Escribe esto alguien que conoce el filme, lo ha visto varias veces, ha reído y ha sido capaz de seguir la aureola del bueno de Tommy y como ha hecho de un filme infame, un producto solvente y una campaña de marketing excelente (esos eventos donde reponen el filme y tiran cucharas a la pantalla).
¿La película? Pues bien, gracias. Es entretenida y no aburre en ningún momento. Pero desde luego que es para fans (desconozco la novela en la que se basa aunque tengo entendido que Sestero estuvo más que atinado) y sólo para fans (me atrevería a decir que aquellos que no sepan sobre el tema de The Room, no disfrutarán mucho con ella).
Principalmente el filme se centra en diversas anécdotas y la extravagante personalidad de Tommy tanto con Greg Sestero, como durante el rodaje de la película The Room. Se intenta ahondar un poco en la amistad de ambos y en ciertos ámbitos personales (la novia de Sestero, sus carreras después del rodaje) pero la verdad es que estas partes no llegan a ser tremendamente satisfactorias.
Cosa que si ocurre cuando el filme se centra en el rodaje y en las diferentes particularidades de este (las indicaciones de Tommy, la escena de sexo infame, la relación de Tommy con los tipos que producen, etc). Ahí el filme gana muchos enteros, las partes cómicas funcionan y las escenas que imitan al original están cuidadas con un detalle que les gustará a muchos.
Personalmente, me sobran cameos (si bien es cierto que el de Cranston, que en la vida real no ocurrió, es todo un acierto) y reitero que las partes de Sestero en su vida personal como un actor que intenta hacerse un hueco en Hollywood no están a la altura.
Porque el filme es de Franco y de Tommy. O es lo que nos da a entender The Disaster Artist.
Por otro lado, es una pena (aunque comprensible dada la duración del film) que no se haya ahondado en la vida de Tommy tras The Room (sobre todo con la gran escena en el cine durante la premiere). Hubiese sido genial ver lo que les llevó a reprogramar el filme en los cines, las asistencias en los eventos de The Room y demás. Eso hubiese mostrado el lado más freak y cutrón de la industria.
Y eso a un servidor, le hubiera encantado. El fenómeno freak.
Pero aún así es un film notable, especialmente teniendo en cuenta lo fácil que hubiese sido caer en el ridículo o que Franco se hubiese puesto a recitar a Faulkner en el filme para darle un toque intelectual.
AH, y Franco está harto notable como Tommy. Se nota que el tipo ama al personaje (desconozco si a la persona).
PS: Aquellos que vean el reparto y se froten los ojos ante todos los nombres, decir que sólo los Franco están presentes durante la mayoría del metraje. El resto de actores se pasean como si un filme de Torrente se tratase. Eso sí, todos ellos (en especial los que interpretan a actores que estaban en la película) tienen una caracterización notable (destaco a Zac Efron y Jacki Weaver).
Entretenida y respetable.
16 de enero de 2022
16 de enero de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si vieron la trash movie The Room (2003) y no cayeron en coma quizá les haga tilín este homenaje que le hizo James Franco catorce años después. Si no les hizo ni pizca de gracia o ni siquiera la han visto, mejor vean antes el original y luego juzguen si merece la pena echar un vistazo a The Disaster Artist. O directamente busquen otra cosa que hacer.
La verdad es que ver las extravagancias de Tommy Wiseau, sin conocerle de antemano, hace perder muchos enteros a cualquier alusión que se haga de su persona. Pero si para conocerle hace falta ver The Room es como para pensárselo. Yo sí le encuentro el punto cómico, tanto a la original como a este homenaje, pero entiendo a quien no le haga maldita gracia. Algo mal hecho es algo mal hecho, sea una película o cualquier otra cosa. No encuentro a muchos arquitectos, por poner un ejemplo de profesión que deja obras para la posteridad, tratando de imitar, en plan homenaje, el mal hacer de sus peores exponentes.
