La gran belleza
2013 

7.4
38,887
Comedia. Drama
En Roma, durante el verano, nobles decadentes, arribistas, políticos, criminales de altos vuelos, periodistas, actores, prelados, artistas e intelectuales tejen una trama de relaciones inconsistentes que se desarrollan en fastuosos palacios y villas. El centro de todas las reuniones es Jep Gambardella (Toni Servillo), un escritor de 65 años que escribió un solo libro y practica el periodismo. Dominado por la indolencia y el hastío, ... [+]
7 de abril de 2014
7 de abril de 2014
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hay que extenderse mucho para contar que lo que he vivido, verdaderamente es una verdadera fantochada. Me he esforzado en terminar de perder los ciento sesenta y pico minutos de duración de esta película tan alabada y premiada, para saborear y poder apreciar hasta que punto hay gente que ve cosas donde no las hay.
No se puede atar de ninguna manera lo que se va viendo, por que no tiene ningún sentido, bajo mi punto de vista. Todo es una visualización lentísima de imágenes que además de ser una correlación de personajes y situaciones sin norte y extrañísimas, giran alrededor de un personaje que no ha hecho nada mas en la vida que escribir un libro en su juventud que le da de mamar hasta los sesenta y cinco…vamos que el personajillo que ha escrito el guión debería de dejar de fumar o esnifar lo que sea que tome, ya que terminara peor que este”peaso” de perdidadetiempo… si si…así todo juntito, por que película yo no lo llamare, desde el momento que ponga el punto final a esta nota.
No le pongo la nota mínima por que el único acierto que le veo es la música y el sonido. Vamos a dejar las drogas duras, por favor ¡!! Señores - Esforcémonos en bajar los precios de las entradas del cine y arreglemos el paro…
No se puede atar de ninguna manera lo que se va viendo, por que no tiene ningún sentido, bajo mi punto de vista. Todo es una visualización lentísima de imágenes que además de ser una correlación de personajes y situaciones sin norte y extrañísimas, giran alrededor de un personaje que no ha hecho nada mas en la vida que escribir un libro en su juventud que le da de mamar hasta los sesenta y cinco…vamos que el personajillo que ha escrito el guión debería de dejar de fumar o esnifar lo que sea que tome, ya que terminara peor que este”peaso” de perdidadetiempo… si si…así todo juntito, por que película yo no lo llamare, desde el momento que ponga el punto final a esta nota.
No le pongo la nota mínima por que el único acierto que le veo es la música y el sonido. Vamos a dejar las drogas duras, por favor ¡!! Señores - Esforcémonos en bajar los precios de las entradas del cine y arreglemos el paro…
15 de diciembre de 2018
15 de diciembre de 2018
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
No hacen falta más de dos minutos, por no decir uno, para saber que con «La gran belleza» te vas a encontrar con una obra pedante, superficial y ridícula que, por supuesto, por ser italiana gana caché. Pues, mira, no.
Para empezar, esto ya lo hizo Fellini con «La Dolce Vita». Es que son iguales, calcadas, y si la otra era mala de narices podremos imaginar que la de Sorrentino no va a ser mucho mejor. Esta historia de gente decadente, en teoría, y muy desilusionada de la vida la hemos visto unas decenas de veces de una manera o de otra y aunque se pueden hacer temas recurrentes el problema fundamental de «La gran belleza» es que pretende abarcar mucho pero en realidad no abarca nada.
La sensación definitiva que me deja esta película es que Sorrentino se dedica a criticar por criticar, como si se pusiera en la puerta de su casa a decir por la espalda lo mal que le cae Manolita sin más argumento que la manía personal. Eso está bien para la puerta de tu casa o en un corrillo de amigos pero no para gastarse el dinero en una película. Se necesita un discurso elaborado, algo que justifique el porqué de esos personajes. Hablar de causas, aunque sea en hipótesis, y efectos. No echar solo basura encima.
