Danza con lobos
1990 

7.4
89,931
Western. Aventuras. Drama
Tras la Guerra de Secesión (1861-1865) y en plena colonización del Oeste (1785-1890), el desencantado teniente John J. Dunbar se dirige a un lejano puesto fronterizo que ha sido abandonado por los soldados. Su soledad lo impulsa a entrar en contacto con los indios sioux; así es como conoce a "En pie con el puño en alto", una mujer blanca que fue adoptada por la tribu cuando era niña. Poco a poco, entre Dunbar y los sioux se establece ... [+]
25 de junio de 2012
25 de junio de 2012
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo que es de Dios: nunca hizo ni volverá a hacer probablemente Kevin Costner, ni como actor ni como director, tan inmensa película; no hay más que ver en su ya amplia filmografía la cantidad de fiáscos que reune, pero lo dicho. No obstante tiene unas cuantas que merecen la pena pero lo de ésta es simplemente distinto, es especial.
No puedo ser imparcial con esta película, porque no en vano es una de mis favoritas, ahí está mi nick para atestiguarlo. Reune todos los condicionantes para ser una película inolvidable de verdad: la historia, los actores, drama, comedia, acción, amor, amistad, la fotografía con esas amplias llanuras llenas de búfalos... y por supuesto la música de uno de los más grandes, John Barry.
Posee además un carácter muy intimista a través de las narraciones en off del protagonista que nos acercan más aún a sus sentimientos y a sus progresos con los miembros de la tribu sioux por un lado y con En Pie con el Puño en Alto por otro.
Personalmente pienso que trata de "cómo encontrarse a uno mismo", como si todo lo que le pasa al protagonista estuviera ahí esperándole; todo estaba en su destino, en su camino. La transición que hay del personaje "hombre blanco" al personaje "miembro de una tribu india" es sencillamente asombrosa. Al final ya no es el teniente John J. Dunbar del ejército de los Estados Unidos, es un guerrero sioux, que vive como tal, se siente como tal e incluso pelea como tal. El resto de miembros de la tribu también lo consideran así; se los ha ganado y ellos le han ganado a él.
Hasta tiene a su favor el ser una de las pocas películas basadas en libros que no desmerece para nada. Normalmente lo que suele pasar en estos casos es que el cambio de la novela original al guión y posterior desarrollo de éste, pierde mucho de la historia original para todo aquel que la haya leído. No es éste el caso. Tan sólo se cambia el final que son igualmente emotivos y en la novela no eran sioux si no apaches si no recuerdo mal. El resto es fiel hasta la última de las líneas.
En resumen: bonita bonita donde las haya.
Postdata: en referencia a la crítica que Pablo Kurt de Filmaffinity hace sobre si el protagonista no se podía enamorar de una mujer india achacándole la culpa a Mr. Costner como él dice, hay que decir que en todo caso la culpa no sería suya si no del autor de la novela original: Michael Blake.
No puedo ser imparcial con esta película, porque no en vano es una de mis favoritas, ahí está mi nick para atestiguarlo. Reune todos los condicionantes para ser una película inolvidable de verdad: la historia, los actores, drama, comedia, acción, amor, amistad, la fotografía con esas amplias llanuras llenas de búfalos... y por supuesto la música de uno de los más grandes, John Barry.
Posee además un carácter muy intimista a través de las narraciones en off del protagonista que nos acercan más aún a sus sentimientos y a sus progresos con los miembros de la tribu sioux por un lado y con En Pie con el Puño en Alto por otro.
Personalmente pienso que trata de "cómo encontrarse a uno mismo", como si todo lo que le pasa al protagonista estuviera ahí esperándole; todo estaba en su destino, en su camino. La transición que hay del personaje "hombre blanco" al personaje "miembro de una tribu india" es sencillamente asombrosa. Al final ya no es el teniente John J. Dunbar del ejército de los Estados Unidos, es un guerrero sioux, que vive como tal, se siente como tal e incluso pelea como tal. El resto de miembros de la tribu también lo consideran así; se los ha ganado y ellos le han ganado a él.
Hasta tiene a su favor el ser una de las pocas películas basadas en libros que no desmerece para nada. Normalmente lo que suele pasar en estos casos es que el cambio de la novela original al guión y posterior desarrollo de éste, pierde mucho de la historia original para todo aquel que la haya leído. No es éste el caso. Tan sólo se cambia el final que son igualmente emotivos y en la novela no eran sioux si no apaches si no recuerdo mal. El resto es fiel hasta la última de las líneas.
