12 horas para sobrevivir: El año de la elección
2016 

5.2
13,292
Thriller. Terror. Acción
Han pasado dos años desde que el ex-sargento de policía Leo Barnes (Frank Grillo) decidió no vengarse del hombre que mató a su hijo. Ahora Barnes dirige al equipo de seguridad que se encarga de proteger a la senadora Charlie Roan (Elizabeth Mitchell), una candidata a la Presidencia que reivindica la supresión de La Purga anual, que consiste en permitir, una noche al año, cualquier actividad criminal, incluído el asesinato. Roan ... [+]
22 de julio de 2016
22 de julio de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No es ningún secreto que la Purga se nutre, en su concepto, de una considerable dosis de sátira casi macarra.
Es decir, si disfrutamos de cada una de sus entregas es sobre todo porque queremos ver cuál es la siguiente barbaridad que van a sacar para impactarnos, ya sea como antinaturales rituales para matar o en la forma de los inquietantes purificadores con sus máscaras a medio camino entre la parodia y lo macabro.
La cuestión ideológica siempre ha estado ahí, y se podría decir que no desarrollarla del todo adecuadamente forma parte de la identidad de la saga, pero tampoco se deja sin tocar en absoluto, porque tanto la primera como la segunda dejaban la cuestión de la moralidad en el aire: nunca se sabe cuán bestias podemos ser si se nos da la oportunidad.
'Election: La Noche de las Bestias', quizá pensando en las próximas elecciones presidenciales que anticipan retazos de este futuro imperfecto, elige meterse de lleno y más que sus predecesoras en el fondo político detrás de la Purga, lo que es una agradable novedad.
La senadora Charlie Roan sufrió en sus carnes el salvajismo de un purificador de la Purga, y eso le dió valentía suficiente para meterse a política en contra de la tradición: por primera vez, la historia abre dos días antes de la noche señalada, dejándonos ver el clima polarizado de un país que no tiene claro cuánto se beneficia de que una noche al año cualquier depravado pueda dejar sus escrúpulos en un cajón.
Y por primera vez también, le ponemos cara a los responsables de eso, reunidos en su despacho de Washington y elegantemente vestidos, ladrando contra quien osa desafiar su poder. La Purga tiene la cara de los ricos y poderosos, porque los desfavorecidos (inmigrantes o pequeños comerciantes) no se benefician de ella en absoluto, no cuando toda su vida puede depender de que puedan defenderse una sola noche.
No deja de ser una reducción enorme que además carece de sutilidad (ni un solo latino o negro malvado, ni un solo rico blanco decente) pero tampoco afecta mucho al conjunto de la historia y la dota de profundidad: vemos caras en ambos bandos, personas y límites que no se deben cruzar, de lo que hasta ahora había sido violencia anónima sin sentido.
Aún así, y lamentablemente, los aciertos de la historia acaban ahí, porque desaprovecha las posibilidades que le brinda una población enloquecida, al borde de la furia porque su fiesta favorita puede cancelarse. Hay retazos de eso en surrealistas momentos como una guillotina decapitando en medio de la calle, o el Lincoln Memorial (símbolo de la libertad y la conciencia social) arrasado a sangre y fuego, dejando claro que la moral de la sociedad actual está tan podrida como sus métodos, pero todo se centra en una machacona persecución de la senadora Charlie a través de las calles mientras está custodiada por Leo Barnes (Frank Grillo, de nuevo haciendo mucho con poco).
Pasar la noche de la Purga viendo a mercenarios perseguir a la senadora y a su jefe de seguridad es desaprovechar todo el contexto de terror que inspira, sobre todo cuando los momentos alejados de ese esquema son tan potentes (y tan aislados, por desgracia).
Una niña rica se viste con sus amigas para purgar, con escotazo y tacones, como si saliera de fiesta pero buscando sangre en sus coches caros. Un grupo de extranjeros se disfrazan de versiones macabras de iconos americanos, y aterrorizan las calles celebrando la grandeza de Norteamérica.
