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Escuadrón 6

Acción. Comedia Conoce a un nuevo tipo de héroe de acción. Seis agentes imposibles de rastrear, totalmente fuera de la red. Han enterrado su pasado para poder cambiar el futuro.
Críticas 81
Críticas ordenadas por utilidad
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3
6 de abril de 2021 0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bueno, básicamente te puedes enterar de que va la peli en los primeros 25 minutos. Lo lamentable es que en los primeros 12 haya más gazapos concentrados que coches vuelan. En serio, fijaos en el conductor (6) a cada plano le ponen y le quitan la gorra. Error de racor? Yo que sé, pero sólo viendo eso, puedes saber si la peli es buena o mala de la muerte.
Se salva por las persecuciones, la sangre, bla bla... Pero, un sinsentido total.
Si sois de 2 fast 2 furious, dadle, sino pues poneos otra cosa.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En serio la gente pone un diez a esta peli??
5
13 de diciembre de 2019
3 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Popurrí sin sentido mezclando el ADN de "A todo gas" y "Baby Driver". Ryan Reynolds en piloto automático, dando bola a sus improvisados diálogos, rollo Will Smith. Michael Bay auto parodiándose, empieza fuerte, calzándose una de las persecuciones mas inspiradas de su filmo-grafía y de la década. Sus movimientos de cámara excesivos, primeros planos fugaces, esta vez no consiguen perfilar una historia solida. Las secuencias son un caos, se suceden una tras otra, volviendo loco al espectador. Mezclando localizaciones absurdas, como Abu Dabhi con Las vegas, Abu Dabhi con Hong Kong (con panorámicas surrealistas), Abu Dabhi con el puerto natural de Tarento... Uno no sabe ni donde está en cada plano. Ni el mismo Bay sabe donde se desarrolla cada acción. Solo vemos explosiones, tiroteos y coches volando, mientras el bueno de Ryan suelta un par de gracias. Atención al sorprendente nivel de "Gore" y vísceras, a la par de ingenioso, hace divertido y ameno ver como mueren los malos. Hace el ridículo cuando intenta ser emocional, por suerte me quedo con todo lo explosivo y con los primeros 20 minutos, de lejos lo mejor del stream.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El titulo es absurdo, como pueden quedar en la sombra, después de matar a decenas de personas, de provocar mas destrozos que los de bad boys II por la calle. Pero bueno, esos sinsentidos son lo de menos, la pena es que al final intenta tomarse enserio así misma, si realmente fuera una auto-parodia, ganaría enteros.
ike
1
8 de enero de 2020
3 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bay tiene su estilo. Es un autor. Y también el director más influyente de Hollywood. Muchas de sus características más obvias (su velocidad, sus movimientos de cámara, sus planos, su sonido, sus colores, la manera en que integra los efectos especiales dentro del plano para hacerlos tangibles y corpóreos, los giros de guión o la prevalencia de cierto humor entre lo infantil y lo irónico con independencia de la naturaleza de la escena) han sido imitadas por la mayor parte de las películas de acción de alto presupuesto de las últimas dos décadas. De hecho, hay una línea llena de giros, casualidades y accidentes en la que podría recapitularse exhaustivamente la historia y evolución del cine de acción: Eastwood-Spielberg-Bay.


Con cada uno de ellos el cine se fue haciendo más emocional y menos lógico, más rápido y menos reflexivo, más infantil y menos adulto. Cada director forzó un poco más los límites de la narración, acortó un poco más los planos, incrementó un tanto el numero de secuencias y uso un poco más la steadicam, hasta que la misma narración comenzó a desparecer bajo capas de movimiento y velocidad. Con Bay ya no importa el conjunto, solo la escena, y cuando llega la acción (aunque esta raramente llega a desaparecer por completo) ni siquiera la escena, tan solo el plano. Su cine es primigenio, una forma sin narración, como un número circense o los fuegos artificiales, espectáculo en su sentido más puro y elemental: modernista, reaccionario, fascista.


Tres características, quizá las más determinantes, que hasta ahora siempre habían estado soterradas en la forma de sus películas y que en 6 Underground al fin se muestran de manera explícita.


Se ha dicho que Bay sabe dirigir escenas de acción. No es cierto. Bay tiene el mejor equipo técnico del mundo, un dreamteam de los efectos especiales que no solo sabe hacer los mejores efectos sino que además hace cosas que nadie más hace. Son tan buenos que a través de una sucesión inconexa de planos, que en ocasiones son poco más que destellos, nos hacen creer que estamos viendo Una-Escena-de-Acción cuando lo que en realidad observamos es un desfile de panorámicas espectaculares, un carrusel de efectos técnicos cuyo único límite es el retorno de la inversión. Cada acción solo tiene sentido dentro del plano en el que se ubica y en contadas ocasiones se prolonga más allá de tres o cuatro planos, que con frecuencia son montados en paralelo junto a cualquier otra sucesión de acciones, de tal manera que incluso las secuencias de acción rompen constantemente la fluidez del tiempo: no hay relaciones entre los planos, hay acumulación; no hay hilación, hay ruptura, corte y divergencia; no hay coreografía, hay giro y explosión; no hay narración mediante la imagen, son tweets visuales.


