Yo soy Simón
6.5
7,286
Romance. Comedia. Drama
Simon Spiers es un joven de 16 años con una vida normal, unos padres geniales, una hermana pequeña adorable y un estupendo grupo de amigos. Pero Simon tiene un secreto: es gay. Cuando un día uno de sus e-mails cae en manos equivocadas, Simon verá cómo las cosas se complican extraordinariamente, y deberá enfrentarse a una situación que pondrá en peligro la vida que llevaba hasta ese momento. (FILMAFFINITY)
17 de junio de 2018
17 de junio de 2018
2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me da la sensación de que existe en toda adolescencia una fase que no te pueden explicar ni padres, ni educadores ni amigos.
Algo que tiene tanto que ver con la propia identidad dentro de nuestro propio entorno, con la vulnerabilidad que somos capaces de dar, que se tapa bajo la alfombra tan pronto se pasa, y la mayoría de padres no encuentran palabras (ni el momento, ni las ganas) para hablar de ello con sus hijos.
Porque tenemos que ser fuertes, parece. Porque cada reafirmación de carácter tiene que estar envuelta en cierto desafío, por si alguien se atreve a atacarte.
'Con Amor, Simon', bajo la fachada de un sencillo romance adolescente, consigue hablar de mucho más de lo que pretende, probablemente porque elige escuchar de verdad, antes que reproducir la misma canción de siempre.
Simon es otro chaval cualquiera, que comparte instituto con sus amigos, veladas con su familia, locuras con su mejor amiga y secretos a voces, de esos que certifican que estás creciendo.
Pero guarda otro tipo de secreto, un preocupante e importante secreto, que de alguna manera está comiéndose el entusiasmo que solía poner en todo lo anterior.
Esta historia va tan a corazón abierto, trata con tanta sensibilidad la homosexualidad de su protagonista, que no puedes sino comprender cada mala decisión suya, pretendiendo alargar su salida al mundo adulto, donde le han dicho que se acaban todos los placeres y empiezan las temibles responsabilidades.
Así, la identidad sexual se convierte en una representación de esas elecciones que todavía no se quieren tomar, de las que saben a ese último año de instituto donde todo está a punto de cambiar.
Y no todas tienen que ver con resoluciones personales: favorecer que un compañero pesao pueda liarse con su amiga Abby es una cosa, pero mentir para que dicha amiga nunca se entere de lo que está pasando en realidad es algo muy diferente.
Aunque a Simon se le comprende demasiado bien desde el momento en que su padre pregunta siempre por su novia, o los sucesivos posibles amigos que se le acercan solo están interesados en cómo acercarse a tías tan buenas como las que le rodean.
Existe una sensación de interés generalizado, jamás verdaderas ganas de conocer a nadie, que dictan un patrón del que es difícil atreverse a sobresalir.
De nuevo, algo que todos hemos pasado, pero que nunca ha logrado mostrarse en pantalla así: resaltando cuanto perdemos cuanto más nos encerramos.
En una de las mejores escenas de la película, un amor puro y sincero es capaz de liberar un largo tiempo en el que se ha contenido la respiración.
Y lo único que te viene a la cabeza es tristeza, por todas esas veces que nos hemos conformado, callado o anulado porque no nos atrevíamos a romper esa línea invisible entre lo que queremos y lo que nos hacen querer.
Esta historia consigue que des gracias, entonces, porque existan personas tan valientes como para tendernos una mano, y procurar que lleguemos seguros y felices a ese otro lado.
La vida ya es suficientemente complicada sin misteriosos correos de confidentes anónimos, eso aprende Simon.
Así que, mejor, queramos a quien tiene la valentía de querernos.
Algo que tiene tanto que ver con la propia identidad dentro de nuestro propio entorno, con la vulnerabilidad que somos capaces de dar, que se tapa bajo la alfombra tan pronto se pasa, y la mayoría de padres no encuentran palabras (ni el momento, ni las ganas) para hablar de ello con sus hijos.
Porque tenemos que ser fuertes, parece. Porque cada reafirmación de carácter tiene que estar envuelta en cierto desafío, por si alguien se atreve a atacarte.
