El fin de los tiempos
2008 

5.1
45,145
Ciencia ficción. Intriga. Terror
En unos minutos, en las principales ciudades de Estados Unidos, se producen unas extrañas y escalofriantes muertes que escapan a toda explicación. Elliot Moore (Wahlberg), un profesor de ciencias de Filadelfia, intentando eludir este misterioso y letal fenómeno, se dirige a Pensilvania con su mujer (Deschanel), su amigo Julian (Leguizamo) y la hija de este; sin embargo, pronto queda de manifiesto que ningún lugar es seguro. Pero, de ... [+]
1 de abril de 2009
1 de abril de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando terminé de ver esta película no quedé muy impresionada. La vi sola, en mi casa, y dejando de lado algunas escenas durante las cuales el vello de la nuca se me puso un poquito de punta, no me pareció que fuera gran cosa.
Pero dos noches después, sin esperármelo siquiera, sin haber pensado en ello ni una vez durante ese día ni el anterior, tuve una espeluznante y angustiosa pesadilla en la que mi familia y yo estábamos dentro de la maldita película. Desperté tan alucinada que tuve que levantarme de la cama, hacer pis, beber agua, y todas esas cosas que se hacen para quitarse de encima las telarañas del miedo en la noche.
Y ese, amigos míos, es el efecto que producen en mí algunas películas de terror psicológico: me dejan secuelas sin que yo me dé cuenta. Me pasó lo mismo con Esfera, así que, como ven, no es necesario que sean filmes brillantes.
La historia en sí no es especialmente original, ni las interpretaciones son destacables. Creo que el quid de la cuestión está en las tomas, en la quietud en la que tienen lugar los sucesos, en la ausencia de efectos sonoros (a veces el silencio es más inquietante).
Se trata de un argumento simple: una extraña toxina empieza a extenderse por una zona determinada de la costa este de EEUU, causando un efecto devastador en todo ser humano vivo que se encuentre en su camino. La gente empieza a huir sin saber a qué se enfrenta. Lo que me causó a mí las pesadillas fue el efecto concreto de la toxina en las personas, y que por otro lado creo que es lo único realmente escalofriante de esta película más bien mediocre y a la que, por cierto, le sobra algo de metraje y le falta consistencia y cohesión.
Pero diga lo que diga mi parte racional, algo se movió en mí a causa de la maldita peli y me hizo pasar una mala noche. Sólo quería compartirlo aquí con ustedes.
Pero dos noches después, sin esperármelo siquiera, sin haber pensado en ello ni una vez durante ese día ni el anterior, tuve una espeluznante y angustiosa pesadilla en la que mi familia y yo estábamos dentro de la maldita película. Desperté tan alucinada que tuve que levantarme de la cama, hacer pis, beber agua, y todas esas cosas que se hacen para quitarse de encima las telarañas del miedo en la noche.
Y ese, amigos míos, es el efecto que producen en mí algunas películas de terror psicológico: me dejan secuelas sin que yo me dé cuenta. Me pasó lo mismo con Esfera, así que, como ven, no es necesario que sean filmes brillantes.
La historia en sí no es especialmente original, ni las interpretaciones son destacables. Creo que el quid de la cuestión está en las tomas, en la quietud en la que tienen lugar los sucesos, en la ausencia de efectos sonoros (a veces el silencio es más inquietante).
Se trata de un argumento simple: una extraña toxina empieza a extenderse por una zona determinada de la costa este de EEUU, causando un efecto devastador en todo ser humano vivo que se encuentre en su camino. La gente empieza a huir sin saber a qué se enfrenta. Lo que me causó a mí las pesadillas fue el efecto concreto de la toxina en las personas, y que por otro lado creo que es lo único realmente escalofriante de esta película más bien mediocre y a la que, por cierto, le sobra algo de metraje y le falta consistencia y cohesión.
Pero diga lo que diga mi parte racional, algo se movió en mí a causa de la maldita peli y me hizo pasar una mala noche. Sólo quería compartirlo aquí con ustedes.