A James Franco se le ocurrió que un tipo que ni sabía de cine, ni escribir guiones, ni rodar, ni adquirir equipo, ni actuar, ni elegir actores merecía un homenaje porque semejante grado de incompetencia era digna de admiración. El desmesurado ego de Wiseau le hizo ignorante de su propia ineptitud, y supongo que esa es la gracia que, juzgan, merece honores. Hizo una película horriblemente nefasta pensando que rodaba algo de calidad. Ese es el chiste, y quizá ya se alargó demasiado con esta película.
Entrados ya en las escenas de rodaje de The Room, si me resulta amena y divertida, no para troncharse, pero una vez inmersos en el juego de cine trash de Wiseau le podemos encontrar el punto. No han querido ir a degüello, ni han querido ser crueles, que esto es un homenaje. Ahora queremos la versión salvaje y bruta. ¿Quién se atreve a hacerla? ¿Los Farrelly?
La verdad es que ver las extravagancias de Tommy Wiseau, sin conocerle de antemano, hace perder muchos enteros a cualquier alusión que se haga de su persona. Pero si para conocerle hace falta ver The Room es como para pensárselo. Yo sí le encuentro el punto cómico, tanto a la original como a este homenaje, pero entiendo a quien no le haga maldita gracia. Algo mal hecho es algo mal hecho, sea una película o cualquier otra cosa. No encuentro a muchos arquitectos, por poner un ejemplo de profesión que deja obras para la posteridad, tratando de imitar, en plan homenaje, el mal hacer de sus peores exponentes.
A James Franco se le ocurrió que un tipo que ni sabía de cine, ni escribir guiones, ni rodar, ni adquirir equipo, ni actuar, ni elegir actores merecía un homenaje porque semejante grado de incompetencia era digna de admiración. El desmesurado ego de Wiseau le hizo ignorante de su propia ineptitud, y supongo que esa es la gracia que, juzgan, merece honores. Hizo una película horriblemente nefasta pensando que rodaba algo de calidad. Ese es el chiste, y quizá ya se alargó demasiado con esta película.
Entrados ya en las escenas de rodaje de The Room, si me resulta amena y divertida, no para troncharse, pero una vez inmersos en el juego de cine trash de Wiseau le podemos encontrar el punto. No han querido ir a degüello, ni han querido ser crueles, que esto es un homenaje. Ahora queremos la versión salvaje y bruta. ¿Quién se atreve a hacerla? ¿Los Farrelly?
5 de enero de 2018
5 de enero de 2018
3 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues el señor James Franco ha conseguido acaparar toda la atención y esta vez en condiciones ya que hace tres mil películas por año y evidentemente pocas son buenas y esta vez ha tenido el valor de coger una película de culto de esas que se han hecho virales con el paso del tiempo como The Room y nos ha contado como fue ese proceso de creación de tan disparatada película con multitud de cameos y personajes secundarios típicos que le rodean en su cine reciente como Seth Rogen, su hermano Dave, Zac Efron, Hutcherson, etc ya que en la producción están Rogen y Goldberg que ya coincidieron en Juerga hasta el fin, película que comparten similitudes sobretodo en resucitar canciones y eso es digno de admirar. Si This is the end resucitó Everybody de los Back Street Boys, esta vez nos deleitan con ese Rhythm of the night de Corona para terminar una película contento y cantando y bailando, sin duda un acierto. Más allá de la selección musical pegadiza en su tiempo y memorable, nos encontramos con una cinta sobre la aceptación, el optimismo, el fracaso, los sueños y la amistad. Franco va de menos a mas en una cinta que calca la cinta de Wiseau en todo el proceso de creación y por supuesto interpreta enormemente imitándole. Realza el valor de la amistad y nos ayuda a ver lo bueno de algo tan terrible, el divertirnos con la peor película del siglo viéndola como la mejor comedia involuntaria de la historia. Franco no es Tim Burton pero el proceso es parecido y la diversión está garantizada. Quizás hablar de oscar me parece algo exagerado pero sin duda como comedia es estupenda, entretenida y desternillante, más aún si has visto The Room, ya que evidentemente muchos de los chistes son de ahí.
22 de diciembre de 2017
22 de diciembre de 2017
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
"The Disaster Artist" es una película revolucionaria. Rompe con el mandato que el camino al éxito es uno solo, que se puede planificar y que hay que trabajar para alcanzarlo.