'Con Amor, Simon', bajo la fachada de un sencillo romance adolescente, consigue hablar de mucho más de lo que pretende, probablemente porque elige escuchar de verdad, antes que reproducir la misma canción de siempre.
Simon es otro chaval cualquiera, que comparte instituto con sus amigos, veladas con su familia, locuras con su mejor amiga y secretos a voces, de esos que certifican que estás creciendo.
Pero guarda otro tipo de secreto, un preocupante e importante secreto, que de alguna manera está comiéndose el entusiasmo que solía poner en todo lo anterior.
Esta historia va tan a corazón abierto, trata con tanta sensibilidad la homosexualidad de su protagonista, que no puedes sino comprender cada mala decisión suya, pretendiendo alargar su salida al mundo adulto, donde le han dicho que se acaban todos los placeres y empiezan las temibles responsabilidades.
Así, la identidad sexual se convierte en una representación de esas elecciones que todavía no se quieren tomar, de las que saben a ese último año de instituto donde todo está a punto de cambiar.
Y no todas tienen que ver con resoluciones personales: favorecer que un compañero pesao pueda liarse con su amiga Abby es una cosa, pero mentir para que dicha amiga nunca se entere de lo que está pasando en realidad es algo muy diferente.
Aunque a Simon se le comprende demasiado bien desde el momento en que su padre pregunta siempre por su novia, o los sucesivos posibles amigos que se le acercan solo están interesados en cómo acercarse a tías tan buenas como las que le rodean.
Existe una sensación de interés generalizado, jamás verdaderas ganas de conocer a nadie, que dictan un patrón del que es difícil atreverse a sobresalir.
De nuevo, algo que todos hemos pasado, pero que nunca ha logrado mostrarse en pantalla así: resaltando cuanto perdemos cuanto más nos encerramos.
En una de las mejores escenas de la película, un amor puro y sincero es capaz de liberar un largo tiempo en el que se ha contenido la respiración.
Y lo único que te viene a la cabeza es tristeza, por todas esas veces que nos hemos conformado, callado o anulado porque no nos atrevíamos a romper esa línea invisible entre lo que queremos y lo que nos hacen querer.
Esta historia consigue que des gracias, entonces, porque existan personas tan valientes como para tendernos una mano, y procurar que lleguemos seguros y felices a ese otro lado.
La vida ya es suficientemente complicada sin misteriosos correos de confidentes anónimos, eso aprende Simon.
Así que, mejor, queramos a quien tiene la valentía de querernos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Si hay una verdadera wonder woman aquí, esa debería ser Leah: bastante duro tiene que ser darte cuenta de que tu príncipe azul nunca te podrá corresponder.
Pero es precisamente eso, el que pese a todo no cuesta nada seguir queriendo, lo que parece difícil de aprender.
Pero es precisamente eso, el que pese a todo no cuesta nada seguir queriendo, lo que parece difícil de aprender.
23 de junio de 2018
23 de junio de 2018
2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ocho años después de estrenar en los cines Como la vida misma, el productor y director Greg Berlanti nos trae su siguiente proyecto, el de una historia conmovedora, emotiva, entretenida y que, en mi opinión, le va como anillo al dedo. De Berlanti me puedo fiar, ya que es uno de los que han hecho posible el llamado arrowverso en televisión, en el canal norteamericano The CW, con series como Arrow, The Flash o Supergirl, es abiertamente gay y todo lo que ha sacado a la luz me ha encantado.
