St. Vincent es una comedia dramática que resulta bastante agradable y también con un buen poder refrexivo.

Esta película nos ofrece una historia sobre un abuelo amargado y alcohólico, y un niño con curiosidad que casualmente se conocen, y el resultado logra llegar a ser satisfactorio consiguiendo abarcar en buena forma los temas familiares y también entregándonos momentos cómicos que ayudan a este largometraje a ser más abundante y admirable.

Una película cargada de sentimientos. Una madre adoptiva cuida a su hijo, de los malos tratos, posibles, si se hubiera quedado en esa ciudad, ya que el marido le ponía los cuernos con la secretaria.
Y además quiere la custodia de su hijo. Por eso, el vecino de al lado a consecuencia de una especie de hiptus, da con esta madre, y hace de niñera de este chico, al que le enseña cómo es la vida. Por eso se hace duro, y logra parar a los enemigos que tiene en clase.
Una película sentimental dónde Vicent que es un hombre de 90 años, como le dice el chico. Quita de la prostitución a una chica que está embarazada que le ayuda a sacar dinero, vendiendo cosas, al igual que el hijo de esta chica, al que le llama nieto, apostando a las carreras de caballos, para pagar los cuidados de su mujer, con Alzeimer.

Bill Murray protagoniza a un solitario hombre (Vincent) en las afueras de New York cuya vida se ve perturbada al llegar nuevos vecinos: una madre soltera y su hijo de 12 años, Oliver. Ante la falta de dinero para pagar deudas en el juego, el alcohol, prostitutas, Vincent acepta ser el niñero de Oliver mientras su madre trabaja a tiempo completo.

Si bien la historia parece un poco simple y predecible al comienzo, poco a poco se nos presentan otras realidades del personaje que no pasan por lo cómico y poco a poco entendemos que esto es un drama camuflado de algunas risas.
Al final, el film pone en descubierto a esa parte de la sociedad norteamericana en situaciones cotidianas, realidades ocultas detrás de todo el glamour de Hollywood.

Como espejo de la sociedad es excelente, como historia le falta algo de energía.

Vincent Mackenna es un hombre jubilado, gruñón, que vive tranquilamente en su casita del neoyorquino barrio de Brooklyn. Tiene deudas (su mujer, Sandy, padece alzheimer, y Vincent la tiene internada en una residencia de lujo) y sus únicas actividades son el bar, el hipódromo y el club de striptease donde trabaja Daka, una prostituta rusa, ahora embarazada, que es su única amiga. Su rutina habitual se verá alterada con la llegada a la casa de al lado de Maggie, una mujer divorciada que tiene que trabajar muchas horas al día, y su hijo, Oliver, de unos 12 años.

Comedia con tintes dramáticos, muy sentimental, situaciones ya vistas y previsibles, pero que sorprende, y con bastante agrado, por la perfecta composición de todos los personajes, la precisa conjunción entre ellos, las jocosas y tiernas situaciones que se van sucediendo, por sus brillantes diálogos, dinamismo, por no dejar al espectador dejar de disfrutar a cada instante. El novel Theodore Melfi firma tanto el guion como la dirección; y la excelente interpretación de sus cuatro artistas protagonistas, lo que dice mucho a favor de Melfi también como director de actores, es otro motivo más que hace que este producto sea altamente recomendable.

Un producto para la diversión, sí, un cuento si se quiere, puro entretenimiento, sensiblero; pero muy bien hecho, sin ningún error, y donde, de principio a fin, todo encaja a la perfección.

No sabía que ver y me puse esta película.

Creí que me dormiría puesto que era tarde, pero lo más increíble es que entretiene.

Pensé que sería una comedia puesto que aparece Melissa McCarthy, pero que va, y su papel es el más dramático.

No se podría encasillar mejor que en una TRAGICOMEDIA.

Las actuaciones están bien, sobre todo la del niño, que es un trocito de pan.

La banda sonora tiene varias canciones muy bien ubicadas que resaltan la escena y le da mucho más énfasis.

Imagino que el mensaje de la película es que hasta la persona que menos te lo esperas te puede sorprender.

Posdata: cuando veáis la película entenderéis el título de mi crítica.

Lo mejor: está entretenida, para echar un rato si te aburres.
Lo peor: hay un cabo que no queda muy bien atado.