Brooklyn
6.6
13,518
Drama. Romance
En los años 50, la joven irlandesa Eilis Lacey decide abandonar Irlanda y viajar a los Estados Unidos, concretamente a Nueva York, donde conoce a Tony, un chico italiano con el que comienza a salir y del que se enamora. Pero, un día, a Eilis le llegan noticias de una triste noticia familiar y tendrá que decidir entre quedarse en su nuevo país o volver a su tierra natal. (FILMAFFINITY)
12 de abril de 2018
12 de abril de 2018
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay que diferenciar entre sencillamente simple de simplemente sencilla.
La película es muy simple y sencilla, pero consigue llegar a la fibra sensible del espectador y eso es suficiente hoy día para superar a un montón de mierda que no consigue conectar con el público.
Saoirse Ronan consigue algo que es muy dificil de ver en las películas de hoy día. Saoirse Ronan consigue transmitir las emociones a las que estaba encomendada. Y lo consigue dentro de una trama bien sencilla y simple, sin grandes alardes ni envoltorios y de forma solvente, que digo, más que solvente, de forma magistral. Y eso no es simple, eso es simplemente genial.
Creo que es una pelicula infravalorada por la crítica y que merece mejor puntuación.
La película es muy simple y sencilla, pero consigue llegar a la fibra sensible del espectador y eso es suficiente hoy día para superar a un montón de mierda que no consigue conectar con el público.
Saoirse Ronan consigue algo que es muy dificil de ver en las películas de hoy día. Saoirse Ronan consigue transmitir las emociones a las que estaba encomendada. Y lo consigue dentro de una trama bien sencilla y simple, sin grandes alardes ni envoltorios y de forma solvente, que digo, más que solvente, de forma magistral. Y eso no es simple, eso es simplemente genial.
Creo que es una pelicula infravalorada por la crítica y que merece mejor puntuación.
20 de enero de 2016
20 de enero de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Basada en la novela del mismo nombre, escrita por el irlandés Colm Tóibín, “Brooklyn” abre su camino contando la historia de una joven mujer que intercala su crecimiento personal con diversos factores externos que marcan su vida para siempre. Un relato ameno que ahonda en las vivencias de los inmigrantes llegados a Estados Unidos a partir del siglo anterior.
Esa joven es Eilis (Saoirse Ronan), quien trabaja apenas para sobrevivir en su natal país Irlanda. Gracias a su hermana y un padre de la iglesia católica, consigue la ayuda para trasladarse al continente americano, así terminar de formarse y vivir una nueva vida. Una vez allá, la chica se enfrenta a la dura vida de un inmigrante, lejos de sus seres queridos, pero también aprende a empezar desde cero y resurgir.
Si hay historias motivadoras, pocas lo son como “Brooklyn”. Su argumento fusiona tres temas: los inmigrantes, el romance y el crecimiento femenino, logrando un balance muy apacible en su narración. El personaje de Eilis es creado para vivir sus experiencias y encariñarnos a ella conforme avanza la historia. El espectador puede relacionarse (incluso, identificarse) y ser testigo de su evolución. Por parte de Nick Hornby (guion) y John Crowley (director) existe mucho tacto a la hora de representar la vida de la irlandesa.
Saoirse Ronan destaca en su papel, cargando con mucho sentimiento toda la historia. Lo maneja de tal forma que se acopla a esa evolución del personaje y termina convirtiéndose en Eilis por completo. El resto del reparto luce muy bien, con algunas brillantes intervenciones de Julie Walters como la señora del hogar en Brooklyn.Ambientación de época excelente y música para acentuar momentos oportunos engalanan el filme.
Si hay algo que se debe pedir sería más tiempo para desarrollar situaciones que quedaron un tanto ligeras en la cinta, más que todo, las ubicadas en Irlanda, luego de su primera mitad; ya que pudieron ofrecer un peso mayor en la protagonista. Por todo lo demás, se está ante una película agradable, de esas destinadas a dejar una sonrisa en el observador.