Vayamos a un ejemplo, que quiero que se me entienda. El tema religioso se despacha con un «yo sé que usted no tiene respuestas» a un obispo inútil obsesionado con la cocina. Ya está. Parece que va a haber debate pero ¿de qué vas a reflexionar si lo único que te interesa es criticar a la Iglesia porque ya sabemos que es muy mala? Sorrentino recurre, en esto y en todo, a la forma fácil y obvia de criticar lo que se espera que sea criticable y poder quejarte aunque no expliques de qué te estás quejando realmente.
Porque es muy fácil poner ricos y artistas que se drogan…, lo difícil es hacer comprensibles a estos seres humanos, tratarlos como seres inteligentes y no como caricaturas grotescas a los que juzgas como vacíos sin, repito, justificárnoslo. Es posible que a fin de cuentas haya ternura en Sorrentino hacia estos personajes y de que la gran belleza esté en todas partes, pero ninguna de esas conclusiones evita las dos horas y media de esperpento que no va más allá de lo evidente. ¿Esa escena del bótox de dónde diantres sale? ¿Esas fiestas con señoras de cincuenta años bailando borrachas? ¿La religiosa decrépita? ¿Las cigüeñas en la terraza? ¿La relación entre el amigo y la aspirante a actriz que no hay quien se la crea? ¿Una señora enana como directora de un periódico romano? ¿El espectáculo de la niña pintora...? Vamos, hombre.
Lo mejor es la música de Lele Marchitelli.
Para empezar, esto ya lo hizo Fellini con «La Dolce Vita». Es que son iguales, calcadas, y si la otra era mala de narices podremos imaginar que la de Sorrentino no va a ser mucho mejor. Esta historia de gente decadente, en teoría, y muy desilusionada de la vida la hemos visto unas decenas de veces de una manera o de otra y aunque se pueden hacer temas recurrentes el problema fundamental de «La gran belleza» es que pretende abarcar mucho pero en realidad no abarca nada.
La sensación definitiva que me deja esta película es que Sorrentino se dedica a criticar por criticar, como si se pusiera en la puerta de su casa a decir por la espalda lo mal que le cae Manolita sin más argumento que la manía personal. Eso está bien para la puerta de tu casa o en un corrillo de amigos pero no para gastarse el dinero en una película. Se necesita un discurso elaborado, algo que justifique el porqué de esos personajes. Hablar de causas, aunque sea en hipótesis, y efectos. No echar solo basura encima.
Vayamos a un ejemplo, que quiero que se me entienda. El tema religioso se despacha con un «yo sé que usted no tiene respuestas» a un obispo inútil obsesionado con la cocina. Ya está. Parece que va a haber debate pero ¿de qué vas a reflexionar si lo único que te interesa es criticar a la Iglesia porque ya sabemos que es muy mala? Sorrentino recurre, en esto y en todo, a la forma fácil y obvia de criticar lo que se espera que sea criticable y poder quejarte aunque no expliques de qué te estás quejando realmente.
Porque es muy fácil poner ricos y artistas que se drogan…, lo difícil es hacer comprensibles a estos seres humanos, tratarlos como seres inteligentes y no como caricaturas grotescas a los que juzgas como vacíos sin, repito, justificárnoslo. Es posible que a fin de cuentas haya ternura en Sorrentino hacia estos personajes y de que la gran belleza esté en todas partes, pero ninguna de esas conclusiones evita las dos horas y media de esperpento que no va más allá de lo evidente. ¿Esa escena del bótox de dónde diantres sale? ¿Esas fiestas con señoras de cincuenta años bailando borrachas? ¿La religiosa decrépita? ¿Las cigüeñas en la terraza? ¿La relación entre el amigo y la aspirante a actriz que no hay quien se la crea? ¿Una señora enana como directora de un periódico romano? ¿El espectáculo de la niña pintora...? Vamos, hombre.
Lo mejor es la música de Lele Marchitelli.
