To the Wonder: Deberás amar
5.2
5,146
Romance. Drama
Neil (Ben Affleck), un norteamericano aspirante a escritor, y Marina (Olga Kurylenko), una madre soltera europea, se conocen en París y disfrutan de un momento de idilio en la isla francesa de St Michel, revitalizados por las sensaciones de estar de nuevo enamorados. Neil ha dejado su país buscando una vida mejor, dejando atrás una serie de hechos dolorosos. Mirando a Marina a los ojos, Neil cree estar seguro de que ha encontrado a la ... [+]
3 de julio de 2013
3 de julio de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Historias he visto muchas, libros mostrados como películas, cine en donde solo cuenta una historia, donde todo recae en un libreto, y lo demás se usa para dar fuerza a ese libreto, logrando así una película. ¿Pero qué es lo que sucede cuando se va más allá?
Esto es To The Wonder, un film diferente, una película que pone en juego nuestra forma de percibir el cine. En este sentido es válido decir que no es apta para todo el público, puesto que no todos la disfrutarían como es debido. Esta película nos induce a un pensamiento no tan lineal, no nos explica lo que sucede por completo, porque ¿Cómo podría explicarse ese amor? Ese sentimiento tan subjetivo, que cada quien siente a su modo. Malick no presenta una estúpida historia romántica, por el contrario juega con las sensaciones de los personajes, y explica todo de una manera artística, a través del lenguaje corporal, regalándonos en esta película toda una obra de arte poética.
Aunque para algunos, los detalles técnicos de esta película puedan resultar muy repetitivos y aburridos. Esto no debe tacharse, porque es el lenguaje que el director utiliza para su obra, reemplazando los libretos y llegando de un modo más directo a nuestra sensibilidad, haciéndolo con la cámara como tal, haciendo cine en una altísima expresión, sin necesidad –en varias escenas- de música, u otros efectos especiales. Haciéndonos pensar en lo que jamás se ve y solo se siente, lo que siempre pasa sin ser visto.
Además esta película es un experimento, un nuevo modo de contar una historia, un acercamiento subjetivo, puede resultar decepcionante para algunos, pero hay que saber entenderla, así resulta una de las mejores películas del año pasado, siendo quizá una de las más sinceras y originales, pues aunque se trate de una relación amorosa, innova en la sencillez y sutileza con la que logra entrar y transmitir un estado tan profundo del ser. Si alguien busca una película espiritual, esta es la película indicada.
To The Wonder, un ver cine para aquellos que buscan lo trascendente.
Esto es To The Wonder, un film diferente, una película que pone en juego nuestra forma de percibir el cine. En este sentido es válido decir que no es apta para todo el público, puesto que no todos la disfrutarían como es debido. Esta película nos induce a un pensamiento no tan lineal, no nos explica lo que sucede por completo, porque ¿Cómo podría explicarse ese amor? Ese sentimiento tan subjetivo, que cada quien siente a su modo. Malick no presenta una estúpida historia romántica, por el contrario juega con las sensaciones de los personajes, y explica todo de una manera artística, a través del lenguaje corporal, regalándonos en esta película toda una obra de arte poética.
Aunque para algunos, los detalles técnicos de esta película puedan resultar muy repetitivos y aburridos. Esto no debe tacharse, porque es el lenguaje que el director utiliza para su obra, reemplazando los libretos y llegando de un modo más directo a nuestra sensibilidad, haciéndolo con la cámara como tal, haciendo cine en una altísima expresión, sin necesidad –en varias escenas- de música, u otros efectos especiales. Haciéndonos pensar en lo que jamás se ve y solo se siente, lo que siempre pasa sin ser visto.
Además esta película es un experimento, un nuevo modo de contar una historia, un acercamiento subjetivo, puede resultar decepcionante para algunos, pero hay que saber entenderla, así resulta una de las mejores películas del año pasado, siendo quizá una de las más sinceras y originales, pues aunque se trate de una relación amorosa, innova en la sencillez y sutileza con la que logra entrar y transmitir un estado tan profundo del ser. Si alguien busca una película espiritual, esta es la película indicada.
To The Wonder, un ver cine para aquellos que buscan lo trascendente.
2 de octubre de 2013
2 de octubre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Al igual que "El árbol de la vida" una peli llena de simbolismos, bellísimas imágenes, música e historias que sólo te llenarán si no tienes la mente vaga. Creo que Malick con su cine hace lo mismo que esos libros de autoayuda, mientras los lees asientes con la cabeza como diciendo "qué razón tiene" pero en cuanto cierras el libro lo olvidas y no te sirve de nada. Igual Malick, con estímulos auditivos y visuales consigue acernos interiorizar esas verdades, esos consejos que todos necesitamos para crecer.
Me gustó la interpretación sobre todo de Javier Bardén, y también la de Kurylenko, los diálogos magníficos, eso si, se ven, no se oyen, pues los personajes hablan con miradas y expresiones faciales.
