007: Sólo se vive dos veces
1967 

6.2
8,012
Aventuras. Acción
Dos naves espaciales, una norteamericana y otra rusa, han sido secuestradas en la órbita terrestre. Sólo la intervención del Agente 007 (Sean Connery) podrá evitar una guerra nuclear entre las dos superpotencias. Su misión consistirá en viajar hasta Japón y desenmascarar a la peligrosa organización Spectra y a su diabólico líder, Ernest Stavro Blofeld (Donald Pleasence). (FILMAFFINITY)
12 de diciembre de 2024
12 de diciembre de 2024
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta entrega de la saga del agente 007, Sean Connery vuelve a encarnar al icónico James Bond con su inigualable elegancia y carisma. La película mantiene el espíritu extravagante y lleno de acción que define a la franquicia, ofreciendo una historia de espionaje que combina intriga internacional, tecnología futurista y villanos memorables.
El guion, escrito por Roald Dahl, es uno de los puntos más destacados, logrando entrelazar una narrativa que se desarrolla en un escenario exótico y cautivador. Los detalles culturales y las imponentes localizaciones en Japón aportan un toque único a esta aventura, mientras que la trama se va desarrollando con un ritmo ágil y sin decaer.
La dirección de Lewis Gilbert asegura que la película mantenga su dinamismo, especialmente en las secuencias de acción, que incluyen combates en alta tecnología, peleas cuerpo a cuerpo y una espectacular base volcánica que se ha convertido en un ícono del cine de espías. El villano de turno, Ernst Stavro Blofeld, aporta una presencia amenazante que complementa perfectamente la historia, destacándose como uno de los antagonistas más intrigantes de la saga.
El diseño de producción es impresionante, especialmente en lo que respecta a los gadgets y escenarios, que elevan la experiencia visual. Aunque algunos elementos pueden parecer excesivos o extravagantes, eso forma parte del encanto de esta etapa de la franquicia.
En conjunto, es una película que equilibra su tono de diversión desvergonzada con momentos de gran intensidad, ofreciendo una experiencia entretenida y visualmente impactante, digna del legado de Bond.
El guion, escrito por Roald Dahl, es uno de los puntos más destacados, logrando entrelazar una narrativa que se desarrolla en un escenario exótico y cautivador. Los detalles culturales y las imponentes localizaciones en Japón aportan un toque único a esta aventura, mientras que la trama se va desarrollando con un ritmo ágil y sin decaer.
La dirección de Lewis Gilbert asegura que la película mantenga su dinamismo, especialmente en las secuencias de acción, que incluyen combates en alta tecnología, peleas cuerpo a cuerpo y una espectacular base volcánica que se ha convertido en un ícono del cine de espías. El villano de turno, Ernst Stavro Blofeld, aporta una presencia amenazante que complementa perfectamente la historia, destacándose como uno de los antagonistas más intrigantes de la saga.
El diseño de producción es impresionante, especialmente en lo que respecta a los gadgets y escenarios, que elevan la experiencia visual. Aunque algunos elementos pueden parecer excesivos o extravagantes, eso forma parte del encanto de esta etapa de la franquicia.
En conjunto, es una película que equilibra su tono de diversión desvergonzada con momentos de gran intensidad, ofreciendo una experiencia entretenida y visualmente impactante, digna del legado de Bond.
11 de noviembre de 2012
11 de noviembre de 2012
5 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seamos serios. Esta película protagonizada por un héroe que no fuera 007 sería una horterada de tomo y lomo, una obra de serie B bastante pobre, con un argumento inverosímil y con situaciones que producen risa más que otra cosa. Sin embargo aparece James Bond y por arte de magia se convierte en un peliculón. Lo que si parece es que Lewis Gilbert (me he quedado de piedra al ver que es el director de la sensacional "Siete Hombres al Amanecer", o al menos eso me pareció cuando la vi hace ya muchos años) quiso revolucionar el tono de la saga, haciéndola más psicodélica, friki y humorística. En este caso Sean Connery inicia la ruta que daría sus mejores, o peores frutos según se mire, con "La espía que me amó" y "Moonraker". Sea como fuere, el resulto de "Sólo se vive dos veces" es bastante malo. Hasta me atrevería a decir que es la peor de toda la saga.
