Promesas del este
2007 

7.4
60,287
Thriller. Drama
El misterioso Nikolai es el chófer de una poderosa familia de la mafia rusa en Londres, un clan liderado por el veterano y frío Semyon y por su hijo Kirill, un tipo inestable muy cercano a Nikolai. Un día en el restaurante de Semyon se presenta Anna, una comadrona de hospital muy afectada por la muerte en el parto de una adolescente rusa. Anna ha decidido buscar a la familia de la chica sirviéndose del diario que ésta dejó escrito en ruso. (FILMAFFINITY) [+]
8 de febrero de 2016
8 de febrero de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película del conocido director David Cronenberg ‘Promesas del este‘, una historia sobre la mafia rusa asentada en Londres, sobre los significados de los tatuajes en el cuerpo y sobre la prostitución.
Hay actores que encuentran un director (y viceversa) con el que mejor conexión o entendimiento tienen y que saben explotarse mutuamente. Así, la relación entre Cronenberg y Mortensen nace dos años antes, con la genial ‘Una historia de violencia’, a la que siguió ‘Promesas del este’ y ‘Un método peligroso’. Creo que después ninguno de los dos ha estado tan bien. Por eso, la más completa de las tres es, sin lugar a dudas, el caso que nos ocupa.
Con un metraje muy ajustado (exactamente 99 minutos), Cronenberg se toma su tiempo para que el espectador vaya conectando los distintos datos que se le ofrecen y sea capaz de hilar su trama principal. La historia nos sitúa en Londres, en la época actual. Por un lado tenemos a Anna, una enfermera que está rehaciendo su vida en casa de su madre y su tío, de origen ruso. Cronenberg utiliza a Naomi Watts con un interesante doble filo, pues es una mujer de aspecto duro (moto, chupa de cuero, genio) y sin embargo es muy dulce en el interior. Enfermera en el hospital, la impacta el caso de una chica que muere justo después de dar a luz a su hija, a la que cogerá mucho cariño.
Por otro lado tenemos a Nikolai, el chófer de la mafia rusa de Londres, un tipo duro, hipertatuado, que tiene una relación de amistad bastante profunda (y da la impresión a ratos de ser casi homo) con Vincent Cassel, el hijo del patriarca familiar. El espectador asiste al lento ascenso de Nikolai dentro de la mafia y seremos testigos de los asesinatos y traiciones. Aquí, Mortensen alcanza una madurez interpretativa bestial en la que, pienso, es su mejor interpretación hasta la fecha. Duro, chulo, fuerte y sensible cuando toca.
El director, en su línea, logra que la tensión vaya in crescendo, hasta la brutal e impactante escena de las duchas, sin duda, uno de los momentos clave del film.
Aunque mucha gente se queja de la última vuelta de tuerca final, si uno sigue las pistas que ha ido dando el director y el guionista, nos daremos cuenta de que las piezas encajan y de que todo está perfectamente enlazado de principio a fin.
‘Promesas del este’ es una película dura y violenta, el máximo exponente del cine de David Cronenberg. Una delicia que, como curiosidad, iba a tener una secuela que quedó cancelada por el estudio dos meses antes de que comenzase el rodaje. Una lástima, porque me hubiera encantado seguir la historia.
Más en: https://alquimistacinefilo.wordpress.com/
Hay actores que encuentran un director (y viceversa) con el que mejor conexión o entendimiento tienen y que saben explotarse mutuamente. Así, la relación entre Cronenberg y Mortensen nace dos años antes, con la genial ‘Una historia de violencia’, a la que siguió ‘Promesas del este’ y ‘Un método peligroso’. Creo que después ninguno de los dos ha estado tan bien. Por eso, la más completa de las tres es, sin lugar a dudas, el caso que nos ocupa.
Con un metraje muy ajustado (exactamente 99 minutos), Cronenberg se toma su tiempo para que el espectador vaya conectando los distintos datos que se le ofrecen y sea capaz de hilar su trama principal. La historia nos sitúa en Londres, en la época actual. Por un lado tenemos a Anna, una enfermera que está rehaciendo su vida en casa de su madre y su tío, de origen ruso. Cronenberg utiliza a Naomi Watts con un interesante doble filo, pues es una mujer de aspecto duro (moto, chupa de cuero, genio) y sin embargo es muy dulce en el interior. Enfermera en el hospital, la impacta el caso de una chica que muere justo después de dar a luz a su hija, a la que cogerá mucho cariño.
