2046
7.0
25,673
Romance. Drama. Ciencia ficción
Un escritor que creía escribir sobre el futuro, en realidad estaba escribiendo sobre el pasado. En su novela, un misterioso tren salía de cuando en cuando con dirección al año 2046. Todos los que subían a él lo hacían con el mismo propósito: recobrar los recuerdos perdidos. Se decía que en 2046 nada cambiaba. Nadie sabía a ciencia cierta si eso era verdad, porque ninguno de los que viajaron regresó jamás. Con una excepción. Él estuvo ... [+]
4 de diciembre de 2007
4 de diciembre de 2007
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que decir de esta obra maestra que no se haya dicho ya. Bueno el maestro Kar-Wai es uno de mis realizadores favoritos y posiblemente esta sea su mejor obra junto con "In the mood for love". Transmite una sensibilidad impresionante durante cada segundo y la dirección artística, la fotografía, la iluminación, el montaje y la banda sonora son sobresalientes. En fin que recomiendo esta joya del cine a todo el que se considere amante de él que aseguro que no se arrepentirá de vivir esa experiencia tan apasionante que sólo nos otorgan verdaderas obras de arte como 2046.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
LO MEJOR: Absolutamente todo.
LO PEOR: Absolutamente nada.
LO PEOR: Absolutamente nada.
12 de julio de 2005
12 de julio de 2005
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Bajo un gran artificio e imágenes visualmente embriagadoras, 2046 nos ofrece una intensa y desesperada búsqueda del amor. La película tiene algunas escenas y diálogos brillantes. Pero es más notable su planteamiento inicial que su contenido cinematográfico. El guión sufre varias fallas narrativas intercaladas con secuencias más propias del afamado director Wong Kar-Way.
El problema de 2046 es que estira su bella y simple historia hasta dos horas de duración. Es una obra muy ambiciosa que debería haber ofrecido algo más. En fin, yo personalmente sigo pensando que Chunking Express sigue siendo de largo la mejor película de Wong Kar-Wai. Con esto no quiero decir que 2046 sea una obra fallida pero sí algo desaprovechada. Y ojo, yo amo profundamente el cine asiático. Por lo que no me ha gustado nada cierto sarcasmo que imprime en su crítica uno de los usuarios.
El problema de 2046 es que estira su bella y simple historia hasta dos horas de duración. Es una obra muy ambiciosa que debería haber ofrecido algo más. En fin, yo personalmente sigo pensando que Chunking Express sigue siendo de largo la mejor película de Wong Kar-Wai. Con esto no quiero decir que 2046 sea una obra fallida pero sí algo desaprovechada. Y ojo, yo amo profundamente el cine asiático. Por lo que no me ha gustado nada cierto sarcasmo que imprime en su crítica uno de los usuarios.
31 de julio de 2008
31 de julio de 2008
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La verdad, he de decir que no estoy muy docto en esto del cine oriental (uno va viendo más películas, pero no llega a superar la docena de ellas). Esta película llamó mi atención porque del trailer deduje que sería una película futurista con unos efectos sorpredentes. Pero cuán equivocado estaba.
La película en sí me pareció bastante pesada, y realmente no la llegué a entender, pero me dejó un sabor agridulce en la mente. Estoy convencido que debe guardar algún mensaje oculto o alguna crítica social o política que intenta transmitir, pero es que lo encontré, no lo supe ver, y se me haría muy pesado tener que volver a verla.
Esta película es de esas cuyo mayor tirón está en el guión, y no es que falle, pero no me llegó a convencer del todo, por eso le doy un aprobado, pero raspadillo.
La película en sí me pareció bastante pesada, y realmente no la llegué a entender, pero me dejó un sabor agridulce en la mente. Estoy convencido que debe guardar algún mensaje oculto o alguna crítica social o política que intenta transmitir, pero es que lo encontré, no lo supe ver, y se me haría muy pesado tener que volver a verla.