El intento del director de trasladar a su héroe al Japón resulta un auténtico fiasco y el esfuerzo de introducirnos a machamartillo en la cultura japonesa sólo consigue un cúmulo de situaciones de lo más horteras o surrealistas: el baño de Bond con "Tigre" y sus chicas, la presencia de los ninjas que se tendrán que batir el cobre con los esbirros de los malos y hasta a 007 convertido ni más ni menos que en japonés. Claro que para delirante, la propia máquina tragadora de satélites y la panoplia de chicas, planes ridículos para matar a Bond, villanos, pirañas, maratón de natación por parte de Kissy (Mie Hama), bases escondidas o artefactos voladores que se suceden sin ton ni son, con mucha precipitación pero poco criterio y menos estilos.
Para rizar el rizo, "Sólo se vive dos veces" ahonda como en los peores trabajos de Roger Moore, en la cosificación de la mujer, aunque también hay que decir que repitiendo la fórmula anterior de "Operación Triunfo", la chica Bond escapa indemne del acoso sexual de nuestro héroe, lo que casi me produce lágrimas de alegría. De todos modos, confieso que en la secuencia en la que una legión de japonesas bañan a Bond y a Tanaka me produjo vergüenza ajena. El diálogo que se sucede no tiene precio: Tanaka: "En el Japón, el hombre es lo primero, la mujer después", Bond: "Me encantaría jubilarme en este país".
Dicho lo cual, conviene aclarar algunas cosas para evitar que alguien pudiera pensar que me he vuelto feminista, igualitario o cosa parecida. Respecto a lo último, digamos que el hombre si debe ir delante pero para abrirle paso a la chica. Esto se puede ver hasta en la forma de andar: en oriente, en sociedades islámicas o en el Japón, la mujer va físicamente unos pasos detrás del varón, cumpliendo la máxima de Tanaka. Y si hay que abrir una puerta, es ella la que va corriendo a hacerlo mientras el hombre se para. En cambio en occidente, la chica siembre ha ido a nuestro lado y es el hombre el que se adelanta para abrir dicha puerta y dejarla pasar a ella primero. Como se ve es una cosa muy, pero que muy diferente. Y respecto a lo darle un baño, tampoco puedo criticarlo pues en "Kimagure Orange Road" es una de las fantasías de Kyosuke. Pero la diferencia está en que él lo que quiere es que sea Madoka la que se lo dé, no cualquier otra, cosa que diferencia claramente el apasionamiento de uno y la frivolidad de Bond.
El intento del director de trasladar a su héroe al Japón resulta un auténtico fiasco y el esfuerzo de introducirnos a machamartillo en la cultura japonesa sólo consigue un cúmulo de situaciones de lo más horteras o surrealistas: el baño de Bond con "Tigre" y sus chicas, la presencia de los ninjas que se tendrán que batir el cobre con los esbirros de los malos y hasta a 007 convertido ni más ni menos que en japonés. Claro que para delirante, la propia máquina tragadora de satélites y la panoplia de chicas, planes ridículos para matar a Bond, villanos, pirañas, maratón de natación por parte de Kissy (Mie Hama), bases escondidas o artefactos voladores que se suceden sin ton ni son, con mucha precipitación pero poco criterio y menos estilos.
Para rizar el rizo, "Sólo se vive dos veces" ahonda como en los peores trabajos de Roger Moore, en la cosificación de la mujer, aunque también hay que decir que repitiendo la fórmula anterior de "Operación Triunfo", la chica Bond escapa indemne del acoso sexual de nuestro héroe, lo que casi me produce lágrimas de alegría. De todos modos, confieso que en la secuencia en la que una legión de japonesas bañan a Bond y a Tanaka me produjo vergüenza ajena. El diálogo que se sucede no tiene precio: Tanaka: "En el Japón, el hombre es lo primero, la mujer después", Bond: "Me encantaría jubilarme en este país".