Son imágenes de pesadilla que habrían ayudado a dar potencia a ese esfuerzo de la película por declararse políticamente, pero son tan breves que apenas nos llegan más allá de la novedad inicial, todo para volver a una persecución que carece de esa ironía retorcida porque se asemeja a cualquier historia de acción, y hasta Grillo tiene poco que hacer si ya no es un justiciero de incierta moralidad.
Lo que podría haber sido un buen broche a una interesante trilogía se queda en buenas ideas, que por tomarse demasiado en serio traicionan lo que venía siendo su identidad.
Esa Norteamérica poblada por asesinos en potencia merecía ser más terrorífica, en vez de ser más verosímil. Quizá buscando lo primero se podría haber llegado a lo segundo.
Es decir, si disfrutamos de cada una de sus entregas es sobre todo porque queremos ver cuál es la siguiente barbaridad que van a sacar para impactarnos, ya sea como antinaturales rituales para matar o en la forma de los inquietantes purificadores con sus máscaras a medio camino entre la parodia y lo macabro.
La cuestión ideológica siempre ha estado ahí, y se podría decir que no desarrollarla del todo adecuadamente forma parte de la identidad de la saga, pero tampoco se deja sin tocar en absoluto, porque tanto la primera como la segunda dejaban la cuestión de la moralidad en el aire: nunca se sabe cuán bestias podemos ser si se nos da la oportunidad.
'Election: La Noche de las Bestias', quizá pensando en las próximas elecciones presidenciales que anticipan retazos de este futuro imperfecto, elige meterse de lleno y más que sus predecesoras en el fondo político detrás de la Purga, lo que es una agradable novedad.
La senadora Charlie Roan sufrió en sus carnes el salvajismo de un purificador de la Purga, y eso le dió valentía suficiente para meterse a política en contra de la tradición: por primera vez, la historia abre dos días antes de la noche señalada, dejándonos ver el clima polarizado de un país que no tiene claro cuánto se beneficia de que una noche al año cualquier depravado pueda dejar sus escrúpulos en un cajón.
Y por primera vez también, le ponemos cara a los responsables de eso, reunidos en su despacho de Washington y elegantemente vestidos, ladrando contra quien osa desafiar su poder. La Purga tiene la cara de los ricos y poderosos, porque los desfavorecidos (inmigrantes o pequeños comerciantes) no se benefician de ella en absoluto, no cuando toda su vida puede depender de que puedan defenderse una sola noche.
No deja de ser una reducción enorme que además carece de sutilidad (ni un solo latino o negro malvado, ni un solo rico blanco decente) pero tampoco afecta mucho al conjunto de la historia y la dota de profundidad: vemos caras en ambos bandos, personas y límites que no se deben cruzar, de lo que hasta ahora había sido violencia anónima sin sentido.
Aún así, y lamentablemente, los aciertos de la historia acaban ahí, porque desaprovecha las posibilidades que le brinda una población enloquecida, al borde de la furia porque su fiesta favorita puede cancelarse. Hay retazos de eso en surrealistas momentos como una guillotina decapitando en medio de la calle, o el Lincoln Memorial (símbolo de la libertad y la conciencia social) arrasado a sangre y fuego, dejando claro que la moral de la sociedad actual está tan podrida como sus métodos, pero todo se centra en una machacona persecución de la senadora Charlie a través de las calles mientras está custodiada por Leo Barnes (Frank Grillo, de nuevo haciendo mucho con poco).
Pasar la noche de la Purga viendo a mercenarios perseguir a la senadora y a su jefe de seguridad es desaprovechar todo el contexto de terror que inspira, sobre todo cuando los momentos alejados de ese esquema son tan potentes (y tan aislados, por desgracia).
Una niña rica se viste con sus amigas para purgar, con escotazo y tacones, como si saliera de fiesta pero buscando sangre en sus coches caros. Un grupo de extranjeros se disfrazan de versiones macabras de iconos americanos, y aterrorizan las calles celebrando la grandeza de Norteamérica.
