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EpisodioDocumental

7.7
733
10
9 de septiembre de 2019
9 de septiembre de 2019
18 de 18 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fue a principios de los 90, pero pudo ser en cualquier tiempo. Fue en A Coruña, pero pudo ser en cualquier lugar. Fueron un puñado de futbolistas con talento y ambición dirigidos por un entrenador muy sabio, pero pudo ser cualquiera.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Porque todos hemos tenido sueños. Y todos los hemos perseguido. Aunque la vida no siempre te da; es más, a veces te quita. Todos hemos vivido una juventud con errores y aciertos. Con victorias y derrotas. Todos hemos fallado un penalty como Djukic; todos decidimos tomar alguna decisión que iba contra la lógica de nuestro raciocinio, y que no sólo no resultó lo mejor que pudimos hacer, si no que nos dejó una huella imborrable: como elegir A Coruña para Mauro y Aldana; todos lloramos cuando recordamos aquellos años de nuestro pasado, como Bebeto; lloramos por nuestra A Coruña; quizá hasta nosotros mismos fuimos el talento más brillante de nuestras familias, como Fran.
Porque todos hemos hecho ese viaje a nuestros días de gloria que un día se convirtieron en pasado... Porque si este documental nos hace llorar es porque nos hace conscientes del paso del tiempo: los que fuimos niños durante la época del Superdepor ya somos adultos; los que fueron adultos entonces ya llaman a las puertas de la tercera edad; y los que entonces eran mayores hoy están jodidos, como Arsenio le dice al final a Fran. El tiempo barre con todo; no da tregua.
Pero ¡ojo! Que no todo es morriña y nostalgia gallega. También el documental nos hace reir. Con las anécdotas; con la retranca de Arsenio; con el "mecagüen la puta, Djukic, despéjame ese balón"; con los recuerdos de todos ellos... Porque reir y llorar es parte de la vida.
Si este documental es una obra maestra es por eso. Porque no habla de fútbol. Lo utiliza como medio para algo más
trascendental: cuenta una historia humana.Compartida por diversas personas, sí. Pero muy humana: y todos fuimos y seremos del SuperDepor.
Porque todos hemos hecho ese viaje a nuestros días de gloria que un día se convirtieron en pasado... Porque si este documental nos hace llorar es porque nos hace conscientes del paso del tiempo: los que fuimos niños durante la época del Superdepor ya somos adultos; los que fueron adultos entonces ya llaman a las puertas de la tercera edad; y los que entonces eran mayores hoy están jodidos, como Arsenio le dice al final a Fran. El tiempo barre con todo; no da tregua.
Pero ¡ojo! Que no todo es morriña y nostalgia gallega. También el documental nos hace reir. Con las anécdotas; con la retranca de Arsenio; con el "mecagüen la puta, Djukic, despéjame ese balón"; con los recuerdos de todos ellos... Porque reir y llorar es parte de la vida.
Si este documental es una obra maestra es por eso. Porque no habla de fútbol. Lo utiliza como medio para algo más
trascendental: cuenta una historia humana.Compartida por diversas personas, sí. Pero muy humana: y todos fuimos y seremos del SuperDepor.

8.3
59,492
10
27 de octubre de 2011
27 de octubre de 2011
11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Érase una vez en América fue un proyecto largamente codiciado por Sergio Leone,que le costó Dios y ayuda poder ponerlo en marcha.En primer lugar,porque a pesar de ser un director respetado,Hollywood sólo lo veía como director de westerns.Y segundo por toda la parafernalia que hacía falta para poner en marcha un rodaje de tamaña envergadura.Después de cumplir el trato que Hollywood había hecho con él (rodar antes un western para
después financiarle este proyecto),Leone pudo por fin estrenar la monumental obra de casi cuatro horas de duración que es Érase una vez en América.
