Los cuatrocientos golpes
1959 

8.0
33,092
Drama
Con sólo catorce años, Antoine Doinel se ve obligado no sólo a ser testigo de los problemas conyugales de sus padres, sino también a soportar las exigencias de un severo profesor. Un día, asustado porque no ha cumplido un castigo impuesto por el maestro, decide hacer novillos con su amigo René. Inesperadamente, ve a su madre en compañía de otro hombre; la culpa y el miedo lo arrastran a una serie de mentiras que poco a poco van calando ... [+]
3 de marzo de 2006
3 de marzo de 2006
8 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es curioso que de un movimiento tan rompedor en su momento como la nouvelle vague, apenas son recordadas las películas que se encuadraron dentro de él y yo mismo he revisado algunas de ellas y me resultaron cuando menos tediosas y torpes.
Sin embargo el caso de Los cuatrocientos golpes es diferente, pues fue el inicio y creo que la cumbre de Truffaut a la vez y el tiempo no ha hecho mella apenas en ella.
Es una dura, muy dura historia pero contada con mucha ligereza y dinamismo, que no logran evitar momentos cargados de emoción como aquél en que Antoine Doinel es trasladado mientras mira las luces de la ciudad que se reflejan en su triste rostro, así como el famoso y excelente final
No es por nada, pero es que las grandes historias suelen ser pesimistas
Sin embargo el caso de Los cuatrocientos golpes es diferente, pues fue el inicio y creo que la cumbre de Truffaut a la vez y el tiempo no ha hecho mella apenas en ella.
Es una dura, muy dura historia pero contada con mucha ligereza y dinamismo, que no logran evitar momentos cargados de emoción como aquél en que Antoine Doinel es trasladado mientras mira las luces de la ciudad que se reflejan en su triste rostro, así como el famoso y excelente final
No es por nada, pero es que las grandes historias suelen ser pesimistas
9 de junio de 2009
9 de junio de 2009
7 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Muestra como diversos actos desafortunados pueden condicionar el resto de la vida de una persona hasta niveles inimaginables.
Ilustra el lado oscuro de la pedagogía tanto en la casa como en la escuela. Para sus maestros es un caso perdido, sus padres no saben como educarle mientras las instituciones hacen oídos sordos "no es nuestra responsabilidad".
Ilustra el lado oscuro de la pedagogía tanto en la casa como en la escuela. Para sus maestros es un caso perdido, sus padres no saben como educarle mientras las instituciones hacen oídos sordos "no es nuestra responsabilidad".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Si fuera una película normal Antoine acabaría suicidándose o bien dejando de ser un chico problemático. Y de ahí el espectador no tendría problemas en tomar una conclusión en base al final de la historia.
Sin embargo, la vida no es blanco o negro, sino que los problemas no no siempre tienen un final determinado. Truffaut, que narra partes de su propia vida, pretende que el espectador, acostumbrado a ser sujeto pasivo, se sienta incómodo al descubrir que no se lo dan todo mascado sino que deberá ser él mismo el que tome sus propias conclusiones sobre la historia narrada.
Sin embargo, la vida no es blanco o negro, sino que los problemas no no siempre tienen un final determinado. Truffaut, que narra partes de su propia vida, pretende que el espectador, acostumbrado a ser sujeto pasivo, se sienta incómodo al descubrir que no se lo dan todo mascado sino que deberá ser él mismo el que tome sus propias conclusiones sobre la historia narrada.
8 de marzo de 2010
8 de marzo de 2010
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es díficil describir con palabras esta película, es una película que te llega hasta el fondo y te hace reflexionar. Truffaut logra realizar una crítica social sobre la adolescencia y la sociedad de la época mostrando las vivencias de un chico de doce años con bastante mala pata cuya vida es una mierda, en su casa no le comprenden y con cuyos padres no acaba de congeniar. Es una fuerte crítica sobre la sociedad y sobre cómo se trata y prepara (mal) a la juventud para la vida adulta, mostrándonos en muchos casos el antes y el después. El reparto cumple, sobre todo el personaje principal, la fotografía es magnífica, la música excepcional y una dirección más que destacable consiguiendo gracias a escenas sin cortes, pocos diálogos ó primeros planos identificarnos con los personajes y hacer que incluso nos den pena. También destacar el final, un tanto abierto que es magnífico destacar que no es una película que se haga pesada, gracias en parte a su duración.
Todo esto junto hace que se convierta en una película plenamente para disfrutarla. Espero que lo hagáis tanto cómo lo hize yo.
Todo esto junto hace que se convierta en una película plenamente para disfrutarla. Espero que lo hagáis tanto cómo lo hize yo.
11 de agosto de 2010
11 de agosto de 2010
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los malos tratos en la infancia no siempre llevan a la perdición. A veces, te convierten en un diamante que, tras muchos cincelazos, hacen que aflore tu brillo y que estés preparado para traer gracia al mundo. Surge, en ésto, una pregunta, ¿Por qué si tantos otros se pierden para siempre como consecuencia del maltrato, a qué se debe que, algunos chicos, encuentren la luz? Creo yo que, lo que ocurre, es que otra suerte de estímulos llega también a su existencia. Mientras algunos los apalean, los desconocen y los animan a experimentar lo indebido, otros seres les muestran la senda del entendimiento, la dignidad y la trascendencia. Lo que cada uno le aporta es su elección y es eso lo que, finalmente, los hace fuertes en la brecha.
