Identidad desconocida
7.2
108,464
Acción. Intriga. Thriller
Un hombre amnésico es rescatado por la tripulación de un barco pesquero italiano cuando flota a la deriva en el mar. No lleva nada consigo. Sólo las balas que lleva clavadas en la espalda y un número de cuenta de un banco suizo que lleva adherido a la cadera. Carece de identidad y de pasado, pero posee unas serie de talentos extraordinarios en artes lingüísticas, marciales y de autodefensa que sugieren una profesión de riesgo. Confuso y ... [+]
21 de marzo de 2010
21 de marzo de 2010
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El caso Bourne evoca a las mejores cintas de espías de los 70, pero eso si tiene acción actual y en buenas dosis.
El film esta dirigido por Doug Liman procedente del cine indie, quizás por eso el film tuvo éxito en taquillas, porque supo conjugar las dosis de acción necesarias con dosis de suspense sin llegar a aburrir como otros.
Matt Damon conjugo un personaje mítico que daría de hablar en el mundo del cine y respaldado por un reparto inusual en el cine palomitero.
El film esta dirigido por Doug Liman procedente del cine indie, quizás por eso el film tuvo éxito en taquillas, porque supo conjugar las dosis de acción necesarias con dosis de suspense sin llegar a aburrir como otros.
Matt Damon conjugo un personaje mítico que daría de hablar en el mundo del cine y respaldado por un reparto inusual en el cine palomitero.
30 de abril de 2010
30 de abril de 2010
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
La adaptación de la novela de Robert Ludlum al cine tuvo lugar en 2.002, pero previamente en 1.988 se realizó un telefilme de tres horas de duración protagonizado por Richard Chamberlain.
Esta que nos ocupa es una entretenida película de espías en la que, un Matt Damon en plena forma física, huye de agentes de la CIA que quieren eliminarle. Lo malo es que Bourne desconoce el motivo porque perdió la memoria después de aparecer flotando en mitad del mar con dos tiros en la espalda.
Toda la película es un apasionante thriller moderno con persecuciones espectaculares, tiroteos y suspense hasta el final. Bourne consigue recuperar poco a poco la memoria y descubre que es un agente secreto que estaba realizando una misión que no salió todo lo bien que hubiera querido. Le acompaña una joven que en un principio se presta a ayudarle por una suculenta suma y de la que al final acabará enamorándose.
En suma nos encontramos con una nueva y atractiva variante de la saga Bond en la que, esta vez, el protagonista tendrá que enfrentarse a los suyos.
Esta que nos ocupa es una entretenida película de espías en la que, un Matt Damon en plena forma física, huye de agentes de la CIA que quieren eliminarle. Lo malo es que Bourne desconoce el motivo porque perdió la memoria después de aparecer flotando en mitad del mar con dos tiros en la espalda.
Toda la película es un apasionante thriller moderno con persecuciones espectaculares, tiroteos y suspense hasta el final. Bourne consigue recuperar poco a poco la memoria y descubre que es un agente secreto que estaba realizando una misión que no salió todo lo bien que hubiera querido. Le acompaña una joven que en un principio se presta a ayudarle por una suculenta suma y de la que al final acabará enamorándose.
En suma nos encontramos con una nueva y atractiva variante de la saga Bond en la que, esta vez, el protagonista tendrá que enfrentarse a los suyos.
12 de octubre de 2013
12 de octubre de 2013
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como un mazazo de buen cine de espías, esta cinta protagonizada por Matt Damon se ubica en ese selecto grupo de películas por las cuales pagamos y satisface plenamente nuestras expectativas.
Directa y sin mayores especulaciones, la obra de Doug Liman no titubea demasiado antes de abrir la puerta para que veamos lo interesante del personaje en cuestión y el motivo de su intensa búsqueda. En este caso está bien saber que es alguien que no conoce mucho de su origen, pero incluso podemos darnos ese lujo y aún así dejarnos sorprender por los giros de la trama.
‘The Bourne Identity’ (2002) es dinámica, inesperada y por sobretodo entretenida. Logra mucho en menos de dos horas y nos atrapa meritoriamente para empatizar con sus protagónicos. A diferencia de otras cintas similares, su juego con el suspenso es dinámico y opta -curiosamente- por no alargar los dramas o agonías y prefiere revertir esa posible anticipación inyectándole más adrenalina a las secuencias.