Dicho lo cual, conviene aclarar algunas cosas para evitar que alguien pudiera pensar que me he vuelto feminista, igualitario o cosa parecida. Respecto a lo último, digamos que el hombre si debe ir delante pero para abrirle paso a la chica. Esto se puede ver hasta en la forma de andar: en oriente, en sociedades islámicas o en el Japón, la mujer va físicamente unos pasos detrás del varón, cumpliendo la máxima de Tanaka. Y si hay que abrir una puerta, es ella la que va corriendo a hacerlo mientras el hombre se para. En cambio en occidente, la chica siembre ha ido a nuestro lado y es el hombre el que se adelanta para abrir dicha puerta y dejarla pasar a ella primero. Como se ve es una cosa muy, pero que muy diferente. Y respecto a lo darle un baño, tampoco puedo criticarlo pues en "Kimagure Orange Road" es una de las fantasías de Kyosuke. Pero la diferencia está en que él lo que quiere es que sea Madoka la que se lo dé, no cualquier otra, cosa que diferencia claramente el apasionamiento de uno y la frivolidad de Bond.
13 de diciembre de 2019
13 de diciembre de 2019
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estaba previsto que ésta fuera la última cinta de Bond-Connery (y ojalá hubiera sido así, porque su personaje estaba ya más que amortizado, y porque además la siguiente "Diamantes para la eternidad" es una de las más flojas de toda la franquicia). Para ello, los productores echaron la casa por la ventana y rodaron la que, sin duda, es la cinta más espectacular de Connery como agente 007, y la que más se parece a un cómic (japonés). La producción costó 9,5 millones de dólares, que para la época era una suma verdaderamente elevada. Nada comparable, claro, con los 111 millones que acabaría recaudando para convertirse en Gran Bretaña en la película más taquillera de 1967. Desde este punto de vista, la película fue un negocio rotundo y un éxito incontestable.
Se trata de una de las películas más completas del agente británico (tiene acción por tierra, mar y aire). Tiene ingeniosos gadgets, uno de los villanos más memorables, secuencias en el espacio y la belleza natural de Japón. Es decir, lo tenía todo para convertirse en el mejor Bond hasta la fecha. Sin embargo, no acaba de ser una película de 007 del todo redonda, por los siguientes motivos:
- Aunque Connery anda sobrado y el personaje le biene como un guante, su calvicie incipiente le pasaba factura, y el peluquín que venía usando desde que encarnó al personaje se hacía ya demasiado evidente. Al escocés le empiezan a pesar los años, los kilos, las cejas y el encorsetamiento del personaje.
- Las chicas Bond están lejos de la belleza de las de la anterior aventura, Claudine Auger y Lucciana Paluzzi. Las japonesas no convencen por su falta de medidas, su tímida interpretación (hay que añadir, además, que fueron dobladas al no hablar inglés correctamente) y falta de carisma (y apetito sexual), y la bella Karin Dor tiene mucho pecho y demasiado poco metraje para lucirse como es debido.
- Las escenas que transcurren a partir de la mitad de la cinta en Japón y hasta llegar al combate final son demasiado lentas por contemplativas, provocan que la película se haga larga en exceso y no aportan demasiado a la trama.
- El papel de Bloefeld recae en el magnífico Donald Pleasence. Sin embargo, su aparición es muy breve y su personaje está realmente desaprovechado. Ojalá Pleasence hubiera encarnado a Bloefeld en "Spectre".
- Le falta un secuaz del malo mejor definido y con más minutos. Y este es un error imperdonable en una cinta de 007.
- Aunque tiene mucha acción, falla en la sofisticación y clase de las anteriores cintas de Bond.
- Se hipoteca todo al espectáculo, los efectos especiales, los increíbles decorados y a los bellos paisajes de Japón, olvidando quizás demasiado los orígenes del personaje. La acción se come la trama, y al final el todo es menor que la suma de las partes.
- Charles Grey nos recuerda más a Bloefeld (por su posterior "Diamantes para la eternidad") que al agente británico de ésta "Sólo se vive dos veces". No entendemos porqué intervino en dos películas de Bond en dos papeles tan distintos. Ello resta verosimilitud (si es que tenía alguna) a la trama.
- La conversión de Bond en un pescador japonés de una pequeña aldea no cuela, se mire por donde se mire.
- Con este film se evidencia que la serie empezaba ya a denotar el lógico cansancio por el transcurso de los años, derivado de un Connery que quería dejar al personaje para realizar registros más serios.
Dicho todo esto, lo cierto es que es una película totalmente recomendable, porque:
- Es Bond 100%. Los productores querían despedir a Sean Connery con todos los honores y montaron un gran espectáculo visual en un paraíso natural como la isla de Japón, con los efectos especiales más apabullantes de la serie hasta la fecha, y con unos decorados a la altura de las mejores películas de ciencia ficción.