Imagino que, algo así le ocurrió a, François Truffaut, y al dedicarle esta semiautobiográfica opera prima al crítico de cine, André Bazin, está haciendo un reconocimiento a la relevancia que tuvo para su vida el que él le abriera las puertas de la revista, Cahiers du Cinema, donde pudo ejercer su particular Crítica de Cine. Sólo seguía dar el paso hacia la realización cinematográfica, y ya la experiencia vivencial estaba dada para convertirla en arte.
<<LOS CUATROCIENTOS GOLPES>>, habla de la educación, tal y como la entiende gran parte de la sociedad del siglo XX (¿Y la del XXI?): Educar es reprimir y domesticar; transmitir dogmas y conocimientos memorísticos; moldear, enseñar sin ejemplo, castigar y liberarse de aquel que no accede a obedecer. Así, tenemos a una juventud subyugada y lerda, incapaz de contribuir a la evolución del mundo. Sin rubor alguno, en la película se plantea un serio alegato contra la educación represiva e impositiva provenga de los padres o los docentes; y queda sentado que es la sociedad adulta la que, ensañándose con los jóvenes, les niega toda autenticidad y los pone en camino de la degradación.
François Truffaut, define con claridad el proceso que sigue a todo intento de domesticar a un niño en cuyas entrañas bulle la libertad y el ansia de ser; y, Jean-Pierre Léaud, logra imprimir a su personaje sensibilidad y suficiente carisma como para que lo sintamos muy cerca.
El filme está muy bien concebido y algunas imágenes son de una gran contundencia en su significado. Como ejemplos: los niños, tras huir de la escuela, girando en esa licuadora mecánica (el mundo) observados por una sociedad fantasmal e indiferente; o el picado desde un edificio, donde un profesor lleva en hilera a sus alumnos por la calle (intento de domesticación) y ellos se van escapando, de a pocos, al paso por cada tienda y por cada esquina. Se nota que, Truffaut, entendió el lenguaje de su maestro Renoir, y no sólo se compromete con un reflejo de la sociedad actual, sino que induce al espectador a que tome partido en las reflexiones.
El objetivo supremo del arte ha de ser la libertad del hombre.
Imagino que, algo así le ocurrió a, François Truffaut, y al dedicarle esta semiautobiográfica opera prima al crítico de cine, André Bazin, está haciendo un reconocimiento a la relevancia que tuvo para su vida el que él le abriera las puertas de la revista, Cahiers du Cinema, donde pudo ejercer su particular Crítica de Cine. Sólo seguía dar el paso hacia la realización cinematográfica, y ya la experiencia vivencial estaba dada para convertirla en arte.
<<LOS CUATROCIENTOS GOLPES>>, habla de la educación, tal y como la entiende gran parte de la sociedad del siglo XX (¿Y la del XXI?): Educar es reprimir y domesticar; transmitir dogmas y conocimientos memorísticos; moldear, enseñar sin ejemplo, castigar y liberarse de aquel que no accede a obedecer. Así, tenemos a una juventud subyugada y lerda, incapaz de contribuir a la evolución del mundo. Sin rubor alguno, en la película se plantea un serio alegato contra la educación represiva e impositiva provenga de los padres o los docentes; y queda sentado que es la sociedad adulta la que, ensañándose con los jóvenes, les niega toda autenticidad y los pone en camino de la degradación.
François Truffaut, define con claridad el proceso que sigue a todo intento de domesticar a un niño en cuyas entrañas bulle la libertad y el ansia de ser; y, Jean-Pierre Léaud, logra imprimir a su personaje sensibilidad y suficiente carisma como para que lo sintamos muy cerca.
El filme está muy bien concebido y algunas imágenes son de una gran contundencia en su significado. Como ejemplos: los niños, tras huir de la escuela, girando en esa licuadora mecánica (el mundo) observados por una sociedad fantasmal e indiferente; o el picado desde un edificio, donde un profesor lleva en hilera a sus alumnos por la calle (intento de domesticación) y ellos se van escapando, de a pocos, al paso por cada tienda y por cada esquina. Se nota que, Truffaut, entendió el lenguaje de su maestro Renoir, y no sólo se compromete con un reflejo de la sociedad actual, sino que induce al espectador a que tome partido en las reflexiones.
El objetivo supremo del arte ha de ser la libertad del hombre.
9 de enero de 2011
9 de enero de 2011
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un chico de 12 años de edad está abandonado a su suerte en una familia sin amor y tampoco puede soportar la escuela. Todos los intentos para que sus padres y sus profesores le hagan caso, provocan el efecto contrario, de modo que finalmente es ingresado en un hogar para huérfanos.
Gran estreno cinematográfico de Truffaut que evita en todo momento el sentimentalismo y muestra una notable atención por todos los pequeños matices en el rostro cerrado del joven Léaud.
Gran estreno cinematográfico de Truffaut que evita en todo momento el sentimentalismo y muestra una notable atención por todos los pequeños matices en el rostro cerrado del joven Léaud.
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