después financiarle este proyecto),Leone pudo por fin estrenar la monumental obra de casi cuatro horas de duración que es Érase una vez en América.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
La película cuenta la historia de Noodles (al que da vida Robert DeNiro),dividiendo su vida en tres etapas.La película empieza con Noodles obsesionado,tras traicionar a sus amigos que han muerto por un chivatazo suyo,mientras está fumando opio en un fumadero chino. Perseguido por la mafia,se ve obligado a exiliarse unas tres décadas.En 1968 regresa porque ha recibido una carta.Allí se reencontrará con su amigo Fatty y la película irá saltando hacia atrás para contarnos su adolescencia y su juventud junto a Fatty,Max (un impresionante James Woods),Patsy y Cockeye y su frustrada relación amorosa con Deborah,la hermana de Fatty. Al final, descubrirá que el gobernador corrupto de la ciudad que ahora se hace llamar Bailey es en realidad su amigo Max,que fue realmente el que le tendió la trampa a él cuando supo que le iba a denunciar,y que ahora ha devenido en amante de Deborah,Bailey,fue el que le mandó la carta y le hizo volver para que Noodles le mate y que pueda tomarse su venganza por lo que le hizo aprovechando la denuncia por corrupción en la que se ha visto envuelto como gobernador.Pero Noodles tiene idealizada aquella épo-ca y se marchará sin reconocerle como Max.
Érase una vez en América ha sido entendida de diferentes maneras.Por un lado los que piensan que todo lo que ocurre cuando Noodles es viejo es algo inventado por él mismo,para poder consolarse por haber denunciado
e, indirectamente, matado a sus amigos.Esto es debido a los últimos planos de la película,donde vemos a un Noodles joven de nuevo,fumando opio,y sonriendo a cámara.Por otro,entre los que me incluyo,vemos una película totalmente nostálgica."Denuncié a mi amigo para salvarle la vida y murió porque así lo quiso él" le dice Robert DeNiro a James Woods cuando se reencuentran tras tres décadas en las que Noodles pensó que Max había
muerto.Ahí vemos la idealización,incapaz de matar a su amigo,y al que en ningún momento llama Max,sino Gobernador Bailey. Además,la película perdería el sentido nostálgico y melancólico del que hace gala,maravillosamente apoyada por la sinfonía de Ennio Morricone.Teniendo en cuenta que la película es una visión mítica que de América tiene Sergio Leone,y viendo el título del film,yo diría que esos
planos finales son el final feliz de todo cuento.
Es precisamente ese tono nostálgico y melancólico lo que provoca la emoción del film. A pesar de que sea una película de gángsteres las escenas de violencia (que las hay) quedan ensombrecidas en todo momento por el espectacular retrato de personajes de Leone y por el tono,tan en consonancia con la nostalgia de todas las obras de John Ford, maestro confeso del director romano.
Érase una vez en América ha sido entendida de diferentes maneras.Por un lado los que piensan que todo lo que ocurre cuando Noodles es viejo es algo inventado por él mismo,para poder consolarse por haber denunciado
e, indirectamente, matado a sus amigos.Esto es debido a los últimos planos de la película,donde vemos a un Noodles joven de nuevo,fumando opio,y sonriendo a cámara.Por otro,entre los que me incluyo,vemos una película totalmente nostálgica."Denuncié a mi amigo para salvarle la vida y murió porque así lo quiso él" le dice Robert DeNiro a James Woods cuando se reencuentran tras tres décadas en las que Noodles pensó que Max había
muerto.Ahí vemos la idealización,incapaz de matar a su amigo,y al que en ningún momento llama Max,sino Gobernador Bailey. Además,la película perdería el sentido nostálgico y melancólico del que hace gala,maravillosamente apoyada por la sinfonía de Ennio Morricone.Teniendo en cuenta que la película es una visión mítica que de América tiene Sergio Leone,y viendo el título del film,yo diría que esos
planos finales son el final feliz de todo cuento.
Es precisamente ese tono nostálgico y melancólico lo que provoca la emoción del film. A pesar de que sea una película de gángsteres las escenas de violencia (que las hay) quedan ensombrecidas en todo momento por el espectacular retrato de personajes de Leone y por el tono,tan en consonancia con la nostalgia de todas las obras de John Ford, maestro confeso del director romano.
10
28 de abril de 2016
28 de abril de 2016
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
La famosísima primera secuencia de la mítica HASTA QUE LLEGÓ SU HORA (Sergio Leone, 1968) deja ya a las claras la importancia del ritmo, del tiempo en la película. Es posiblemente en HASTA QUE LLEGÓ SU HORA donde el estilo dilettante de Leone alcanza su punto culminante en la obra del majestuoso director romano.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Es dicha secuencia la primera de tantas a lo largo del metraje en el que los minutos previos a un duelo entre personajes se dilata, la acción se suspende, apoyada espléndidamente en unos trabajados y decisivos efectos de sonido ( el zumbido de una mosca o una gota de agua que cae) y en primeros planos de los diferentes personajes que toman parte de la acción. Estos 15 minutos inmejorablemente construidos y preparados, que acaban con los esbirros del villano Frank (impresionante Henry Fonda) muertos a tiros por el impasible Armónica (un no menos espléndido Charles Bronson),empiezan, asimismo, con un apunte irónico y anticipatorio del ritmo del film: el revisor de la estación apunta las horas de retraso que llevan los trenes que deben llegar a la estación.
