Volver
7.1
73,274
Drama. Comedia
Raimunda (Penélope Cruz) es manchega, pero vive en Madrid. Está casada con un obrero en paro (Antonio de la Torre) y tiene una hija adolescente (Yohana Cobo). Su hermana Sole (Lola Dueñas) se gana la vida como peluquera. Ambas echan de menos a su madre (Carmen Maura), que murió en un incendio. Pero, inesperadamente, la madre se presenta en casa de su hermana (Lampreave); después va a ver a Sole, a Raimunda y a Agustina (Portillo), una ... [+]
20 de abril de 2007
20 de abril de 2007
32 de 62 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo mío con Almodóscar debe de ser congénito. Ni una, repito, NI UNA de sus pelis logra engancharme. No me importan sus investigaciones sobre el alma femenina. No me impresiona el colorismo vitalista de sus decorados ni el forzado melodrama de sus historias. No me interesa la vida en los pueblos manchecos y no me toca el alma ver a Pé cantando con los ojos vidrosos.
La historia de "volver" es lo de siempre en pedrito: dramón sublimado, situaciones forzadas y guiones desestructurados sazonados con secuencias dedicadas a otras artes que tratan de legitimar la autoría de su creador. Encuadres insulsos. Sobrecarga de actrices patrias. Etcétera.
Lo dicho. Un latazo. ¿Qué atrae de dislates como los que crea el cineasta manchego a la gente de Hollywood?
Su tipismo. Su "Spain is different".
Pero cuando uno es español, ve que no hay nada different en sus películas.
La historia de "volver" es lo de siempre en pedrito: dramón sublimado, situaciones forzadas y guiones desestructurados sazonados con secuencias dedicadas a otras artes que tratan de legitimar la autoría de su creador. Encuadres insulsos. Sobrecarga de actrices patrias. Etcétera.
Lo dicho. Un latazo. ¿Qué atrae de dislates como los que crea el cineasta manchego a la gente de Hollywood?
Su tipismo. Su "Spain is different".
Pero cuando uno es español, ve que no hay nada different en sus películas.
4 de agosto de 2007
4 de agosto de 2007
15 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
El título de mí critica no se refiere al diario gratuito que dan a la entrada del metro, sino que se refiere a los minutos de película que he visto, porque de lo mala que es no pude aguantar ver más, porque es mala con avaricia. El tema de la película parece ser le mismo que el de la filmografía del director, digo parece porque la verdad no se ni de que va ni tampoco es que me interese mucho, de las actuaciones cabe destacar a Penelope Cruz porque esta sobreactuadísima, el resto del reparto esta mal, pero un poquito mejor que la Cruz, tecnicamente es igual de mala que las actuaciones, tal vez una fotografía decente se salve de la quema, porque la música es mala con avaricia, y la puesta en escena también es mala. Y poco más se mereca la peli que diga sobre ella, porque de lo mala que es ni se lo merece, pero diré una cosa más, que la academia de cine española, o como se diga, esta en franca decadencia, al darle 5 goyas a este bodrio y no concederle los premios de mejor película, director y música en detrimiento de la sensacional El Laberinto del Fauno.
Lo mejor: Em...
Lo peor: Todo. Y que nadie se de cuenta de que Almodovar esta sobrevalorado y que es un mal director y guionista
Lo mejor: Em...
Lo peor: Todo. Y que nadie se de cuenta de que Almodovar esta sobrevalorado y que es un mal director y guionista
20 de marzo de 2006
20 de marzo de 2006
14 de 26 usuarios han encontrado esta crítica útil
Almodóvar vuelve su mirada hacia el universo femenino que tan bien conoce, hacia el extrarradio madrileño que le hizo alcanzar la popularidad con sus primeras películas y a la vida del pequeño pueblo manchego, de sus gentes, sus tradiciones y su superstición para hablarnos sobre las emociones, la soledad, la maternidad, el amor, la amistad, las deudas con el pasado, el compañerismo, sobre aparecidos que vuelven del más allá para contar al oído secretos inconfesables que marcan una vida, que hipotecan los sentimientos, sobre la superación del miedo que nos atenaza, sobre ojos arrasados en lágrimas que dicen más que cientos de palabras juntas y, ante todo, sobre la muerte, esa maldita bastarda que, esta vez, une a las personas, las hace cercanas a los que tienen que sobrellevar las ausencias de los que ya no están, que sirve de vehículo para el abrazo y la curación del cuerpo y el alma de aquellos que permanecen heridos. Mirarla de frente y desmitificarla es, probablemente, el mejor modo de combatirla, parece decirnos el director manchego.
Dosificando sabiamente (mejor que nunca) el drama, la comedia y el thriller, entreteje Almodóvar una de sus películas más hermosas, maravillosa e inolvidable historia que cala hondo pese a (o precisamente por) su serenidad y reposada belleza, sin apenas levantar la voz en ningún momento del metraje. Austera, conmovedora y sencilla como los personajes que retrata con tanta sensibilidad y precisión. Todo huele a pueblo, las casas, las calles adoquinadas, los patios, la soledad, el abandono, los besos, las pantuflas, los entierros en procesión, los corros enlutados, la gente, la comida, los diálogos, los silencios y los murmullos. Todo sabe a barrio marginal, los trabajos mediocres, la peluquería ilegal, las canciones, la ilusión, las marujas, la desesperanza, la soledad (otra vez), las inmigrantes sin papeles, la tristeza y la alegría.