Esta película, que ahora nos ocupa, está basada en una novela escrita por Becky Albertalli y que en España conocemos bajo el título de 'Yo, Simon, Homo Sapiens', pero bien podría haberse sacado de la vida real. Sin duda, el protagonista Simon Spier podría serlo. La trama acontece en un instituto norteamericano, qué duda cabe, con sus topicazos, su típico baile, sus líos adolescentes, sus problemas internos, y solamente hay que añadirle a la mezcla el secreto de Simon, es gay. Ya es bastante duro y cansino, el pasar el día a día en un instituto (yo lo sufrí en mis carnes hará ya... bueno, ya ni me acuerdo) con sus exámenes, el tener que estudiar fuerte... como para meter esto de ser homosexual en el saco. Nick Robinson (visto en Jurassic World) cumple muy bien como Simon, totalmente creíble, sobretodo cuando llega el momento de la verdad. Está muy bien secundado con muy buenos actores y actrices bastante reconocibles para muchos. Casos como los de Katherine Langford (la inolvidable Hannah Baker de la serie de Netflix "Por Trece Razones") , Alexandra Shipp (la veremos pronto en X-Men: Fénix Oscura), Jennifer Garner y Josh Duhamel (como los padres del protagonista), entre otros. Duhamel repite con el director tras "Como la vida misma". Ya quisiera un padre molón como el que interpreta este actor.
Esta película, que ahora nos ocupa, está basada en una novela escrita por Becky Albertalli y que en España conocemos bajo el título de 'Yo, Simon, Homo Sapiens', pero bien podría haberse sacado de la vida real. Sin duda, el protagonista Simon Spier podría serlo. La trama acontece en un instituto norteamericano, qué duda cabe, con sus topicazos, su típico baile, sus líos adolescentes, sus problemas internos, y solamente hay que añadirle a la mezcla el secreto de Simon, es gay. Ya es bastante duro y cansino, el pasar el día a día en un instituto (yo lo sufrí en mis carnes hará ya... bueno, ya ni me acuerdo) con sus exámenes, el tener que estudiar fuerte... como para meter esto de ser homosexual en el saco. Nick Robinson (visto en Jurassic World) cumple muy bien como Simon, totalmente creíble, sobretodo cuando llega el momento de la verdad. Está muy bien secundado con muy buenos actores y actrices bastante reconocibles para muchos. Casos como los de Katherine Langford (la inolvidable Hannah Baker de la serie de Netflix "Por Trece Razones") , Alexandra Shipp (la veremos pronto en X-Men: Fénix Oscura), Jennifer Garner y Josh Duhamel (como los padres del protagonista), entre otros. Duhamel repite con el director tras "Como la vida misma". Ya quisiera un padre molón como el que interpreta este actor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Un film que llega a tocarte la fibra sensible, te emociona, te hace reír en pequeñas dosis, aunque por desgracía hay algún que otro momento de vergüenza ajena. No es que lo pretenda, pero hay una escena en particular que lo ha conseguido, el hacerme sentir avergonzado. El momento del campo, no digo más, tampoco es ninguna clase de spoiler, pero si alguien la puede ver, sabrá a la que me estoy refiriendo. La selección de canciones que conforman su gran banda sonora están muy bien elegidas y consiguen encajar en todo el metraje. Me ha parecido muy interesante y entretenida de visionar. Muy recomendable, ya sea para los jóvenes como los mayores, pero sobretodo para los y las adolescentes que van al instituto. Mi nota final es de 8/10.
25 de junio de 2018
25 de junio de 2018
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Love, Simon, está dirigida por Greg Berlanti y explica, de una manera muy clara y normalizada, como ha de ser, la vida de un chaval (Nick Robinson), que tiene muy clara su orientación sexual, pero que teme que todo el mundo que hay a su alrededor se desmorone con la noticia. Tanto es así, que con 16 años todavía oculta un secreto que, para su desgracia, se verá revelado contra su voluntad, comenzando así una serie de desafortunados incidentes que pondrán en peligro el mundo que le rodea.
CON AMOR, SIMÓN, no es una película de grandes artificios, tampoco busca la lágrima fácil, sino explicar el día a día de tantas personas que, muy a pesar de lo normalizada que pueda estar la orientación sexual de cada uno, conviven con una sociedad a la que deben dar explicaciones. ¿Por qué los heteros no salen del armario y los gays sí?, es una de las preguntas que se hace el protagonista al inicio de la película. El entorno social, las amistades, la comprensión de unos padres o familiares demasiado tradicionales; todo ello hace que la situación se haga un mundo para cualquiera. Tienen que luchar contra una sensación de frustración contra sí mismos que el filme sabe retratar con certeza.