Hay otros momentos no menos magistrales en lo referente al ritmo del film. El primer encuentro entre Armónica, Cheyenne (inolvidable Jason Robards) y Jill (la bellísima Claudia Cardinale) en la taberna se da en un momento en el que el camarero empieza a contarle una historia a Jill sobre una prima suya y queda interrumpida por la aparición de Cheyenne, que tras un tenso diálogo con Armónica sale con sus esbirros del local. El camarero retoma entonces la historia de su prima tal donde la había dejado. ¡Han pasado entonces 11 minutos de película!
El paso del tiempo, uno de los temas recurrentes en el cine de Leone, mucho tiene que ver con este tono vanguardista en cuanto a ritmo del film. El director italiano lleva a cabo semejante y arduo trabajo mediante elegantes movimientos de cámara, que van desde el travelling (secuencia de Frank llegando a ajustar cuentas con Morton, con todos sus hombres muertos) a la grúa (mítico entre los cinéfilos el momento de Claudia Cardinale llegando a la estación y entrando en el pueblo). También los relojes están presentes ( desde la llegada de Claudia Cardinale a la estación en el que el reloj le hace saber que nadie ha llegado a recogerle hasta el tiroteo en las calles del pueblo entre Frank y sus esbirros, en el que vemos diferentes relojes dibujados en las paredes de los edificios; incluso, Armónica avisa a Frank de la posición de uno de los tiradores dándole la hora).
Dejando de lado el indiscutible protagonismo del ritmo vanguardista, lo que subyace en HASTA QUE LLEGÓ SU HORA es una profundización y perfeccionamiento de algunos elementos de puesta en escena característicos de su director, ya anticipados en sus anteriores westerns: la música del maestro Ennio Morricone; la fotografía terrosa que produce una sensación de sequedad en el espectador; los personajes sucios, sin afeitar, polvorientos; el hombre sin nombre (en este caso Charles Bronson) que se mueve en la ambigüedad moral y ética (mitificado por Clint Eastwood en la trilogía del dólar); y el contraste entre dos personajes que se mueven uno por dinero (Cheyenne) y el otro para ajustar cuentas del pasado (Armónica).
Todo hace indicar que HASTA QUE LLEGÓ SU HORA fue un campo de pruebas en el que Sergio Leone se entrenó para llevar años después a cabo su, para mí, obra cumbre: ÉRASE UNA VEZ EN AMÉRICA (1984). Aparte de compartir título en su versión original, Leone ofrece pinceladas de lo que vendrá en el film póstumo de su carrera.
Y es que, al fin y al cabo, HASTA QUE LLEGÓ SU HORA, como ÉRASE UNA VEZ EN AMÉRICA, es una fábula sobre el paso del tiempo, de personajes que envejecen y tienen que recolocarse en la vida y/o dejar paso a una nueva generación. Como muy bien explica Armónica a Frank previamente a su duelo final, los dos personajes son parte de una raza antigua, y tras matar a Frank, Armónica se irá para seguramente no volver jamás, cargando con un fallecido Cheyenne y dejando la población de Sweetwater creciendo y formándose de la mano de Jill, que forma parte de esa nueva generación más joven y con nuevos ideales. Un tema que une a Leone con la forma de ver el mundo de uno de sus maestros y referentes, el magno John Ford.
Hay otros momentos no menos magistrales en lo referente al ritmo del film. El primer encuentro entre Armónica, Cheyenne (inolvidable Jason Robards) y Jill (la bellísima Claudia Cardinale) en la taberna se da en un momento en el que el camarero empieza a contarle una historia a Jill sobre una prima suya y queda interrumpida por la aparición de Cheyenne, que tras un tenso diálogo con Armónica sale con sus esbirros del local. El camarero retoma entonces la historia de su prima tal donde la había dejado. ¡Han pasado entonces 11 minutos de película!