30 de septiembre de 2009
30 de septiembre de 2009
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
M. Night entra a la sesión, se acuesta sobre un diván enorme y, justo antes de empezar a hablar, el terapeuta le pide que por favor hoy no lo haga, hoy el terapeuta quiere hablar por el:
He visto todas sus pelis, Sr. Night, le puedo asegurar que estamos ante un verdadero autor, eso es indudable así que, arriba ese ánimo y fuerza, que ahora las cosas se pondrán más ríspidas.
Sexto sentido, El protegido; señor, usted comenzó con varios ases bajo las mangas. No solo ofrecía historias interesantes y bien contadas sino que detrás de ellas podía apreciarse un mensaje mucho más profundo que sostenía y elevaba sus películas.
Después llegó Señales y el avance parecía no tener fin, usted se armaba como un combatiente indio que debe usar todo tipo de armas para ganar la batalla.
El bosque y La dama del agua, allí empezaron sus crisis, señor Night. Si bien sus propuestas seguían siendo interesantes, algo empezaba a no cuajar y usted se decidió a embarrarla, a perder los estribos: terminó por caer en un pozo de ego (Spoiler).
No solo fue la crítica sino que sus propios fans se dividieron, que problema para usted, ¿Verdad? Que supo domar el éxito con un par de buenas ideas y un buen montaje. Ahora, sus posibilidades económicas se redujeron notablemente: es obvio que esto puede considerarse como un desafío, usted debía renacer de las cenizas como ave Fénix.
El incidente, pasa de todo, o no pasa nada en realidad. Muertes extrañas en un contexto que parece haber enloquecido, la gente ha perdido su sana cordura frente a un enemigo invisible.
Admiro su instinto por el riesgo, mi querido paciente... ¿Piensa que ha sido incomprendido, criticado injustamente? Así parece, porque ya desde El bosque usted nos presentaba a personajes con problemas en la comunicación, sujetos aislados que compartían una verdad secreta. Ahora, en El incidente, todo resulta aún más evidente: las personas se pierden en sus propias palabras, dejan de tener sentido para los demás y allí es cuando se produce la hecatombe, el mega suicidio ante la falta de comunicación humana. Sino, recuerde, recuerde M. Night que cada vez que se producía una muerte esa persona no podía comunicarse ni por medio de un celular (Spoiler). Incomprensión, falta de comunicación, desastre: esas son sus premisas, Shyamalán. Incurra más por estos caminos y saldrá bien parado porque esta última, sin ser una obra brillante, intenta comunicar eso que tanto a usted le duele. Suerte, que talento no le falta.
He visto todas sus pelis, Sr. Night, le puedo asegurar que estamos ante un verdadero autor, eso es indudable así que, arriba ese ánimo y fuerza, que ahora las cosas se pondrán más ríspidas.
Sexto sentido, El protegido; señor, usted comenzó con varios ases bajo las mangas. No solo ofrecía historias interesantes y bien contadas sino que detrás de ellas podía apreciarse un mensaje mucho más profundo que sostenía y elevaba sus películas.
Después llegó Señales y el avance parecía no tener fin, usted se armaba como un combatiente indio que debe usar todo tipo de armas para ganar la batalla.
El bosque y La dama del agua, allí empezaron sus crisis, señor Night. Si bien sus propuestas seguían siendo interesantes, algo empezaba a no cuajar y usted se decidió a embarrarla, a perder los estribos: terminó por caer en un pozo de ego (Spoiler).
No solo fue la crítica sino que sus propios fans se dividieron, que problema para usted, ¿Verdad? Que supo domar el éxito con un par de buenas ideas y un buen montaje. Ahora, sus posibilidades económicas se redujeron notablemente: es obvio que esto puede considerarse como un desafío, usted debía renacer de las cenizas como ave Fénix.
El incidente, pasa de todo, o no pasa nada en realidad. Muertes extrañas en un contexto que parece haber enloquecido, la gente ha perdido su sana cordura frente a un enemigo invisible.
