Dos extraños amantes
8.0
74,605
Romance. Comedia
Alvy Singer, un cuarentón bastante neurótico, trabaja como humorista en clubs nocturnos. Tras romper con Annie, reflexiona sobre su vida, rememorando sus amores, sus matrimonios, pero sobre todo su relación con Annie. Al final, llega a la conclusión de que son sus manías y obsesiones las que siempre acaban arruinando su relación con las mujeres. (FILMAFFINITY)
2 de abril de 2014
2 de abril de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Annie Hall marcó un punto de inflexión en la carrera de Woody Allen. Supuso el paso a la madurez y al desarrollo de temas más adultos, sin abandonar el humor que funciona como acompañamiento de una historia seria, después de las divertidas comedias gamberras que dirigió hasta mediados de los setenta. Sin duda sigue siendo una de sus obras más inspiradas aunque a lo largo de los años el genio neoyorkino nos ha regalado películas tan buenas o mejores que ésta.
En Annie Hall Allen interpreta a Alvy Singer un comediante de teatro y televisión neurótico, pesimista y paranoico incapaz de mantener una relación estable con una mujer. Debido a su peculiar personalidad sus ligues nunca llegan a ninguna parte hasta que un día conoce a Annie a través de un amigo e inicia una relación con ella. Sus personalidades opuestas chocan pero a la vez se complementan, sin embargo las dudas de Alvy provocan que la relación se deteriore por lo que tendrá que cambiar de actitud si no quiere perder al amor de su vida.
Un tema capital en la filmografía de Woody son las relaciones humanas y en Annie Hall es donde mejor las trata. Él considera que son absurdas pero a su vez vitales para la felicidad de la persona. Hay otros muchos asuntos tratados irónicamente en ésta obra maestra como la frivolidad y el esnobismo de la industria del espectáculo de la que Allen reniega y por ello se ha negado sistemáticamente a acudir a recoger los múltiples galardones que la Academia le ha concedido a lo largo de su carrera. Como curiosidad añadiremos que en el reparto de Annie Hall aparecen actores de la talla de Sigourney Weaver, Jeff Goldblum o Christopher Walken en el inicio de sus carreras.
En Annie Hall Allen interpreta a Alvy Singer un comediante de teatro y televisión neurótico, pesimista y paranoico incapaz de mantener una relación estable con una mujer. Debido a su peculiar personalidad sus ligues nunca llegan a ninguna parte hasta que un día conoce a Annie a través de un amigo e inicia una relación con ella. Sus personalidades opuestas chocan pero a la vez se complementan, sin embargo las dudas de Alvy provocan que la relación se deteriore por lo que tendrá que cambiar de actitud si no quiere perder al amor de su vida.
Un tema capital en la filmografía de Woody son las relaciones humanas y en Annie Hall es donde mejor las trata. Él considera que son absurdas pero a su vez vitales para la felicidad de la persona. Hay otros muchos asuntos tratados irónicamente en ésta obra maestra como la frivolidad y el esnobismo de la industria del espectáculo de la que Allen reniega y por ello se ha negado sistemáticamente a acudir a recoger los múltiples galardones que la Academia le ha concedido a lo largo de su carrera. Como curiosidad añadiremos que en el reparto de Annie Hall aparecen actores de la talla de Sigourney Weaver, Jeff Goldblum o Christopher Walken en el inicio de sus carreras.
17 de abril de 2014
17 de abril de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Annie Hall de Woody Allen, es una comedia romántica considerada ampliamente como una de sus mejores cintas. Dirigida con un ritmo vigoroso y enérgico, y al estilo típico y característico del director, es singular y distinta, además de innovadora para la época. Realizada de modo portentoso y experto, tiene un resultado maravilloso y extraordinario que la convierten en una de las obras imprescindibles del director, con 4 oscars entre ellos el de mejor película que la avalan en dicha distinción.