Calificación: 8 (Muy buena - Recomendable)
Esa joven es Eilis (Saoirse Ronan), quien trabaja apenas para sobrevivir en su natal país Irlanda. Gracias a su hermana y un padre de la iglesia católica, consigue la ayuda para trasladarse al continente americano, así terminar de formarse y vivir una nueva vida. Una vez allá, la chica se enfrenta a la dura vida de un inmigrante, lejos de sus seres queridos, pero también aprende a empezar desde cero y resurgir.
Si hay historias motivadoras, pocas lo son como “Brooklyn”. Su argumento fusiona tres temas: los inmigrantes, el romance y el crecimiento femenino, logrando un balance muy apacible en su narración. El personaje de Eilis es creado para vivir sus experiencias y encariñarnos a ella conforme avanza la historia. El espectador puede relacionarse (incluso, identificarse) y ser testigo de su evolución. Por parte de Nick Hornby (guion) y John Crowley (director) existe mucho tacto a la hora de representar la vida de la irlandesa.
Saoirse Ronan destaca en su papel, cargando con mucho sentimiento toda la historia. Lo maneja de tal forma que se acopla a esa evolución del personaje y termina convirtiéndose en Eilis por completo. El resto del reparto luce muy bien, con algunas brillantes intervenciones de Julie Walters como la señora del hogar en Brooklyn.Ambientación de época excelente y música para acentuar momentos oportunos engalanan el filme.
Si hay algo que se debe pedir sería más tiempo para desarrollar situaciones que quedaron un tanto ligeras en la cinta, más que todo, las ubicadas en Irlanda, luego de su primera mitad; ya que pudieron ofrecer un peso mayor en la protagonista. Por todo lo demás, se está ante una película agradable, de esas destinadas a dejar una sonrisa en el observador.
Calificación: 8 (Muy buena - Recomendable)
18 de febrero de 2016
18 de febrero de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las disyuntivas profesionales, familiares y amorosas que nos surgen a lo largo de nuestras vidas se presentan en este drama sobre inmigración donde una chica corriente deberá madurar y tomar decisiones realmente complicadas para seguir adelante. Humilde en escenografía y actuaciones, todo nos viene relatado de modo realista y pausado, haciendo creíbles las decisiones y comportamientos de unos personajes que vamos conociendo durante una historia que, sin ser demasiado innovadora, avanza con paso firme. Una oda al espíritu de la tierra de las oportunidades que venden y tanto gusta en Norteamérica.
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18 de febrero de 2016
18 de febrero de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde Irlanda llega la quinta película de John Crowley tras ‘Closed Circuit’ (2013) y haber dirigido dos capítulos de la segunda temporada de ‘True Detective’. Esta vez es un drama romántico de época, basado en la exitosa novela homónima de 2009 escrita por el, también irlandés, Colm Tóibín.
Adaptada por Nick Hornby, ‘Brooklyn’ cuenta la historia de Eilis Lacey (Saoirse Ronan), una chica irlandesa que acepta la invitación de un sacerdote amigo para emigrar a EEUU en busca de un cambio de vida, con la esperanza de cumplir sus sueños. En Brooklyn conoce a Tony Fiorello (Emory Cohen), un italiano residente del que se enamora y quien le da sentido a su difícil nueva vida, hasta que recibe una noticia que la obliga a volver a Irlanda, teniendo que tomar una difícil decisión.
Durante la década de los 50, muchos eran los irlandeses de clase media que dejaban su país natal en busca de una vida mejor. Barcos repletos de emigrantes partían hacia Norteamérica, con la incerteza de saber si serían o no bien recibidos. John Crowley, a diferencia de lo que se podría esperar, no se detiene en explicarnos esto en detalle. La ambientación, los personajes principales y su estilo de vida nos bastan para comprender el contexto social en el que se desarrolla ‘Brooklyn’ para centrarse en Eilis, su familia y sus nobles intenciones de un mejor pasar. Y acá es donde la eterna promesa Saoirse Ronan (‘The Lovely Bones’) se gradúa de actriz del más alto nivel, consagrando su corta carrera con una interpretación que responde a lo que el director intentaba plasmar: un trabajo sencillo, honesto y sin exageraciones, transmitiendo toda la inocencia de una niña que se hace mujer a partir de su independencia física, moral y emocional.
