Haz click aquí para copiar la URL

Mala mujer

Cine negro. Drama Nueva York, año 1934. Christopher Cross es un simple cajero, infelizmente casado, cuya única pasión es la pintura. Una noche conoce a Kitty March, una atractiva buscavidas de la que se enamora y le hace creer que es un pintor de éxito. La chica y su novio Johnny, un tipo sin escrúpulos, aprovechan la ocasión para intentar explotar al pobre hombre, pues creen que sus cuadros valen mucho dinero.
(FILMAFFINITY)
Críticas 120
Críticas ordenadas por utilidad
escribe tu crítica
9
2 de septiembre de 2018 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para hacer una critica de este film (una joya, por cierto), se debe partir de la premisa que aclara que la formula, la calidad, la inteligencia y la elegancia del Noir es ostentosa, ósea, que esta ahí para que todos la vean, que era fácil digerir por que sabiamos que se nos venía algo bueno. Sabiendo eso y quien la dirigió (practicamente el padre de este género, con "M") me sente a ver esta película , con la esperanza de quedarme en shock despues de terminada. Podriamos describir mi sensación algo parecida a la prevista. Porque lo logro, si bien no quede en shock, quede pensando, ¿Que estoy haciendo?, ¿Es necesario que gaste mi tiempo viendo movies actuales, cuando el cine clásico no decepciona? Obvio que es necesario, porque así uno aprecia mucho mas lo que ya no esta, lo que ya no sucede (siempre hay excepciones).

Porque desde el primer momento ésta pelicula derrocha maestria, con esa celebración de compañeros de trabajo que nos muestra de inmediato, en unos cuantos minutos, la inseguridad y sumisión del personaje. En los actores (a los que uno les creia todo) se destaca sobre todo la elegancia femenina y masculina que ahora es difícil de ver, por supuesto que son otros tiempos y el dagazo a la sabana ahora podría ser explícito. Pero ya me estoy desviando del objetivo principal. Ese objetivo principal que en estas películas enfocan con la elegancia de cámaras inamovibles, que enfocaban hasta el último ddetalle que pudiese profundizar o especificar que será o fue importante el "algo" que se enfoca.

En cien minutos lograba contarnos la historia de hasta los personajes secundarios como lo hace aquí con la esposa y su "difunto" marido. Lograba también quitarle la identidad a tres de sus personajes principales, y convertirlos en hilos de la película y que ellos guiaran el film. Debe ser mérito de Fritz Lang en su maestría para llevar todo lo necesario a ese almuerzo que se nos tiene preparado con el cartel de "plato de la casa", porque es el mismo de siempre pero uno logra encontrar nuevas sensaciones.

Al fin y al cabo, creo que la critica se me fue por los suelos, pero la sensación que me deja la pelicula es una gran nostalgia por el saber que esos tiempos, esas Fórmulas, esas censuras no se dan. Por saber que ahora una historia de crimen si se combina con amor tiene que llevar sangre y no elegancia e inteligencia como lo hacían estas. Obra maestra.
9
21 de junio de 2019 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Scarlett Street es otra callle sin salida del cine negro. Año siguiente de "La mujer del cuadro", misma producción y protagonistas, casi en una continuación si cabe más perversa y enrevesada. Se trata de un remake de "La Chienne de Renoir.
La maldad humana no es patrimonio del genero femenino ni las femmes fatales, de hecho nuestra Kitty (Joan Bennet) de la historia es una enamorada abnegada, dispuesta a todo con tal de conseguir agradar su Johnny (Danny Duyrea). La burla atroz y consentida, la va a sufrir el bueno de Criss Cross (E. G. Robinson). Un empleado de banca fiel, invisible y casado con una déspota viuda decide dejarse llevar por lo inalcanzable: ejercer en secreto el amor por una bella mujer y su pasión la pintura. Él sabe mejor que nadie que no es hermoso para la conquista, ni tiene talento para el arte. Pero el destino azaroso le ha dado la moneda para jugar la apuesta y a los hombres con nada que perder toda tentación resulta demasiado hermosa como para no jugarse. Una serpiente anda detrás de una farola de Brooklyn, es el let motiv de uno de los cuadros que aparecen en la película (Lang quería ser pintor)...de nuevo una noche lluviosa y la oportunidad de "ser" alguien defendiendo a Bennet de un indeseable. Pero el "indeseable" es "el deseado". Voy a darle todo, lo que incluso no tengo, voy a vender mi reputación con tal de ponerle un apartamento a Kitty. Voy a volar. El azar sigue creando un mostruo perverso y así asistimos a que se revalorice la pintura que Cross en secreto lleva al apartamento. Sin escrúpulos actúa Johnny que es capaz de vender hasta su alma por unos dólares. No vamos a desvelar ni crímenes ni culpables, pero cuentan que el final fue un gol a la censura de la época.
La culpa la tiene que pagar el culpable, pero también el cómplice. Aquí los malos son los malos y los buenos no llegan a ser tan buenos. En el nazismo había muchos tipos de culpa y no sé si a Lang (de ascendencía judía) a pesar del éxito también le perseguían los fanstasmas. Hay que estar loco y vagar por los parques del mundo para ver que en tus peores pesadillas se cumplen también los mejores sueños...
10
18 de abril de 2020 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué tendrá el cine clásico, que convierte una trama aparentemente sencilla con un par de buenos personajes en uno de las cintas más reconocidas del celuloide, en una historia que te atrapa desde el comienzo, en una maravillosa oda a lo despiadado y a la más baja calaña del ser humano?