En resumen: bonita bonita donde las haya.
Postdata: en referencia a la crítica que Pablo Kurt de Filmaffinity hace sobre si el protagonista no se podía enamorar de una mujer india achacándole la culpa a Mr. Costner como él dice, hay que decir que en todo caso la culpa no sería suya si no del autor de la novela original: Michael Blake.
8 de febrero de 2017
8 de febrero de 2017
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Personalmente opino que el protagonista es media película. Estupenda, bonita, triste, esperanzadora, ecologísta...está llena de aspectos notables muy bien desarrollados e interpretados.
Kevin Costner, es uno de esos actores que parece que si te metes con él tienes criterio cinematográfico. No es Bardem, de acuerdo, pero no es un mal actor. Se me ocurren pocos que hiciesen este papel con la ternura que merecía.
Yo no me la perdería. Muy triste por momentos, invita a reflexionar sobre qué le pasa a nuestra especie que se empeña en autodestruirse.
Kevin Costner, es uno de esos actores que parece que si te metes con él tienes criterio cinematográfico. No es Bardem, de acuerdo, pero no es un mal actor. Se me ocurren pocos que hiciesen este papel con la ternura que merecía.
Yo no me la perdería. Muy triste por momentos, invita a reflexionar sobre qué le pasa a nuestra especie que se empeña en autodestruirse.
13 de julio de 2024
13 de julio de 2024
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Obra maestra, que vi tarde para mi eterna vergüenza, concretamente veinte años más tarde.
Era demasiado pequeña para entender la grandeza del mensaje.
Ganadora de siete óscars, dirigida e interpretada por Kevin Costner, la película basada en la novela homónima de Michael Blake de 1988, dos años antes del rodaje, resume la historia de un teniente de caballería del ejército de los EEUU en pleno siglo XIX, John, el cual pide ser destinado a la frontera.
Afortunadamente vi la versión extendida del director, en dos días, por el largo metraje, pero fue un auténtico placer.
La historia, dividida en las experiencias personales del teniente en aquel fuerte fantasma al que está destinado, comienza con el lobo Calcetines.
Apuntando todo en un diario, al mejor estilo que más tarde hará el capitán Nathan Algren en "El último samurái", la historia se desgrana con una humanidad que late en cada acción: la sinceridad con que John cuenta lo que siente, su reflejo en la interpretación de Costner, como una armonía a ese momento, suena a anécdota interesante, a autenticidad cotidiana en un entorno tan precioso como son las praderas de más allá de la frontera del Oeste americano.
El encuentro del teniente con los nativos, con las actuaciones maravillosas principalmente de Graham Greene, como Pájaro Peleón, el chamán de su tribu, o el valiente guerrero Guerrero Al Viento, interpretado por Rodney A. Grant, ponen un sentimiento a la película absolutamente desconocido e inesperado.
Las escenas de como en a tribu de los indios "buenos", pues habrá otro grupo de nativos, los pawnees, liderados por el formidable Wes Studi, son realmente inolvidables: ver la jerarquía, la sociedad dentro de esas tribus que se abrazaban a la tierra y a sus "tatankas", los búfalos, con el orgullo de ser la raza más sabia de la tierra, aquella que luchó como ninguna otra por las tierras que les correspondían e injustamente les fueron arrebatadas.
Es ese espíritu noble el que retrata "Bailando con lobos", y un hombre blanco, el teniente John, que se va adentrando dentro del mundo noble y decidido de los nativos, hasta que forma parte de él, una que se gana a pulso, ganándose el corazón de la blanca cautiva "En pie con el puño en alto", con la brillante Mary MacDonnell y mostrándoles el lugar donde los búfalos están, haciéndoles un café negro muy malo, o mostrándoles sus armas.
La forma en que el teniente John ve como su corazón blanco es robado por estos nativos, con su compañía, alejado totalmente de la sociedad blanca que le ha olvidado, y que ya jamás podrá recuperarle, toda la confusión ante lo que debe o no hacer en determinados casos, la aceptación total por parte de Pájaro Peleón, pero forzada por Cabello al Viento, un amor inesperado, las dudas de saber si hace bien o no, todo su registro en su diario.
Kevin Costner retrata el alma de esa gran novela, nos describe como un hombre de otro mundo, ve la sociedad nativa, con sus virtudes, sus defectos, y su no sentido, pues el realismo está servido en esta historia al igual que el idealismo nunca alcanzado: podemos ver como hay momentos de desconexión entre el teniente y la tribu por mucho que se haya hecho parte de ella, cuando hacen cosas que él no acepta ni aprueba, ese aislamiento.