Tal como Ronan, el guión tampoco hace aspavientos ni pretende ser más de lo que quiere contar. No destaca de manera sobresaliente su fotografía ni su puesta en escena, sí mantiene un delicado equilibrio que es capaz de conmover y atraparnos con un relato que, si bien es lento y detallado respecto a las vivencias de Eilis, nos va entregando información que crece junto a la emocionalidad de la historia.
El reparto de secundarios también destaca por su excelente trabajo. Brid Brennan (‘Shadow Dancer’) y Fiona Glascott (‘Resident Evil’) le dan vida a la madre y la hermana de Eilis, todo lo que ella más ama en Irlanda; mientras que Emily Bett Rickards (‘Arrow’) y Eve Macklin (‘1000 Times Good Night’) le otorgan el humor necesario a la cinta, como las nuevas compañeras de pensión de Eilis en EEUU, dos presumidas y arribistas que terminan siendo una buena compañía. Incluso el trabajo de Emory Cohen (‘Four’) como el amor que ata a Eilis a su nueva vida, es sobrio y convincente.
Sin duda, la transición y el crecimiento personal son el eje fundamental de ‘Brooklyn’, que tiene a una conmovedora historia de amor como excusa para contarnos la evolución y la madurez de una mujer como tantas, que lejos de la comodidad familiar, decide tomar su propio rumbo. El riesgo acompaña a Eilis en todo momento, desde su primer viaje en barco, su nuevo hogar residencial, su nuevo trabajo y el amor como un ejercicio de exploración y aprendizaje. También es recuerdo y es nostalgia, tanto en la partida de Irlanda como tras su regreso, conviviendo con sus familiares y amigos nuevamente pero con la mente de un persona nueva, resuelta en decisiones pero oprimida ante lo inevitable y desconocido para sus más cercanos. Lo que siempre llamó “hogar” ahora es un nuevo espacio, o tal vez son dos: Brooklyn le entrega su felicidad que tanto anheló, su pueblo en Irlanda es todo lo que quería dejar atrás, excepto su familia. Esta dicotomía mueve a Eilis a tapar las huellas dejadas atrás y a reescribir su propia historia.
‘Brooklyn’ es una drama contundente que no pretende hacernos sufrir sino contemplarlo y disfrutar. Y Eilies es quien todos seremos, somos o fuimos alguna vez: esa persona a quien la vida nos dispone a empezar a pisar y tomar el camino que nuestro corazón indique, aunque un trozo de él se quede para siempre junto a todo lo que dejamos atrás.
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www.elotrocine.cl
Adaptada por Nick Hornby, ‘Brooklyn’ cuenta la historia de Eilis Lacey (Saoirse Ronan), una chica irlandesa que acepta la invitación de un sacerdote amigo para emigrar a EEUU en busca de un cambio de vida, con la esperanza de cumplir sus sueños. En Brooklyn conoce a Tony Fiorello (Emory Cohen), un italiano residente del que se enamora y quien le da sentido a su difícil nueva vida, hasta que recibe una noticia que la obliga a volver a Irlanda, teniendo que tomar una difícil decisión.
Durante la década de los 50, muchos eran los irlandeses de clase media que dejaban su país natal en busca de una vida mejor. Barcos repletos de emigrantes partían hacia Norteamérica, con la incerteza de saber si serían o no bien recibidos. John Crowley, a diferencia de lo que se podría esperar, no se detiene en explicarnos esto en detalle. La ambientación, los personajes principales y su estilo de vida nos bastan para comprender el contexto social en el que se desarrolla ‘Brooklyn’ para centrarse en Eilis, su familia y sus nobles intenciones de un mejor pasar. Y acá es donde la eterna promesa Saoirse Ronan (‘The Lovely Bones’) se gradúa de actriz del más alto nivel, consagrando su corta carrera con una interpretación que responde a lo que el director intentaba plasmar: un trabajo sencillo, honesto y sin exageraciones, transmitiendo toda la inocencia de una niña que se hace mujer a partir de su independencia física, moral y emocional.