Aún sin haber leído la novela, no cabe duda que la película se basa en las líneas originales acentuando justo donde debe y nos hace seguir a Bourne por todos sus periplos, a diferencia de las cintas clásicas de espías, a veces viéndose bien y otras no tanto.
Traducida en Chile como ‘Identidad desconocida’, es un film altamente recomendable e imprescindible para los amantes del género de acción como para quienes quieren opinar con propiedad de las buenas adaptaciones literarias llevadas a la pantalla.
Bien por el regreso del cine de acción, espías e intrigas sin estereotipos ni abusos presupuestarios.
Recomendación:
Notable, dinámica y prácticamente una cinta redonda.
Directa y sin mayores especulaciones, la obra de Doug Liman no titubea demasiado antes de abrir la puerta para que veamos lo interesante del personaje en cuestión y el motivo de su intensa búsqueda. En este caso está bien saber que es alguien que no conoce mucho de su origen, pero incluso podemos darnos ese lujo y aún así dejarnos sorprender por los giros de la trama.
‘The Bourne Identity’ (2002) es dinámica, inesperada y por sobretodo entretenida. Logra mucho en menos de dos horas y nos atrapa meritoriamente para empatizar con sus protagónicos. A diferencia de otras cintas similares, su juego con el suspenso es dinámico y opta -curiosamente- por no alargar los dramas o agonías y prefiere revertir esa posible anticipación inyectándole más adrenalina a las secuencias.
Aún sin haber leído la novela, no cabe duda que la película se basa en las líneas originales acentuando justo donde debe y nos hace seguir a Bourne por todos sus periplos, a diferencia de las cintas clásicas de espías, a veces viéndose bien y otras no tanto.
Traducida en Chile como ‘Identidad desconocida’, es un film altamente recomendable e imprescindible para los amantes del género de acción como para quienes quieren opinar con propiedad de las buenas adaptaciones literarias llevadas a la pantalla.
Bien por el regreso del cine de acción, espías e intrigas sin estereotipos ni abusos presupuestarios.
Recomendación:
Notable, dinámica y prácticamente una cinta redonda.
18 de enero de 2014
18 de enero de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un género tan trillado por James Bond y sus artilugios, cargado de efectos especiales y gadgets de gran lujo pero sin una intriga verdadera y sin nada que contar, aparece Jason Bourne. The Bourne identity es, además de un brillante inicio de una excelente trilogía que será seguida por el estupendo director Paul Greengrass - ésta la dirige el irregular Doug Liman-, la confirmación de que se puede hacer un buen cine de acción, respetuoso con la inteligencia del espectador y comprometido con la historia que cuenta. Es decir, un cine comercial de calidad.
Desde que empieza la película sabemos que asistiremos a algo totalmente nuevo, distinto de todo lo visto en este tipo de películas. La primera escena es un prodigio de narración. Nos introduce en la historia y nos atrapa en unas pocas imágenes. Hay un gran trabajo de cámara - con un cierto deje de cine independiente- y de puesta en escena, todo está contado con tensión y nervio. Nos interesamos enseguida por este personaje que ha perdido la memoria - reconozcámoslo, no nos importa mucho el cómo- y sobre como irá recuperando sus recuerdos. A través de él nos adentramos en una trama de espionaje digna de la mejor tradición del cine de los 70.
Bourne - excelente Matt Damon- irá reconstruyendo sus pasos guiado de Marie - sólido trabajo de Franka Potente- y descubriendo su pasado. Por otro lado, la C.I.A. pondrá todos sus esfuerzos por encontrar a Bourne y no escatimará medios para detenerlo. Mandando asesinos a por él o movilizando a la policía de distintos países. Ello dará lugar a una pelea en un piso de París - cómo duele cada golpe de esa pelea- o una magnífica persecución con un Mini recorriendo las calles de la capital francesa. Todas estas escenas están perfectamente intregadas en la historia y no sólo no ralentizan su desarrollo sino que le dan dinamismo y sentido. A ello contribuye un estupendo montaje de las secuencias de acción y una planficación modélica.
