La familia Bélier
6.9
17,246
Comedia. Drama
Todos los miembros de la familia Bélier son sordos, excepto Paula, de 16 años. Ella hace de intérprete para sus padres, especialmente en lo que respecta al funcionamiento de la granja familiar. Debido a que a Paula le gusta un chico del instituto, se apunta como él al grupo del coro. Allí descubrirá su talento para el canto... (FILMAFFINITY)
21 de febrero de 2017
21 de febrero de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me encanta el pequeño cine contado con sencillez, un puntito de humor, toques de delicadeza y decisión. Me resulta entrañable y fácil de ver una y otra vez. Una pequeña historia de sentimientos contada a través de personajes que te harán reír y llorar de honestidad a partes iguales. Genial película que no hay que dejar pasar con uno de los finales más cautivadores del cine de comedia. Película imprescindible.
27 de noviembre de 2017
27 de noviembre de 2017
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me encanta el cine francés. Cada vez me gusta más; y aunque de vez en cuando uno se encuentra con una película que no convence; en general es un tipo de cine que siempre funciona debido a que es capaz de crear unas historias que conectan fácilmente.
En esta ocasión, se nos presenta a una familia de cuatro miembros en la que todos son sordos salvo la hija mayor. Ella es una joven que ayuda en la comunicación de su familia con el resto del pueblo, y eso hace que su vida esté muy unida a sus padres y hermano. Pero un día, su profesor de canto descubre que tiene un auténtico don vocal, y le propone presentarse a un examen para una escuela de París.
La historia encandila desde el minuto uno gracias a una trama realmente entrañable que toca muchos puntos sensibles, y también puntos cómicos. Y es que esta trama es una comedia con toques sensibles. Es decir, uno se divierte con esta familia que viven momentos que resultan graciosos. Pero también, viven momentos que emocionan y ponen la carne de gallina.
Hay que reconocer que el cine francés tiene una gran capacidad para crear películas con la peculiaridad de colocarse en ese punto medio de la comedia y el drama. Unas historias que tocan sutilmente ambos géneros, y que por consiguiente transmiten una sensibilidad increíble.
Y sensibilidad es lo que transmite Louane Emera con su papel. Esta joven actriz que alcanzó la fama al ser finalista del famoso programa "La Voz" en Francia, realiza una interpretación que enamora. Su capacidad de transmitir con su personaje y con su maravillosa voz en cada una de las canciones; hace que uno no pueda evitar enamorarse de este entrañable personaje.
Pero no solamente ella convence. Todos los intérpretes que participan en esta película hacen unos trabajos sobresalientes, regalando unos personajes que convencen totalmente.
Pero hablar de esta película es hablar también de su banda sonora. Canciones que se te clavan en el corazón como su famoso "Je vole", o las adaptaciones de "Je vais t'aimer" o "La maladie d'amour"; hacen que este film sea mucho más redondo.
En fin, "La familia Bélier" es una fantástica película francesa que convence en prácticamente todo. Es un film que engancha desde el minuto uno, y hace que uno disfrute en casi su totalidad de un una historia que te enamora, y que tiene algunas escenas que emocionan.
En esta ocasión, se nos presenta a una familia de cuatro miembros en la que todos son sordos salvo la hija mayor. Ella es una joven que ayuda en la comunicación de su familia con el resto del pueblo, y eso hace que su vida esté muy unida a sus padres y hermano. Pero un día, su profesor de canto descubre que tiene un auténtico don vocal, y le propone presentarse a un examen para una escuela de París.
La historia encandila desde el minuto uno gracias a una trama realmente entrañable que toca muchos puntos sensibles, y también puntos cómicos. Y es que esta trama es una comedia con toques sensibles. Es decir, uno se divierte con esta familia que viven momentos que resultan graciosos. Pero también, viven momentos que emocionan y ponen la carne de gallina.
Hay que reconocer que el cine francés tiene una gran capacidad para crear películas con la peculiaridad de colocarse en ese punto medio de la comedia y el drama. Unas historias que tocan sutilmente ambos géneros, y que por consiguiente transmiten una sensibilidad increíble.