Una película que rinde homenaje al antiheroe, al idolo que supuestamente nació para ser villano, al mejor ejemplo que rompe el molde de la imagen del éxito posmoderno, del repugnante "yuppie", de los esclavos de la apariencia en una época de pura apariencia. Una oda al ridículo, a las convicciones por sobre las economías, a los sueños por sobre los rechazos.
"The Disaster Artist" debería pasarse en grupos de autoayuda porque es un escupitajo a la sociedad de consumo, una oportunidad para la marginalidad, que borra los espacios designados para los marginales. En este filme no hay vencedores ni vencidos.
Un alegato contra la industria, el esnobismo, contra la espiritualidad del arte, la confección de los circuitos de grasientos intelectuales que forman parte de la "critica del arte", contra la intencionalidad de los artistas, las conferencia de prensa explicando "que quisieron decir".
Por todo esto no puedo decir que "The Disaster Artist" es la mejor película del año. Porque si hay algo que no le interesa son los juicios y las categorias.
Por eso es revolucionaria
Por eso no debería ser premiada
Porque esta hecha para el publico y no para los críticos
Una película que rinde homenaje al antiheroe, al idolo que supuestamente nació para ser villano, al mejor ejemplo que rompe el molde de la imagen del éxito posmoderno, del repugnante "yuppie", de los esclavos de la apariencia en una época de pura apariencia. Una oda al ridículo, a las convicciones por sobre las economías, a los sueños por sobre los rechazos.
"The Disaster Artist" debería pasarse en grupos de autoayuda porque es un escupitajo a la sociedad de consumo, una oportunidad para la marginalidad, que borra los espacios designados para los marginales. En este filme no hay vencedores ni vencidos.
Un alegato contra la industria, el esnobismo, contra la espiritualidad del arte, la confección de los circuitos de grasientos intelectuales que forman parte de la "critica del arte", contra la intencionalidad de los artistas, las conferencia de prensa explicando "que quisieron decir".
Por todo esto no puedo decir que "The Disaster Artist" es la mejor película del año. Porque si hay algo que no le interesa son los juicios y las categorias.
Por eso es revolucionaria
Por eso no debería ser premiada
Porque esta hecha para el publico y no para los críticos
29 de diciembre de 2017
29 de diciembre de 2017
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el año 1994 Tim Burton estrenó una de sus mejores películas, curiosamente muy alejada de su estilo colorista y del género de fantasía que lo catapultó a la fama. “Ed Wood” resultó un trabajo premiado y reconocido en los festivales de cine y en las entregas de premios más prestigiosos. Rodada en blanco y negro, contaba la vida del que fue definido como “el peor director de todos los tiempos”, precursor del subgénero de clase “Z”. La narración terminaba enganchando con su extraña mezcla de sátira y de homenaje a un estilo de cinematografía naif nada académico. Ahora James Franco, reconocido intérprete y realizador con numerosos títulos a sus espaldas, lleva a cabo una apuesta similar a la de Burton y casi con el mismo resultado. Con “The Disaster Artist” ha cosechado un aluvión de aplausos y galardones, gracias a su relato sobre perdedores del Séptimo Arte.
En el pasado Festival de San Sebastián se alzó con la Concha de Oro a la mejor película. Cuenta con dos nominaciones a los Globos de Oro, en las categorías de comedia y actor cómico. La National Board of Review lo escogió entre los títulos más destacados de 2017 y opta asimismo a los “Independent Spirit Awards”. Y todo ello por trasladar a la gran pantalla la filmación de una de las consideradas peores películas de la Historia: "The Room", dirigida en el 2003 por Tommy Wiseau. Se trata, por tanto, de un guion basado en una historia real. Y su éxito ha sido de tal envergadura que se ha programado en las salas de proyección el reestreno de aquel fiasco, vapuleado en su momento por la crítica y rescatado ahora gracias a las loas y reconocimientos dirigidos al polifacético artista.