Además, la película dirigida por Greg Berlanti es divertida y funciona como comedia. También como drama romántico, pues asistimos a algunas situaciones por las que el protagonista ha de lidiar y que, por desgracia, todavía muchos han de convivir. Quizás Nick Robinson carece del carisma necesario, y quizás Jennifer Garner y Josh Duhamel son los padres del año; seguro que tiene mucho azúcar y que todo se desarrolla como se espera por parte de la sociedad, pero antes que eso, sabe retratar bien la angustia y los sentimientos encontrados que se generan en una situación así.
Además, la película dirigida por Greg Berlanti es divertida y funciona como comedia. También como drama romántico, pues asistimos a algunas situaciones por las que el protagonista ha de lidiar y que, por desgracia, todavía muchos han de convivir. Quizás Nick Robinson carece del carisma necesario, y quizás Jennifer Garner y Josh Duhamel son los padres del año; seguro que tiene mucho azúcar y que todo se desarrolla como se espera por parte de la sociedad, pero antes que eso, sabe retratar bien la angustia y los sentimientos encontrados que se generan en una situación así.
CON AMOR, SIMÓN, no es una película de grandes artificios, tampoco busca la lágrima fácil, sino explicar el día a día de tantas personas que, muy a pesar de lo normalizada que pueda estar la orientación sexual de cada uno, conviven con una sociedad a la que deben dar explicaciones. ¿Por qué los heteros no salen del armario y los gays sí?, es una de las preguntas que se hace el protagonista al inicio de la película. El entorno social, las amistades, la comprensión de unos padres o familiares demasiado tradicionales; todo ello hace que la situación se haga un mundo para cualquiera. Tienen que luchar contra una sensación de frustración contra sí mismos que el filme sabe retratar con certeza.
Además, la película dirigida por Greg Berlanti es divertida y funciona como comedia. También como drama romántico, pues asistimos a algunas situaciones por las que el protagonista ha de lidiar y que, por desgracia, todavía muchos han de convivir. Quizás Nick Robinson carece del carisma necesario, y quizás Jennifer Garner y Josh Duhamel son los padres del año; seguro que tiene mucho azúcar y que todo se desarrolla como se espera por parte de la sociedad, pero antes que eso, sabe retratar bien la angustia y los sentimientos encontrados que se generan en una situación así.
Además, la película dirigida por Greg Berlanti es divertida y funciona como comedia. También como drama romántico, pues asistimos a algunas situaciones por las que el protagonista ha de lidiar y que, por desgracia, todavía muchos han de convivir. Quizás Nick Robinson carece del carisma necesario, y quizás Jennifer Garner y Josh Duhamel son los padres del año; seguro que tiene mucho azúcar y que todo se desarrolla como se espera por parte de la sociedad, pero antes que eso, sabe retratar bien la angustia y los sentimientos encontrados que se generan en una situación así.
26 de junio de 2018
26 de junio de 2018
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sería bueno obligar a todo el mundo a ver esta película para ver si se acaba con el odio.
¿Cuantas veces miramos con desprecio al diferente? Eso ya es odio. ¿Cuantas veces nos reímos con un chiste de homosexuales? Eso también es odio.
Llevamos siglos de actividad humana en los que el odio se ha encauzado de diferentes maneras y por distintos motivos. En el tema que toca esta película, la homosexualidad, el odio sigue latente en nuestras sociedades "avanzadas" por muchos factores y uno de ellos es el integrismo religioso que no ha entendido nada del propio mensaje que dicen transmitir: el AMOR.
¿Que me importa a mi quien ame a quien? ¿Porqué tengo yo que opinar sobre las relaciones intimas de otra persona? ¿Porqué he de decir yo cómo hay que amar?
Hay películas que tienen importancia más allá de sus valores artísticos y esta es una de esas. LA LISTA DE SCHINDLER nos abrió aún más los ojos sobre la maldad y la bondad del género humano y esta podría ser un balón de oxigeno para que esa pequeña parte de nuestra sociedad que aún hoy odia a los homosexuales se replantee su carácter.