En el piso de abajo, tales situaciones para que sirvan como ejemplos. Son los detalles los que hacen de "Bailando con lobos" una película formidable. Es la gran banda sonora, las interpretaciones espontáneas y maravillosas al igual que pasó con la reciente "Horizon: An american Saga" Vol. I, de los actores nativos, que deberían de prodigarse mucho más, es la fotografía de las praderas interminables que les pertenecen a los indios, bautizada con la sangre de blancos y e indios, es una historia de un hombre en contacto con la naturaleza y con almas dispares a la suya, es la realidad de un momento de la historia, con sus injusticias y consecuencias.
Cabe destacar el papel de Mary McDonnell como el intermedio entre el mundo blanco y el nativo, a la que viene a completar el teniente John, dos personas blancas que llegan a ser tan nativos como los mismos indios. Que llegan a amar y a ser amados.
Es una historia de amor, pero sobre todo es una obra maestra. El trazo de los personajes, realista y hecho con respeto, con anécdotas y sentido del rídículo en situaciones cómicas pero que son recordadas con dignidad, no como en el cine actual, donde todo es una indignidad, chistes malos cuyo trasfondo es el hacer daño, no aquí.
La perfección de la narración, de la dirección y de las interpretaciones, el abrazo de dos mundos es mostrado en la mejor interpretación jamás hecha por Kevin Costner.
Merecedora incluso de más estatuillas.
Era demasiado pequeña para entender la grandeza del mensaje.
Ganadora de siete óscars, dirigida e interpretada por Kevin Costner, la película basada en la novela homónima de Michael Blake de 1988, dos años antes del rodaje, resume la historia de un teniente de caballería del ejército de los EEUU en pleno siglo XIX, John, el cual pide ser destinado a la frontera.
Afortunadamente vi la versión extendida del director, en dos días, por el largo metraje, pero fue un auténtico placer.
La historia, dividida en las experiencias personales del teniente en aquel fuerte fantasma al que está destinado, comienza con el lobo Calcetines.
Apuntando todo en un diario, al mejor estilo que más tarde hará el capitán Nathan Algren en "El último samurái", la historia se desgrana con una humanidad que late en cada acción: la sinceridad con que John cuenta lo que siente, su reflejo en la interpretación de Costner, como una armonía a ese momento, suena a anécdota interesante, a autenticidad cotidiana en un entorno tan precioso como son las praderas de más allá de la frontera del Oeste americano.
El encuentro del teniente con los nativos, con las actuaciones maravillosas principalmente de Graham Greene, como Pájaro Peleón, el chamán de su tribu, o el valiente guerrero Guerrero Al Viento, interpretado por Rodney A. Grant, ponen un sentimiento a la película absolutamente desconocido e inesperado.
Las escenas de como en a tribu de los indios "buenos", pues habrá otro grupo de nativos, los pawnees, liderados por el formidable Wes Studi, son realmente inolvidables: ver la jerarquía, la sociedad dentro de esas tribus que se abrazaban a la tierra y a sus "tatankas", los búfalos, con el orgullo de ser la raza más sabia de la tierra, aquella que luchó como ninguna otra por las tierras que les correspondían e injustamente les fueron arrebatadas.
Es ese espíritu noble el que retrata "Bailando con lobos", y un hombre blanco, el teniente John, que se va adentrando dentro del mundo noble y decidido de los nativos, hasta que forma parte de él, una que se gana a pulso, ganándose el corazón de la blanca cautiva "En pie con el puño en alto", con la brillante Mary MacDonnell y mostrándoles el lugar donde los búfalos están, haciéndoles un café negro muy malo, o mostrándoles sus armas.
La forma en que el teniente John ve como su corazón blanco es robado por estos nativos, con su compañía, alejado totalmente de la sociedad blanca que le ha olvidado, y que ya jamás podrá recuperarle, toda la confusión ante lo que debe o no hacer en determinados casos, la aceptación total por parte de Pájaro Peleón, pero forzada por Cabello al Viento, un amor inesperado, las dudas de saber si hace bien o no, todo su registro en su diario.
Kevin Costner retrata el alma de esa gran novela, nos describe como un hombre de otro mundo, ve la sociedad nativa, con sus virtudes, sus defectos, y su no sentido, pues el realismo está servido en esta historia al igual que el idealismo nunca alcanzado: podemos ver como hay momentos de desconexión entre el teniente y la tribu por mucho que se haya hecho parte de ella, cuando hacen cosas que él no acepta ni aprueba, ese aislamiento.