El paso del tiempo, uno de los temas recurrentes en el cine de Leone, mucho tiene que ver con este tono vanguardista en cuanto a ritmo del film. El director italiano lleva a cabo semejante y arduo trabajo mediante elegantes movimientos de cámara, que van desde el travelling (secuencia de Frank llegando a ajustar cuentas con Morton, con todos sus hombres muertos) a la grúa (mítico entre los cinéfilos el momento de Claudia Cardinale llegando a la estación y entrando en el pueblo). También los relojes están presentes ( desde la llegada de Claudia Cardinale a la estación en el que el reloj le hace saber que nadie ha llegado a recogerle hasta el tiroteo en las calles del pueblo entre Frank y sus esbirros, en el que vemos diferentes relojes dibujados en las paredes de los edificios; incluso, Armónica avisa a Frank de la posición de uno de los tiradores dándole la hora).
Dejando de lado el indiscutible protagonismo del ritmo vanguardista, lo que subyace en HASTA QUE LLEGÓ SU HORA es una profundización y perfeccionamiento de algunos elementos de puesta en escena característicos de su director, ya anticipados en sus anteriores westerns: la música del maestro Ennio Morricone; la fotografía terrosa que produce una sensación de sequedad en el espectador; los personajes sucios, sin afeitar, polvorientos; el hombre sin nombre (en este caso Charles Bronson) que se mueve en la ambigüedad moral y ética (mitificado por Clint Eastwood en la trilogía del dólar); y el contraste entre dos personajes que se mueven uno por dinero (Cheyenne) y el otro para ajustar cuentas del pasado (Armónica).
Todo hace indicar que HASTA QUE LLEGÓ SU HORA fue un campo de pruebas en el que Sergio Leone se entrenó para llevar años después a cabo su, para mí, obra cumbre: ÉRASE UNA VEZ EN AMÉRICA (1984). Aparte de compartir título en su versión original, Leone ofrece pinceladas de lo que vendrá en el film póstumo de su carrera.
Y es que, al fin y al cabo, HASTA QUE LLEGÓ SU HORA, como ÉRASE UNA VEZ EN AMÉRICA, es una fábula sobre el paso del tiempo, de personajes que envejecen y tienen que recolocarse en la vida y/o dejar paso a una nueva generación. Como muy bien explica Armónica a Frank previamente a su duelo final, los dos personajes son parte de una raza antigua, y tras matar a Frank, Armónica se irá para seguramente no volver jamás, cargando con un fallecido Cheyenne y dejando la población de Sweetwater creciendo y formándose de la mano de Jill, que forma parte de esa nueva generación más joven y con nuevos ideales. Un tema que une a Leone con la forma de ver el mundo de uno de sus maestros y referentes, el magno John Ford.

7.0
12,279
8
20 de marzo de 2016
20 de marzo de 2016
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
F.Gary Gray ha ido creando a lo largo de los últimos 20 años una irregular aunque no poco interesante carrera cinematográfica, con cierto aire de autor. Una filmografía en la que podemos encontrar excelentísimos thrillers (NEGOCIADOR), o proyectos más fallidos (BE COOL), pero siempre manteniendo la constancia de su visión del mundo, ese universo propio en el que mezcla el coleguismo y la lucha contra el establishment.
Se ha convertido también con el paso de los años en uno de los directores que mejor ha sabido describir el mundo de los ghettos urbanos americanos, la lucha por la supervivencia en los barrios bajos estadounidenses plagados de corrupción y drogas, que le une a Antoine Fuqua y a David Ayer como los mejores exponentes de este subgénero a día de hoy (el bueno de John Singleton fue el padre de todos ellos, aunque hoy día no está tan activo como para poder incluirlo en esa lista).
Se ha convertido también con el paso de los años en uno de los directores que mejor ha sabido describir el mundo de los ghettos urbanos americanos, la lucha por la supervivencia en los barrios bajos estadounidenses plagados de corrupción y drogas, que le une a Antoine Fuqua y a David Ayer como los mejores exponentes de este subgénero a día de hoy (el bueno de John Singleton fue el padre de todos ellos, aunque hoy día no está tan activo como para poder incluirlo en esa lista).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
STRAIGHT OUTTA COMPTON narra la creación y el ascenso del famoso grupo de Hip-Hop NWA, y también los problemas posteriores que surgieron entre los miembros por culpa del dinero aunque al final hubiera un intento de reconciliarse, intento este que fue enterrado definitivamente con la muerte de su líder Eazy-E a causa del SIDA.