Y sensibilidad es lo que transmite Louane Emera con su papel. Esta joven actriz que alcanzó la fama al ser finalista del famoso programa "La Voz" en Francia, realiza una interpretación que enamora. Su capacidad de transmitir con su personaje y con su maravillosa voz en cada una de las canciones; hace que uno no pueda evitar enamorarse de este entrañable personaje.
Pero no solamente ella convence. Todos los intérpretes que participan en esta película hacen unos trabajos sobresalientes, regalando unos personajes que convencen totalmente.
Pero hablar de esta película es hablar también de su banda sonora. Canciones que se te clavan en el corazón como su famoso "Je vole", o las adaptaciones de "Je vais t'aimer" o "La maladie d'amour"; hacen que este film sea mucho más redondo.
En fin, "La familia Bélier" es una fantástica película francesa que convence en prácticamente todo. Es un film que engancha desde el minuto uno, y hace que uno disfrute en casi su totalidad de un una historia que te enamora, y que tiene algunas escenas que emocionan.
24 de febrero de 2020
24 de febrero de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Paula tiene 16 años y su mundo la aprisiona. Se siente confortada por los suyos, pero sus obligaciones la abruman y no le permiten levantar la mirada. Y ella lo sabe. Por eso quiere escapar, aunque le apena dejar a su familia sin su nexo con la realidad. Desea volar y, para ello, necesita librarse de todas las cargas. El dilema estalla precisamente en un sueño que sus padres y su hermano son incapaces de compartir. Un conflicto mayor para una comedia familiar fabricada con los tintes adecuados para llenar las salas: una historia de superación de una joven provista de una naturalidad arrolladora, secuencias con carga emocional, un ritmo narrativo acelerado por personajes histriónicos y una compilación musical de temas que, al igual que la película, aúnan sentido comercial y artístico. Todo ello mezclado con una argamasa denominada sello de autor que cristaliza en una escena final con una Paula liberada, corriendo hacia lo desconocido y retratada en una foto fija con la misma sensación de libertad e incertidumbre que experimentó el niño Antoine Doinel tras devorar la playa huyendo del reformatorio.
'La familia Bélier' introduce al espectador en una granja de la campiña francesa, en la que tres de los miembros del clan son sordomudos. La hija ejerce de traductora y de enlace con su entorno, y sus labores pasan desde comprar alimentos para los animales o vender quesos, hasta convertirse en intérprete en la consulta del ginecólogo. Por un capricho del destino, acaba en una clase de canto, en la que su profesor descubre el innegable don que atesora su garganta. Una cualidad que puede abrirle las puertas de una carrera musical en París.
El director Eric Lartigau exprime en su quinto largometraje la caracterización de los personajes. Debido a su invalidez, todos expresan lo que piensan sin rodeos ni delicadezas, incrementando la comicidad de las situaciones. Los progenitores figuran en la mayoría de los gags, por lo que sus gestos siempre son exagerados y escoden un puñal detrás de cada diálogo. Pese a la obligación de mostrar en pantalla el uso del lenguaje de signos y que el público sea consciente de lo que se está diciendo a través de subtítulos, el realizador francés esquiva la desgana yendo al grano con facilidad. Se muestra seguro en la trama principal, sabiendo cuándo acelerar y en qué instantes detener la cámara para subrayar la profundidad emocional de las escenas, pero fracasa en las historias paralelas, en ocasiones demasiado elaboradas y, en otras, completamente nimias e intrascendentes. Además de lograr una perfecta empatía con los éxitos y fracasos de la protagonista, uno de los dos mayores aciertos de Lartigau fue contar con el repertorio musical de Michel Sardou, un cantante francés muy popular en el país vecino y cuya canción 'Je vole' encaja en el filme como si hubiera sido escrita para él.
El otro gran reconocimiento que se le debe dar es haber descubierto a Louane Emera, una joven que despuntó en el programa televisivo 'La Voz' y que, en su debut en el cine, encandila con una espontaneidad innata y una increíble habilidad para atrapar las miradas. De hecho, su trabajo fue merecedor del César a la mejor actriz revelación. Gracias a la inocencia que aporta, la cinta conmueve muchísimo más y llega al clímax con un empaque sólido, sin las fisuras que una comedia banal podría haberle causado y que, en este caso, suponen solo antojos en la piel de una película interesante.