Tal como Ronan, el guión tampoco hace aspavientos ni pretende ser más de lo que quiere contar. No destaca de manera sobresaliente su fotografía ni su puesta en escena, sí mantiene un delicado equilibrio que es capaz de conmover y atraparnos con un relato que, si bien es lento y detallado respecto a las vivencias de Eilis, nos va entregando información que crece junto a la emocionalidad de la historia.
El reparto de secundarios también destaca por su excelente trabajo. Brid Brennan (‘Shadow Dancer’) y Fiona Glascott (‘Resident Evil’) le dan vida a la madre y la hermana de Eilis, todo lo que ella más ama en Irlanda; mientras que Emily Bett Rickards (‘Arrow’) y Eve Macklin (‘1000 Times Good Night’) le otorgan el humor necesario a la cinta, como las nuevas compañeras de pensión de Eilis en EEUU, dos presumidas y arribistas que terminan siendo una buena compañía. Incluso el trabajo de Emory Cohen (‘Four’) como el amor que ata a Eilis a su nueva vida, es sobrio y convincente.
Sin duda, la transición y el crecimiento personal son el eje fundamental de ‘Brooklyn’, que tiene a una conmovedora historia de amor como excusa para contarnos la evolución y la madurez de una mujer como tantas, que lejos de la comodidad familiar, decide tomar su propio rumbo. El riesgo acompaña a Eilis en todo momento, desde su primer viaje en barco, su nuevo hogar residencial, su nuevo trabajo y el amor como un ejercicio de exploración y aprendizaje. También es recuerdo y es nostalgia, tanto en la partida de Irlanda como tras su regreso, conviviendo con sus familiares y amigos nuevamente pero con la mente de un persona nueva, resuelta en decisiones pero oprimida ante lo inevitable y desconocido para sus más cercanos. Lo que siempre llamó “hogar” ahora es un nuevo espacio, o tal vez son dos: Brooklyn le entrega su felicidad que tanto anheló, su pueblo en Irlanda es todo lo que quería dejar atrás, excepto su familia. Esta dicotomía mueve a Eilis a tapar las huellas dejadas atrás y a reescribir su propia historia.
‘Brooklyn’ es una drama contundente que no pretende hacernos sufrir sino contemplarlo y disfrutar. Y Eilies es quien todos seremos, somos o fuimos alguna vez: esa persona a quien la vida nos dispone a empezar a pisar y tomar el camino que nuestro corazón indique, aunque un trozo de él se quede para siempre junto a todo lo que dejamos atrás.
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24 de febrero de 2016
24 de febrero de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los que nunca hemos emigrado de nuestro país no podremos sentir lo que sintieron los miles de inmigrantes irlandeses al viajar a América por una vida mejor en los años 50. Sin duda, el cambio cultural y social tuvo que ser devastador. Brooklyn se basa en la novela de Colm Toibin que, perfectamente, se puede basar en millones de historias reales.
En los años 50, Eilis Lacey (Saoirse Ronan) es una joven irlandesa que decide emigrar a Nueva York ante la pobre situación económica en su país. Allí conoce a Tony (Emory Cohen) del que se enamora. Sin embargo, ciertas circunstancias hacen que tenga que elegir entre su amada Irlanda y su deseada América.
La personalidad irlandesa es una de las más fuertes que existen. Para un irlandés, marcharse de su país y encontrase en otra tierra, con otra gente, es lo más doloroso del mundo. Brooklyn juega con los sentimientos nacionales de Irlanda impregnando el celuloide de esa morriña por el país del Leprechaun. Pese a ello, el mayor reto del director es invertir los sentimientos a mitad del film y hacer que su protagonista eche tanto de menos Irlanda como que no quiera volver. Quizá lo que es un reto para el director, no lo es para el espectador. La (costumbrista) historia, no deja lugar a sorpresas, por lo tanto el espectador no tendrá mucha dificultad en adivinar cómo resuelve la protagonista su difícil dilema.