La fotografía, es rica en matices y estéticamente original, con imágenes magistrales y cautivadoras que son agraciadas y vistosas para su visionado. La música, con los habituales sonidos usados por el director para sus films, son un sutil acompañamiento que la vuelven agradable y atractiva. Y los planos y movimientos, tienen la originalidad y acierto de mirar el protagonista a la cámara para explicar sus impresiones al espectador, siendo este un detalle extraordinario y único que junto con la cámara en mano demuestran el excelente trabajo técnico.
Las actuaciones, son clamorosas y rutilantes. Con Woody Allen genuino y carismático y Diane Keaton sentida y encantadora, siendo acertados los acompañamientos de Tony Roberts, Carol Kane, Paul Simon, Shelley Duvall e incluso Sigourney Weaver. Empleando para estos, unos vestuarios estilosos y estéticamente bien elaborados y alusivos al tipo de personaje, en una oportuna dirección artística.
El guion, es atrayente y curioso, además está bien trabajado de modo asombroso y sorprendente, y su argumento, es acertado y agradable, convirtiéndola en una cinta arrolladora y con detalles inusitados y provocadores para el público más exigente. Con una magnífica narrativa del protagonista mirando a la cámara que es explicativa y muestra lo retorcido de su personaje, con su característica verborrea efusiva que gusta escuchar y deja bien clara la calidad y diferenciación del director con respecto a otros cineastas.
En definitiva, la considero una obra imperecedera e imprescindible en el género cómico y en la filmografía del director, ya que cumple de sobra con su cometido de entretener y divertir sobre todo al espectador más exigente. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, planos, movimientos de cámara y narrativa que hacen de Annie Hall, una cinta necesaria y de visión obligada en el séptimo arte.
La fotografía, es rica en matices y estéticamente original, con imágenes magistrales y cautivadoras que son agraciadas y vistosas para su visionado. La música, con los habituales sonidos usados por el director para sus films, son un sutil acompañamiento que la vuelven agradable y atractiva. Y los planos y movimientos, tienen la originalidad y acierto de mirar el protagonista a la cámara para explicar sus impresiones al espectador, siendo este un detalle extraordinario y único que junto con la cámara en mano demuestran el excelente trabajo técnico.
Las actuaciones, son clamorosas y rutilantes. Con Woody Allen genuino y carismático y Diane Keaton sentida y encantadora, siendo acertados los acompañamientos de Tony Roberts, Carol Kane, Paul Simon, Shelley Duvall e incluso Sigourney Weaver. Empleando para estos, unos vestuarios estilosos y estéticamente bien elaborados y alusivos al tipo de personaje, en una oportuna dirección artística.
El guion, es atrayente y curioso, además está bien trabajado de modo asombroso y sorprendente, y su argumento, es acertado y agradable, convirtiéndola en una cinta arrolladora y con detalles inusitados y provocadores para el público más exigente. Con una magnífica narrativa del protagonista mirando a la cámara que es explicativa y muestra lo retorcido de su personaje, con su característica verborrea efusiva que gusta escuchar y deja bien clara la calidad y diferenciación del director con respecto a otros cineastas.
En definitiva, la considero una obra imperecedera e imprescindible en el género cómico y en la filmografía del director, ya que cumple de sobra con su cometido de entretener y divertir sobre todo al espectador más exigente. Recomendable por su dirección, guion, actuaciones, fotografía, planos, movimientos de cámara y narrativa que hacen de Annie Hall, una cinta necesaria y de visión obligada en el séptimo arte.
14 de marzo de 2020
14 de marzo de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Justo acabo de ver esta película, y quería escribir la crítica con las sensaciones instantáneas acabada de verla. Sencillamente creo que es una película con encanto, que te atrapa, que haces tuya, una película que plasma pensamientos que se esconden bajo las capas de la sociedad (teniendo en cuenta que es una película del 77, y puede aplicarse a la actualidad).