La tarea de este joven californiano es más que meritoria, ya que logra arrancar la sonrisa y, en ocasiones, la risa a base de cocinar en bruto un cúmulo de rarezas y extravagancias. Tanto delante como detrás de la cámara, Franco se emplea a fondo para caricaturizar con cierto aire respetuoso una, en todos los sentidos, ruina de largometraje. Aunque, en el fondo, tal vez no se entienda la gracia que conlleva homenajear semejante despropósito, la verdad es que destila un toque de nostalgia y un destello de tributo a un grupo de artistas excéntricos y sin talento que termina por neutralizar los pasajes más vulgares de la trama. Guisado al mismo tiempo con sal gorda y delicadas especias, su regusto final termina deleitando, consiguiendo extraer una buena película de una mala, todo un logro que no está al alcance de cualquier cineasta.
Supone, además, una auténtica revitalización de la comedia norteamericana, cada vez más acostumbrada a la mediocridad y más dirigida a un público imberbe e infantilizado. Discurre desde el alocado desenfreno a la melancólica tristeza sin apenas reparar en ello. Quizá cabría pensar que “The Disaster Artist” se burla y destroza “The Room”. Sin embargo, mi impresión es que denota un cariño sincero hacia su responsable. Debo confesar que, después de ver el tráiler y alguna de sus escenas, pensé que la cinta me iba a disgustar. Es cierto que varias secuencias explotan una estética soez, pero al final presenta un estilo refinado, aunque poco convencional.
Junto a James Franco (nominado al Oscar por “127 horas”) figuran su hermano Dave (“Ahora me ves”, “Supersalidos”), Seth Rogen (un habitual de infinidad de comedias estadounidenses) y Alison Brie, a la que veremos próximamente en “Los archivos del Pentágono”, de Steven Spielberg.
www.cineenpantallagrande.blogspot.com
@gerardo_perez_s
En el pasado Festival de San Sebastián se alzó con la Concha de Oro a la mejor película. Cuenta con dos nominaciones a los Globos de Oro, en las categorías de comedia y actor cómico. La National Board of Review lo escogió entre los títulos más destacados de 2017 y opta asimismo a los “Independent Spirit Awards”. Y todo ello por trasladar a la gran pantalla la filmación de una de las consideradas peores películas de la Historia: "The Room", dirigida en el 2003 por Tommy Wiseau. Se trata, por tanto, de un guion basado en una historia real. Y su éxito ha sido de tal envergadura que se ha programado en las salas de proyección el reestreno de aquel fiasco, vapuleado en su momento por la crítica y rescatado ahora gracias a las loas y reconocimientos dirigidos al polifacético artista.
La tarea de este joven californiano es más que meritoria, ya que logra arrancar la sonrisa y, en ocasiones, la risa a base de cocinar en bruto un cúmulo de rarezas y extravagancias. Tanto delante como detrás de la cámara, Franco se emplea a fondo para caricaturizar con cierto aire respetuoso una, en todos los sentidos, ruina de largometraje. Aunque, en el fondo, tal vez no se entienda la gracia que conlleva homenajear semejante despropósito, la verdad es que destila un toque de nostalgia y un destello de tributo a un grupo de artistas excéntricos y sin talento que termina por neutralizar los pasajes más vulgares de la trama. Guisado al mismo tiempo con sal gorda y delicadas especias, su regusto final termina deleitando, consiguiendo extraer una buena película de una mala, todo un logro que no está al alcance de cualquier cineasta.
Supone, además, una auténtica revitalización de la comedia norteamericana, cada vez más acostumbrada a la mediocridad y más dirigida a un público imberbe e infantilizado. Discurre desde el alocado desenfreno a la melancólica tristeza sin apenas reparar en ello. Quizá cabría pensar que “The Disaster Artist” se burla y destroza “The Room”. Sin embargo, mi impresión es que denota un cariño sincero hacia su responsable. Debo confesar que, después de ver el tráiler y alguna de sus escenas, pensé que la cinta me iba a disgustar. Es cierto que varias secuencias explotan una estética soez, pero al final presenta un estilo refinado, aunque poco convencional.
Junto a James Franco (nominado al Oscar por “127 horas”) figuran su hermano Dave (“Ahora me ves”, “Supersalidos”), Seth Rogen (un habitual de infinidad de comedias estadounidenses) y Alison Brie, a la que veremos próximamente en “Los archivos del Pentágono”, de Steven Spielberg.
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