Son imágenes de pesadilla que habrían ayudado a dar potencia a ese esfuerzo de la película por declararse políticamente, pero son tan breves que apenas nos llegan más allá de la novedad inicial, todo para volver a una persecución que carece de esa ironía retorcida porque se asemeja a cualquier historia de acción, y hasta Grillo tiene poco que hacer si ya no es un justiciero de incierta moralidad.
Lo que podría haber sido un buen broche a una interesante trilogía se queda en buenas ideas, que por tomarse demasiado en serio traicionan lo que venía siendo su identidad.
Esa Norteamérica poblada por asesinos en potencia merecía ser más terrorífica, en vez de ser más verosímil. Quizá buscando lo primero se podría haber llegado a lo segundo.
25 de julio de 2016
25 de julio de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
The purge election year es la tercera peli de esta saga, dirigida nuevamente por James de Monaco .... Bueno su dirección rápida y ágil hace que no haya momentos de aburrimiento, el guionista introdujo elementos más políticos a su interesante creación original. Mantiene la fórmula y aunque ya van tres, esta idea central se presta para muchas más. Entretenida como las a anteriores, con elementos morales, víctimas, buenos contra malos, persecución, etc, no falta elementos de su antigua ecuación. Bajo este enfoque esta nueva entrega da justamente lo que el seguidor de esta serie espera. Nada más.
4 de agosto de 2016
4 de agosto de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cierre de lo que parece una triologia, y sigue el paso de las dos anteriores, intriga, acción y persecuciones desde los primeros minutos, película para ver sin pretensiones y disfrutar de tiros y sangre. No desentona con ninguna de sus predecesoras y termina la triologia de una forma aceptable al igual que las dos anteriores, a quien les haya gustado las dos primeras esta no les defraudara. Un placer.
19 de agosto de 2016
19 de agosto de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una saga atípica, donde cada nueva entrega ha sido mejor que la anterior, y donde cada película ha ido expandiendo una idea que se ha ido reciclando para mejorarla, dejando la solemnidad de lado y entregándose de lleno a los excesos más propios del cine de clase B.
Esta tercera entrega se ubica algunos años después de la previa, es año de elecciones en EEUU y el grupo en el poder tiene una seria amenaza enfrente, la senadora Charlie Roan (Elizabeth Mitchell) está decidida a derogar la purga anual, luego de perder a su familia en una de esas noches donde por un lapso de 12 horas se permite todo tipo de actividad criminal.
Ante el crecimiento de la popularidad de la senadora, el grupo autodenominado los Nuevos Padres Fundadores deciden hacer una enmienda al reglamento de la purga; quitar la inmunidad a los políticos de alto rango con el fin de asesinar a su opositora, quien cuenta con el total apoyo de su escolta personal, el ex policía Leo Barnes (Frank Grillo, protagonista de la segunda parte).
DeMonaco se tira de lleno a mostrar el trasfondo político de su saga, y que mejor que sea precisamente en este año también electoral, dejando en claro el discurso y la crítica contenido en un filme pleno de alegorías que advierten un posible futuro cercano para su país, en medio de un relato desparpajado, lleno de tensión y momentos brillantes.
La película sigue el derrotero de la senadora, su escolta y el ejército que de a poco se va conformando, con personas comunes que son el perfil idóneo para purgar por parte del gobierno y que se enfrentan a todo el mundo en escenas que DeMonaco sabe filmar dotándolas de una intensidad que no cesa, con algunos pasajes lo mismo extravagantes que perturbadores, que tiene otra nota alta gracias a la buena presencia de Elizabeth Mitchell , Frank Grillo y el resto de secundarios que les acompañan.
Ingeniosa y efectiva, ésta tercera parte es un entretenimiento que funciona y no se agota.
http://tantocine.com/12-horas-para-sobrevivir-el-ano-de-la-eleccion-de-james-demonaco/
Esta tercera entrega se ubica algunos años después de la previa, es año de elecciones en EEUU y el grupo en el poder tiene una seria amenaza enfrente, la senadora Charlie Roan (Elizabeth Mitchell) está decidida a derogar la purga anual, luego de perder a su familia en una de esas noches donde por un lapso de 12 horas se permite todo tipo de actividad criminal.