- Hay innumerables escenas de acción, casi todas bien resueltas.
- El humor británico que destila es innegable ("Lo que tengo que hacer por Inglaterra").
- La guarida del malo, dentro de un volcán en Japón, es uno de los mejores hallazgos de la serie.
- La pequeña Nellie (minúsculo helicóptero pilotado por Bond) es el mejor artilugio de la franquicia.
- El gran helicóptero con el imán para quitarse de encima a los perseguidores es de una imaginación brutal.
- Los exteriores en Japón son bellísimos y la fotografía está muy cuidada.
- Es como visionar un cómic perfectamente montado del que no te quieres desprender.
Con esta cinta la serie derivó definitivamente hacia las grandes producciones, priorizando el espectáculo por encima de la trama. Qué lejos quedaban títulos como "Desde Rusia con amor".
Como curiosidades a saber:
- Es la única película de Bond (que yo recuerde y si no voy equivocado) en la que el espía no se pone al volante de ni un solo coche. Esto es extremadamente extraño, teniendo en cuenta la afición de Bond por los deportivos.
- En un principio la guarida del malo no debía de estar situada en el interior de un volcán, sino en un castillo, pero los japoneses no tienen castillos en la costa de su isla, así que tras varios días de búsqueda los productores decidieron situarlos en el volcán.
La película podía haberse titulado perfectamente "Bond en Japón" o "Sayonara mr. Connery", por ser su (primera) despedida como agente 007.
Se trata de una de las películas más completas del agente británico (tiene acción por tierra, mar y aire). Tiene ingeniosos gadgets, uno de los villanos más memorables, secuencias en el espacio y la belleza natural de Japón. Es decir, lo tenía todo para convertirse en el mejor Bond hasta la fecha. Sin embargo, no acaba de ser una película de 007 del todo redonda, por los siguientes motivos:
- Aunque Connery anda sobrado y el personaje le biene como un guante, su calvicie incipiente le pasaba factura, y el peluquín que venía usando desde que encarnó al personaje se hacía ya demasiado evidente. Al escocés le empiezan a pesar los años, los kilos, las cejas y el encorsetamiento del personaje.
- Las chicas Bond están lejos de la belleza de las de la anterior aventura, Claudine Auger y Lucciana Paluzzi. Las japonesas no convencen por su falta de medidas, su tímida interpretación (hay que añadir, además, que fueron dobladas al no hablar inglés correctamente) y falta de carisma (y apetito sexual), y la bella Karin Dor tiene mucho pecho y demasiado poco metraje para lucirse como es debido.
- Las escenas que transcurren a partir de la mitad de la cinta en Japón y hasta llegar al combate final son demasiado lentas por contemplativas, provocan que la película se haga larga en exceso y no aportan demasiado a la trama.
- El papel de Bloefeld recae en el magnífico Donald Pleasence. Sin embargo, su aparición es muy breve y su personaje está realmente desaprovechado. Ojalá Pleasence hubiera encarnado a Bloefeld en "Spectre".
- Le falta un secuaz del malo mejor definido y con más minutos. Y este es un error imperdonable en una cinta de 007.
- Aunque tiene mucha acción, falla en la sofisticación y clase de las anteriores cintas de Bond.
- Se hipoteca todo al espectáculo, los efectos especiales, los increíbles decorados y a los bellos paisajes de Japón, olvidando quizás demasiado los orígenes del personaje. La acción se come la trama, y al final el todo es menor que la suma de las partes.
- Charles Grey nos recuerda más a Bloefeld (por su posterior "Diamantes para la eternidad") que al agente británico de ésta "Sólo se vive dos veces". No entendemos porqué intervino en dos películas de Bond en dos papeles tan distintos. Ello resta verosimilitud (si es que tenía alguna) a la trama.
- La conversión de Bond en un pescador japonés de una pequeña aldea no cuela, se mire por donde se mire.
- Con este film se evidencia que la serie empezaba ya a denotar el lógico cansancio por el transcurso de los años, derivado de un Connery que quería dejar al personaje para realizar registros más serios.