Pese a ello, la película no decepciona y esto tiene una razón: Saoirse Ronan. La actriz neoyorquina deslumbra en cada plano que aparece, su sencillez, pero su melancolía son la principal razón que levantan la película. De hecho, su actuación es tan convincente, que su relación con Emory Cohen (Tony, en la película) es magnética y apasionante. Es imaginable que la principal clave del éxito de la película (nominaciones a los Oscar incluidas) vienen dadas por la potencia interpretativa de la actriz, no de la película en sí. Por su parte, Brooklyn le servirá a Cohen para catapultar su carrera como actor. La película se completa con varios secundarios que, pese a no defraudar, no estaban hechos para destacar: Domhnall Gleeson, Jim Broadbent y Julie Walters.
Brooklyn es un film que emocionará a los que tengan la lágrima más fácil. Sin embargo, en ningún momento sorprende. Quien se disponga a verla, no se va a encontrar nada nuevo, nada que nunca haya visto. Sin embargo, si hay algo en ella que hará que el visionado merezca la pena, eso es Saoirse Ronan. La joven actriz realiza la actuación de su carrera, trabajo que bien le mereció varias nominaciones al Oscar, al Bafta, a los Premios de la Crítica, a los Globos de Oro y al Sindicato de Actores; además de doce premios por diversas asociaciones de la crítica en Estados Unidos. Premios que objetivan a una actriz en estado de gracia.
En los años 50, Eilis Lacey (Saoirse Ronan) es una joven irlandesa que decide emigrar a Nueva York ante la pobre situación económica en su país. Allí conoce a Tony (Emory Cohen) del que se enamora. Sin embargo, ciertas circunstancias hacen que tenga que elegir entre su amada Irlanda y su deseada América.
La personalidad irlandesa es una de las más fuertes que existen. Para un irlandés, marcharse de su país y encontrase en otra tierra, con otra gente, es lo más doloroso del mundo. Brooklyn juega con los sentimientos nacionales de Irlanda impregnando el celuloide de esa morriña por el país del Leprechaun. Pese a ello, el mayor reto del director es invertir los sentimientos a mitad del film y hacer que su protagonista eche tanto de menos Irlanda como que no quiera volver. Quizá lo que es un reto para el director, no lo es para el espectador. La (costumbrista) historia, no deja lugar a sorpresas, por lo tanto el espectador no tendrá mucha dificultad en adivinar cómo resuelve la protagonista su difícil dilema.
Pese a ello, la película no decepciona y esto tiene una razón: Saoirse Ronan. La actriz neoyorquina deslumbra en cada plano que aparece, su sencillez, pero su melancolía son la principal razón que levantan la película. De hecho, su actuación es tan convincente, que su relación con Emory Cohen (Tony, en la película) es magnética y apasionante. Es imaginable que la principal clave del éxito de la película (nominaciones a los Oscar incluidas) vienen dadas por la potencia interpretativa de la actriz, no de la película en sí. Por su parte, Brooklyn le servirá a Cohen para catapultar su carrera como actor. La película se completa con varios secundarios que, pese a no defraudar, no estaban hechos para destacar: Domhnall Gleeson, Jim Broadbent y Julie Walters.
Brooklyn es un film que emocionará a los que tengan la lágrima más fácil. Sin embargo, en ningún momento sorprende. Quien se disponga a verla, no se va a encontrar nada nuevo, nada que nunca haya visto. Sin embargo, si hay algo en ella que hará que el visionado merezca la pena, eso es Saoirse Ronan. La joven actriz realiza la actuación de su carrera, trabajo que bien le mereció varias nominaciones al Oscar, al Bafta, a los Premios de la Crítica, a los Globos de Oro y al Sindicato de Actores; además de doce premios por diversas asociaciones de la crítica en Estados Unidos. Premios que objetivan a una actriz en estado de gracia.
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