Diario de Navarra / La séptima mirada
'La familia Bélier' introduce al espectador en una granja de la campiña francesa, en la que tres de los miembros del clan son sordomudos. La hija ejerce de traductora y de enlace con su entorno, y sus labores pasan desde comprar alimentos para los animales o vender quesos, hasta convertirse en intérprete en la consulta del ginecólogo. Por un capricho del destino, acaba en una clase de canto, en la que su profesor descubre el innegable don que atesora su garganta. Una cualidad que puede abrirle las puertas de una carrera musical en París.
El director Eric Lartigau exprime en su quinto largometraje la caracterización de los personajes. Debido a su invalidez, todos expresan lo que piensan sin rodeos ni delicadezas, incrementando la comicidad de las situaciones. Los progenitores figuran en la mayoría de los gags, por lo que sus gestos siempre son exagerados y escoden un puñal detrás de cada diálogo. Pese a la obligación de mostrar en pantalla el uso del lenguaje de signos y que el público sea consciente de lo que se está diciendo a través de subtítulos, el realizador francés esquiva la desgana yendo al grano con facilidad. Se muestra seguro en la trama principal, sabiendo cuándo acelerar y en qué instantes detener la cámara para subrayar la profundidad emocional de las escenas, pero fracasa en las historias paralelas, en ocasiones demasiado elaboradas y, en otras, completamente nimias e intrascendentes. Además de lograr una perfecta empatía con los éxitos y fracasos de la protagonista, uno de los dos mayores aciertos de Lartigau fue contar con el repertorio musical de Michel Sardou, un cantante francés muy popular en el país vecino y cuya canción 'Je vole' encaja en el filme como si hubiera sido escrita para él.
El otro gran reconocimiento que se le debe dar es haber descubierto a Louane Emera, una joven que despuntó en el programa televisivo 'La Voz' y que, en su debut en el cine, encandila con una espontaneidad innata y una increíble habilidad para atrapar las miradas. De hecho, su trabajo fue merecedor del César a la mejor actriz revelación. Gracias a la inocencia que aporta, la cinta conmueve muchísimo más y llega al clímax con un empaque sólido, sin las fisuras que una comedia banal podría haberle causado y que, en este caso, suponen solo antojos en la piel de una película interesante.
Diario de Navarra / La séptima mirada
1 de mayo de 2021
1 de mayo de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La familia Bélier es un fiel retrato del paso de la adolescencia a la edad adulta, que maneja los sentimientos desde un tono distendido. En el film cobra gran protagonismo la comunidad sorda, y se trata con gran verosimilitud y naturalidad la realidad de este colectivo. Conmovedora a la par que divertida, el cine francés nos da otra muestra de su gran capacidad de aunar talento, comedia y temas sociales en un producto de gran difusión
13 de agosto de 2022
13 de agosto de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
262/13(12/08/22) Con motivo del Oscar al mejor film de este año para CODA, que me decepcionó bastante, me he decidido a ver el original francés, y es que encima la galardonada cinta es un remake! Y hasta muy reciente! Ello con la intención de poder encontrar parte de lo bueno que quizás se perdió en la traslación al continente americano, pero no hay tampoco mucho donde rascar en esta película clásica ‘I Feel Good Movie’, revestida de un buenismo y simplismo. Es una dramedia dirigida por Éric Lartigau, con guion del propio director junto a Victoria Bedos y Thomas Bidegain (“Los hermanos Sisters”), planteando un relato que en su fachada habla de las personas sordas y su modo de integrarse en una sociedad de oyentes, ello lo exponen con veta humorística, con un comienzo un tanto grimante por la forma pretendidamente transgresora de la comedia (me refiero por supuesto a la visita al doctor de enfermedades venéreas con la hija de traductora), luego la cosa irá virando hacia situaciones Déjà vu, con un tono de querer agradar a toda la familia con problemas cargados de inocencia, donde incluso las notas de humor viene de reírse de los sordos, y no con ellos. Ello añadiendo dosis de comedia juvenil ya muy ajadas (lo del guaperas del insti que pretende la prota, o que esta esté emparejada as una feucha como amiga, son clichés ya muy rancios; como los tramo pretendidamente humorístico de la alergia al látex, propio del teta, culo y pedo). Metiendo sub tramas que ni aportan, ni van a lado alguno (la del padre con su aspiración de ser alcalde[conlleva una crítica al nivel pellizco de monjita al capitalismo], o la amiga promiscua y su relación con el hermano de la prota).