No se trata de TOLERANCIA como dicen muchos. Se trata de RESPETAR al prójimo y sus derechos.
Salir del cine satisfecho de que haya gente que respira en libertad y sin prejuicios y buscar una sociedad mejor, ya es un gran mérito para esta pequeña producción.
El guión es bueno, la dirección, fotografía, música y ambientación, también. Los actores están muy bien y lo que podría considerarse cursi o ñoño termina siendo una bella historia.
Muy recomendable.-
¿Cuantas veces miramos con desprecio al diferente? Eso ya es odio. ¿Cuantas veces nos reímos con un chiste de homosexuales? Eso también es odio.
Llevamos siglos de actividad humana en los que el odio se ha encauzado de diferentes maneras y por distintos motivos. En el tema que toca esta película, la homosexualidad, el odio sigue latente en nuestras sociedades "avanzadas" por muchos factores y uno de ellos es el integrismo religioso que no ha entendido nada del propio mensaje que dicen transmitir: el AMOR.
¿Que me importa a mi quien ame a quien? ¿Porqué tengo yo que opinar sobre las relaciones intimas de otra persona? ¿Porqué he de decir yo cómo hay que amar?
Hay películas que tienen importancia más allá de sus valores artísticos y esta es una de esas. LA LISTA DE SCHINDLER nos abrió aún más los ojos sobre la maldad y la bondad del género humano y esta podría ser un balón de oxigeno para que esa pequeña parte de nuestra sociedad que aún hoy odia a los homosexuales se replantee su carácter.
No se trata de TOLERANCIA como dicen muchos. Se trata de RESPETAR al prójimo y sus derechos.
Salir del cine satisfecho de que haya gente que respira en libertad y sin prejuicios y buscar una sociedad mejor, ya es un gran mérito para esta pequeña producción.
El guión es bueno, la dirección, fotografía, música y ambientación, también. Los actores están muy bien y lo que podría considerarse cursi o ñoño termina siendo una bella historia.
Muy recomendable.-
15 de julio de 2018
15 de julio de 2018
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por supuesto que siendo una película de adolescentes en algunas cosas es algo superficial y que no creo que nadie pueda decir que se sienta totalmente identificado con el personaje (a cuantos les habrá pasado la misma historia lo veo improbable ), esta película contiene muchos episodios que aunque llevados a la comedia, tienen un trasfondo muy real.
Aborda temas con los que muchos chicos y chicas de esa edad (y no tanto ) pueden sentirse, al menos en el trasfondo, identificados. La falsa necesidad de salir del armario, como si necesitaran etiquetarse para ser reconocidos por otros, los estereotipos existentes en el mundo homosexual(maneras de comportarse, movimientos, gestos, indumentaria)y la realidad, a veces destructora, de las relaciones a través de Internet, que nos hacen sentir mucho en poco tiempo, pero tan frágiles como darle al botón de desconectado.
Todos estos temas tratados de una forma amable y bajo un cuadro de una familia estructurada, pudiente en un barrio de una sociedad media alta y en un instituto estereotipado americano.
Todo ello hace de "Con amor, Simon " una película enmarcada en el halo de la adolescencia y el humor, pero a ratos dura con la realidad y sensible como la que más
Aborda temas con los que muchos chicos y chicas de esa edad (y no tanto ) pueden sentirse, al menos en el trasfondo, identificados. La falsa necesidad de salir del armario, como si necesitaran etiquetarse para ser reconocidos por otros, los estereotipos existentes en el mundo homosexual(maneras de comportarse, movimientos, gestos, indumentaria)y la realidad, a veces destructora, de las relaciones a través de Internet, que nos hacen sentir mucho en poco tiempo, pero tan frágiles como darle al botón de desconectado.
Todos estos temas tratados de una forma amable y bajo un cuadro de una familia estructurada, pudiente en un barrio de una sociedad media alta y en un instituto estereotipado americano.
Todo ello hace de "Con amor, Simon " una película enmarcada en el halo de la adolescencia y el humor, pero a ratos dura con la realidad y sensible como la que más
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