En el piso de abajo, tales situaciones para que sirvan como ejemplos. Son los detalles los que hacen de "Bailando con lobos" una película formidable. Es la gran banda sonora, las interpretaciones espontáneas y maravillosas al igual que pasó con la reciente "Horizon: An american Saga" Vol. I, de los actores nativos, que deberían de prodigarse mucho más, es la fotografía de las praderas interminables que les pertenecen a los indios, bautizada con la sangre de blancos y e indios, es una historia de un hombre en contacto con la naturaleza y con almas dispares a la suya, es la realidad de un momento de la historia, con sus injusticias y consecuencias.
Cabe destacar el papel de Mary McDonnell como el intermedio entre el mundo blanco y el nativo, a la que viene a completar el teniente John, dos personas blancas que llegan a ser tan nativos como los mismos indios. Que llegan a amar y a ser amados.
Es una historia de amor, pero sobre todo es una obra maestra. El trazo de los personajes, realista y hecho con respeto, con anécdotas y sentido del rídículo en situaciones cómicas pero que son recordadas con dignidad, no como en el cine actual, donde todo es una indignidad, chistes malos cuyo trasfondo es el hacer daño, no aquí.
La perfección de la narración, de la dirección y de las interpretaciones, el abrazo de dos mundos es mostrado en la mejor interpretación jamás hecha por Kevin Costner.
Merecedora incluso de más estatuillas.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
El teniente y su adaptación a la sociedad sioux, no tiene falta.
Llega a formar parte con su propia personalidad. Pero hay momentos de separación y ruptura, cuando cortan tras la batalla contra los pawnees la cabellera, o antes de pedir la mano de Christine, en los que el teniente se aleja, se aisla.
No aprueba tales cosas, pero para formar parte del único pueblo que lo ama no tiene porque hacerlo, si no tan solo respetarlo.
Es la dignidad de tales momentos lo que hace grande esta relación de hombre y civilización desconocida, su enamoramiento mutuo, imperfecto.
Llega a formar parte con su propia personalidad. Pero hay momentos de separación y ruptura, cuando cortan tras la batalla contra los pawnees la cabellera, o antes de pedir la mano de Christine, en los que el teniente se aleja, se aisla.
No aprueba tales cosas, pero para formar parte del único pueblo que lo ama no tiene porque hacerlo, si no tan solo respetarlo.
Es la dignidad de tales momentos lo que hace grande esta relación de hombre y civilización desconocida, su enamoramiento mutuo, imperfecto.
26 de noviembre de 2022
26 de noviembre de 2022
10 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
No se me ha ocurrido otro título que poner aquí después de ver esta película tan aburrida. Dancing in the street empieza con la misma palabra y por lo menos es un gran tema, así te ofrezco la oportunidad de contrastar algo aburrido a tope como Bailando con lobos con algo tan bueno como bailar con Mike Jagger. Después de este inciso diré que en mis excursiones por los sucios caminos de este asqueroso y pequeño mundo no hay algo que me llame más la atención, en lo que respecta al cine, que la cantidad de premios que tienen algunas películas en especial afamadas, que son auténticos rollos como el caso que nos ocupa.
Vuelvo a Dancing in the Street. Esta es una canción de los 80, una época de grandísimos temas, aquí cantan Jagger y Bowie, sin punto de comparación con el piernas de Costner. Gracias que me he acordado de la canción y se me ha quitado un poco el amargor de ver a Kevin todo el rato haciendo el canelo. Los 90, fue una época de transición en el cine, algo pobre, en la música disminuyó el ritmo; es mi parecer, por lo que me disculpo.
Siguiendo pues con el Kevin y los lobos, diremos que la película presenta a un yanqui en tierra extraña aspirante a Núñez Cabeza de Vaca, de fácil argumento, buena en aspecto técnico y correcta en vestuario, ambientación y fotografía, teniendo en cuenta que tampoco dice mucho de la fotografía porque un profesional todo el rato enfocando el árido desierto tampoco es que vaya a romperse la cabeza discurriendo tomas. Nada más que una sombrilla detrás de Kevin, el foco delante, y ya está.
Lo inaguantable es la cantidad de vaselina que se da el amigo Kevin contando una del Alicia en el País de las Maravillas. Un yanqui que termina como coleguita de unos indios que lo primero que hacen es llenar de flechas el cuerpo de un pobre y solitario chamarilero. Me ha dado pena porque ha sido a mayor gloria del señor Kevin, es evidente. Ahí acaba todo lo auténtico. Si el lobo ese estepario que hace acto de presencia para dar razón al título de la película, ve, con sus amarillos ojos, al chamarilero, seguro que se lo come. A Kevin, no. De Kevin se enamora. Como los indios se enamoran también.