El argumento sigue a la familia titular, el padre Rodolphe (Francois Damiens) que dirige la granja de la familia, la esposa Gigi Karin Viard) y sus dos hijos: el hijo Quentin (Luca Gelberg) y la hija Paula (Louane Emera). El giro? Toda la familia es sorda. A excepción de Paula, quien, debido a su habilidad para comunicarse con personas sordas y oyentes, dirige la mayor parte de los negocios familiares y es la figura central de la familia. Al comenzar otro año escolar, Paula se siente atraída por unirse al coro de la escuela, gracias al interés amoroso de Gabriel (Ilian Bergala), donde descubre, gracias al apoyo del apasionado profesor de música Fabien (Eric Elmosnino), que tiene un talento natural para cantando.
Donde se supone que el tema central va a ser la sordera y como la enfrentan tanto los que la tiene como los de su alrededor, pero esto es solo el MacGuffin, pues el núcleo es el muy manido recurso del retoño que una vez ha crecido siente la necesidad de dejar el nido, y los problemas que causa en sus padres (esto remarcado por, esos sí, muy bonito tema cantado por Louane en el clímax del film, ‘Je Vole’, de Michel Sardou), en este caso porque estos, encima, son dependientes de que este sea el traductor por signos, con lo que se acentúa la visión minusválida de los sordos, en contraposición con el enfoque de personas autosuficientes que debería ser la cinta, y no una visión condescendiente y paternalista de los sordos. Es de esas películas que aspira a mucho (pero mucho) más de lo que te da, pero si hasta los ponen de rencorosos contra los oyentes. Termina tirando de mil y un tópicos, arramblando con un buenrollismo que en algún momento sentimentaloide da ardores.
Las actuaciones son bastante mejorables (siendo benévolo), solo Eric Elmosnino como el simpátrico profesor de música Fabien Thomasson aporta algo de personalidad, resto van desde lo aceptable de Louane Emera (semifinalista de la versión gala del reality La voz, que den¡,muestra ser una buena cantante, aunque algo menos en actriz) como la hija cantante, a lo irritante de Karin Viard y François Damiens como los exasperantes padres sordos, unos histriónicos desagradables por mucho que quieran ser encantadores, queriendo ser empáticos se pasan y son unos niños encerrados en cuerpos de adultos, siempre haciendo tonterías impropias de su edad, ser sordo no implica ser idiota, no es gracioso tener de intermediaria a su adolescente hija durante una consulta con el doctor de índole sexual, no es gracioso el egoísmo de ellos, su egocentrismo, no es gracioso que el padre cuando la hija tiene la regla le de un guantazo, no es gracioso que un candidato político insulte a sus potenciales votantes. Encima da mucha rabia que para unos pocos roles que se podrían dar a personas sordas, te enteras que estos intérpretes no lo son, al menos en la versión estadounidense arreglan este despropósito. De hecho, el único sordo en el plantel es Luca Gelberg, que interpreta al hijo de los padres sordos, y esto se nota en una mayor naturalidad en el manejo del lenguaje de sordos; Estas actuaciones y como están escritos los personajes hace que la pretendida química entre la familia me sea impostada, por imperativo del guion.
El argumento sigue a la familia titular, el padre Rodolphe (Francois Damiens) que dirige la granja de la familia, la esposa Gigi Karin Viard) y sus dos hijos: el hijo Quentin (Luca Gelberg) y la hija Paula (Louane Emera). El giro? Toda la familia es sorda. A excepción de Paula, quien, debido a su habilidad para comunicarse con personas sordas y oyentes, dirige la mayor parte de los negocios familiares y es la figura central de la familia. Al comenzar otro año escolar, Paula se siente atraída por unirse al coro de la escuela, gracias al interés amoroso de Gabriel (Ilian Bergala), donde descubre, gracias al apoyo del apasionado profesor de música Fabien (Eric Elmosnino), que tiene un talento natural para cantando.