Personalmente me he identificado con el film, pues concuerda con pensamientos personales, sátiras sociales, críticas a la ignorancia, la banalidad, la ordinariez y la desidia del ser humano, la falta de pensamiento crítico, de la vivacidad. Rinde culto a lo curioso, pintoresco, melancólico, bohemio y sobretodo, al pensamiento, pensamientos sobre la vida, el amor, la muerte y su esencia. Todo a través de un guion exquisito, que hace uso de la comedia culta, la que ironiza, la ingeniosa, la que deriva en una base efímera de sensaciones propias del ser humano, que te hacen plantear la vida, la forma de llevarla, el porqué de las acciones, y el porqué de no planteárselos.
Personalmente me he identificado con el film, pues concuerda con pensamientos personales, sátiras sociales, críticas a la ignorancia, la banalidad, la ordinariez y la desidia del ser humano, la falta de pensamiento crítico, de la vivacidad. Rinde culto a lo curioso, pintoresco, melancólico, bohemio y sobretodo, al pensamiento, pensamientos sobre la vida, el amor, la muerte y su esencia. Todo a través de un guion exquisito, que hace uso de la comedia culta, la que ironiza, la ingeniosa, la que deriva en una base efímera de sensaciones propias del ser humano, que te hacen plantear la vida, la forma de llevarla, el porqué de las acciones, y el porqué de no planteárselos.
26 de mayo de 2020
26 de mayo de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Realizada a finales de los setenta, esta podría consdierarse como la cinta más autobiográfica del genio neoyorkino.
El flm es un auténtico tratado de cómo evoluciona una pareja a través de los años. El director siempre ha sabido encontrar en este tipo de largometrajes, la que podríamos definir como su "quintaesencia".
Los diálogos son una de las mayores aportaciones al film: rápidos, con chispa y bien integrados a lo largo de todo el metraje (quizás hay alguno de foma aislado que no funciona).
Diane Keaton, logra la que quizás sea la mejor interpretación de toda su carrera. Ninguno de los dos parece que esté interpretando y eso le da un plus a todo el conjunto.
Con el paso de los años la película gana enteros, es igual de fresca a día de hoy que cuándo se estrenó ya hace unos cuántos años.
El flm es un auténtico tratado de cómo evoluciona una pareja a través de los años. El director siempre ha sabido encontrar en este tipo de largometrajes, la que podríamos definir como su "quintaesencia".
Los diálogos son una de las mayores aportaciones al film: rápidos, con chispa y bien integrados a lo largo de todo el metraje (quizás hay alguno de foma aislado que no funciona).
Diane Keaton, logra la que quizás sea la mejor interpretación de toda su carrera. Ninguno de los dos parece que esté interpretando y eso le da un plus a todo el conjunto.
Con el paso de los años la película gana enteros, es igual de fresca a día de hoy que cuándo se estrenó ya hace unos cuántos años.
3 de agosto de 2020
3 de agosto de 2020
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Seguramente, la mejor comedia (por sincera y autobiográfica) de Woody Allen (aunque en mi corazón sea más divertida “Misterioso asesinato en Manhattan”). Es muy probable que yo no hubiera contraído la enfermedad del cine si no hubiera existido Woody Allen. Él es uno de los pilares de mi amor por el Séptimo Arte y sus comedias han alegrado mi vida, aunque sus dramas son los que me han marcado (mucho más importantes para mí), discípulos directos de su idolatrado Ingmar Bergman.
En “Annie Hall” está condensada toda la filmografía posterior de Allen, todas sus obsesiones, sus temas recurrentes, su pesimismo antropológico, su nihilismo, su hipocondría, su misantropía, su neurosis, su filosofía y su concepción del arte, su fino y sarcástico sentido del humor (tan mío), su idolatría por Bergman, su ácida visión de la condición humana, su terror a la muerte, su latente misoginia… Puede ser la película que mejor condense el peculiar, personal y maravilloso cine de este gran genio imprescindible para poder entender el cine. Y además de una forma abierta y expresamente autobiográfica sobre esa etapa de su vida en la que conoció a Diane Keaton y todo lo que significó ella en la vida de Allen.