Admiro su instinto por el riesgo, mi querido paciente... ¿Piensa que ha sido incomprendido, criticado injustamente? Así parece, porque ya desde El bosque usted nos presentaba a personajes con problemas en la comunicación, sujetos aislados que compartían una verdad secreta. Ahora, en El incidente, todo resulta aún más evidente: las personas se pierden en sus propias palabras, dejan de tener sentido para los demás y allí es cuando se produce la hecatombe, el mega suicidio ante la falta de comunicación humana. Sino, recuerde, recuerde M. Night que cada vez que se producía una muerte esa persona no podía comunicarse ni por medio de un celular (Spoiler). Incomprensión, falta de comunicación, desastre: esas son sus premisas, Shyamalán. Incurra más por estos caminos y saldrá bien parado porque esta última, sin ser una obra brillante, intenta comunicar eso que tanto a usted le duele. Suerte, que talento no le falta.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
. La dama del agua: Shyamalán es el personaje central, tanto como director y como actor, a niveles que el mismo señala como universales.
. "He perdido la comunicación": frase que se repite hasta el hartazgo en todo El incidente.
. "He perdido la comunicación": frase que se repite hasta el hartazgo en todo El incidente.
24 de octubre de 2011
24 de octubre de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Increíble la cantidad de comentarios que el señor Shyamalan provoca con cada una de sus películas, tanto positivas como negativas, lo importante es no dejar indiferente a nadie. Yo no soy una gran seguidora del director de orígen indio, es decir, "El sexto sentido" me pareció una muy buena película de suspense, pero "Señales" me dejó totalmente fría. El resto de su filmografía no la he visto aún. Ahora por fín me he decidido a visionar este "incidente" y me ha parecido una película muy interesante, muy bien realizada, con una historia que da qué pensar, pero falla en sus dos protagonistas principales, un Mark Walhberg que siempre fue la elección del director para el papel, de hecho Shyamalan escribió el guión con él siempre en la cabeza y una Zooey Deschanel que empezaba a despuntar en el cine. De Wahlberg decir que es un actor muy limitado y que no aporta ninguna personalidad a su personaje de profesor de ciencias y de Deschanel decir que tiene una cara preciosa pero que no es suficiente para conseguir que yo me sienta identificada con ella. No sabe expresar nada de lo que su personaje requiere, ni miedo, ni angustia ni nada en absoluto. De un gran actor como es Leguizamo, decir que su papel es tan secundario que nos deja con ganas de más. Sinceramente, estoy totalmente de acuerdo con los usuarios que encuentran a Betty Buckley y su interpretación de la señora Jones de los más interesante de la película.
1 de agosto de 2018
1 de agosto de 2018
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las películas catastróficas han vuelto – The Host, Invasión, Monstruoso, La niebla o El incidente -, siempre vuelven cuando algo nos impacta y nos asusta; es el inconsciente colectivo de Jung filmado en cinemascope, el miedo digerido del 11-S y del efecto invernadero.
Si La niebla – obra maestra absoluta - clava la fórmula y se convierte en la cara (la venganza de Dios o de la naturaleza y la torpeza del humano), El incidente de M. Night Shyamalan es la cruz; y es que el director indio que nos dejó con la boca abierta con cuatro películas soberbias El sexto sentido, El protegido, Señales y El bosque sucumbe por falta de modestia y de análisis crítico porque El incidente no tiene lógica interna ni coherencia mínima y el genio se cree que con lo ya ganado todo vale.
El detonante de la película es una bomba de relojería: 1) nos atrapa y entusiasma - esos cuerpos que caen a peso de lo alto del edificio y que impactan sonoramente en lo más profundo recordando los que caían de las Torres Gemelas, ese arma que van disparándose uno tras otro en un suicida y perverso fuera de campo -; 2) pero estalla y se convierte en su propia tumba - la película termina a los quince minutos, todo lo demás es superfluo y repetitivo.
Los manipuladores esfuerzos del guión por dar giros que incrementen el interés son absurdos y mentirosos y van en contra de las reglas de juego que la propia película ha creado: un mundo veraz y cierto, el mundo real en que vivimos y que podemos identificar, de pronto, por los estertores de la historia, pasa a ser un mundo sumido en la ciencia ficción donde las plantas razonan - matando a grupos cada vez más reducidos con deus ex machina garrafales que salvan una y otra vez al protagonista –. Por ahí nos satura o nos pierde Shyamalan - endiosado o impotente - y empezamos a entender la estafa.