Por otro lado tenemos a Nikolai, el chófer de la mafia rusa de Londres, un tipo duro, hipertatuado, que tiene una relación de amistad bastante profunda (y da la impresión a ratos de ser casi homo) con Vincent Cassel, el hijo del patriarca familiar. El espectador asiste al lento ascenso de Nikolai dentro de la mafia y seremos testigos de los asesinatos y traiciones. Aquí, Mortensen alcanza una madurez interpretativa bestial en la que, pienso, es su mejor interpretación hasta la fecha. Duro, chulo, fuerte y sensible cuando toca.
El director, en su línea, logra que la tensión vaya in crescendo, hasta la brutal e impactante escena de las duchas, sin duda, uno de los momentos clave del film.
Aunque mucha gente se queja de la última vuelta de tuerca final, si uno sigue las pistas que ha ido dando el director y el guionista, nos daremos cuenta de que las piezas encajan y de que todo está perfectamente enlazado de principio a fin.
‘Promesas del este’ es una película dura y violenta, el máximo exponente del cine de David Cronenberg. Una delicia que, como curiosidad, iba a tener una secuela que quedó cancelada por el estudio dos meses antes de que comenzase el rodaje. Una lástima, porque me hubiera encantado seguir la historia.
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12 de octubre de 2007
12 de octubre de 2007
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Promesas Del Este" viene a ratificar la nueva senda iniciada por la anterior "Una Historia De Violencia". O incluso nos podríamos remontar a la infravalorada "Spider" como punto de inflexión. En cualquier caso, esta situación parece haber dividido a los seguidores del singular cineasta. Pero lo cierto es que sus últimas creaciones siguen siendo 100% cronenbergianas. Si la salud es el estado de bienestar físico, mental y social completo; él jamás ha renunciado a provocar su degradación y automutilación. Jamás ha renunciado a sus tan distintivos trazos. Pero ya no los busca de una manera tan enfermiza y delirante como antaño. Ahora indaga más en el apartado psicológico. Ya no hay cruces entre realidad y ficción. Ahora todo es más terrenal. Más cercano.
"Promesas Del Este" es la confirmación de ese cine inteligente, intenso y adictivo que tan buenos resultados le está otorgando al canadiense. La película se ve rodeada por una atmósfera pútrida y turbia, que se sustenta en la suciedad con la que Peter Suschitzky impregna a la fotografía. Viggo Mortensen nunca fue santo de mi devoción, pero al César lo que es del César, si en su anterior colaboración con Cronenberg ya estuvo notable, esta vez su interpretación resulta tan brillante como convincente. Es una pena que la linealidad del personaje de Naomi Watts no la deje explayarse demasiado, aunque aún así también rinde a buen nivel, al igual que el resto del reparto. Una pena doble, porque el tratamiento y posterior profundización en los personajes es admirable. La escena en los baños es de lo mejor que haya filmado nunca Cronenberg. Magistral.
"Promesas Del Este" supone una oportunidad más accesible de disfrutar de este gran director para los que no congenien con sus obras más viscerales, y un regalo para los que siempre hemos admirado su cine. Gracias, pues.
"Promesas Del Este" es la confirmación de ese cine inteligente, intenso y adictivo que tan buenos resultados le está otorgando al canadiense. La película se ve rodeada por una atmósfera pútrida y turbia, que se sustenta en la suciedad con la que Peter Suschitzky impregna a la fotografía. Viggo Mortensen nunca fue santo de mi devoción, pero al César lo que es del César, si en su anterior colaboración con Cronenberg ya estuvo notable, esta vez su interpretación resulta tan brillante como convincente. Es una pena que la linealidad del personaje de Naomi Watts no la deje explayarse demasiado, aunque aún así también rinde a buen nivel, al igual que el resto del reparto. Una pena doble, porque el tratamiento y posterior profundización en los personajes es admirable. La escena en los baños es de lo mejor que haya filmado nunca Cronenberg. Magistral.
"Promesas Del Este" supone una oportunidad más accesible de disfrutar de este gran director para los que no congenien con sus obras más viscerales, y un regalo para los que siempre hemos admirado su cine. Gracias, pues.
8 de octubre de 2007
8 de octubre de 2007
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
El autor canadiense David Cronenberg vuelve a la primera plana cinematográfica con una obra que incide en las mismas claves de su anterior trabajo, 'Una historia de violencia' (2005), aunque con una ambientación que varía a grandes rasgos.