Ante el crecimiento de la popularidad de la senadora, el grupo autodenominado los Nuevos Padres Fundadores deciden hacer una enmienda al reglamento de la purga; quitar la inmunidad a los políticos de alto rango con el fin de asesinar a su opositora, quien cuenta con el total apoyo de su escolta personal, el ex policía Leo Barnes (Frank Grillo, protagonista de la segunda parte).
DeMonaco se tira de lleno a mostrar el trasfondo político de su saga, y que mejor que sea precisamente en este año también electoral, dejando en claro el discurso y la crítica contenido en un filme pleno de alegorías que advierten un posible futuro cercano para su país, en medio de un relato desparpajado, lleno de tensión y momentos brillantes.
La película sigue el derrotero de la senadora, su escolta y el ejército que de a poco se va conformando, con personas comunes que son el perfil idóneo para purgar por parte del gobierno y que se enfrentan a todo el mundo en escenas que DeMonaco sabe filmar dotándolas de una intensidad que no cesa, con algunos pasajes lo mismo extravagantes que perturbadores, que tiene otra nota alta gracias a la buena presencia de Elizabeth Mitchell , Frank Grillo y el resto de secundarios que les acompañan.
Ingeniosa y efectiva, ésta tercera parte es un entretenimiento que funciona y no se agota.
http://tantocine.com/12-horas-para-sobrevivir-el-ano-de-la-eleccion-de-james-demonaco/
31 de agosto de 2016
31 de agosto de 2016
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A lo tonto una película muy pequeña que se llamaba The Purge: La noche de las bestias estrenada en 2013 va ya por su tercera parte haciéndose cada vez más grande en cada nueva entrega. Su idea principal, tan simple como original da para hacer una saga prácticamente infinita avanzando a paso de hormiga en una trama que se adivina uniendo todas sus partes (y que paradójicamente parece que en esta si que avanza algo más cerrándose a si misma posibilidades futuras), pero que da pena ver como con todo su potencial no es explotada de una manera completamente satisfactoria y da la sensación que puede ser algo mucho más grande de lo que al final acaba siendo.
Como cada año llega el día de La Purga, una festividad que permite todo crimen por atroz que sea durante 12 horas sin repercusión legal alguna. Pero este año podría ser el último ya que la senadora Roan, completamente contraria a este método, es una posible ganadora a las próximas elecciones presidenciales. Sus contrincantes políticos verán este día como la oportunidad perfecta para borrarla de la carrera presidencial.
En cada entrega la saga ha ido definiéndose a si misma y desarrollando aquellos elementos que vé más originales, por ejemplo la estética de los llamados “Purificadores” que van disfrazados de diferentes personalidades y símbolos reconocibles para todos pero con un toque macabro. Una idea muy correcta pero que parece algo contraproducente para el que lo porta, pues pese a considerarte a ti mismo un cazador eres tan presa como cualquier otro, y al moverte por las calles sin ningún tipo de sigilo o estrategia más allá de ir pegando gritos y tiros al aire no haces más que atraer a otros que, como tú, buscan con quién matar el tiempo. Y esto no hace más que añadir esa aura de comic que está por todas partes, esa irrealidad en un futuro distópico que atrae, pero como dije antes, da para mucho más y da la sensación que solo se rasca la carcasa.
Dirige una vez más James DeMonaco, creador de la saga y director de todas ellas con el cuidado de un elefante en una cristalería, un tipo que no está para tonterías y que intentará una y otra vez crear imágenes potentes para que se te queden en la retina, pero eso es todo, solo son imágenes, puedes quitar esos momentos de decapitaciones e imágenes terroríficas de la película que no pasará nada. Lo que es la trama principal y sus peripecias son mucho más light de lo que intuyes que está pasando en el resto de la ciudad, es como ver la fiesta del siglo desde el agujero de la cerradura. Protagoniza otra vez Frank Grillo (Demonic, Civil War), más para aprovechar la fama del actor que otra cosa, pues el personaje (que se apellida Barnes) está completamente reinventado de lo que fue en la segunda parte, e incomprensiblemente, mucho más suavizado en esta, poquísimas escenas de acción para él en una película de estas características cuando en la anterior era el amo. En la comparsa está Elizabeth Mitchell (Lost, Frequency) pilar del argumento pero algo cansina cuando no hace más que llevar la contraria a todo lo que le dicen. Destacar al personaje de Mykelti Williamson (Hollows Grove, Destino Final 4), personaje cómico de la película en el que su humor se basa todo él en chistes racistas. Un grande.