Con esta obra maestra absoluta e indiscutible, curiosa y extrañamente, fue profeta en su tierra sin que sirviera de precedente y ganó el Oscar a la Mejor Película y un reconocimiento popular en los USA que siempre se le ha negado con la tozudez cateta de Hollywood. Pero, además, y más allá de un guión prodigioso digno de un auténtico Dios, es una película estéticamente adelantada a su tiempo: Woody hablando a cámara dirigiéndose al espectador de la película directamente, pantalla partida para albergar varias escenas a la vez, subtítulos indicando lo que los personajes están pensando de verdad mientras que divagan en escena, imágenes de animación en una escena concreta, personajes ficticios interactuando con los reales, los propios protagonistas interactuando con escenas de su pasado… El cine moderno abre sus puertas con “Annie Hall”.
Una historia contada con su habitual cámara nerviosa y sus fuera de campo, que recurre a los flashback para contar su pasado (la parte de la infancia del protagonista es absolutamente descacharrante e imprescindible para entender a Woody Allen). Y todo ello para contarnos las idas y venidas sentimentales de su pareja protagonista, un cuarentón humorista neurótico y una joven actriz con toda la vida por delante y siempre deseosa de experimentación vital.
Todo ello a través de la magia y la natural química entre ambos de Woody Allen y Diane Keaton, amigos de toda la vida que todo lo hicieron fácil cuando estaban juntos y que se nota en cada plano, en cada escena de este techo del cine. Una película imprescindible de uno de los genios más imprescindibles de la historia del cine.
En “Annie Hall” está condensada toda la filmografía posterior de Allen, todas sus obsesiones, sus temas recurrentes, su pesimismo antropológico, su nihilismo, su hipocondría, su misantropía, su neurosis, su filosofía y su concepción del arte, su fino y sarcástico sentido del humor (tan mío), su idolatría por Bergman, su ácida visión de la condición humana, su terror a la muerte, su latente misoginia… Puede ser la película que mejor condense el peculiar, personal y maravilloso cine de este gran genio imprescindible para poder entender el cine. Y además de una forma abierta y expresamente autobiográfica sobre esa etapa de su vida en la que conoció a Diane Keaton y todo lo que significó ella en la vida de Allen.
Con esta obra maestra absoluta e indiscutible, curiosa y extrañamente, fue profeta en su tierra sin que sirviera de precedente y ganó el Oscar a la Mejor Película y un reconocimiento popular en los USA que siempre se le ha negado con la tozudez cateta de Hollywood. Pero, además, y más allá de un guión prodigioso digno de un auténtico Dios, es una película estéticamente adelantada a su tiempo: Woody hablando a cámara dirigiéndose al espectador de la película directamente, pantalla partida para albergar varias escenas a la vez, subtítulos indicando lo que los personajes están pensando de verdad mientras que divagan en escena, imágenes de animación en una escena concreta, personajes ficticios interactuando con los reales, los propios protagonistas interactuando con escenas de su pasado… El cine moderno abre sus puertas con “Annie Hall”.
Una historia contada con su habitual cámara nerviosa y sus fuera de campo, que recurre a los flashback para contar su pasado (la parte de la infancia del protagonista es absolutamente descacharrante e imprescindible para entender a Woody Allen). Y todo ello para contarnos las idas y venidas sentimentales de su pareja protagonista, un cuarentón humorista neurótico y una joven actriz con toda la vida por delante y siempre deseosa de experimentación vital.
Todo ello a través de la magia y la natural química entre ambos de Woody Allen y Diane Keaton, amigos de toda la vida que todo lo hicieron fácil cuando estaban juntos y que se nota en cada plano, en cada escena de este techo del cine. Una película imprescindible de uno de los genios más imprescindibles de la historia del cine.
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