Dicho todo esto, lo cierto es que es una película totalmente recomendable, porque:
- Es Bond 100%. Los productores querían despedir a Sean Connery con todos los honores y montaron un gran espectáculo visual en un paraíso natural como la isla de Japón, con los efectos especiales más apabullantes de la serie hasta la fecha, y con unos decorados a la altura de las mejores películas de ciencia ficción.
- Hay innumerables escenas de acción, casi todas bien resueltas.
- El humor británico que destila es innegable ("Lo que tengo que hacer por Inglaterra").
- La guarida del malo, dentro de un volcán en Japón, es uno de los mejores hallazgos de la serie.
- La pequeña Nellie (minúsculo helicóptero pilotado por Bond) es el mejor artilugio de la franquicia.
- El gran helicóptero con el imán para quitarse de encima a los perseguidores es de una imaginación brutal.
- Los exteriores en Japón son bellísimos y la fotografía está muy cuidada.
- Es como visionar un cómic perfectamente montado del que no te quieres desprender.
Con esta cinta la serie derivó definitivamente hacia las grandes producciones, priorizando el espectáculo por encima de la trama. Qué lejos quedaban títulos como "Desde Rusia con amor".
Como curiosidades a saber:
- Es la única película de Bond (que yo recuerde y si no voy equivocado) en la que el espía no se pone al volante de ni un solo coche. Esto es extremadamente extraño, teniendo en cuenta la afición de Bond por los deportivos.
- En un principio la guarida del malo no debía de estar situada en el interior de un volcán, sino en un castillo, pero los japoneses no tienen castillos en la costa de su isla, así que tras varios días de búsqueda los productores decidieron situarlos en el volcán.
La película podía haberse titulado perfectamente "Bond en Japón" o "Sayonara mr. Connery", por ser su (primera) despedida como agente 007.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
¿Por qué nadie se lo cree cuando asesinan a balazos a James Bond en el teaser inicial? Por qué todo el mundo sabe que no morirá tras dicha escena?
¿Por qué esa manía que tenían entonces los guionistas de hacernos creer que matan a James Bond al principio de las películas de Connery (véase "Desde Rusia con amor")?
Por otra parte, ¿tan difícil es matar a Bloefeld, que siempre acaba sobreviviendo? Y cuando por fin Bond lo mata (en "007 Sin tiempo para morir"), su muerte no puede ser más cutre.
¿Por qué esa manía que tenían entonces los guionistas de hacernos creer que matan a James Bond al principio de las películas de Connery (véase "Desde Rusia con amor")?
Por otra parte, ¿tan difícil es matar a Bloefeld, que siempre acaba sobreviviendo? Y cuando por fin Bond lo mata (en "007 Sin tiempo para morir"), su muerte no puede ser más cutre.
26 de marzo de 2009
26 de marzo de 2009
1 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Continuan las peripecias del espía británico por detener a la malvada organización "Spectra", esta vez sus pesquisas le llevarán a Japón, hecho que la película adquiera una nueva dimensión, pues se presenta un fuerte choque de culturas.
Se acerca el fin de las aventuras de James Bond interpretadas por Sean Connery, esta vez la película adquiere un gran interés gracias al lugar donde se desarrolla toda la trama y todos los ingredientes que presenta el realizador Lewis Gilbert, creando una película con muchísima acción, y además muy bien rodada, pero poniendo también una elaborada trama de espionaje, haciendo que estémos ante una de las cintas más redondas de toda la saga de 007.
"Sólo se vive dos veces" es una de las mejores películas de toda la franquicia no únicamente por su extraordinario y frenético ritmo, si no también por un inmersivo y atrayente argumento que hará las delícias de los fans del agente secreto más famoso del cine. Sean Connery, como siempre, está de lo más cumplidor, demasiado machista para mi gusto, pero siempre será para mí el auténtico 007.
Es un film muy dinámico, con numerosas y logradas secuencias de acción junto con una trama con buenos tintes de thriller que se hace muy interesante de seguir, sobre todo durante su primera hora.
La película goza de una muy bella y remarcable fotografía junto con una nuena banda sonora, esta vez con Nancy Sinatra a cargo del tema principal, sencillamente inolvidable.
Se acerca el fin de las aventuras de James Bond interpretadas por Sean Connery, esta vez la película adquiere un gran interés gracias al lugar donde se desarrolla toda la trama y todos los ingredientes que presenta el realizador Lewis Gilbert, creando una película con muchísima acción, y además muy bien rodada, pero poniendo también una elaborada trama de espionaje, haciendo que estémos ante una de las cintas más redondas de toda la saga de 007.