Donde se supone que el tema central va a ser la sordera y como la enfrentan tanto los que la tiene como los de su alrededor, pero esto es solo el MacGuffin, pues el núcleo es el muy manido recurso del retoño que una vez ha crecido siente la necesidad de dejar el nido, y los problemas que causa en sus padres (esto remarcado por, esos sí, muy bonito tema cantado por Louane en el clímax del film, ‘Je Vole’, de Michel Sardou), en este caso porque estos, encima, son dependientes de que este sea el traductor por signos, con lo que se acentúa la visión minusválida de los sordos, en contraposición con el enfoque de personas autosuficientes que debería ser la cinta, y no una visión condescendiente y paternalista de los sordos. Es de esas películas que aspira a mucho (pero mucho) más de lo que te da, pero si hasta los ponen de rencorosos contra los oyentes. Termina tirando de mil y un tópicos, arramblando con un buenrollismo que en algún momento sentimentaloide da ardores.
Las actuaciones son bastante mejorables (siendo benévolo), solo Eric Elmosnino como el simpátrico profesor de música Fabien Thomasson aporta algo de personalidad, resto van desde lo aceptable de Louane Emera (semifinalista de la versión gala del reality La voz, que den¡,muestra ser una buena cantante, aunque algo menos en actriz) como la hija cantante, a lo irritante de Karin Viard y François Damiens como los exasperantes padres sordos, unos histriónicos desagradables por mucho que quieran ser encantadores, queriendo ser empáticos se pasan y son unos niños encerrados en cuerpos de adultos, siempre haciendo tonterías impropias de su edad, ser sordo no implica ser idiota, no es gracioso tener de intermediaria a su adolescente hija durante una consulta con el doctor de índole sexual, no es gracioso el egoísmo de ellos, su egocentrismo, no es gracioso que el padre cuando la hija tiene la regla le de un guantazo, no es gracioso que un candidato político insulte a sus potenciales votantes. Encima da mucha rabia que para unos pocos roles que se podrían dar a personas sordas, te enteras que estos intérpretes no lo son, al menos en la versión estadounidense arreglan este despropósito. De hecho, el único sordo en el plantel es Luca Gelberg, que interpreta al hijo de los padres sordos, y esto se nota en una mayor naturalidad en el manejo del lenguaje de sordos; Estas actuaciones y como están escritos los personajes hace que la pretendida química entre la familia me sea impostada, por imperativo del guion.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Desgraciadamente, el director no se toma muy seriamente el tema de la sordera, y tira por caminos ya muy trillados, sin ahondar mínimamente en el mundo interior latente de estas personas, sobre todo durante la mayor `parte del metraje. En el rush final, para conectar al espectador, nos meten momentos muy azucarados para conmovernos, pero entonces me siento manipulado artificiosamente, aunque consigue removerme un poco, aun con sus empujadores recursos (ese padre tocando las cuerdas vocales de su hija para sentir mal cantar, o el muy emotivo tema que canta la protagonista mientras lo ‘traduce’ con el lenguaje de sordos, ‘Je Vole’), aunque los primeros planos de los plañideros me repelen por lo almibarado.
Film que recibió seis nominaciones en los premios César, ganando actriz más prometedora para Louane Emera.
Me queda una película, que realmente la mido por el espejo del remake americano y con ello la veo con el cuchillo en los dientes . Aun así, debo darle mayor puntuación que a la oscarizada, aunque solo sea por ser la original, y la copia no aportar algo nuevo. Gloria Ucrania!!!
PD. El final con Paula yéndose en el auto de Fabien y pidiéndole frene a unos pocos metros para volver a despedirse de los padres y hermano es no apto a diabéticos. Gloria Ucrania!!!
Film que recibió seis nominaciones en los premios César, ganando actriz más prometedora para Louane Emera.
Me queda una película, que realmente la mido por el espejo del remake americano y con ello la veo con el cuchillo en los dientes . Aun así, debo darle mayor puntuación que a la oscarizada, aunque solo sea por ser la original, y la copia no aportar algo nuevo. Gloria Ucrania!!!
PD. El final con Paula yéndose en el auto de Fabien y pidiéndole frene a unos pocos metros para volver a despedirse de los padres y hermano es no apto a diabéticos. Gloria Ucrania!!!
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