Navegando entre el realismo costumbrista y el surrealismo más inverosímil que, no obstante, se acepta con la mayor naturalidad del mundo, forja Almodóvar las vidas de media docena de personajes primorosamente escritos e interpretados por un plantel de actrices en absoluto estado de gracia, partiendo de esa inmensa Carmen Maura que vuelve a demostrar una vez más porque es una de las más grandes de este país, con su Irene, espectro balsámico y redentor, pasando por la Agustina de Blanca Portillo, emotiva, trágica, adorable y desgarradora composición con todas las emociones a flor de piel, y terminando por una inconmensurable Penélope Cruz ardiente, sensible y arrebatada. Más que captar el personaje se podría decir que el personaje la ha captado a ella. No está actuando, está poseída por el espíritu de Raimunda.
Monumental canto a la feminidad, a la mujer como motor del mundo, “Volver” es una pieza más, sublime y emocionante, que afianza una filmografía inmortal e irrepetible. Solo le encuentro un fallo: que se termina. Hacía años que un fundido a negro no me entristecía tanto.
Dosificando sabiamente (mejor que nunca) el drama, la comedia y el thriller, entreteje Almodóvar una de sus películas más hermosas, maravillosa e inolvidable historia que cala hondo pese a (o precisamente por) su serenidad y reposada belleza, sin apenas levantar la voz en ningún momento del metraje. Austera, conmovedora y sencilla como los personajes que retrata con tanta sensibilidad y precisión. Todo huele a pueblo, las casas, las calles adoquinadas, los patios, la soledad, el abandono, los besos, las pantuflas, los entierros en procesión, los corros enlutados, la gente, la comida, los diálogos, los silencios y los murmullos. Todo sabe a barrio marginal, los trabajos mediocres, la peluquería ilegal, las canciones, la ilusión, las marujas, la desesperanza, la soledad (otra vez), las inmigrantes sin papeles, la tristeza y la alegría.
Navegando entre el realismo costumbrista y el surrealismo más inverosímil que, no obstante, se acepta con la mayor naturalidad del mundo, forja Almodóvar las vidas de media docena de personajes primorosamente escritos e interpretados por un plantel de actrices en absoluto estado de gracia, partiendo de esa inmensa Carmen Maura que vuelve a demostrar una vez más porque es una de las más grandes de este país, con su Irene, espectro balsámico y redentor, pasando por la Agustina de Blanca Portillo, emotiva, trágica, adorable y desgarradora composición con todas las emociones a flor de piel, y terminando por una inconmensurable Penélope Cruz ardiente, sensible y arrebatada. Más que captar el personaje se podría decir que el personaje la ha captado a ella. No está actuando, está poseída por el espíritu de Raimunda.
Monumental canto a la feminidad, a la mujer como motor del mundo, “Volver” es una pieza más, sublime y emocionante, que afianza una filmografía inmortal e irrepetible. Solo le encuentro un fallo: que se termina. Hacía años que un fundido a negro no me entristecía tanto.
26 de marzo de 2006
26 de marzo de 2006
12 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con su último trabajo, el más internacional de nuestros cineastas, Pedro Almodóvar, vuelve al territorio de su infancia, La mancha, que no incluía en su filmografía desde 'La flor de mi secreto', en una trama secundaria. Pero la que hace la película número 16 de su carrera, 'Volver', tiene un título de múltiples significados, pues el cineasta manchego vuelve a la comedia del chascarrillo (aunque con un gran poso dramático igualmente), y vuelve a trabajar con su musa de los 80, Carmen Maura, tras un desencuentro que ha durado 17 años.
Tras el cierto bache que supuso la interesante pero algo irregular 'La mala educación', Almodóvar vuelve a retomar el universo que le es más propicio, el de las mujeres, y en concreto, las mujeres manchegas a las que se pasó la infancia observando, junto a su propia madre.
La historia de 'Volver' llevaba en la cabeza de Almodóvar bastantes años, y de hecho su argumento es el mismo que cuenta el personaje de Marisa Paredes, escritora, a su editor, en 'La flor de mi secreto'. Una historia truculenta y plagada de asuntos turbios (incesto, pedofilia, crímenes pasionales, fantasmas), que su autor cuenta brillantemente y que en ocasiones dulcifica mediante su particular y gozoso sentido del humor.
En 'Volver', el cineasta también se reencuentra con una Penélope Cruz en estado de gracia, quizá como nunca (desde luego no como en su espantosa filmografía norteamericana), y retoma el gusto por las historias corales de mujeres, eligiendo para ello, junto a Penélope, a excelentes actrices que dan lo mejor de sí mismas. De Maura y Lola Dueñas ya lo sabíamos, y la entrañable Chus Lampreave nos regla de nuevo un breve pero buen papel; pero aquí la sorpresa es Blanca Portillo, curtida en el teatro y la televisión, que roba la función en numerosas escenas.