"Sólo se vive dos veces" es una de las mejores películas de toda la franquicia no únicamente por su extraordinario y frenético ritmo, si no también por un inmersivo y atrayente argumento que hará las delícias de los fans del agente secreto más famoso del cine. Sean Connery, como siempre, está de lo más cumplidor, demasiado machista para mi gusto, pero siempre será para mí el auténtico 007.
Es un film muy dinámico, con numerosas y logradas secuencias de acción junto con una trama con buenos tintes de thriller que se hace muy interesante de seguir, sobre todo durante su primera hora.
La película goza de una muy bella y remarcable fotografía junto con una nuena banda sonora, esta vez con Nancy Sinatra a cargo del tema principal, sencillamente inolvidable.
29 de septiembre de 2009
29 de septiembre de 2009
0 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mientras la saga de James Bond va adquiriendo popularidad y notoriedad, en EE.UU. nacen las parodias de otros “súper agentes”, Matt Helm (Dean Martin), Derek Flint (James Coburn), Austin Powers (Mike Myers), Maxwell Smart (Don Adams), Johnny English (Rowan Atkinson) entre otros.
El fenómeno de James Bond, máximo representante del espía internacional de la cultura popular, lleva 47 años de vida y 22 películas. Y en el camino, han aparecidos hijos bastardos que se aprovechan y se ríen de este súper agente secreto.
Mientras se encuentra desarrollando una misión, una nave espacial americana es capturada por una gran cosmonave rusa, y la operación es vista en los monitores de la NASA.
En una reunión cumbre de emergencia, las cosas se acaloran, Estados Unidos amenaza con la guerra a la Unión Soviética si el próximo lanzamiento espacial, a realizarse en próximos días, corre con la misma suerte.
Gran Bretaña desconfía de las apariencias, y manda a James Bond en misión secreta a Japón, hasta donde se pudo rastrear el descenso de la nave rusa. Bond pronto descubrirá que todo se trata de un engaño de “Spectre”, apoyado financieramente por la China comunista.
La película tuvo un presupuesto $9,5 millones y genero por venta de taquillas la cantidad de $111,6 millones, mas $50,2 millones por la venta de alquiler en los videoclubes, además recibió tres nominaciones a diferentes premios y/o festivales de cine, incluyendo un “BAFTA Film Award” por mejor dirección de arte británico.
Curiosidades: esta es la supuesta última película de la serie con Sean Connery como James Bond, que tendría dos regresos más: uno oficial en 1971 con “Diamonds Are Forever” y otro con el ex-productor Kevin Mc Clory en una “remake” de “Thunderball” en 1983 llamada “Never Say Never Again”.
El fenómeno de James Bond, máximo representante del espía internacional de la cultura popular, lleva 47 años de vida y 22 películas. Y en el camino, han aparecidos hijos bastardos que se aprovechan y se ríen de este súper agente secreto.
Mientras se encuentra desarrollando una misión, una nave espacial americana es capturada por una gran cosmonave rusa, y la operación es vista en los monitores de la NASA.
En una reunión cumbre de emergencia, las cosas se acaloran, Estados Unidos amenaza con la guerra a la Unión Soviética si el próximo lanzamiento espacial, a realizarse en próximos días, corre con la misma suerte.
Gran Bretaña desconfía de las apariencias, y manda a James Bond en misión secreta a Japón, hasta donde se pudo rastrear el descenso de la nave rusa. Bond pronto descubrirá que todo se trata de un engaño de “Spectre”, apoyado financieramente por la China comunista.
La película tuvo un presupuesto $9,5 millones y genero por venta de taquillas la cantidad de $111,6 millones, mas $50,2 millones por la venta de alquiler en los videoclubes, además recibió tres nominaciones a diferentes premios y/o festivales de cine, incluyendo un “BAFTA Film Award” por mejor dirección de arte británico.
Curiosidades: esta es la supuesta última película de la serie con Sean Connery como James Bond, que tendría dos regresos más: uno oficial en 1971 con “Diamonds Are Forever” y otro con el ex-productor Kevin Mc Clory en una “remake” de “Thunderball” en 1983 llamada “Never Say Never Again”.
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