El director-guionista no quiere a sus personajes ya que sus acciones y decisiones son estúpidas - por tanto también trata de bobo al espectador – porque si los protagonistas intuyen que el peligro está en el exterior ¿por qué abandonan los coches y siguen a pie en medio del bosque?
Mark Wahlberg, el protagonista, siempre está a merced de los elementos y nunca se libra del peligro por su esfuerzo personal sino por la suerte – la miserable imaginación de un pésimo guionista -. Que aprenda Shyamalan del Roger O. Thornhill de Con la muerte en los talones de su adorado Hitchcock donde la inteligencia y la causalidad eliminan el azar.
La naturaleza no discrimina a los hombres por ser o no protagonistas de una película, si decide matar como venganza o en defensa propia, mataría por igual y no en función de etiquetas, todo lo que escape a esta lógica no es que sea casualidad o destino – como brillantemente se expone en Señales – ni tampoco ciencia ficción, es tomadura de pelo.
Que no nos engañe, Shyamalan no es ecológico, Shyamalan está verde.
Si La niebla – obra maestra absoluta - clava la fórmula y se convierte en la cara (la venganza de Dios o de la naturaleza y la torpeza del humano), El incidente de M. Night Shyamalan es la cruz; y es que el director indio que nos dejó con la boca abierta con cuatro películas soberbias El sexto sentido, El protegido, Señales y El bosque sucumbe por falta de modestia y de análisis crítico porque El incidente no tiene lógica interna ni coherencia mínima y el genio se cree que con lo ya ganado todo vale.
El detonante de la película es una bomba de relojería: 1) nos atrapa y entusiasma - esos cuerpos que caen a peso de lo alto del edificio y que impactan sonoramente en lo más profundo recordando los que caían de las Torres Gemelas, ese arma que van disparándose uno tras otro en un suicida y perverso fuera de campo -; 2) pero estalla y se convierte en su propia tumba - la película termina a los quince minutos, todo lo demás es superfluo y repetitivo.
Los manipuladores esfuerzos del guión por dar giros que incrementen el interés son absurdos y mentirosos y van en contra de las reglas de juego que la propia película ha creado: un mundo veraz y cierto, el mundo real en que vivimos y que podemos identificar, de pronto, por los estertores de la historia, pasa a ser un mundo sumido en la ciencia ficción donde las plantas razonan - matando a grupos cada vez más reducidos con deus ex machina garrafales que salvan una y otra vez al protagonista –. Por ahí nos satura o nos pierde Shyamalan - endiosado o impotente - y empezamos a entender la estafa.
El director-guionista no quiere a sus personajes ya que sus acciones y decisiones son estúpidas - por tanto también trata de bobo al espectador – porque si los protagonistas intuyen que el peligro está en el exterior ¿por qué abandonan los coches y siguen a pie en medio del bosque?
Mark Wahlberg, el protagonista, siempre está a merced de los elementos y nunca se libra del peligro por su esfuerzo personal sino por la suerte – la miserable imaginación de un pésimo guionista -. Que aprenda Shyamalan del Roger O. Thornhill de Con la muerte en los talones de su adorado Hitchcock donde la inteligencia y la causalidad eliminan el azar.
La naturaleza no discrimina a los hombres por ser o no protagonistas de una película, si decide matar como venganza o en defensa propia, mataría por igual y no en función de etiquetas, todo lo que escape a esta lógica no es que sea casualidad o destino – como brillantemente se expone en Señales – ni tampoco ciencia ficción, es tomadura de pelo.
Que no nos engañe, Shyamalan no es ecológico, Shyamalan está verde.
13 de junio de 2008
13 de junio de 2008
21 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
A ver, las cosas claras: Apu tiene más cara que espalda. Después de una sublime presentación en sociedad con la maravillosa "El sexto sentido", el amigo ha ido dando tumbos, ofreciendo cintas muy estimables (El protegido, El bosque) o cosas más comedidas, pero aún así dignas (Señales, Lady in the Water). Con "El incidente", el tío intenta darle una bofetada a todos los que se quejaron de que su anterior película era ñoña, sosa e intimista. El problema es que la dimensión de su hostia no sólo afecta a ese grupo de personas, sino a todo el mundo. Como su oleada vírica, Shyamalan filma una película cuyo mayor atractivo es el tráiler. Visto eso, visto todo lo bueno.
