Después de las dos primeras entregas de James Cameron, una continuación más oscura dirigida por Jonathan Mostow (autor de adrenalíticos films como "Breakdown"), le toca el turno a McG (Los Ángeles de Charlie) en ponerse detrás de las cámaras y ambientar el film en un madmaxiano 2018 desolado por las máquinas enfrentándose a los hombres.

Si las otras películas la premisa argumental consistia en que el futuro quería abortar al presente enviando herculeos androides de acero y mercurio, en "Terminator; Salvation" nos situamos en pleno meollo donde la raza humana se ha organizado para neutralizar Skynet; la empresa líder en creación de máquinas inteligentes y que se ha convertido en un semidiós de complejo industrial en las afueras de San Francisco, curiosa mezcla panorámica de Los Ángeles de "Blade Runner" y la Petroquímica de Tarragona.

John Connor (Christian Bale) desoye las ordenes de su General superior Ashdown (Michael Ironside) para que ataque la sede de Skynet; la principal responsable de que las máquinas se hayan rebelado entablando una guerra contra los humanos de proporciones apocalípticas. Según los diarios de su madre Sarah grabados en un magnetófono, John tiene que ir en busca de Kyle Reese (Anton Yelchi), un superviviente de la hetacombe y que su papel será decisivo para el sentido de la existencia de Connor. Pero tendrá que contar con la colaboración de un misterioso recién llegado, Marcus Wright (Sam Worthington) capaz de eludir los controles de Skynet y rescatar a Kyle y una inmensa masa humana que es tratada por los androides como ganado.

Cuarto capítulo, y belicista, de la saga no exento de sorpresas como algun cameo digitalizado y con la presencia de artistas veteranos como Helena Bonham Carter, Jane Alexander (que interpretó con Robert Redford el drama carcelario "Brubaker") y el canadiense Michael Ironside (Starship Troopers), actor muy habitual en thrillers de acción y fantástico.

Lo Mejor: los efectos especiales
Lo Peor: alguna concesión a lo sentimentaloide

Lunes 3 de Agosto, 2:50 pm. Cinemex San Mateo. ¡Como no tener referencias previas del realizador de la 4ª entrega sobre Terminator! Tan penosas resultan, que con eso no hubiese pagado una entrada para visualizar las piezas de catalogo con el que fue armada esta película, en la que la historia pasa nuevamente a segundo término para enfocarse de tiempo completo a las explosiones, los efectos visuales, escenas que me remitieron a otras películas de tiempos gloriosos para el género de acción y por supuesto a las y los modelitos extraídos de algún catalogo de moda.

Está película en absoluto tiene algo que ver con las del siglo pasado, hablando de su guión y desarrollo a cuadro; se recrean escenas de caos con efectividad inigualable, pero agregando elementos que rayan en la inverosimilitud: ¿naves y motocicletas exterminadoras?; ¿chicas sexys y guapas posando a la cámara, cuidando los encuadres? ¿Por qué no pensar en autenticas mujeres golpeadas física y mentalmente por los duros momentos?; ¿piruetas, caídas, balazos, muertes? Todo esto es insuficiente para notar afección en los “guerreros”, el personaje de Sarah Connor fue desarrollado psicológicamente con mayor talento que cualquiera que corresponda a la 3ª parte y la que hoy está siendo presentada. La madre de John muestra una evolución de una mujer común y sin preocupaciones a una con cierto trastorno, fuera de un contexto bélico declarado por las máquinas.

Pero lo que vendió seguirá vendiendo, con algunas variantes y decorados la gente acostumbrada a este cine se verá complacida. ¿Sabemos a lo que íbamos? Si dabamos seguimiento a una serie de películas que inició exitosamente y con una tercera que hace su declive, siento que sí, auque queda por ahí la esperanza de ver algo digno. La queja puede ayudar a que otros cineastas no se casen con las fórmulas de antaño, estén enfocados o no al género de acción combinada con ficción, y que los guionistas retomen las ideas y las estructuren con coherencia.

Entretenida y para el olvido.