Además, gracias al guión de Tony Gilroy, que dosifica de manera muy sabia la intriga y que nos habla sobre los intrínsecos secretos de la C.I.A. y de esas operaciones encubiertas " patrióticas", y al resto de personajes que forman esta organización fantasma - interpretados por los siempre excelentes Brian Cox y Chris Cooper- la historia adquiere mayor credibilidad, ritmo e intensidad y desembocará en un climax final de altura.
Lo dicho, una excelente película que reabre nuevos caminos para este género y que encabeza la mejor trilogía de cine de acción y espionaje de la historia.
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Desde que empieza la película sabemos que asistiremos a algo totalmente nuevo, distinto de todo lo visto en este tipo de películas. La primera escena es un prodigio de narración. Nos introduce en la historia y nos atrapa en unas pocas imágenes. Hay un gran trabajo de cámara - con un cierto deje de cine independiente- y de puesta en escena, todo está contado con tensión y nervio. Nos interesamos enseguida por este personaje que ha perdido la memoria - reconozcámoslo, no nos importa mucho el cómo- y sobre como irá recuperando sus recuerdos. A través de él nos adentramos en una trama de espionaje digna de la mejor tradición del cine de los 70.
Bourne - excelente Matt Damon- irá reconstruyendo sus pasos guiado de Marie - sólido trabajo de Franka Potente- y descubriendo su pasado. Por otro lado, la C.I.A. pondrá todos sus esfuerzos por encontrar a Bourne y no escatimará medios para detenerlo. Mandando asesinos a por él o movilizando a la policía de distintos países. Ello dará lugar a una pelea en un piso de París - cómo duele cada golpe de esa pelea- o una magnífica persecución con un Mini recorriendo las calles de la capital francesa. Todas estas escenas están perfectamente intregadas en la historia y no sólo no ralentizan su desarrollo sino que le dan dinamismo y sentido. A ello contribuye un estupendo montaje de las secuencias de acción y una planficación modélica.
Además, gracias al guión de Tony Gilroy, que dosifica de manera muy sabia la intriga y que nos habla sobre los intrínsecos secretos de la C.I.A. y de esas operaciones encubiertas " patrióticas", y al resto de personajes que forman esta organización fantasma - interpretados por los siempre excelentes Brian Cox y Chris Cooper- la historia adquiere mayor credibilidad, ritmo e intensidad y desembocará en un climax final de altura.
Lo dicho, una excelente película que reabre nuevos caminos para este género y que encabeza la mejor trilogía de cine de acción y espionaje de la historia.
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15 de julio de 2016
15 de julio de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si Jason Bourne pretendía ser, en un primer concepto, la versión modernizada y actualizada de su tocayo de iniciales James Bond, no podría haber iniciado mejor.
'El Caso Bourne' es primero y sobre todo una magnífica historia de acción con suspense, pero también no deja de ser la rotura de todos los tópicos asociados al agente secreto, y la verdadera entrada de esa figura en nuestro actual mundo poblado de cámaras manejadas por los poderes en la sombra.
Para empezar, Jason Bourne no es ni agente secreto, solamente es un hombre sin pasado.
Cuando le conocemos no es ni un hombre: a la deriva en alta mar, Matt Damon es el retrato de una persona que ha perdido su razón de ser. Empezamos con él de cero, y todo lo que sabemos de él es que nos gustaría que recuperara su memoria.
Por lo tanto hacer borrón y cuenta nueva tiene sus ventajas, porque añade un misterio en lo que podría parecer rutinaria acción, y además tiene el buen gusto de dejar que lo descubramos junto a su protagonista, que se las arregla para caer bien de lo indefenso que parece estar.
Probablemente sean estas mismas cualidades por las cuales su historia también acaba interesando a Marie, una joven europea con problemas de vivienda, que se convertirá en su confidente y conexión humana a medida que Jason descubre sus muy inhumanas habilidades de lucha, y ambos se dirigen a París para tratar de encontrar alguna respuesta.