Por que vamos a ver, que este tío, que siempre se ha rodeado de actores buenos y les ha sacado máximo jugo (basta mirar a Haley Joel Osment, uno de los pocos niños-actores con talento), ahora descuida al máximo este elemento. Wahlberg, actor que ha hecho buenos papeles en cintas como Infiltrados, Boogie Nights o Diario de un rebelde, se pasa aquí por pantalla poniendo un jeto continuamente, sin mover ni un sólo músculo facial. Lo mismo pasa con Zooey Deschanel, que ha hecho un pacto con el diablo para tener esos ojazos pero se ha olvidado de todo lo demás. Leguizamo, para lo que dura en pantalla, casi mejor ni mencionarlo.
Pero bueno, supongo que lo mejor de The Happening debería ser la historia, algo que Apu siempre había sabido manejar a la perfección. Aquí, sólo el arranque es realmente bueno, contando con unos primeros 20 minutos espectaculares. Lo demás: rutinario pastiche pseudo-apocalíptico, con mil incoherencias como la casualidad de que, cómo no, los protagonistas sean los únicos que se van salvando continuamente, hasta llegar a una escena 'final' que haría llorar azúcar a Heidi.
Dos escenas, sólo esas, son las que merecen la pena. Y ambas lo merecen por que recuerdan a sus filmes anteriores: la del zoo, y la de la vieja chiflada. Así, pasan 90 minutos muy entretenidos, pero totalmente insustanciales. Un pasa-ratos tan válido como jugar a la Ouija y poner voces fantasmagóricas para simular que has contactado con el más allá. Shyamalan ha pinchado, esta vez de verdad. Jugando con la ambigüedad, pero descuidando la inteligencia. No sé cómo habrá acabado así, pero no veo nada del tío que hizo que el género del terror volviese a ser digno de los mejores calificativos o el que, con sólo sugerir, analizaba a la sociedad humana con tanta maestría en El bosque. Y lo triste es que la próxima será una adaptación con actores de una serie de dibujos de Nickelodeon. Apu, estás acabado.
Por que vamos a ver, que este tío, que siempre se ha rodeado de actores buenos y les ha sacado máximo jugo (basta mirar a Haley Joel Osment, uno de los pocos niños-actores con talento), ahora descuida al máximo este elemento. Wahlberg, actor que ha hecho buenos papeles en cintas como Infiltrados, Boogie Nights o Diario de un rebelde, se pasa aquí por pantalla poniendo un jeto continuamente, sin mover ni un sólo músculo facial. Lo mismo pasa con Zooey Deschanel, que ha hecho un pacto con el diablo para tener esos ojazos pero se ha olvidado de todo lo demás. Leguizamo, para lo que dura en pantalla, casi mejor ni mencionarlo.
Pero bueno, supongo que lo mejor de The Happening debería ser la historia, algo que Apu siempre había sabido manejar a la perfección. Aquí, sólo el arranque es realmente bueno, contando con unos primeros 20 minutos espectaculares. Lo demás: rutinario pastiche pseudo-apocalíptico, con mil incoherencias como la casualidad de que, cómo no, los protagonistas sean los únicos que se van salvando continuamente, hasta llegar a una escena 'final' que haría llorar azúcar a Heidi.
Dos escenas, sólo esas, son las que merecen la pena. Y ambas lo merecen por que recuerdan a sus filmes anteriores: la del zoo, y la de la vieja chiflada. Así, pasan 90 minutos muy entretenidos, pero totalmente insustanciales. Un pasa-ratos tan válido como jugar a la Ouija y poner voces fantasmagóricas para simular que has contactado con el más allá. Shyamalan ha pinchado, esta vez de verdad. Jugando con la ambigüedad, pero descuidando la inteligencia. No sé cómo habrá acabado así, pero no veo nada del tío que hizo que el género del terror volviese a ser digno de los mejores calificativos o el que, con sólo sugerir, analizaba a la sociedad humana con tanta maestría en El bosque. Y lo triste es que la próxima será una adaptación con actores de una serie de dibujos de Nickelodeon. Apu, estás acabado.
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