1935. Tras un incidente en un club nocturno de Shanghai con los miembros de la mafia china a causa de un diamante, Indiana acabará en un poblado hindú en compañía de una cantante del club, Willie Scott, y de su pequeño amigo de 12 años, Tapón. Allí los aldeanos creen que los malvados espíritus de Pankot son los responsables del secuestro de sus hijos, a causa del robo de la piedra sagrada del pueblo. Indiana tratará ahora de recuperar la piedra pero se verá en problemas con una sanguinaria secta de adoradores de Khali.

Segunda entrega de las aventuras de Indiana Jones, mucho más entretenida, más divertida y tan trepidante como su antecesora. Inolvidable música de John Williams, espectaculares efectos especiales de Lucas Arts y magnífico sonido y montaje. ‘Indiana Jones and the Temple of Doom’, aunque es la peor de la trilogía, es un ejemplo de cine de entretenimiento de calidad. Tampoco se la pierda.

Una secuela más independiente de las otras dos, y con menos profundidad, pero igual de divertida.
Me quedo con el "Piso dónde tú pisas", "Kalimaaaaa" y el "Sorbete de Sesos de Mono".

Un gran clásico que hay que poner a vuestros hijos obligatoriamente alguna vez durante su infancia.

Si las otras tienen un 10, esta tiene un 8.

Curioso ejemplo de aventura negra como el betún y amarga como un Bitter Kas pasado. Alejándose de la luminosidad trascendente de su iniciática y fundacional 'En busca del arca perdida', Spielberg aborda, sin embargo, una trama mucho más superficial que en aquella. Llena de negrura, violencia, racismo y machismo, la aventura resulta, no obstante, un enérgico viaje lleno de buen cine, nervio, buen gusto y sabiduría fílmica.

Spielberg tira de fondo de armario y aplica sus innumerables recursos expresivos y narrativos a un carrousel de ritmo frenético que culmina en un antológico tramo final que debería de estudiarse en cualquier clase de montaje cinematográfico que se precie.

Una película que es puro artefacto, sin ambición argumental, pero que nos ofrece momentos memorables, un tono muy extraño y la espléndida y contínua presencia de la bella futura esposa del director. Una rareza mainstream.

Espectacular segunda parte de la mejor saga de la historia del cine. Otro día ya analizaré la primera, seguramente la película que me afianzó como amante del cine.
En esta parte nos encontramos con el mejor prólogo de la historia del cine, 17 minutos apasionantes en el que suceden una tras otra escenas cada cual más espectacular y entretenida. Su últimos 30 minutos son dignos del mejor aventurero del mundo. En medio tenemos una trama con ciertos altibajos, algo que la relega del 10 absoluto que tienen las otras dos entregas. La cuarta no la cuento porque prefiero olvidar los gatillazos.
Sus altibajos se producen precisamente en el templo. El contraste de las escenas más ingenuas, incluso infantiles, pero bien resueltas, con otras más contundentes e incluso morbosas producen un cierto bajón, pero a Indy se le puede perdonar.
Al margen de estos momentos, que además con el tiempo, sobretodo al ver con mis hijos, les doy más importancia, cada una de las escenas de esta películas son antológicos. Mi preferida, el montaje en paralelo de dos amantes que se desean pero que quieren preservar su orgullo.
De reconocido disfrute, se degusta una y otra vez con la facilidad con la te reencuentras con los seres queridos. Es uno más de la familia, es un plato que repites porque sabes que te gusta y además alimenta.

Película de aventuras pulp basada en una idea de George Lucas en la que nos encontramos un Indiana Jones sumergido en una trama tenebrosa. Tras presentarnos en su prologo al trio protagonista, Willie Scott (Kate Capshaw) y Tapón (Ke Huy Quan) a parte del arqueólogo, la acción conduce la historia a un remoto pueblo interior de la India. Al ver a Indiana, sus residentes lo veneraran como un héroe enviado por Dios para salvarlos del mal que les aciaga. Los niños están siendo secuestrados y le tocará a él resolver el caso y de paso recuperar una piedra mística.

En definitiva, a “Indiana Jones y el templo maldito” no le hubiera ido mal una reescritura del guión para dar al conjunto global un mejor empaque, porque es lo único que falla en una producción por todo lo demás muy acertada. Es una película muy entretenida, con personalidad, muy bien realizada y con un Harrison Ford en el momento álgido de su carrera que llena la pantalla con su inmensurable carisma. Muy recomendable.

Lee la crítica completa en: http://reelsofcinema.com/indiana-jones-y-el-templo-maldito/