Esta película es de esas cuyo mayor tirón está en el guión, y no es que falle, pero no me llegó a convencer del todo, por eso le doy un aprobado, pero raspadillo.
19 de diciembre de 2009
19 de diciembre de 2009
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
La estética de la película es subyugante. Cada plano está estudiado para que resulte exquisito y la cámara pasa sin prisa por cada uno de ellos, de hecho, puede estar mirando cada objeto como si tuviera que inventariarlo. Al poco de empezar la película, ya nos hemos dado cuenta de que a Wong-Kar-Wai, su director, lo que le interesa sobre todas las demás cosas es la estética y el preciosismo. Que vale, que también le pasaba lo mismo a Visconti, sólo que Visconti, además, contaba una historia que te dejaba clavado en la butaca.
Resulta que el director se graduó en Hong Kong como diseñador gráfico. Entonces se entiende que cada plano parezca un fondo de escritorio muy trabajado. La música, también exquisita. Incluso se escucha Casta Diva como en cualquier anuncio de coches de lujo que se precie.
Otra cosa es el guión. Parece ser que Wong-Kar-Wai no suele trabajar con un guión muy definido, sino que la historia va cambiando a partir de una idea más o menos clara. Pues eso se nota. Al principio (y al final) cuesta saber dónde estamos temporal y geográficamente y también quién es quién, qué quieren los unos de los otros y qué está pasando.
Hay una escena particularmente risible: una pareja come en un restaurante, pero no están sentados uno frente al otro (eso sería demasiado vulgar). Aquí la mujer mira al infinito frente a ella y el hombre le habla a su perfil. Mantienen una larga conversación sin mirarse ni una vez. ¿Por qué? Pues sólo para que la cámara capte el rostro de la mujer de frente al tiempo que el perfil del hombre, o al revés. Todo a favor de la estética, como si fuera un cromo.
Aquí ya empiezo a pensar “Todo esto les va a gustar un montón a los que disfrutaron con la niña aquella de las coletas que no hacía más que correr por todos los caminos detrás del maestro de escuela (véase El camino a casa) porque va del mismo palo, sólo que mucho más barroco”.
La música te martillea los oídos siempre, sea la escena que sea. No es que sea mala música, todo lo contrario, pero es un recurso facilón para que el espectador quede arrobado. Me extraña que el director no haya incluido el Adagio de Albinoni, ése no falla: causa furor en las almas sensibles.
En fin, no insisto. Total, es imposible convencer a los que la han encontrado sublime que esto no es mas que artificio pseudoemotivo envuelto en una caja con muchos, muchos bonitos lazos de seda. Que conste en mi descargo que Still Walking o Hana-Bi me parecieron una maravilla y también son lentas de narices. Pero esta caja está vacía.
Resulta que el director se graduó en Hong Kong como diseñador gráfico. Entonces se entiende que cada plano parezca un fondo de escritorio muy trabajado. La música, también exquisita. Incluso se escucha Casta Diva como en cualquier anuncio de coches de lujo que se precie.
Otra cosa es el guión. Parece ser que Wong-Kar-Wai no suele trabajar con un guión muy definido, sino que la historia va cambiando a partir de una idea más o menos clara. Pues eso se nota. Al principio (y al final) cuesta saber dónde estamos temporal y geográficamente y también quién es quién, qué quieren los unos de los otros y qué está pasando.
Hay una escena particularmente risible: una pareja come en un restaurante, pero no están sentados uno frente al otro (eso sería demasiado vulgar). Aquí la mujer mira al infinito frente a ella y el hombre le habla a su perfil. Mantienen una larga conversación sin mirarse ni una vez. ¿Por qué? Pues sólo para que la cámara capte el rostro de la mujer de frente al tiempo que el perfil del hombre, o al revés. Todo a favor de la estética, como si fuera un cromo.