Queda por saber ahora si "el hombre de La Mancha del cine" repetirá éxito mundial, como ya obtuvo con las excelentes 'Todos sobre mi madre' y 'Hable con ella', posiblemente sus mayores logros, y nos seguirá dando muestras del cine que tiene en la cabeza. Y en el corazón.
Lo mejor: La brillante mezcla entre comedia y drama
Lo peor: El personaje del marido de Raimunda (Penélope Cruz)
Tras el cierto bache que supuso la interesante pero algo irregular 'La mala educación', Almodóvar vuelve a retomar el universo que le es más propicio, el de las mujeres, y en concreto, las mujeres manchegas a las que se pasó la infancia observando, junto a su propia madre.
La historia de 'Volver' llevaba en la cabeza de Almodóvar bastantes años, y de hecho su argumento es el mismo que cuenta el personaje de Marisa Paredes, escritora, a su editor, en 'La flor de mi secreto'. Una historia truculenta y plagada de asuntos turbios (incesto, pedofilia, crímenes pasionales, fantasmas), que su autor cuenta brillantemente y que en ocasiones dulcifica mediante su particular y gozoso sentido del humor.
En 'Volver', el cineasta también se reencuentra con una Penélope Cruz en estado de gracia, quizá como nunca (desde luego no como en su espantosa filmografía norteamericana), y retoma el gusto por las historias corales de mujeres, eligiendo para ello, junto a Penélope, a excelentes actrices que dan lo mejor de sí mismas. De Maura y Lola Dueñas ya lo sabíamos, y la entrañable Chus Lampreave nos regla de nuevo un breve pero buen papel; pero aquí la sorpresa es Blanca Portillo, curtida en el teatro y la televisión, que roba la función en numerosas escenas.
Queda por saber ahora si "el hombre de La Mancha del cine" repetirá éxito mundial, como ya obtuvo con las excelentes 'Todos sobre mi madre' y 'Hable con ella', posiblemente sus mayores logros, y nos seguirá dando muestras del cine que tiene en la cabeza. Y en el corazón.
Lo mejor: La brillante mezcla entre comedia y drama
Lo peor: El personaje del marido de Raimunda (Penélope Cruz)
5 de abril de 2007
5 de abril de 2007
10 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Almodóvar no me gusta. Lo reconozco. Me parece un director sobrevalorado que cuenta historias que no me importan demasiado la mayoría de las veces.
Pero en "Volver" su cine extrambótico se limita mucho, como pasó en sus dos últimas películas ("la mala educación" y "Hable con ella") y eso ayuda a verla. Está muy bien contada y, decentemente, narrada, se hace entretenida y el guión, sin convencer plenamente, es más que acepetable. Normalmente le achaco al cine español las carencias de ritmo narrativo, no sé si será por el alto presupuesto o por las habilidades del director, pero "Volver" está muy bien rodada.
Lo peor, para mi gusto, son las interpretaciones, destacando en mediocridad a esa marciana de color avellana llamada Yohana Cobo. Pé tampoco me convence, está demasiado glamurosa para resultar creíble en un papel de campechana. No sé si el error está en la gente que la debería de haber caracterizado mejor, o simplemente la presencia estelar de esta chica ya no deja lugar a la credibilidad interpretativa necesaria.
La película, aún así, me dejó bastante frío. Almodovar y la emotividad están reñidos desde siempre y suelen acabar a puñetazo limpio, hasta que aparece la sangre, por su frustración y rabia continuada.
Pero en "Volver" su cine extrambótico se limita mucho, como pasó en sus dos últimas películas ("la mala educación" y "Hable con ella") y eso ayuda a verla. Está muy bien contada y, decentemente, narrada, se hace entretenida y el guión, sin convencer plenamente, es más que acepetable. Normalmente le achaco al cine español las carencias de ritmo narrativo, no sé si será por el alto presupuesto o por las habilidades del director, pero "Volver" está muy bien rodada.
Lo peor, para mi gusto, son las interpretaciones, destacando en mediocridad a esa marciana de color avellana llamada Yohana Cobo. Pé tampoco me convence, está demasiado glamurosa para resultar creíble en un papel de campechana. No sé si el error está en la gente que la debería de haber caracterizado mejor, o simplemente la presencia estelar de esta chica ya no deja lugar a la credibilidad interpretativa necesaria.
La película, aún así, me dejó bastante frío. Almodovar y la emotividad están reñidos desde siempre y suelen acabar a puñetazo limpio, hasta que aparece la sangre, por su frustración y rabia continuada.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
También destacar lo previsible de la trama, de Carmen Maura nunca me creí que fuese un fantasma, y qué decir la aparición invisible de la madre de Blanca Portillo, con un cartelón gigante y luminoso, avisando de que murió chamuscada en el lugar Carmen Maura.
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