Marie es vital en el desarrollo de Jason porque no deja de ser su ancla: en un mundo que se descubre inmensamente controlado y tremendamente inseguro, la relación entre ambos parece ser un pequeño grito de guerra en forma de "también estamos aquí y somos personas", cosa que la historia agradece cuando se hace contraste entre ellos y las impersonales charlas corporativas en despachos que huelen a conspiración, donde no puede estar más alejado y maltratado el factor humano (uno que, sin embargo, Julia Stiles logra hacer notar con un par de miradas).
Es a través de su creciente relación con Marie como Bourne deja de ser una máquina en un mundo donde máquinas más grandes pueden aplastarle, y comienza a ser una persona contra un sistema que necesita alguien que lo eche abajo.
La vigilancia, el control y la frivolidad que da el matar a uno o a cien parece ser el verdadero enemigo, y Jason Bourne hasta encuentra la manera de rebelarse contra eso, dando la vuelta al agente secreto convencional: ya no hay asesinos al servicio de la patria (como lo es James Bond), sino personas comunes rebeladas contra esa misma patria que no tiene reparos en deformar la realidad a sus intereses.
En su mejor momento, la historia dispone una escena de acción tensa solo para dejar clara la vulnerabilidad de estos asesinos, transformando la habitual satisfacción de eliminar al enemigo en una reflexiva sensación de impotencia.
Ese es el triunfo de Jason Bourne como concepto.
Desenmascarar a los gobiernos como baúles de sucios secretos, y a los agentes a su servicio como seres humanos dueños de su destino.
'El Caso Bourne' es primero y sobre todo una magnífica historia de acción con suspense, pero también no deja de ser la rotura de todos los tópicos asociados al agente secreto, y la verdadera entrada de esa figura en nuestro actual mundo poblado de cámaras manejadas por los poderes en la sombra.
Para empezar, Jason Bourne no es ni agente secreto, solamente es un hombre sin pasado.
Cuando le conocemos no es ni un hombre: a la deriva en alta mar, Matt Damon es el retrato de una persona que ha perdido su razón de ser. Empezamos con él de cero, y todo lo que sabemos de él es que nos gustaría que recuperara su memoria.
Por lo tanto hacer borrón y cuenta nueva tiene sus ventajas, porque añade un misterio en lo que podría parecer rutinaria acción, y además tiene el buen gusto de dejar que lo descubramos junto a su protagonista, que se las arregla para caer bien de lo indefenso que parece estar.
Probablemente sean estas mismas cualidades por las cuales su historia también acaba interesando a Marie, una joven europea con problemas de vivienda, que se convertirá en su confidente y conexión humana a medida que Jason descubre sus muy inhumanas habilidades de lucha, y ambos se dirigen a París para tratar de encontrar alguna respuesta.
Marie es vital en el desarrollo de Jason porque no deja de ser su ancla: en un mundo que se descubre inmensamente controlado y tremendamente inseguro, la relación entre ambos parece ser un pequeño grito de guerra en forma de "también estamos aquí y somos personas", cosa que la historia agradece cuando se hace contraste entre ellos y las impersonales charlas corporativas en despachos que huelen a conspiración, donde no puede estar más alejado y maltratado el factor humano (uno que, sin embargo, Julia Stiles logra hacer notar con un par de miradas).
Es a través de su creciente relación con Marie como Bourne deja de ser una máquina en un mundo donde máquinas más grandes pueden aplastarle, y comienza a ser una persona contra un sistema que necesita alguien que lo eche abajo.
La vigilancia, el control y la frivolidad que da el matar a uno o a cien parece ser el verdadero enemigo, y Jason Bourne hasta encuentra la manera de rebelarse contra eso, dando la vuelta al agente secreto convencional: ya no hay asesinos al servicio de la patria (como lo es James Bond), sino personas comunes rebeladas contra esa misma patria que no tiene reparos en deformar la realidad a sus intereses.
En su mejor momento, la historia dispone una escena de acción tensa solo para dejar clara la vulnerabilidad de estos asesinos, transformando la habitual satisfacción de eliminar al enemigo en una reflexiva sensación de impotencia.
Ese es el triunfo de Jason Bourne como concepto.
Desenmascarar a los gobiernos como baúles de sucios secretos, y a los agentes a su servicio como seres humanos dueños de su destino.
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