1 de julio de 2019
1 de julio de 2019
8 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo que introducir mi comentario sobre La gran belleza, advirtiendo que no soy un crítico especializado ni nada por el estilo, pero debo decir que he visto la película por completo y que me ha costado llegar a su desenlace más que subir escaleras de rodillas peldaño a peldaño.
Los responsables de La gran belleza, presentan y desarrollan una trama para lanzar diversos mensajes de interés sobre algo que se ve en el día a día de la sociedad actual, un mundo con fiestas, apariencias y camuflajes inundados por el maquillaje de un mundo en apariencia bello, pero vacío.
La música y los bellos monumentos y arte que habita en Roma, posiblemente sean los aspectos más preciosistas de una historia que se antoja pretenciosa y densa, demasiado plomiza y bla bla.
No he sabido captar el supuesto arte que esconde la película y debo decir que lo más interesante lo he encontrado en las palabras y pensamientos contundentes que realiza el personaje principal cuando dice que ya no pierde tiempo en hacer cosas que no quiere hacer.
Yo quería ver La gran belleza, pero no la encontré por ningún sitio en su extensa y prolongada duración rellena de bla, bla.
Los responsables de La gran belleza, presentan y desarrollan una trama para lanzar diversos mensajes de interés sobre algo que se ve en el día a día de la sociedad actual, un mundo con fiestas, apariencias y camuflajes inundados por el maquillaje de un mundo en apariencia bello, pero vacío.
La música y los bellos monumentos y arte que habita en Roma, posiblemente sean los aspectos más preciosistas de una historia que se antoja pretenciosa y densa, demasiado plomiza y bla bla.
No he sabido captar el supuesto arte que esconde la película y debo decir que lo más interesante lo he encontrado en las palabras y pensamientos contundentes que realiza el personaje principal cuando dice que ya no pierde tiempo en hacer cosas que no quiere hacer.
Yo quería ver La gran belleza, pero no la encontré por ningún sitio en su extensa y prolongada duración rellena de bla, bla.
23 de noviembre de 2014
23 de noviembre de 2014
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Utilizo el título de aquella simpática comedia argentina para asumir yo la responsabilidad de que esta película no me dice nada. Fotografia artística? Si de acuerdo, pero eso está muy bien para llenar una galeria de arte, pero el cine es bastante más, o al menos otra cosa distinta. Lo primero, personas ricas vacias y decadentes pueden tener un interés en la pantalla si se nos narra alguna historia que explique el porqué de su vacio. Pero si no es así, no tiene el más mínimo interés. Escenas surrealistas, vale las acepto. Lo que no acepto es escenas artificiales y pomposas como que dos adultos salgan a cenar y acabe ella desnuda en la cama y él contemplándola con las palabras "ha sido muy hermoso no haber hecho el amor". A ver y con eso qué me quieres decir. En fin la primera media hora me atrajo y poco a poco fui desconectando. No cuenta apenas nada. Una banda sonora original interesante eso si.
7 de enero de 2016
7 de enero de 2016
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Este es el tipo de cine de "autor" del nuevo milenio que ha conseguido apartarme de las salas de cine. Tras algo más de 20 años consumiendo este tipo de obras, poco a poco (desde 2010 más o menos) he dejado de acudir con asiduidad del cine. En mi caso, el problema no es el precio, es la sensación de perder el tiempo. No necesito casi tres horas de metraje para que me digan que las clases pudientes de cualquier parte son vacuas, insufribles, pedantorras, etc. Frases como "ahora lo que se lleva es la escena de jazz etíope" son sonrojantes. Claro que esta gente es horrorosa, y ya sé que en su envoltorio todo parece maravilloso (aquí el uso de la fotografía y algunas tomas, magníficas realmente, juega su papel), pero el trasfondo es patético. Cómo no va a ser nuestro mundo una mierda con las diferencias a todos los niveles que hay. Pero el tal Sorrentino es hijo de su tiempo: mediocres que creen haber descubierto la sopa de ajo, por Dios. Me preocupa que hasta los cuarentones (es de 1970) sean así de gilipollas. Esto se va al garete.
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