Siendo una muy buena película que juega mucho con los distintos niveles de realidad, el interés recaerá mucho más en aquellos fanáticos del videojuego Silent Hill, el cual esta directamente inspirado en esta película, y son muchos los guiños a esta película a lo largo de todas las entregas del famoso videojuego.

POSITIVO:

+ Dramón psicológico con tintes de terror, cine independiente de altura.

+Tiene una excelente interpretación sobre un post-trauma de la guerra de Vietnam.

+El personaje principal, interpretado magistralmente por Tim Robbins, parece salido de una película de Ingmar Bergman.

+La fotografía parece inspirada por un juego de terror y supervivencia, o al revés.

+La atmosfera recuerda a los mejores trabajos de Roman Polanski en sus inicios.

+Dirigida con pulso adrenalítico por Adrian Lyne, gran director de thrillers de la vieja escuela.

+Flashbacks que no demeritan ni entorpecen el ritmo narrativo, a excepción de uno, justo al final…(*spoiler*).

NEGATIVO:

-El guion parece escrito por el hermano perdido de M. Night Shyamalan.

-Un final digno de telefilm insípido, con un giro de guión rebuscado y torpe.

En ocasiones argumentalmente hablando resulta caótica, en cambio en otros momentos es sublime. Te pierdes, te rencuentras, un ir y venir constante a causa de tanto giro, tanta vuelta de tuerca entre la "realidad" la paranoia y lo sobrenatural, y así, dando tumbos te pasas gran parte de los 115 minutos que dura la película. La grandeza de este film es que incluso en esos momentos tan caóticos, sabes perfectamente que lo que estás viendo es una obra maestra del género. Interesante, difícil, espesa, sublime, todo esto y mucho más en un título que no deja a nadie indiferente.

Historia con una fuerte carga psicológica-espiritual y que plantea varias posibilidades. Durante el metraje, gracias al surrealismo, te sumerges en una especie de ensoñación. El ritmo es trepidante, para mi ver no es lenta como afirman muchos; al contrario creo que fluye de gran manera. No es terror al estilo clásico, éste es más elaborado, está hecho con algunas secuencias (muy bien elaboradas) pero primordialmente con lo que uno se imagina. No esperaba tanto y de verdad que me ha parecido alucinante por muchos momentos, con escenarios por demás cutres y tétricos, así como escenas acojonantes y paranoicas. Película que se ha ganado mi simpatía a todas luces, no importa que tenga que pagarlo con algunas pesadillas.

Como dijera el personaje interpretado por Tom Hanks en la referencial catarata de merengue "Algo para recordar", "Atracción Fatal" había hecho cagarse de miedo a todos los hombres de Norteamérica. Adrian Lyne, su director- se entiende que de "Atracción Fatal" y no de "Algo para recordar"-, lo consigue de nuevo con esta enfermiza "Jacob´s Ladder". Si bien es cierto que el porcentaje de varones atacados de colitis psicosomática será inferior en este caso; no por una cuestión de calidad, ni mucho menos, sino por el alcance evidentemente más limitado de la cinta que nos ocupa- pocos actores hubieran podido competir en tirón comercial con el Michael Douglas de los últimos 80 y primeros 90. Tim Robbins, pese a su acreditado talento, no se encuentra entre ellos.
Si hay un reproche que acostumbro a hacer al cine de terror, es que sólo en muy contadas ocasiones cumple con su principal- y podría exigirse único- propósito; esto es, dar miedo. A veces, si acaso, lo que provoca es una hilaridad resignada, incluso francas carcajadas . No sucede así en "La escalera de Jacob", muy inquietante cinta que nos sumerge en un inconsciente humano de arquitectura similar a los círculos del infierno dantesco. La filmación inteligente de un guión sin fisuras da como resultado una plasmación brillante de los distintos niveles de realidad que, en muy precario equilibrio, habitan nuestra mente. Todo ello sin caer en los efectismos al uso, tentación a la que sí sucumben- más bien se regodean en ella- posteriores cintas en evidente deuda con ésta- "El sexto sentido", "Origen"- y que gozaron de un éxito de público y ruido mediático acordes a sus pretensiones. Quizá sea ésa la gran virtud de "La escalera de Jacob" y lo que la diferencia de películas de parecido pelaje: su escasa voluntad de sentar cátedra. Ello no obsta para que estemos ante una obra de excelente factura y notable seriedad intelectual.
Inspiradora involuntaria de todo un corpus cinematográfico- "Abre los ojos", "Los otros", "Trance", además de las citadas arriba, entre otras- que hace de la trampa argumental su razón de ser- "mors ex machina", pudiera decirse-, "La escalera de Jacob" parece, a su vez, una adaptación libre del estremecedor cuento de Ambrose Bierce "El incidente del Puente del Búho", cuya lectura recomiendo encarecidamente a aquellos que, como yo, hayan disfrutado- sudado tinta- con el insano visionado de esta película.