Uno de los puntos fuertes del film es precisamente el nervio y el vigor en la dirección de Gray, que a pesar de lo prolongado de su duración hace que el ritmo no decaiga en ningún momento, combinando actuaciones musicales de la banda con sus temas más famosos (como FUCK THA POLICE) con momentos de denuncia social, como los encontronazos constantes con la policía, un cuerpo del Estado que aparece en todo momento aquí como un elemento racista y represivo o los problemas que la banda pueda encontrar en territorios más reacios a las nuevas modas musicales como en Texas (maravilloso el momento de comenzar la gira del grupo por USA, cuando Eazy-E saca una ametralladora de la maleta y se la muestra a Jerry Heller, diciendo que es para la protección del grupo).
También sobresale la relación entre los distintos grupos de la banda, esos perros callejeros de Compton que son en realidad la única familia que tienen (revelador el momento en que Dr. Dre descubre que su hermano biológico ha muerto en una reyerta callejera y todos los demás miembros acaban haciendo una especie de terapia de grupo en la que todos anuncian que han perdido algún ser cercano en algún momento y se definen a sí mismos como "hermanos para siempre).
F. Gary Gray utiliza la historia del grupo musical NWA (el filme está producido por varios de sus componentes) para contar un thriller urbano sobre los lazos de amistad que se establecen en un ambiente difícil, lleno de drogas, violencia, armas y amenazas e incomprensión familiar (ver las excelentes secuencias de presentación de cada uno de los personajes al inicio del film) donde las posibilidades de escape son altamente complicadas.
Un medio ambiente opresor, violento, en el que las luchas entre bandas rivales llegan incluso al mundo de la música y que pondrán a prueba la camaradería de sus miembros hasta el final.
Uno de los puntos fuertes del film es precisamente el nervio y el vigor en la dirección de Gray, que a pesar de lo prolongado de su duración hace que el ritmo no decaiga en ningún momento, combinando actuaciones musicales de la banda con sus temas más famosos (como FUCK THA POLICE) con momentos de denuncia social, como los encontronazos constantes con la policía, un cuerpo del Estado que aparece en todo momento aquí como un elemento racista y represivo o los problemas que la banda pueda encontrar en territorios más reacios a las nuevas modas musicales como en Texas (maravilloso el momento de comenzar la gira del grupo por USA, cuando Eazy-E saca una ametralladora de la maleta y se la muestra a Jerry Heller, diciendo que es para la protección del grupo).
También sobresale la relación entre los distintos grupos de la banda, esos perros callejeros de Compton que son en realidad la única familia que tienen (revelador el momento en que Dr. Dre descubre que su hermano biológico ha muerto en una reyerta callejera y todos los demás miembros acaban haciendo una especie de terapia de grupo en la que todos anuncian que han perdido algún ser cercano en algún momento y se definen a sí mismos como "hermanos para siempre).
F. Gary Gray utiliza la historia del grupo musical NWA (el filme está producido por varios de sus componentes) para contar un thriller urbano sobre los lazos de amistad que se establecen en un ambiente difícil, lleno de drogas, violencia, armas y amenazas e incomprensión familiar (ver las excelentes secuencias de presentación de cada uno de los personajes al inicio del film) donde las posibilidades de escape son altamente complicadas.
Un medio ambiente opresor, violento, en el que las luchas entre bandas rivales llegan incluso al mundo de la música y que pondrán a prueba la camaradería de sus miembros hasta el final.

5.9
33,764
1
26 de junio de 2009
26 de junio de 2009
9 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para aquellos que crecimos viendo y alucinando con Terminator y Terminator 2,se nos cae el alma al suelo al ver en qué ha degenerado la historia ideada por James Cameron.A pesar de que la tercera parte aún mantenía el espíritu de las dos primeras partes ya era de por sí bastante insuficiente,y en esta ocasión un gilipollas que se hace llamar McG ha perpetrado uno de los mayores bodrios que se recuerdan.Esta gente debería estar en la cárcel y una vez más lo vuelvo a decir:si el autor de una historia (en este James Cameron) no quiere hacer más secuelas,nadie debería hacerlas y punto.Espero que por el bien de todos no haya una quinta entrega,aunque dudo mucho que ese milagro vaya a ocurrir.
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