Showgirls es un desfile de tetas, culos, coños y situaciones que bordean el soft core. Ésa es la buena noticia. La mala es que Showgirls es tan mala, ridícula, delirante, abismal, cenutria y casposa que no entiendo cómo tiene defensores acérrimos (lo siento, Pablo). Tras 23 años de eludirla caí en la trampa. Ni siquiera estaba en VOS. Pero ¿y qué? Ya sabéis que va de una chica con rotundos atributos y la cabeza toralmente desamueblada, cuyo objetivo en este valle de lágrimas es triunfar como, sí, sí, ¡showgirl! Para ello, hará de todo para llegar a la cumbre, ya lo creo que hace de todo. Es que, sabéis, la pobre tiene un pasado que la machaca, pero no diremos más por si se os ocurre verla. Dirige el bodrio Paul Verhoeven, que reinaba en Hollywood gracias a sus blockbusters..., hasta que empezó a cagarla, con ésta y con Starship Troopers, insufrible ejemplo de militarismo fascista, y también con la horripilante El hombre sin sombra, que Bakunin le perdone. Tras lo cual fue invitado a abandonar Hollywood, y mira por dónde, eso nos recompensó, porque El libro negro, rodada seis años después en su Holanda natal, era una peli estupenda. Lo de Elle es harina de otro costal... Pergeña el guión el sinvergüenza de Joe Eszterhas, un tipejo que se embolsaba auténticas fortunas por escribir cosas como Instinto básico, que me provocó felices carcajadas en pleno Palacio del Cinema ante aquellos penosos intentos de endosarnos una película presuntamente erótica. También fue animado a dejar el paraíso y dedicarse a otros menesteres. Entre ellos y las interpretaciones del pobre Kyle MacLachlan y Robert Davi en plan macho alfa, unos colores de traca valenciana, y algunas escenas eróticas que claman al cielo, o al infierno, qué más da, es para salir corriendo. Verhoeven consiguió, de paso, arruinar la carrera de Elizabeth Berkley, que nunca más se recuperó del trauma. Lo mejor, lo único: Gina Gershon en su papel de viciosa bisexual. Para erigirle un monumento.

A pesar de las malas críticas showgirls es una película divertida, entretenida,mala pero rápida y difícil de olvidar, con una Elisabeth bercley cuyo personaje es creíble y con eso basta guapa, sexy y una Gina Gerson. Estupenda en su papel en definitiva, una película que con el paso del tiempo se ha convertido en un clásico

Básica, arriesgada, enérgica, poderosa, morbosa, sensual, erótica, polémica y arriesgada producción en la que su director, Paul Verhoeven, vuelve a apostar por una temática rompedora en la que presenta y desarrolla una trama de envidias y traiciones por triunfar en el mundo del espectáculo erótico.
Puede que la trama no ofrezca nada realmente interesante, pero lo cierto es que la historia que presenta y desarrolla, resulta atractiva e interesante, ofreciendo una lucha intensa por los deseos y anhelos de triunfo en un mundo dominado por las ganas de triunfar a cualquier precio.
Atrevido y arriesgado trabajo de sus actrices protagonistas, dejando la belleza de sus cuerpos al servicio de un director que apuesta por una poderosa batalla de reinas del espectáculo.

La ví en su día en el cine, y me encanto, la he vuelto a ver 25 años después y me parece fresca, actual y con mucho espectáculo. Paul Verhoeven es lo que tiene que hace cine inmortal, para mí una película de culto. En su día fue altamente repudiada porque había demasiado sexo. Pero si eso no es nada para lo que se ve en las discotecas de hoy en día o en muchas calles llenas de gente en zonas de veraneo. Bueno, los shows tan coloridos y llenos de fuerza, la música, la iluminación, he vuelto a disfrutarla tanto como antaño, siento como que no ha pasado el tiempo, y eso hace que haya envejecido perfectamente. Se llevo los Razzie, eso no es malo, eso es bueno, son unos premios, será también recordada por ello. Nunca podré olvidar esta película y no por el sexo, al final es lo de menos, es una película que retrata también la ambición, y que en esos ambientes y en otros, hoy estas arriba y mañana no eres nada, ni nadie....

Cómo enfocar una crítica sobre Showgirls. He ahí el dilema.
Veamos... si entendemos que lo que Paul Verhoeven y Joe Eszterhas querían era reírse de todo (incluso de la propia película) y satirizar el mundo del show business y los espectáculos eróticos de esa marcianada en la Tierra que es Las Vegas (y cualquiera que haya estado en la Ciudad del Pecado sabe que lo que se muestra en la cinta no es nada exagerado), entonces estamos hablando de un divertimento genial y una de las mayores "trolleadas", como se dice ahora, de la historia del cine. Las interpretaciones de Elizabeth Berkley y Gina Gershon, deliciosamente exageradas, cómicas y lésbicas (en el caso de Gershon), dan fe de ello.
Si resulta que el objetivo era hacer un drama serio... pues en fin. En ese caso, los Razzie que se llevó serían más que merecidos.
Con todo, no es que la cinta sea muy buena, la verdad, vaya en serio o en broma. Más bien lo contrario, de hecho. Pero es que es tan absurda y tan divertida que es imposible no pasarlo medianamente bien.
Además, para intentos serios de hacer cine erótico, ya vendría un año después Striptease, para desgracia d ela popularidad y credibilidad de Demi Moore.

Lo mejor: Que se ríe de todo, incluso de sí misma, y lo bien que se lo pasan Elizabeth Berkley y Gina Gershon..
Lo peor: Que en el fondo fuera algo con visos de seriedad.