En definitiva, es una película divertida por pura estúpida que es y bien que me alegro, pero podría ser mucho más y creo que si el mismo director se empeña en seguir dirigiendo más entregas no mejorará (salivo solo de pensar una Purga dirigida por George Miller o que demonios, Michael Bay). Si tu película ya tiene calificación para mayores de 18 años pues que se note y pon escenas fuertes de verdad, no un par y que encima se ven de lejos, copón. Destacar también el final de barras y estrellas que emocionaría al mismísimo Donald Trump.
http://www.terrorweekend.com/2016/08/election-la-noche-de-las-bestias.html
Como cada año llega el día de La Purga, una festividad que permite todo crimen por atroz que sea durante 12 horas sin repercusión legal alguna. Pero este año podría ser el último ya que la senadora Roan, completamente contraria a este método, es una posible ganadora a las próximas elecciones presidenciales. Sus contrincantes políticos verán este día como la oportunidad perfecta para borrarla de la carrera presidencial.
En cada entrega la saga ha ido definiéndose a si misma y desarrollando aquellos elementos que vé más originales, por ejemplo la estética de los llamados “Purificadores” que van disfrazados de diferentes personalidades y símbolos reconocibles para todos pero con un toque macabro. Una idea muy correcta pero que parece algo contraproducente para el que lo porta, pues pese a considerarte a ti mismo un cazador eres tan presa como cualquier otro, y al moverte por las calles sin ningún tipo de sigilo o estrategia más allá de ir pegando gritos y tiros al aire no haces más que atraer a otros que, como tú, buscan con quién matar el tiempo. Y esto no hace más que añadir esa aura de comic que está por todas partes, esa irrealidad en un futuro distópico que atrae, pero como dije antes, da para mucho más y da la sensación que solo se rasca la carcasa.
Dirige una vez más James DeMonaco, creador de la saga y director de todas ellas con el cuidado de un elefante en una cristalería, un tipo que no está para tonterías y que intentará una y otra vez crear imágenes potentes para que se te queden en la retina, pero eso es todo, solo son imágenes, puedes quitar esos momentos de decapitaciones e imágenes terroríficas de la película que no pasará nada. Lo que es la trama principal y sus peripecias son mucho más light de lo que intuyes que está pasando en el resto de la ciudad, es como ver la fiesta del siglo desde el agujero de la cerradura. Protagoniza otra vez Frank Grillo (Demonic, Civil War), más para aprovechar la fama del actor que otra cosa, pues el personaje (que se apellida Barnes) está completamente reinventado de lo que fue en la segunda parte, e incomprensiblemente, mucho más suavizado en esta, poquísimas escenas de acción para él en una película de estas características cuando en la anterior era el amo. En la comparsa está Elizabeth Mitchell (Lost, Frequency) pilar del argumento pero algo cansina cuando no hace más que llevar la contraria a todo lo que le dicen. Destacar al personaje de Mykelti Williamson (Hollows Grove, Destino Final 4), personaje cómico de la película en el que su humor se basa todo él en chistes racistas. Un grande.
En definitiva, es una película divertida por pura estúpida que es y bien que me alegro, pero podría ser mucho más y creo que si el mismo director se empeña en seguir dirigiendo más entregas no mejorará (salivo solo de pensar una Purga dirigida por George Miller o que demonios, Michael Bay). Si tu película ya tiene calificación para mayores de 18 años pues que se note y pon escenas fuertes de verdad, no un par y que encima se ven de lejos, copón. Destacar también el final de barras y estrellas que emocionaría al mismísimo Donald Trump.
http://www.terrorweekend.com/2016/08/election-la-noche-de-las-bestias.html
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