Aquí ya empiezo a pensar “Todo esto les va a gustar un montón a los que disfrutaron con la niña aquella de las coletas que no hacía más que correr por todos los caminos detrás del maestro de escuela (véase El camino a casa) porque va del mismo palo, sólo que mucho más barroco”.
La música te martillea los oídos siempre, sea la escena que sea. No es que sea mala música, todo lo contrario, pero es un recurso facilón para que el espectador quede arrobado. Me extraña que el director no haya incluido el Adagio de Albinoni, ése no falla: causa furor en las almas sensibles.
En fin, no insisto. Total, es imposible convencer a los que la han encontrado sublime que esto no es mas que artificio pseudoemotivo envuelto en una caja con muchos, muchos bonitos lazos de seda. Que conste en mi descargo que Still Walking o Hana-Bi me parecieron una maravilla y también son lentas de narices. Pero esta caja está vacía.
23 de marzo de 2011
23 de marzo de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
no había escrito una critica por que no había tenido nada que decir, pero Wong Kar-Wai me ha hecho salir de mi silencio voluntariamente ininterrumpido.
El director nos sugiere tantos sentimientos que no pude hablar al terminar de verla, y alli estaba yo mirando los créditos en la pantalla, la música por si sola me atrapó y que mas... me deje atrapar.
Hay tantas cosas en esta película que nada de lo que diga tendrá la oportunidad de acercarse a lo que he visto y por esa injusticia me disculpo.
El ritmo de la película es importante para resaltar la melancolía que trasluce en las escenas y los vestuarios y peinados dan una elegancia desusada y que se agradece.
La búsqueda es la premisa, la búsqueda de un amor único, irrepetible y permanente (inconsciente para el protagonista), lo que da pie a esa impresionare "tristeza resignada" que deja como rastro por donde quiera que camina.
Todo es tan estético, tan hermoso, que algo que podría parecer trivial como fumar se vuelve algo sublime, no veo la manera de dejar de fumar si sigo viendo escenas tan hermosas.
Los constantes escenarios nocturnos, húmedos por la lluvia y el humo del cigarro flotando me recuerdan al cine negro y el halo de melancolía que encierra todo ello.
Ellas se van pero el se queda con su dolor, cada vez mas profundo, cada vez mas solitario como un secreto que hay que guardar para que nadie mas lo escuche, un secreto dentro de un hueco sellado con barro si es preciso.
2046 es un tratado sobre el amor y sobre todas esas cosas que encierra, cosas que no tienen un nombre sobre esta tierra
El director nos sugiere tantos sentimientos que no pude hablar al terminar de verla, y alli estaba yo mirando los créditos en la pantalla, la música por si sola me atrapó y que mas... me deje atrapar.
Hay tantas cosas en esta película que nada de lo que diga tendrá la oportunidad de acercarse a lo que he visto y por esa injusticia me disculpo.
El ritmo de la película es importante para resaltar la melancolía que trasluce en las escenas y los vestuarios y peinados dan una elegancia desusada y que se agradece.
La búsqueda es la premisa, la búsqueda de un amor único, irrepetible y permanente (inconsciente para el protagonista), lo que da pie a esa impresionare "tristeza resignada" que deja como rastro por donde quiera que camina.
Todo es tan estético, tan hermoso, que algo que podría parecer trivial como fumar se vuelve algo sublime, no veo la manera de dejar de fumar si sigo viendo escenas tan hermosas.
Los constantes escenarios nocturnos, húmedos por la lluvia y el humo del cigarro flotando me recuerdan al cine negro y el halo de melancolía que encierra todo ello.
Ellas se van pero el se queda con su dolor, cada vez mas profundo, cada vez mas solitario como un secreto que hay que guardar para que nadie mas lo escuche, un secreto dentro de un hueco sellado con barro si es preciso.
2046 es un tratado sobre el amor y sobre todas esas cosas que encierra, cosas que no tienen un nombre sobre esta tierra
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