Será el papelón que hacen Edward G. Robinson y la Bennet? Soberbios, uno de Pagafantas brutal y la otra de chabacana mujer fatal.

Pues esto tiene el cine clásico frente a la gran mayoría de películas que pululan por las plataformas y carteleras del siglo XXI. Consigue que funcione lo sencillo, no necesita fuegos de artificios, no es impostado ni busca la cuadratura del círculo, y no necesita una interminable ristra de actores para brillar.

Y es que va a ser cierto eso de que ya no se hacen películas como las de antes. Y tampoco quedan ya actores como los de antes.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Cuando la Bennet y el amigote no paran de sacarle los cuartos y piensas con cierta desazón :"no puede existir nadie tan tonto", Robinson te sorprende con ese arrebato de ira y de dignidad que ya no esperabas, con ese punzón que sí que intuías que acabaría siendo clave en el desenlace final. Tremenda escena.

Maravillosa evolución del personaje protagonista, superando todos los límites de la dignidad humana, levantandose cuando parece que jamás cesaría el pisoteo que sufre y sacando lo peor de sí mismo para acabar con sus castigadores.

También a él le llega su penitencia al no poder pagar su castigo. Y es que, como dice la última escena del tren, un juez te puede absolver, pero el juez que llevas dentro jamás podrá hacerlo.
9
10 de junio de 2020 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se trata de una vuelta de tuerca a la degradación humana que ya había adelantado en anteriores peliculas.

De nuevo partimos de un hombre bueno, cotidiano, gris, que casi roza el patetismo en sus comportamientos. Al que van a arruinar su vida en un momento dado.

El director austriaco nos presenta a seres viles, sin moral alguna. Y no intenta entederles ni justificarles, simplemente nos muestra hasta donde pueden llegar y como arrastran a todos los que le rodean.

Y frente a ellos el personaje de Robinson, que poco a poco ve como todo se desmorona, sin poder y casi sin querer hacer nada por evitarlo. Pocas veces se ha presentado la maldad de manera tan extraordinaria.

Las actuaciones son espectaculares, los tres bordan sus personajes. Todos atados a obsesiones que les llevarán a la ruina: Robinson por Bennett, Bennett por Duryea, Duryea por el dinero.

De nuevo Lang dirige con esa pulcritud y metodismo que le caracteriza. Viendo la película uno tiene la sensación de que todo está en su lugar cuando tiene que estar y como tiene que estar.

La sensación de ahogo, de estar encerrados en un callejón sin salida es constante. La fotografía, esos planos picados, todo nos sumerge en la negrura de la historia.
9
16 de febrero de 2021 4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En el cine negro clásico (género por el que doy la vida) hay una series de elementos orquestados en los que giran los argumentos de estas películas, uno de ellos es el de la femme fatale (arquetípico personaje que comparten con las screwball comedies, pero aquí su función no es humorística), y Fritz Lang, el genio Fritz Lang, nos explica claro y conciso como funcionan las femmes fatales.

Joan Bennett, increíble por cierto, es la clave de la verdadera historia de la obra del director alemán. Con un Edward G. Robinson fuera de sus papeles de tipo duro del cine negro (pero que más da, si el se sale como quiere), nos trae a un hombrecito maduro e ingenuo que impulsado por unos deseos lujuriosos hacia el personaje de Bennett va recorriendo una odisea hacia los infiernos y a sus propios demonios. Lo mejor es el final, de lo que es mejor no comentar nada y dejárselo a ustedes.

La puesta en escena, que siempre es el punto fuerte del genio alemán, es tremenda, impresionante, altamente expresionista y rodeado por una pesadilla fatalista marca de la casa del cine negro que ayuda cada vez más a que el espectador se vaya corrompiendo con el protagonista hasta sentirte sucio cuando acaba la película (a la par que maravillado ante semejante obra maestra)
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow
    Bienvenido al nuevo buscador de FA: permite buscar incluso con errores ortográficos
    hacer búsquedas múltiples (Ej: De Niro Pacino) y búsquedas coloquiales (Ej: Spiderman de Tom Holland)
    Se muestran resultados para
    Sin resultados para