En definitiva cine, mensaje y provecho para quien no espera ver el típico cine de palomitas.
Me gustó la interpretación sobre todo de Javier Bardén, y también la de Kurylenko, los diálogos magníficos, eso si, se ven, no se oyen, pues los personajes hablan con miradas y expresiones faciales.
En definitiva cine, mensaje y provecho para quien no espera ver el típico cine de palomitas.
4 de abril de 2014
4 de abril de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
A decir verdad, no comprendo muy bien a los miembros de la crítica (ya sea especializada o amateur) que han despotricado de esta película, tampoco entiendo que algunos que han puntuado a “El árbol de la vida” con un sobresaliente, ahora suspendan sin pudor a “To the wonder”.
Es verdad que la anterior película de Terrence Malick es mejor que esta, ante esto no se puede argumentar nada, pero tampoco hay tantísima diferencia entre la una y la otra. Es cierto que en esta ocasión, Malick lleva al paroxismo todas las características que hacían a "El árbol de la vida” una obra maestra única: el montaje fragmentadísimo, la ausencia casi completa de diálogos, el uso (en esta ocasión, casi abuso) de la voz en off, la casi total ausencia de acción... todo esto puede llevar a la fatiga.
Todo el mundo que se ponga a ver una película de Terrence Malick sabe que es un director de impresiones, con unas metáforas visuales a veces sutiles y a veces no tanto, que antepone la reflexión a la acción. Un cineasta muy lírico, si se me permite la expresión. Ha sido capaz de reflexionar (y nosotros con él) sobre la sinrazón de la guerra, sobre el enfrentamiento entre civilización y barbarie (o mejor entre progreso y naturaleza) o sobre el origen de la vida y el sentido de la misma y sobre el dolor que ella conlleva. Ahora nos habla del amor, que como todo ser vivo nace, crece y, a veces sin remedio y precipitadamente, muere. Del amor o del concepto de crisis, una crisis tanto amorosa como espiritual, la primera encarnada por Olga Kurylenko y la segunda por Javier Bardem y sus esfuerzos denodados por salir de esa crisis y volver a sentirse plenos pero, teniendo la certeza en el fondo, o más bien intuyéndola, de que ya nunca volverán a sentirse como antes, ya nunca se podrán sentir que van “hacia la maravilla”.
Supongo que trabajar con Malick no debe ser fácil para los actores ya que hay poquísimas escenas de diálogo y hay que y transmitir casi exclusivamente con lenguaje corporal dando al espectador casi sólo impresiones y salen más o menos airosos los cuatro actores principales: Ben Affleck, Olga Kurylenko, Rachel McAdams y, en menor medida, Javier Bardem.
En definitiva, no es una película fácil y exige mucho al espectador, lo que ocurre en esta ocasión es que todos los hallazgos visuales, todas sus metáforas, su montaje... en esta ocasión es menos perfecto que en otras ocasiones. Una película sensible y personal aunque menos redonda, quizá por las “prisas” que se ha metido Malick en terminarla. Un film fascinante como todos los suyos porque a mí, por lo menos, siempre se me queda la sensación con sus películas de que se me escapa algo.
Es verdad que la anterior película de Terrence Malick es mejor que esta, ante esto no se puede argumentar nada, pero tampoco hay tantísima diferencia entre la una y la otra. Es cierto que en esta ocasión, Malick lleva al paroxismo todas las características que hacían a "El árbol de la vida” una obra maestra única: el montaje fragmentadísimo, la ausencia casi completa de diálogos, el uso (en esta ocasión, casi abuso) de la voz en off, la casi total ausencia de acción... todo esto puede llevar a la fatiga.
Todo el mundo que se ponga a ver una película de Terrence Malick sabe que es un director de impresiones, con unas metáforas visuales a veces sutiles y a veces no tanto, que antepone la reflexión a la acción. Un cineasta muy lírico, si se me permite la expresión. Ha sido capaz de reflexionar (y nosotros con él) sobre la sinrazón de la guerra, sobre el enfrentamiento entre civilización y barbarie (o mejor entre progreso y naturaleza) o sobre el origen de la vida y el sentido de la misma y sobre el dolor que ella conlleva. Ahora nos habla del amor, que como todo ser vivo nace, crece y, a veces sin remedio y precipitadamente, muere. Del amor o del concepto de crisis, una crisis tanto amorosa como espiritual, la primera encarnada por Olga Kurylenko y la segunda por Javier Bardem y sus esfuerzos denodados por salir de esa crisis y volver a sentirse plenos pero, teniendo la certeza en el fondo, o más bien intuyéndola, de que ya nunca volverán a sentirse como antes, ya nunca se podrán sentir que van “hacia la maravilla”.
Supongo que trabajar con Malick no debe ser fácil para los actores ya que hay poquísimas escenas de diálogo y hay que y transmitir casi exclusivamente con lenguaje corporal dando al espectador casi sólo impresiones y salen más o menos airosos los cuatro actores principales: Ben Affleck, Olga Kurylenko, Rachel McAdams y, en menor medida, Javier Bardem.