El protagonista absoluto es, de nuevo, Viggo Mortensen, excelente en su papel de encarnar a un chófer vinculado a la mafia rusa radicada en Londres. La muerte de una inmigrante rusa en el momento de dar a la luz desencadenará una serie de acontecimientos cuyo protagonismo recae en una enfermera (Naomi Watts) y en un diario que habrá que descifrar.
Se trata de una trama argumental que sirve de excusa para proponer una reflexión recurrente en la trayectoria del director americano: la violencia como elemento inherente a la personalidad humana. Los personajes de Cronenberg recurren a la brutalidad para hacer frente a la intransigencia del individuo, única vía para hallar acomodo en una sociedad como la londinense. Su hábitat se encuentra al margen de la legalidad, un terreno dominado por la crudeza que guía la actitud, las relaciones personales de sus moradores; en este sentido, el buen trabajo de Vincent Cassel, visto en 'Irreversible' (2001), o Armin Mueller-Stahl, que empezó a darse a conocer a las órdenes de Rainer Werner Fassbinder allá por los años ochenta, contribuye a crear una atmósfera de decidida sordidez.
Nos encontramos con la dicotomía Oriente – Occidente en el sentido de una pugna por la preeminencia cultural, por el respeto a unas costumbres cuya invariabilidad responde a criterios regidos por la ambigüedad a la hora de demostrar un pretendido afán de supervivencia.
Cronenberg, pues, expone con acierto el desasosegante mundo del hampa, a modo de estudio de los inaccesibles rincones del alma humana. Obras como 'Inseparables' (1988) o 'Spider' (2002) ya pusieron de manifiesto la maestría del creador canadiense.
El protagonista absoluto es, de nuevo, Viggo Mortensen, excelente en su papel de encarnar a un chófer vinculado a la mafia rusa radicada en Londres. La muerte de una inmigrante rusa en el momento de dar a la luz desencadenará una serie de acontecimientos cuyo protagonismo recae en una enfermera (Naomi Watts) y en un diario que habrá que descifrar.
Se trata de una trama argumental que sirve de excusa para proponer una reflexión recurrente en la trayectoria del director americano: la violencia como elemento inherente a la personalidad humana. Los personajes de Cronenberg recurren a la brutalidad para hacer frente a la intransigencia del individuo, única vía para hallar acomodo en una sociedad como la londinense. Su hábitat se encuentra al margen de la legalidad, un terreno dominado por la crudeza que guía la actitud, las relaciones personales de sus moradores; en este sentido, el buen trabajo de Vincent Cassel, visto en 'Irreversible' (2001), o Armin Mueller-Stahl, que empezó a darse a conocer a las órdenes de Rainer Werner Fassbinder allá por los años ochenta, contribuye a crear una atmósfera de decidida sordidez.
Nos encontramos con la dicotomía Oriente – Occidente en el sentido de una pugna por la preeminencia cultural, por el respeto a unas costumbres cuya invariabilidad responde a criterios regidos por la ambigüedad a la hora de demostrar un pretendido afán de supervivencia.
Cronenberg, pues, expone con acierto el desasosegante mundo del hampa, a modo de estudio de los inaccesibles rincones del alma humana. Obras como 'Inseparables' (1988) o 'Spider' (2002) ya pusieron de manifiesto la maestría del creador canadiense.
20 de octubre de 2007
20 de octubre de 2007
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
El visceral cine de Cronenberg y yo no nos habíamos llevado demasiado bien. Es más, creo que no hay ninguna película suya que me haya parecido más allá de lo mediocre. Ni las célebres La mosca o Inseparables consiguieron hacerme sentir algo. Esta historia comenzó a enderezarse un poco con la medianamente contenida Spider, y parecía significar el comienzo de una bonita amistad cuando presencié una de las mejores películas del 2005, la sobria y brillante Una historia de violencia, película que admiras más por las cosas que insinúa sin llegar a contar de forma evidente. Pero nuevamente, esa relación se ha vuelto a romper con Promesas del este. Partiendo de la misma base que en su anterior colaboración con Viggo Mortensen, la desnudez visual centrada en una historia sencilla pero contundente, tenía todos los puntos para convertirse en la cinta referente de este final de 2007, pero ha sido una absoluta decepción.