Más que películas lo que realiza es una sucesión de planos en donde todos han de aspirar a la perfección estética. Son imágenes estilizadas, de tonos puros, colores intensos y fuertes contrastes; son imágenes artificiales que siempre subrayan su condición de artificio, completamente ajenas a la realidad. Su estética es clónica a la de cualquier anunció de productos de gama alta, lo que con frecuencia son. El anuncio y la propaganda son sus puntos fuertes. En una sola imagen es capaz de realizar un anuncio de juguetes, de coches, de lencería, de teléfonos móviles y, lo más importante, del neoliberalismo o imperialismo estadounidense: Hasbro, Ford, Apple y Academi son los auténticos héroes de sus películas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
En 6 Underground el Zuckerberg de turno se harta de los trámites burocráticos, de las leyes y esas cosas tan molestas, y decide que tomar cartas en el asunto para arreglar el mundo junto a otros cinco mercenarios. Cada una de ellos ha de renunciar a su vida previa para entregarse por completo a una nueva familia que les exige dedicación exclusiva: la Empresa. Obviamente, esta no se dedica al suministro de agua potable o la protección medioambiental (más burocracia irritante) sino a cortar El Mal de raíz allá donde asome… en forma de dictador árabe que se dedique a violar los derechos humanos por placer, que quede claro. Y como no hay nada en el mundo que moleste más a un buen estadounidense que un violador de los derechos humanos…, la solución es derrocarlo para poner a su hermano, un demócrata de toda la vida, que convocará elecciones y les hará ascender al nirvana a ritmo de Kumbaya. Desgraciadamente, para lograrlo hay que destruir mucho patrimonio histórico, destrozar toda clase de vehículos de lujo (lo cual aplaudo) y cargarse a un montón de tíos con turbante.


Recapitulemos: individualismo de garrafón, excepcionalismo, intervencionismo, supresión de la legalidad, exaltación de lujo, erotismo de baja graduación, heroísmo USA y culto a la velocidad, la violencia y la tecnología, especialmente a la tecnología militar. En efecto, apenas hay diferencias entre esta película y un calendario de los Marines.


La clave es la velocidad. No es sólo una cuestión de persecuciones, número de planos o movimientos de cámara: en sus películas se habla deprisa, se anda deprisa, se come rápido y se folla en un plano. Ahora estás aquí y ahora allí, ahora es hoy, y luego, y mañana, y ayer. No hay tiempo. Todo es un presente saturado de ansiedad por llegar a algún sitio, hacer algo y cumplir con los objetivos. Es por esto que Bay nunca ha sabido cerrar sus películas. Son finales apresurados, torpes, sin apenas conexión con unas tramas que carecen de la elaboración necesaria para poder desenlazarlas.


Son películas fetichistas en el tratamiento de los objetos, sin pausas, en incesante movimiento, y en donde el propio espacio es confiscado por la velocidad y reducido a una variable dependiente del coche de turno. Lo mismo da Chicago que Florencia, no son más que el contexto en el que ubicar la destrucción mientras se pisa a fondo el Ferrari, siempre retratadas desde la misma perspectiva estilizada e irreal que los mundos de fantasía recreados por la publicidad. En ellas no se piensa, tan sólo se actúa bajo la urgencia, han sido vaciadas de pensamiento y rellenadas de formas elementales que tan sólo pueden transmitir mensajes básicos y primarios.

Fundamentalmente: Compra.


Por supuesto, nada de todo lo anterior es intencionado. Bay no está sueldo de un Pentágono que por lo demás sale bastante mal parado en su filmografía. Es la propia naturaleza, simple y elemental, de los elementos en torno a los cuales construye sus películas, lo que las convierte en los mecanismos de propaganda (libertaria) y lavado de cerebro que realmente son. En ellas convergen y cristalizan de manera diáfana muchas de las características del entretenimiento contemporáneo (y no sólo del cine de acción), mientras que simultáneamente reflejan y amplifican la ideología de mercado que las crea sin consciencia de lo que hace. No es casualidad ni que sea una producción de Netflix (los maestros de la evasión fiscal predicando la evasión legal), ni que estrenándose en Diciembre fuera uno de los tres productos más demandados del año. Nadie quiere pensar. Y menos en Navidad.
5
22 de diciembre de 2019 1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si normalmente las pelis de Michael Bay están muy pasadas, se ve que por lo menos los productores le tiran un poco de la correa, o le echan tranquilizantes en el café, al menos. Aquí no. Aquí Netflix le ha puesto la pasta sobre la mesa y le han dicho, "haz lo que quieras".

Y lo que ha querido hacer es una película con acción a raudales, más violencia de la habitual y lo que calculo que serán como un millón de cortes de montaje. El estilo Michael Bay, vaya, pero al cuadrado. Y cuando se pasa... no es muy bueno que digamos. Cuesta seguir la trama (por llamarla de alguna manera), así como lo que está pasando a cada momento. Pero en definitiva, sigues el hilo básico de que ellos son los buenos y matan a los malos. Hay dos cosas que a Michael Bay se le dan mejor que a nadie:
-Escoger jamonas para ponerlas delante de la cámara (eso le encanta y se le da de muerte).
-Acción sin parar disuelta en humor estúpido (pero muy, muy estúpido).

Así que si tienes Netflix, y te apetece ver una de acción absurda dirigida por alguien evidentemente colocado, con macizas de por medio, ábrete una cerveza o dos y pincha en reproducir: pasarás un rato ameno. Y nada más.

Le doy un 5 porque, joder, es que el pobre se esfuerza...
DPD
5
8 de enero de 2020 1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
6 en La Sombra o Buff, película en la que el Sr. Bay se parodia a si mismo y copia a films como Iron Man, Fast and Furious y el Equipo A, el resultado es un film de acción correcto y que se deja ver, con muchas (muchísimas) escenas a cámara lenta (demasiadas) y sin originalidad.
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