En definitiva, no es una película fácil y exige mucho al espectador, lo que ocurre en esta ocasión es que todos los hallazgos visuales, todas sus metáforas, su montaje... en esta ocasión es menos perfecto que en otras ocasiones. Una película sensible y personal aunque menos redonda, quizá por las “prisas” que se ha metido Malick en terminarla. Un film fascinante como todos los suyos porque a mí, por lo menos, siempre se me queda la sensación con sus películas de que se me escapa algo.
2 de julio de 2014
2 de julio de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Injustamente infravalorada, mucha gente piensa que esta película sólo es preciosismo visual, y una exquisita banda sonora.
No estoy de acuerdo. Claro que se pasa lento, como todas las de Malick , pero a estas alturas los que hayan oído hablar de él deberían saberlo. Cuenta una historia simple y sencilla, pero de una profundidad muy grande, y no es gafapastería lo que digo. Esta película no es un postureo, sino una bella historia de amor basada en tantas otras: amoríos e infidelidad en el cine hay hasta decir basta. Su valor radica en las dos distintas posturas distintas que toma frente al amor.
El amor más precioso, entendido como querer compartir toda una vida con otra persona implica sacrificios tan grandes, el amor tan raro de encontrar.
El amor entendido como una obligación, que se convierte en un auténtico tormento en tanto deber y no una acción voluntaria.
Malick entrecruza ambas posturas e historias con verdadera maestría. No es lo mejor del cine, ni siquiera de su filmografía, pero en su imperfección me encantó.
No estoy de acuerdo. Claro que se pasa lento, como todas las de Malick , pero a estas alturas los que hayan oído hablar de él deberían saberlo. Cuenta una historia simple y sencilla, pero de una profundidad muy grande, y no es gafapastería lo que digo. Esta película no es un postureo, sino una bella historia de amor basada en tantas otras: amoríos e infidelidad en el cine hay hasta decir basta. Su valor radica en las dos distintas posturas distintas que toma frente al amor.
El amor más precioso, entendido como querer compartir toda una vida con otra persona implica sacrificios tan grandes, el amor tan raro de encontrar.
El amor entendido como una obligación, que se convierte en un auténtico tormento en tanto deber y no una acción voluntaria.
Malick entrecruza ambas posturas e historias con verdadera maestría. No es lo mejor del cine, ni siquiera de su filmografía, pero en su imperfección me encantó.
26 de julio de 2014
26 de julio de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El director norteamericano parece haber cogido la carrerilla en estos próximos años al tener preparados cuatro proyectos (incluyendo éste) para los próximos años tras haber realizado sólo cinco películas en 37 años, y un servidor lo agradece.
El filme que nos incumbe ahora sigue los ecos de la excepcional "El árbol de la vida" tratando un tema más intimista aunque universal para todo ser humano, es decir, el existencialismo que Malick siempre trata en sus filmes también está presente en ésta pequeña obra.
Los temas de la fe, la unión humana con la naturaleza, el perdón, el deber y el amor pululan durante todos los minutos de otra proeza malickiana que vuelve a demostrar que es el único experto en sacar el alma del espectador de su cuerpo durante los viajes cinematográficos que el nos ha presentado durante cuarenta años de carrera.
El tema del amor, la viveza y el ocaso de éste, es el centro y con él la tesis de que las personas amarán en todo momento de su vida, sea ídilico o tormentoso y que hay que sacrificarse y afrontar responsabilidades ante la compañía que tenemos a nuestro lado.
Una Olga Kurylenko en el papel de su vida y el tándem Malick-Lubezki tan bien conjugado vuelven a atravesar nuestro corazón y a realizar sensaciones en nosotros que toda persona debería probar para sentirse completa. Gracias Malick por enseñarnos la vida desde el alma.
El filme que nos incumbe ahora sigue los ecos de la excepcional "El árbol de la vida" tratando un tema más intimista aunque universal para todo ser humano, es decir, el existencialismo que Malick siempre trata en sus filmes también está presente en ésta pequeña obra.
Los temas de la fe, la unión humana con la naturaleza, el perdón, el deber y el amor pululan durante todos los minutos de otra proeza malickiana que vuelve a demostrar que es el único experto en sacar el alma del espectador de su cuerpo durante los viajes cinematográficos que el nos ha presentado durante cuarenta años de carrera.
El tema del amor, la viveza y el ocaso de éste, es el centro y con él la tesis de que las personas amarán en todo momento de su vida, sea ídilico o tormentoso y que hay que sacrificarse y afrontar responsabilidades ante la compañía que tenemos a nuestro lado.
Una Olga Kurylenko en el papel de su vida y el tándem Malick-Lubezki tan bien conjugado vuelven a atravesar nuestro corazón y a realizar sensaciones en nosotros que toda persona debería probar para sentirse completa. Gracias Malick por enseñarnos la vida desde el alma.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here