Desde el comienzo, Cronenberg hace muestra de su estilo, con esa facilidad para encontrar la violencia en cualquier aspecto de la vida, y verle ese punto divertido a la par que enfermizo que sólo los muy frikis hacen, llegando a disfrutar como un auténtico enano, lo que le hace altamente creíble, pues en su cine todo lo visceral se siente, duele. Siguiendo la línea de sus últimas películas, el director despliega todo su mundo interior en secuencias que, aun con una puesta en escena brutal, acaban por resultar excesivamente frías, algo que choca un poco con el planteamiento abiertamente sentimental del guión. Cronenberg se empeña una vez más en hacer un cine frío e imparcial y aquí reside su error, situándose como un mero narrador que observa la acción pero que no se implica emocionalmente. Steven Knight buscaba mayor implicación emocional en las diferentes intrahistorias que se abren a lo largo de la cinta, pero Cronenberg parece centrado en radiografiar de forma milimétrica a la mafia rusa, siendo el resultado final un poco contradictorio entre historia y narración.
Eso sí, Cronenberg logra dar un auténtico recital y mostrar que ciertamente es capaz de contar casi todo tipo de thrillers virulentos, pero que se hace un lío cuando hay sentimientos de por medio. Destacar también que la película bebe en exceso de El Padrino I y II, queriendo por momentos estar a la altura dramática de las mayores obras de este medio. Desde el comienzo, con unos títulos de crédito calcados a los de la película de Coppola, hasta el plano final, en claro referente a la enorme sutileza del final de El Padrino II. Todo ello por no hablar de una fotografía sacada directamente de los patrones de Gordon Willis... El reparto está sensacional, destacando a un Viggo Mortensen que compone un personaje brillante y paradigmático. Mención especial merece Armin Mueller Stahl... monumental. Hasta Cassel está tremendo. La que sí está pelín perdida es la buena de Naomi...
Desde el comienzo, Cronenberg hace muestra de su estilo, con esa facilidad para encontrar la violencia en cualquier aspecto de la vida, y verle ese punto divertido a la par que enfermizo que sólo los muy frikis hacen, llegando a disfrutar como un auténtico enano, lo que le hace altamente creíble, pues en su cine todo lo visceral se siente, duele. Siguiendo la línea de sus últimas películas, el director despliega todo su mundo interior en secuencias que, aun con una puesta en escena brutal, acaban por resultar excesivamente frías, algo que choca un poco con el planteamiento abiertamente sentimental del guión. Cronenberg se empeña una vez más en hacer un cine frío e imparcial y aquí reside su error, situándose como un mero narrador que observa la acción pero que no se implica emocionalmente. Steven Knight buscaba mayor implicación emocional en las diferentes intrahistorias que se abren a lo largo de la cinta, pero Cronenberg parece centrado en radiografiar de forma milimétrica a la mafia rusa, siendo el resultado final un poco contradictorio entre historia y narración.
Eso sí, Cronenberg logra dar un auténtico recital y mostrar que ciertamente es capaz de contar casi todo tipo de thrillers virulentos, pero que se hace un lío cuando hay sentimientos de por medio. Destacar también que la película bebe en exceso de El Padrino I y II, queriendo por momentos estar a la altura dramática de las mayores obras de este medio. Desde el comienzo, con unos títulos de crédito calcados a los de la película de Coppola, hasta el plano final, en claro referente a la enorme sutileza del final de El Padrino II. Todo ello por no hablar de una fotografía sacada directamente de los patrones de Gordon Willis... El reparto está sensacional, destacando a un Viggo Mortensen que compone un personaje brillante y paradigmático. Mención especial merece Armin Mueller Stahl... monumental. Hasta Cassel está tremendo. La que sí está pelín perdida es la buena de Naomi...
8 de octubre de 2007
8 de octubre de 2007
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me encantó esta película. De Cronenberg sólo había visto hasta la fecha la muy original Esixtenz, pero aquí se ve a un Cronenberg mucho más "tradicional", por llamarlo de alguna manera. La historia te engancha desde el principio por sus excelentemente rodadas secuencias violentas, pero lo que hace esta película especial es, sin duda, la participación de estos magníficos actores, pedazo de trio formado por Mortensen ( cada vez me gusta más ), Cassel ( perfecto en su papel de mafioso desquiciado ) y Mueller- Stahl ( escalofriante su mirada ). Junto a ellos la actriz Naomi Watts, que sin ser su mejor interpretación está más que correcta.
Yo tengo que conseguirla en versión original, creo que ganará muchos puntos, aunque para mí no le hace falta ganar nada ya.
La única pega que le pongo es su precipitado y mal final.
Yo tengo que conseguirla en versión original, creo que ganará muchos puntos, aunque para mí no le hace falta ganar nada ya.
La única pega que le pongo es su precipitado y mal final.
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