Hace veinticinco años James Cameron sorprendió a los buenos aficionados a la ciencia-ficción con Terminator, una película casi independiente comparada con el cine que se hace ahora, y que ofrecía excelentes dosis de acción combinadas con una historia tan original como bien contada. Años después, y ya con más medios, hizo Terminator 2, elevando el talento que había en la primera a cotas realmente brillantes. Pese al éxito la saga se estancó y no fue hasta doce años después que llego la mucho más funcional y exclusivamente correcta Terminator 3, esta vez ya sin James Cameron en la dirección, pero manteniendo a Arnold Schwarzenegger en el reparto. Y este año se han decidido por volver a resucitar a las máquinas para continuar luchando contra los humanos. Y aunque lo han hecho por todo lo alto y con la intención de dar a la historia una dimensión más épica, el resultado es innecesariamente abrumador y ruidoso, y de una seriedad un tanto forzada.
Terminator Salvation nos presenta al planeta tierra en un futuro no muy lejano. Las maquinas han tomado el control y los pocos seres humanos que quedan malviven en pequeños grupos formando la resistencia, y aunque John Connor no sea el jefe, su voz se escucha por encima de todas las demás. Su misión será salvar la vida de un adolescente que esta destinado a convertirse en su propio padre. Además la entrada en acción de un nuevo y misterioso personaje complicará la existencia tanto a los humanos como a las máquinas.
Esta película vuelve a incidir en el juego dramático de la primera entrega en el que un personaje vuelve al pasado para generar los acontecimientos que tiene que ocurrir. O que ya han ocurrido. Este baile entre el espacio y el tiempo, que en la primera entrega sorprendió y en las sucesivas se dejo más a un lado a favor de la acción, aquí se retoma con escasa garra. Se incide mucho en ello, pero dramáticamente no aporta gran cosa a la historia ya que esta se ve engullida por un torrente de secuencias de acción tan espectacular como cansino. Además lejos de dar un sentido lúdico al espectáculo, como sucedía en la tercera entrega, aquí la película se toma demasiado en serio a sí misma con un tono que, por muy forzado que resulte a veces, no consigue hacerse notar entre explosiones y el ruido ensordecedor.
Esta vez el protagonismo lo tiene un John Connor adulto, encarnado por Christian Bale, tan serio o más que el mismísimo caballero oscuro, y sobre todo el desconocido pero potente Sam Worthington que con su personaje de Marcus Wright consigue mantener en parte el interés de una película que no sabe combinar lo que Terminator 2 si hacía, el espectáculo y el drama.

Interesante producto post-apocalíptico que si bien no aporta mucho a la saga desde lo conceptual, al menos tiene un ritmo frenético desde su acción y unos brillantes efectos especiales como para ser atractivo desde su intensidad y desde lo estético.

La historia nos sitúa luego del Juicio Final, la guerra entre la humanidad y las máquinas continúa. McG, director especialista en acción, no trata de profundizar en la historia, y sólo propone un enigmático personaje (el encarnado por Sam Worthington) dentro de un argumento tremendamente efectista y resultón, que busca excitar al público con secuencias arrolladoras desde lo visual y el dinamismo narrativo.

Es una cinta directa en sus planteos, sin vericuetos argumentales. Ello por un lado hace que el relato se agilice y gane en excites, pero también lo achata y lo simplifica demasiado desde su profundidad conceptual.

Pero supongo que quien decide ver una oferta de estas características querrá buenas dosis de vértigo, grandes efectos especiales, y un ritmo incesante. Pues con esta alternativa tendrá todo ello.

El problema será para aquellos que quieran progresos y elementos sorpresas dentro de la historia general de la saga, allí el filme no ofrece grandes elaboraciones narrativas como para innovar brindando algo novedoso, aunque al menos es digno al articularse bien dentro de lo que ya habíamos visto en las tramas de las tres entregas anteriores.

Por lo demás sólo resta decir que: el elenco cumple con lo justo sin destacarse nadie (Bryce Dallas Howard aparece en cuentagotas e incluso Sam Worthington pareciera que no tiene las ganas suficientes como para convencer a la platea), las secuencias de acción son absorbentes y bien conseguidas pero ninguna llama tanto la atención en los tiempos que corren y con tanta competencia dentro del mercado del cine mainstream, hay algunas escenas que homenajean momentos memorables que la saga tuvo en el pasado y ello evoca inexorablemente nostálgicos y emotivos recuerdos, hay poco desarrollo de personajes ya que se encara el filme desde lo frenético y lo estético, el filme se beneficia de un impactante y demoledor sonido, y hay una conseguida ambientación que va de la mano con el aire trágico y desolador del mundo en ruinas que se respira en el filme.

En fin, hay mucho barullo y despliegue visual, pero poco avance conceptual desde lo narrativo, lo cual se presenta bastante simplificado al espectador, para que el mismo sólo se preocupe de disfrutar con lo pirotécnico.

Palabras claves: post-apocalipsis, mesianismo, guerra humanos versus máquinas, futurismo, inteligencia artificial, alto presupuesto.

(cualquier aporte, sugerencia, o simple acotación a esta crítica serán bien recibidas en el espacio de comentarios de mi blog personal)

Para aquellos que crecimos viendo y alucinando con Terminator y Terminator 2,se nos cae el alma al suelo al ver en qué ha degenerado la historia ideada por James Cameron.A pesar de que la tercera parte aún mantenía el espíritu de las dos primeras partes ya era de por sí bastante insuficiente,y en esta ocasión un gilipollas que se hace llamar McG ha perpetrado uno de los mayores bodrios que se recuerdan.Esta gente debería estar en la cárcel y una vez más lo vuelvo a decir:si el autor de una historia (en este James Cameron) no quiere hacer más secuelas,nadie debería hacerlas y punto.Espero que por el bien de todos no haya una quinta entrega,aunque dudo mucho que ese milagro vaya a ocurrir.