No contento el señor Kevin con estar por encima de esas desgracias ajenas y para darse un poquito más de miel sobre sus hojuelas, aparece una tía de ensueño que como es de suponer, y así resulta, anima el espíritu solitario del soldado. Soldado bienaventurado. La bella morena de hirsuta cabellera le proporciona proyectos de noches al calor de su compañía y le es presentada como traductora colegiada con amplia experiencia. Todo es maravilloso para él, menos para el chamarilero que se fue al otro mundo torturado y pobre. Desgraciado. Así es la vida y eso es lo que tiene de real, lo demás, misticismo del señor Kevin. Pero claro, es tal el beneplácito para el pueblo yanqui la presente película al lavarles la cara durante un buen rato, y hacerles sentir que su pueblo fue siempre un corazón noble en su amplitud de miras para "adelantar" territorios, que no les queda otra que premiar el film por el buen disfraz mostrado.
Centauros del desierto y John Wayne dando caña desde el principio. Ese es el auténtico americano de las praderas. Búfalo Bill y el general Custer. La vida. El odio. Y no este petardo con ínfulas sobre la vida de un misionero.
Vuelvo a Dancing in the Street. Esta es una canción de los 80, una época de grandísimos temas, aquí cantan Jagger y Bowie, sin punto de comparación con el piernas de Costner. Gracias que me he acordado de la canción y se me ha quitado un poco el amargor de ver a Kevin todo el rato haciendo el canelo. Los 90, fue una época de transición en el cine, algo pobre, en la música disminuyó el ritmo; es mi parecer, por lo que me disculpo.
Siguiendo pues con el Kevin y los lobos, diremos que la película presenta a un yanqui en tierra extraña aspirante a Núñez Cabeza de Vaca, de fácil argumento, buena en aspecto técnico y correcta en vestuario, ambientación y fotografía, teniendo en cuenta que tampoco dice mucho de la fotografía porque un profesional todo el rato enfocando el árido desierto tampoco es que vaya a romperse la cabeza discurriendo tomas. Nada más que una sombrilla detrás de Kevin, el foco delante, y ya está.
Lo inaguantable es la cantidad de vaselina que se da el amigo Kevin contando una del Alicia en el País de las Maravillas. Un yanqui que termina como coleguita de unos indios que lo primero que hacen es llenar de flechas el cuerpo de un pobre y solitario chamarilero. Me ha dado pena porque ha sido a mayor gloria del señor Kevin, es evidente. Ahí acaba todo lo auténtico. Si el lobo ese estepario que hace acto de presencia para dar razón al título de la película, ve, con sus amarillos ojos, al chamarilero, seguro que se lo come. A Kevin, no. De Kevin se enamora. Como los indios se enamoran también.
No contento el señor Kevin con estar por encima de esas desgracias ajenas y para darse un poquito más de miel sobre sus hojuelas, aparece una tía de ensueño que como es de suponer, y así resulta, anima el espíritu solitario del soldado. Soldado bienaventurado. La bella morena de hirsuta cabellera le proporciona proyectos de noches al calor de su compañía y le es presentada como traductora colegiada con amplia experiencia. Todo es maravilloso para él, menos para el chamarilero que se fue al otro mundo torturado y pobre. Desgraciado. Así es la vida y eso es lo que tiene de real, lo demás, misticismo del señor Kevin. Pero claro, es tal el beneplácito para el pueblo yanqui la presente película al lavarles la cara durante un buen rato, y hacerles sentir que su pueblo fue siempre un corazón noble en su amplitud de miras para "adelantar" territorios, que no les queda otra que premiar el film por el buen disfraz mostrado.
Centauros del desierto y John Wayne dando caña desde el principio. Ese es el auténtico americano de las praderas. Búfalo Bill y el general Custer. La vida. El odio. Y no este petardo con ínfulas sobre la vida de un misionero.
19 de septiembre de 2007
19 de septiembre de 2007
8 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Básica, fundamental, imprescindible, en cualquier videoteca. Si tienes dos horas libres en una tarde y nada que hacer... una pelicula ideal, durante su visionado se puede ver crecer interiormente a un ser humano, la adaptación al medio y finalmente la identificación total con los valores de aquellos con los que convive. El mejor papel, su mejor película a mi juicio y la mas intimista junto con un mundo perfecto al lado de Eastwood.
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